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Susana, la chica del ciber

Relato enviado por : Ivan Sanluís el 07/02/2005. Lecturas: 30443

etiquetas relato Susana, la chica del ciber .
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Resumen
Nunca había conocido a alguien como ella. ¡¡Susana era una diosa del sexo!!.


Relato
Susana, la niña del ciber
SUSANA, LA NIÑA DEL CÍBER

A falta de ordenador en casa, constantemente me veía asediado por la necesidad de irme a un cibercafé para poder navegar por internet y echar un vistazo a mi correo. La verdad era que sí tenía ordenador(si es que a aquel armatoste se le podía llamar así), pero tan viejo e inútil que apenas funcionaba, y comprarme uno nuevo me salía muy caro, por lo que de vez en cuando acudía a algún que otro cíber de la ciudad para satisfacer mis necesidades informáticas. En una de esas veces me fui a uno que acababa de abrir recientemente. El sitio no pintaba mal: los ordenadores tenían al lado como tablones para dar privacidad a los clientes y que no se fisgasen entre ellos. Había 12 terminales(ó 12 ordenadores, como se prefiera) donde poder conectarse, pero eso solo en la parte de abajo, ya que el cíber tenía un primer piso con unos 8 ó 10 más. A pesar de no estar ubicado en una calle céntrica, al lugar le auguraba un buen futuro con semejantes recursos. Tras saber el precio que tenía una hora de conexión me fui lo más al rincón posible y estuve un buen rato mirando alguna que otra página porno, mi correo, descargando música, etc…No fue hasta pasado un buen rato que a mi izquierda, justo en el ordenador que daba a la pared, se había sentado una niña. Por el rabillo del ojo la vi moviendo el ratón, haciendo constantes clicks y tecleando como una loca.

-Niña, muy rápido escribes-le dije divertido-.

-Muchas gracias, pero es que debo mandar un montón de mensajes a muchos amigos-me contestó sin siquiera mirarme-.

Decidí seguir a lo mío y continué con mis páginas porno. Había entrado a una de famosas y estaba viendo fotos de Traci Lords cuando de repente oí:

-¡Anda, si es Traci Lords!.

Me giré para verla y quedé impresionado de que una niña como ella, que supuse tendría 15 años, supiera quien era la chica a la que yo estaba viendo.

-¿Tú sabes quien es-pregunté un poco sorprendido-?.

-Sí, claro, es una famosa actriz porno y junto con Ginger Lynn fue la reina porno de la década de los 80, y está buenísima. Aunque personalmente me gusta más Jenna Jameson…

-¿Pero tú eso como lo sabes?.

-Por mi padre. Tiene un montón de películas porno y las veo a escondidas. Poco le falta para tener todo un videoclub del porno. Cuando sea mayor seré como ella: follaré por dinero y me haré rica.

¡Vaya con la niña de mis narices!. Me dejó con la boca abierta con aquella declaración de intenciones.

-¿Cuántos años tienes?.

-15, cumpliré 16 el mes que viene.

-¿Y con 15 años ya has decidido que quieres dedicarte al porno?.

-¿Y por qué no?. Me gusta follar como a la que más, me encantan las pollas.

¡¡Mi madre con la niña aquella!!. Menudo desparpajo tenía, y eso que yo era un completo desconocido. Si hablaba con tanta confianza con los extraños, no quería ni pensar como sería con los amigos.

-¿Cómo te llamas niña?.

-Susana, ¿y tú?.

-Iván, encantado-contesté con un apretón de manos-.

-¿Qué edad tienes Iván?.

-¿Por qué te interesa saberlo?.

-Porqué me pareces muy guapo. ¿Qué edad tienes?.

-25, y cumplo 26 dentro de dos meses.

Me examinó de arriba abajo como quien comprueba la mercancía, se relamió un poco y luego me dijo que si quería, a la salida, podríamos seguir hablando. Yo acepté encantado y seguí con lo mío. Sin que se diese cuenta me quedé embobado mirándola y memorizando cada uno de sus rasgos: tenía el pelo de color castaño(que le caía por los hombros), con los ojos de color avellana, unos labios finos y carnosos, una expresión de constante alegría en el rostro y un cuerpo, a voz de pronto, bastante desarrollado para sus 15 tiernos añitos. Ciertamente me costó mucho imaginármela con un tío al "dale que te pego", pero por lo que había dicho me dejó bien claro que de virgen ya nada tenía salvo el recuerdo. Intentando quitarme malas ideas de mi cabeza salí de mis páginas manga y Hentai y me centré exclusivamente en alguna astronómica ó de cine para despejar no solo mi cabeza si no también mi polla, que se había puesto un tanto dura entre las palabras de Susana y su cuerpecito de yogurina. No habían pasado ni 10 minutos cuando, de nuevo por el rabillo del ojo, me percaté de que su brazo derecho se movía pero el ratón no se estaba moviendo. Aludiendo a que creí ver mal, no le di importancia, pero volví a mirar, y girando mi cabeza con mucho disimulo contemplé una escena que me puso a cien: ¡la muy calentorra se estaba masturbando!. Su mano se metía tímidamente bajo su faldita de cuadros y avanzaba hasta encontrar su rajita y acariciarse. Me recosté un poco en el asiento y eché una ojeada a lo que hacía: ¡¡estaba mirando páginas porno más salvajes que las mías!!. Se estaba masturbando viendo como una mujer sufría una doble penetración, y luego con otra que era salvajemente penetrada por un negro con un pollón enorme. Miré a mi derecha y comprobé que en nuestra parte del cíber, por fortuna, estábamos solos, con lo que podíamos hablar sin que oídos indiscretos captasen nuestra charla. Quise decirle algo, pero estaba tan cortado que no tenía ni idea de por donde empezar. Además, ponía unas caras de estar gozándolo que quitaban el hipo, mordiéndose el labio inferior para acallar sus gemidos de placer. Se lo mordía de una manera tan sensual que me puso cachondo hasta a mí. Mi amiguito de juergas y correrías volvió a levantarse dentro de mis pantalones pidiéndome "dale caña a la niña que yo le gusto".

-Niña, ¿pero que haces?, ¿no ves que te pueden ver?.

En lugar de parar, siguió masturbándose, y me miró con sus tiernos ojillos algo nublados por el placer que se estaba dando.

-Me encanta hacerlo en lugares públicos. Me pone muy caliente pensar que me puedan descubrir. Uuuuuuff ¡¡coño!!....

Mi mano tocó tímidamente su rodilla y subió un poco a su muslo, separándola un poco para abrirla. Su piel era suave y tersa, muy fina. Susana no protestó, si no que me guiñó un ojo permitiéndome seguir con mi escarceo. Subí un poco más hasta llegar a su faldita, metí la mano dentro de ella, seguí subiendo y comprobé para más asombro que iba ¡sin braguitas ni tanga con su panocha al aire!.

-Pero bueno, ¿es que no tienes recato ni vergüenza?.

-No me gusta llevar tanga ni bragas, además de que siempre ando caliente ahí abajo. ¿Te gusta mi cuca?.

-Sí, está muy húmeda, y que rica se ve…

Furtivamente estaba mirando su pucherita, mojada y bien húmeda a base de sus propios dedos que se estaba haciendo. Deslicé mi dedo hasta la entrada de su vulva y comprobé de primera mano lo mojadita que estaba. Mojé bien el dedo para excitarla, tomando posesión de su clítoris ya algo duro, la toqué para dejarme el dedo bien pringado de ella y luego me lo llevé a la boca.

-Mmmmmmmmm…como segregas niña…estás muy húmeda…y que rico sabe…esto es puro vicio…que berrionda eres…

-Mmmmm mmmmmm mmmmmmmmm…dime más cosas de esas…me gustan…me ponen muy caliente…

Yo estaba a punto de reventar, menudo morbo. Mi polla estaba pugnando por salir de mi pantalón y meterse entre sus piernas. Con semejante bomba sexual, me importaba un bledo que fuese menor. Estaba deseando follarla a trompicones, quería reventarla de un señor pollazo. No podía dejar de tocar su vulva húmeda y de beberme esos jugos tan ricos que le salían. La carita de Susana era todo un poema, disfrutando de cada caricia que aquel extraño le estaba haciendo. Desabrochó un poco su camisa y me enseñó sus pequeñas tetas, con sus pezones bien erguidos y duros, y se me hizo la boca agua. Por su parte mi polla ya no podía aguantar más y sentí deseos de sacármela y que me la chupara allí mismo.

-Bufffff…no sabes como me pones Susanita linda…estoy muy duro…me tienes caliente niña del demonio…Quiero tenerte entre mis piernas…te quiero follar…

-¿De veras?.

-Sí, de veras. Quiero follarte, quiero penetrarte, quiero gozarte aquí mismo…quiero que me la chupes, que me tragues mi leche cacho perra…La de cosas que haría yo contigo…

-Aaayy que me voy a venir. Me voy al baño…si tú quieres, ya sabes donde estoy…

Se fue a toda prisa y vi en su silla un borrón de humedad. Me quedé azorado, tembloroso, incapaz de moverme de mi sitio, con la boca entreabierta suspirando y jadeando. Miré a la dependienta detrás del mostrador y vi que estaba hablando por el móvil con alguna amiga. Ni siquiera se había percatado de que Susana había pasado delante de ella, por lo que supuse que tampoco se fijaría en mí. Con un arranque de valor y deseo, me levanté de mi asiento y subí al primer piso donde estaba el baño. Quise abrir pero la puerta estaba cerrada, entonces llamé con los nudillos y me abrió lentamente para comprobar quien llamaba. Susana se había levantando la falda y se le veía a la legua toda la panocha, con aquellos pocos pelos en su bajo vientre. Entré como un huracán, cerré la puerta, puse el pestillo y le pegué un enorme beso en la boca al tiempo que la ponía contra la pared y la sostenía con mi cuerpo. Cruzó sus piernas por mi cintura y metí mano a su culo para aguantar su peso, a la vez que su lengua dulce y juguetona se liaba con la mía. El sabor de su boca y el tacto de sus labios con los míos me tenían encendido. Para su edad Susana sabía besar de miedo, y usaba la lengua como una experta.

-Mmmmmmmmmmm creí que no vendrías…estaba deseando que vinieses por mí…sigue, así Iván, no pares…oooooooohh que caliente me tenías abajo…podía ver como tu polla palpitaba en tus pantalones…quiero mamártela…

-Pues mámamela…

Me desabroché el cinturón a toda prisa y me bajé los pantalones y los shorts. Susana abrió los ojos, relamiéndose al verme totalmente erecto.

-Mamacita que verga tan rica, la voy a ordeñar toda…

Sin más preámbulo se arrodilló con su ropa entre sus rodillas y el suelo para no lastimarse y se metió toda mi verga en la boca de un solo golpe. Sus manitas me acogieron los huevos y la base de mi polla para poder chupármela mejor. Su lengua pasaba una y otra vez por mi glande y su cabeza iba de un lado a otro haciendo una poderosísima mamada que me hacía dar roncos gemidos.

-Aaaaaaaaarrghh…aaaaaaahh aaaaaahh aaaaaaaahh…sigue mamando…que mamadita tan rica…se nota que te gustan las pollas…

-Es lo que más me gusta, y que rica sabe tu verga…

-No pares, no nos enfriemos…

-Imposible, yo estoy supercaliente. Estoy arrecha perdida por ti.

Oooooooooohhh que golfería, que morbo, que vicio, que todo. Ni en mis más locas fantasías había soñado con montármelo con una niñita de 15 años. Aquello era el sumun de la perversión. ¡¡Y que manera de chupar un rabo!!. Ya había oído hablar de que las niñas de 14 ó 15 eran unas locas, unas guarrillas que se dejaban hacer de todo, que eran unas calentorras porqué su cuerpo les ardía y todo eso, pero nunca había mucho crédito a esas habladurías hasta ahora que lo estaba viviendo in situ. Que ardor de niña, me tenía obnubilado de todas todas. Verla con la boca llena de mi polla era todo un regalo para la vista.

-Quieta chica…que no quiero acabar en tu boca…ahora no…

-No puedo parar…quiero tu polla ordeñada para beberme tu leche…

-Tendrás mi leche pero esperaaaaaaaaaaa…arrf arff-jadeé de cansancio-…yo también quiero probar…

La hice levantarse y me arrodillé para meter mi cabeza entre sus piernas y mi lengua por su pucha. Ya estaba chorreando por todas partes, incluso por la parte interna de sus muslos, así que me puse a lamerlo todo y dejarla bien limpia. Sus manos se pusieron en mi cabeza y me decía donde debía darle lengua para que disfrutase más. Chupaba, lamía, besaba, dibujaba círculos, volvía a chupar, metía la lengua con prisa, la sacaba lentamente…mi mente alucinaba en pegarle un polvo tan fuerte que nos oyesen hasta en la Cochinchina.

-Aaaaahh aaaaaaahh aaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaahh…sigue Ivancito, sigue mamando mi cuca…chúpame toda mi macho…eres mi macho Ivancito, mi macho…más, máaaaaaas…

-Mmm mm mmmmm mmm mmm mmmm mmmm mmm mmmm mmm mmmmmmmmmmm mmmmmmmmmm mmmmmmmm…que buena estás, y que caliente…me tienes loco…

-Ay no hables y fóllame ya-me suplicó-….fóllame ya cabrón…

Me incorporé volviendo a dejarla sostenida entre la pared y yo, crucé sus piernas por mis caderas para tenerla en la posición óptima y se la clavé hasta el fondo. En cuanto la tuve penetrada el ardor de su cuerpo me atravesó y abrasó hasta la última fibra de mi ser. Ella lanzó un largo suspiro de placer al recibir toda mi verga, relamiéndose una y otra vez, y llevando mi cara a sus pechitos para que los probara. Sus pezones de color canela eran deliciosos, todo un manjar. Le sobé el culo con una mano, con la otra la sostuve por su espalda, esbocé una sonrisa de maliciosa satisfacción que a ella la derritió de gusto y me la empecé a tirar con todas las de la ley. Su pequeño cuerpo se contraía a cada bombeo mío, todo él participaba de un modo sublime. Aquella viciosilla iba a tener su merecido.

-Aaaaaahh aaaaaahh aaaaaahh aaaaaahh aaaaaaahh aaaaaaah aaaaaaahh…cógeme bien, cógeme bien hijo de perra…no pares…uuuummmmm ummmmmm mmmmmmmmm mmmmmmm…aaayy que rico se siente…quiero sentir más rico, máaaaaaaaaaaas…mándame más verga…aaahhh aaaahh aaaaaahh aaaahh…

-Si es verga lo que quieres, verga es lo que tendrás…oooooohh oooooh oooohh oooooooh ooooooohh ooooh oooohh ooooohh…

Volví a besarla durante un rato sin dejar por un instante de martillearla con furia asesina. Me encontraba tan enloquecido que deseaba tenerla para mí solo toda la vida, no quería dejar escapar a esta joya en bruto.

-Oooohhh oooooohh oooooooohh ooooooooohh ooooooohh oooooooh ooooooooooohh…¿aún no eres de mayor de edad, verdad?...así que soy un delincuente, un pederasta…me has convertido en un criminal…oooohhh estás infernal, estás reabierta…

-Síiii, síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…sigue follándome señor pederasta…me tienes arrecha…que pendeja soy, soy una loca de la polla jajajaa…aaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaahh aaaaaaaahh…que bien me montas señor pederasta, que súper…aay Ivancito del alma, que buen amante eres…gózate de esta niña viciosa…aaah aaaaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaaahh aaaaaaaaaaaahh…

Sus palabras me alentaban a querer violarla de verdad. Por amor bendito, que locura. El señor polvo que le estaba pegando nos estaba llevando al mismísimo infierno de los pecadores. Envueltos en aquella nube de perdición y sexo mis acometidas ganaron en fuerza y en ritmo, ya que quería correrme con ella cuanto antes. Penetré, bombeé, acometí, empujé, entré cuanto quise y mucho más. Ya casi estaba, casi estaba…

-Aaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaahh…no te corras dentro por dios…córrete en mi boca Ivancito…quiero tragarme tu leche…córrete fuera, fueraaaaaaaaa aaaaaaahh aaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaaaah…

Atendí su petición al pie de la letra, disfrutando un poco más de su pucha caliente, para luego salirme de sus entrañas y ver como se agachó para pajearme y sacarme toda la leche. Abrió la boca, con la lengua me la lamió un poco, con la mano me la meneaba a gusto, y entonces…¡¡¡paaaaaaffff!!.

-Ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooohhhhh….oooooohh oooooooooohh ooooooooohh…oooooooooooooooooooooooooooohhh….

Eyaculé con potentes chorros y Susana se tragó toda mi leche, incluso la que no podía cuando salía de mi verga, ya que la dejaba en su mano para después bebérsela con dulce glotonería. Me ordeñó tan fuerte que pensé que me había vaciado los huevos de una sola vez. Sus ojitos me miraban extasiada y sus manos no soltaron mi polla ni un solo momento.

-¿Pero que estás haciendo?.

-Quiero que te vuelvas a poner duro para que me folles de nuevo, y esta vez tienes mi permiso para correrte dentro. Vamos otra vez Iván-me dijo sonriendo-…

Después de semejante ordeñada tardé un poco en volver a empalmarme pero Susana sabía como ponerme cachondo de nuevo, y en cuanto estuve otra vez bien duro ella se sonrió y me dijo al oído "Oh amor penétrame. Vamos cariño, ¡fóllame!". Mi turbación era indescriptible, sus ansias por follar inmensas, solo quería verga una y otra vez. La puse de espaldas a mí para ver ese culito precioso, apunté hacia su cuevita y con la mano guié mi polla para volverla a penetrar. Lo hice lentamente, deleitándome con la visión de ver como su panocha se la tragaba toda. Me atrajo hacia ella para estar bien apretada entre la pared y yo, giró su cabeza para besarme, puso una mano en mi culo, y volvimos a la faena.

-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh…uuuuummmmmmmmmmm…tócame cuanto quieras, soy toda tuya…fóllame…aaaaaahh aaaaaaahh aaaaahh aaaaaaahh

-Arquea un poco la espalda…eso es, ponte un poco como las perras…así puedo tenerte bien cogida…oooooooohh oooooooohh ooooooooohh ooooooooohh…que chochito que tienes, que rico está....mmmm mmmmmm mmmmmm mmmmmmmm…

En aquella postura tenía sus tetas a mi disposición para tocarlas mejor y las sobé cuanto quise. Acaricié sus empitonados pezones, los pellizqué y excité con mis dedos a la vez que se la estaba metiendo hasta el fondo, sacándola casi toda excepto la punta y luego vuelta a meter. Bajé mi mano izquierda por su vientre y me apoderé de su clítoris, atrapándolo entre mis dedos pulgar e índice. Susana estaba en éxtasis, incapaz siquiera de emitir palabras coherentes. Todo lo que le salían eran gemidos incontrolados que me excitaban más y más. Con la mano derecha buscó apoyo en la pared y con la izquierda me acarició un poco, diciéndome que le diera duro, que fuera más rápido. Al entender su deseo la hice incorporar un poco, me apreté contra ella todo lo que pude, nos besamos unos instantes y entonces nos lanzamos de cabeza a follar como verdaderos dementes.

-Aaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaaaaaaah haaaaaaaaaahh aaaaaaaaaaahh aaaaaaaahh aaaaahh aaaaaahh aaaahh aaaaaaaaahh aaaaaahh…Iváaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan…gózameeeeeeeeee ya Ivancitooooooooooo…aaaaaaahh aaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaaaahhh…

-Ooooooooohh ooooooohh oooooooohh ooooooooooh ooooooooohh oooooooooh oooooooh ooooooh oooooh oooooooooooooooh ooooooooooooooh oooooooooooooh…síiiiiiiiiiiiiiiii quiero gozarteeeeeeeeeeeeeeee…córrete conmigo Susanaaaaaaaaaaa…córreteeeeeeeeeeeeeee…ooooooohh oooooohh oooooooohh ooooooohh ooooooohhh…

El ritmo que teníamos era bestial, ¡demoníaco!. Nuestros cuerpos eran uno solo, nuestro deseo parecía que iba a hacernos estallar, nuestra lujuria desatada no tenía palabras. Mi polla se la estaba trabajando a base de mandoblazo puro y duro. Incluso casi me parecía que podía escuchar el chapoteo de mi polla contra sus abundantes jugos, pero lo que sí podía escuchar perfectamente era el sonido de sus nalgas contra mis caderas, una especie de "plaf plaf plaf" cuyo sonido bastaba para alentarme a seguir. Nunca había conocido a alguien como ella. ¡¡Susana era una diosa del sexo!!.

-Aaaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaaaahhh…me vengo Ivancito…me voy a venir…córrete ¡coño!...córrete en mi cuca…

-Oooooooooh ooooooh oooooooh hooooooohh oooooohh oooooohh…te voy a llenar la cuca de leche cabrona…voy a inundarte, a bañarte entera de leche…oooooooh ooooh ooooooh ooooooohh oooooohh ooooooohh oooooohh…

-Aaaaaahh aaaaahh aaaaaahh aaaaaaaah…me vengo amor…ya me vengoooooooooooooooooooo ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!...

-Y yoooooooo…¡¡OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOHH!!...

Nuevos chorros salieron disparados de mi polla a su pucherita, en el momento que sus jugos bañaron todo mi amoratado miembro en un paroxismo al que ninguna chica me había llevado como ella. Acometí un par de veces más de modo seco, fuerte, y nos quedamos unos maravillosos momentos disfrutando nuestro colosal orgasmo. Recliné mi cabeza en su hombro derecho, besándole el cuello y Susana me acarició entre risitas de satisfacción. Permanecí en ella un poco más aguantando la preciosa sensación de estar tan íntimamente unidos. Al salirme Susana se giró y de nuevo sus manos me cogieron la polla.

-¿Pero es que quieres repetir otra vez-pregunté con gesto sorprendido-?.

-No…para nada…solo quiero recordar este momento tan íntimo, con tu polla en mis manos…

Aquello me enterneció de pies a cabeza. Nos estuvimos besando y mirando a los ojos un buen rato, sin que me soltase la verga un solo momento. La acaricié sus sonrosadas mejillas, su frente, su pelo, su cuello...toda ella me tenía maravillado, ya que a pesar de toda su calentura y golfería seguía siendo una niña dulce y alegre, una mezcla que me sedujo por completo. Cuando me soltó nos vestimos, quitamos el pestillo y con timidez abrimos la puerta. El primer piso estaba vacío. Dimos un suspiro de alivio y ella bajó primero de vuelta a su ordenador. Yo esperé unos momentos para bajar sin levantar sospechas. Al bajar, la dependienta seguía dando la cháchara por el móvil con su amiga, hablando sobre cotilleos de la TV ó algo parecido. Durante el resto del tiempo que estuvimos uno al lado del otro constantemente nos mirábamos y sonreíamos como niños embobados. Y de pronto, la realidad se impuso a nuestra nube de placer cuando a lo lejos escuché:

-¡Susana!. Vamos, ya es hora de irnos.

-Sí Papá, enseguida voy, dame un segundo.

Me giré y vi a su padre, un hombre corpulento y de gesto serio que me llegó a intimidar. El padre se quedó en el mostrador esperando por su hija, a la que tenía que hacerla una pregunta con urgencia:

-¿Cuándo puedo volver a verte?.

-Búscame en los cíbers-me contestó con picardía-. Vengo a ellos muy a menudo, es la única forma de mirar las páginas porno que tanto me gustan sin que Papá se entere.

-Toma, quédate con esto.

Me saqué el colgante que siempre llevaba al cuello y se lo puse en su mano.

-¿Qué es?.

-Es un kanji-léase kanyi-, un carácter chino, ó en este caso, dos. Forman una palabra que me gusta mucho y que siempre me ha dado suerte, aunque por desgracia no sé pronunciarla.

-¿Y cual es la palabra?.

-Te lo diré cuando nos veamos de nuevo.

-Nunca me lo quitaré-dijo poniéndoselo-, pero yo también te haré un regalo.

-¿Ah sí?, ¿cuál?.

-Si vuelves a encontrarme, te regalo la virginidad de mi culito, que nunca nadie he dejado que me lo tocase(ni dejaré que me lo toque excepto tú). Y te prometo que seré tu novia.

Tras decirme aquello se levantó de la silla rozándome por los hombros con su mano. En cuanto estuvo con su padre le dio un abrazo y un beso en la mejilla. Éste se giró para pagar y Susana, aprovechando el momento, me miró guiñándome un ojo con picardía, mandándome un beso y levantando su faldita para enseñarme su culo al aire y recordarme su promesa, dando a entender que lo decía muy en serio. Y tan súbitamente como llegó Susana había desaparecido. Fue cuando descubrí que estaba perdidamente enamorado de ella. Ha pasado mes y medio desde aquella tarde y no hay un solo día en que no recorra todos los cíbers buscándola frenéticamente, anhelando por volverla a tener entre mis brazos, suspirando por terminar lo que comenzamos aquella tarde, pero por encima de todo, deseando hacerla mía para siempre…

El kanji de mi colgante era , y significa "Atardecer".

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Por eso dedica 30 segundos a valorar Susana, la chica del ciber. Ivan Sanluís te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:12) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

djinn (18 de August de 2009 a las 02:44) dice: es una historia bastante morbosa pero me parecio que tuvo un final bonito y medio triste. me parecio una bonita historia de amor. Espero que encuentres a Susanita

djinn (18 de August de 2009 a las 02:41) dice: es una historia bastante morbosa pero me parecio que tuvo un final bonito y medio triste. me parecio una bonita historia de amor. Espero que encuentres a Susanita


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