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Me han dado una tremenda encerrona por pendeja.

Relato enviado por : narrador el 23/06/2011. Lecturas: 25665

etiquetas relato Me han dado una tremenda encerrona por pendeja.   Trabajo .
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Resumen

Hace poco en la empresa en la que trabajo, pase por una experiencia entre extremadamente loca por una parte, mientras que por la otra bien gratificante.



Relato


Resulta que llegó la fecha de cierre del año fiscal, y por tal razón, en la división de ventas, habían planeado realizar una gran celebración, de la que me enteré por accidente, ya que era secretaria del área de contabilidad. La cosa es que después de que hablé con varias de mis compañeras, todas me dijeron que jamás asistirían a dicha celebración, ya que los de venta, tenía por costumbre, aparte de invitar a la mayoría del personal, también contrataban una que otra bailarina para que los divirtiera y quién sabe qué otras cosas.

A pesar de los comentarios de mis compañeras de trabajo, decidí asistir, al fin y al cabo mi marido se encontraba de viaje, y no veía nada malo en estar un corto rato con los de venta, además la actividad se iba a realizar en dentro de las mismas oficinas de ventas, me decía yo ¿qué cosa mala me podía pasar? Bueno desde que llegué, todos los de ventas, me trataron a cuerpo de reina, todos muy simpáticos y serviciales. Tan así era que no hubo momento en que mi vaso estuviera vació, ya cerca de las 9 de la noche llegaron un par de bailarinas, y realizaron un show, muchísimo más atrevido de lo que yo misma me pudiera imaginar. Lo malo de todo eso fue que yo estaba tan envuelta con lo de la fiesta, y de la forma en que me estaban tratando, que cuando me pidieron que bailase, en lugar de negarme y retirarme a mi casa, me puse a bailar acompañando a las otras dos tipas esas. Al principio solo se trataba de mover las caderas, pero a medida que continué bailando, y viendo que las dos chicas, se habían quitado casi toda su ropa, cuando una de ellas me comenzó a quitar mi chaqueta, la dejé que continuase, bajo los aplausos y vivas que daban mis compañeros de ventas.

En cosa de pocos minutos, entre los aplausos, vivas, y uno que otro comentario simpático, ya estaba casi tan desnuda, como las dos tipas esas, que de momento simplemente se retiraron, dejándome a mí sola en pantis y sostén, junto a todos los de ventas. Ya estaba por vestirme, cuando uno de los vendedores, me comenzó a decir que tenía un tremendo cuerpo, mejor que el de las dos bailarinas, al tiempo que me rodeaba con uno de sus brazos por mis caderas, yo seguí bebiendo, y sabía en el fondo que lo que él, al igual que el resto de sus compañeros querían acostarse conmigo.

De momento lo escuché proponerme, que nos fuéramos a uno de los cubículos, que a él le encantaría darme una buena mamada de coño. Yo me quedé sin saber que responder, aparte de que estaba ya algo bebida, y la tentación era grande, ya que en mi vida, nadie me habían mamado el coño, así que él no tuvo que realmente presionarme mucho, y discretamente nos fuimos a uno de los cubículos de ventas. Apenas entramos, sin más ni más nos comenzamos a besar, y zas que vuelan mis pantis y mi sostén, apenas sin yo darme cuenta. Luego me sentó sobre una de los escritorios, separó mis piernas, y de golpe que entierra su cara dentro de mi peludo coño. Yo me quedé extasiada, a medida que el vendedor me continuaba mamando todo mi coño. Sentí su lengua, labios y hasta sus dientes, jugueteando con mi clítoris, de una manera tan rica, que en cosa de pocos segundos disfruté de un tremendo orgasmo, lo disfruté tanto que no pude contener mis gemidos, los que a su vez llamaron la atención del resto de los presentes.

Por un buen y largo rato él me estuvo mamando mi coño, haciéndome disfrutar de múltiples orgasmos, los que disfruté plenamente, sin importarme que prácticamente el resto de la división de ventas, nos estuviera observando. De momento retiró su cara de mi coño se incorporó, al tiempo que sacaba de su miembro del pantalón, yo me quedé espatarrada, sentada sobre el escritorio dentro del pequeño cubículo, esperando deseosamente que me enterrase todo su miembro, sin importarme mucho realmente quienes nos estuvieran viendo. A medida que su verga se fue deslizando dentro de mi coño, el resto de los presentes, no dejaban de ovacionarnos, lo que lejos de incomodarme, me calentó como nunca antes. Yo por mi parte movía con fuerza mis caderas, al tiempo que le pedía que me diera más y más duro. En fin por un largo rato sentí su dura verga entrando y saliendo de mi coño, mientras que el reto de los presentes, no dejaban de celebrar lo que hacíamos, hasta que disfruté de otro monumental orgasmo, como nunca antes lo había sentido.

Él sacó su verga de mi coño, y me quedé un corto rato con mis piernas bien abiertas, chorreando su leche por mis muslos y coño, hasta que otro de los vendedores, cortésmente me pidió que lo acompañase al baño de damas, al tiempo que me agarraba las nalgas. No sé en qué pensaba yo en esos momentos, pero apenas me lavé en el bidet, nada más bastó que ese otro vendedor me insinuase que tuviéramos sexo, que sentada en el mismo bidet, me dediqué a mamar su verga por un corto rato, para de inmediato sujetándome de una de las puertas del baño de mujeres, le permitiera que me enterrase su verga.

A los pocos minutos ya el baño se encontraba lleno de curiosos, que nuevamente, me observaban teniendo sexo con ese otro vendedor. El resto de la noche la pasé entre mamando vergas, y dejándome clavar un sin número de veces por todas partes. Hasta que finalmente me quedé sola, tirada sobre la alfombra, pasando la borrachera de alcohol y sexo. Serían como las 12 de la noche cuando tres hombres de mantenimiento, entraron a la oficina de ventas, encontrándome borracha, y desnuda sobre la alfombra. Seguramente de no haberles dicho nada, me hubieran dejado vestir y marcharme, pero estaba tan deseoso de seguir sintiendo una verga dentro de mi coño, que de graciosa, después de que me levé el coño y mi culo por centésima vez en el bidet, les pregunté si querían un pedacito.

Que fue eso, a diferencia de los vendedores, que aunque me hicieron casi de todo, me trataron de maravilla, estos tres tipos, no comieron cuento, y sin muchas palabras los tres se han quitado toda su ropa, al yo ver la manera en que se me acercaban, me entró miedo y a pesar de la borrachera que tenía, traté de salir corriendo inútilmente, rápidamente los tres me dieron alcance, y prácticamente al mismo tiempo me han dado por el culo, por el coño y hasta por mí boca. Yo no podía creer lo que me estaba pasando por pendeja, y a pesar de que en gran parte estaba disfrutando de la mayoría de las cosas que me estaban obligando hacer, escucharlos insultarme diciéndome puta, perra, mueve ese culo, en fin fue una especie de fantasía secreta, de ser violada por varios hombres a la vez, que sin proponérmelo se me estaba cumpliendo.

Cuando terminaron conmigo, se vistieron y sin decir nada se marcharon, yo a pesar de lo borracha y agotada que estaba me vestí, como pude me arregle, y bajé a la planta baja del edificio, donde el viejo guardia de seguridad, me encontró tirada dentro del ascensor, me ayudó a levantarme y dando más traspiés, el guardia me llevó hasta mi auto, y sin que yo le dijera o insinuase nada, justo cuando me iba a montar, sentí que sus brazos me sujetaron por la cintura, levantó mi vestido, y que me entierra su verga por el culo sin compasión alguna, a pesar de que siempre me dolió algo, yo nuevamente comencé a mover mi culo, hasta que de seguro me quedé sin sentido.

Yo me desperté cerca de las doce del día dentro de mi auto, con todo mi cuerpo adolorido, mi cabeza, y sobre todo mi culo. Hedionda a sexo, sudada, y sin mi ropa intima puesta. Como pude arranqué el carro y llegué a casa, me di un buen baño, y hasta estuve a punto de llamar a las oficinas diciendo que no iría a trabajar, por suerte me di cuenta de que era sábado.

Como se lo habrán imaginado en efecto hoy en día gozo de una fama de puta en la oficina que nadie, me la puede quitar. Realmente eso no me molesta, ya que en el fondo no soy una Santa, pero debido a eso, me he acostado con la mayoría de los jefes de las diferentes divisiones, y actualmente de secretaria pasé a ser asistente de relaciones públicas, desde luego sin que mi marido se haya enterado de nada.

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Si te ha gustado Me han dado una tremenda encerrona por pendeja. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Me han dado una tremenda encerrona por pendeja.. narrador te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
veronika72 (6 de March de 2012 a las 03:56) dice: mi amor que puta reputa eres, te envidio tantas vergas en una noche que rico, pobre tu esposo no sabe todas las vergas que te metiste y te has metido, TE ENVIDIO

veronika72 (6 de March de 2012 a las 03:48) dice: mi amor que puta reputa eres, te envidio tantas vergas en una noche que rico, pobre tu esposo no sabe todas las vergas que te metiste y te has metido, TE ENVIDIO

eduardo gursa (4 de July de 2012 a las 00:25) dice: que rico haces bien goza mami

vjsuniaga (30 de June de 2011 a las 23:43) dice: eres pura lujuria

katebrown (18 de October de 2022 a las 22:12) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:36) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

amable (1 de July de 2011 a las 00:20) dice: asi quisiera yo tener una esposa tan puta

amable (1 de July de 2011 a las 00:20) dice: asi quisiera yo tener una esposa tan puta


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