RELATO DE CÓMO PERDÍ LA VIRGINIDAD ANAL EN CALI POR DESPECHO
Relato enviado por:
Anonymous
el 14/9/2021.
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Relato completo
RELATO SOBRE CÓMO PERDÍ MI VIRGINIDAD ANAL CON UN ACTIVO DE 60 AÑOS POR PLATA DESPUÉS DE ESTAR DESPECHADO.
Estudiaba un pregrado en la Universidad del Valle, Cali, y era un heterosexual jurado: salía con una chica rubia de curvas perfectas hasta que, cuando cumplí 20, descubrí que se acostaba con manes por plata para pagar la carrera.
La relación colapsó, pero, dejó toda su ropa: tangas, lencería, minifaldas, vestidos, shorts de jean. Yo, en esos días, era un flacucho con culito parado, así que una noche, después de ver vídeos de travestis asiáticas (qué rico imaginarme que yo era la nena que penetraban). Me paré a depilarme y dormí con cacheteros y brasieres.
Como vivía solo, al día siguiente, me puse su short de jean –de esos con los que uno enseña media nalga- y me tomé un par de foticos con el celular y las subí a Locanto. Un señor de unos 60 años, profesor del Icesi, me dijo que me pagaba 120 mil por una cita a ciegas pero que nos viéramos en un bar de la Avenida Sexta.
Llegué al bar y él me estaba esperando, pero, no se acercó hasta que no pedí un trago en la barra. Lo reconocí sentado al fondo. Llevaba un jean blanco y la lencería por debajo se me notaba porque era de color negro y era uno de esos jeans en los que es obligada la ropa negra. Al sentarme, me había dejado la tanga arriba y se notaba el triangulito desde atrás.
El viejo se arrimó y me invitó un trago y entre copa y copa me sujetó por el cuello y me besó. Y yo le mandaba lengua mientras él me sujetaba por la cintura. Hasta que sentí que su mano se escurría por la espalda. Primero introdujo un dedo como jugueteando con mi tanga y luego se tomó confianza y la jaló un poquito. Esa presión en mi ano me excitó muchísimo, ese roce.
Lo seguí besando y esta vez metió más su mano y empujó con un dedo la tanga como presionando mi agujerito con la tela del pantie. Yo dejé salir un chillidito por el placer sin sentir la menor pena. Me dijo: ¿300 y nos vamos toda la noche a mi apto?
Sentí que se me aflojaron las piernas en ese instante, pero, asentí con la cabeza.
Salimos del bar y tomamos un taxi hasta su apartamento el El Peñón. Entramos y él no dejaba de tomarme la cola. Así que tan pronto crucé la puerta me aflojé el botón del pantalón. Me dijo que esperará y sacó una peluca y se puso a maquillarme. Al final terminé con una falda y maquillada.
Nos besamos en la sala y me levantó la falda y me recostó sobre el mueble y yo tenía el pene a mil. Así que mientras me metía su pene en la boca y yo intentaba mamar sin experiencia, él me frotaba el anito con una mano y con la otra me acariciaba la verga.
Yo estaba muy desesperado, así que lo abracé como acomodándolo en el sofá y me monté encima suyo y gemí como una perra en celo cuando su pene –de buen tamaño pero no enorme- se abrió paso entre mi esfínter. Sentí que me había roto, pero, me encantaba sentirlo envistiéndome con esa encarnadura.
Gemía mientras me nalgueada y eso me excitaba y empezó a jalarme la verga muy duro y no resistí más. Boté un chorro de semen que lo mojó todo. Él, de inmediato se vino también. Y al final terminamos abrazados y yo le lamía el abdomen recogiendo el semen que había salido de mi propia verga.
Esa fue una noche larga y sé que abusó del viagra, porque, en la mañana me dolía la cola de tanto trajín.
Días después me llamó para una orgía con una travesti, pero, esa es otra historia.