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SERVIDO A LAS COLEGIALAS.

Relato enviado por : Anonymous el 27/12/2017. Lecturas: 9654

etiquetas relato SERVIDO A LAS COLEGIALAS.   colegialas .
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Resumen
Siendo entonces un muy ardiente chico adolescente, me ingenio para que un grupo de colegialas me atrapen y me violen entre todas.


Relato
Era un muy hermoso chico adolescente que habiendo despertado a los fuegos ardientes del deseo y la avasallante eroticidad que me dominaba, había también despertado en mí ese raro y loco deseo de imaginarme juguete y objeto sexual de dominantes mujeres abusadoras.
Hacía tiempo yá desde niño que recorría esas páginas donde temas de femenina dominación y esos rollos poco conocidos me apasionaban con ardor cada vez más creciente, hasta que un día, decidido a llevar adelante un plan que yo mismo había astutamente elucubrado, me dispongo a ponerlo en práctica, usando para ello todo ese fértil caudal de extraordinaria capacidid actoral que el destino o como quieran llamarle, en mi persona con abundancia exquisita se encuentra y cada día más y más se perfecciona y mejora.
¿Que cuál fue mi plan? Paso ya, a contarlo. Pero para hacerlo más prolijo, vayamos en órden:
En cierto lugar de la ciudad, apartado un tanto de ella y en cierta zona suburbana y rodeada de parques boscosos, un elegantísimo colegio de muy alta alcurnia y exclusivamente femenino, a las horas de salida libera a un verdadero enjambre de hermosísimas muchachas que ya en sus lujosos automóviles muchas, como también en transportes para ellas exclusivos que deben aguardar en un lugar cercano al colegio allí contiguo a un sector poblado de vegetacion espesa y parque, alejado el lugar de extrañas e inoportunas miradas para mis planes inconvenientes, tracé mi plan que ese día, audazmente en práctica puse.
Disfrazándome de pobre pordioserito, supe arreglar mi nada desagradable masculina figura adolescente de formas admirables al gusto del femenino mirar-modestia bien aparte-, y aprovechando lo caluroso de aquel día que así debería estar para llevar a cavo mi plan, pues...me vestí escandalosamente con un harapiento y por demás pequeñito short de una tela raída y que hasta pena con sólo verla daba, y habiéndome así trabajado ahí dentro del bosque donde oculté mis buenas y muy caras prendas de costosa marca, así casi desnudo y al sólo vestir ese harapito que tenía más agujeros que tela, descalso y con el torso desnudo y portando en una de mis manos una andrajosa bolsita también de tela y con algunas podridas frutitas dentro y mordiendo de mi otra mano un mendruguito de duro pan, con paso muy lento y pateando piedritas y mi vista gacha hacia el suelo, comencé a acercarme a donde aquellas exuberantes y muy ricas colegialas tal vez algún que otro año mayor que yo alguna, ahí en ese lugar donde debían aguardar al bus que las trasladaba, en un número de siete u ocho, charlando alegres se encontraban.
Yo, hacia allí caminando y fingiendo ir a esperar un viejo y colectivo ómnibus que cada tres o cuatro horas por allí pasaba, al lugar dirigiéndome iba, cuando apenas fue ellas verme, y entre todas comenzaron a fijar su atención en mí. Obviamente, mi primer propósito se cumplía al pié de la letra tal cual lo había yo planeado.
Suspicaces risitas entre todas ellas, comenzaron a surgir, apenas vieron aquélla mi "triste figura". Triste figura, aderezada con ese encanto seductor que, -modestia aparte debo volver a decirlo-, es en mí bendición que a la naturaleza agradezco.
Comencé a acercarme figiendo en mi perfección actoral una tristeza en mi rostro que obviamente acompañaba a la pobreza extrema "de mi personaje", y como si hubiese llegado a un lugar donde no hubiera nadie, ahí quedé sentándome medio incómodo en una tosca piedra que en mi postura al hacerlo, resaltaba mi considerable bulto genital en aquel harapiento y ajustadísimo shortcito que tenía además unos agujeros tan grandes, que por uno de ellos parte de mis testículos pugnaban por asomarse, mientras la robusta complexión de mi enorme verga, cilíndricamente se dibujaba en la finita tela de aquel ajustado andrajo. Lentamete...roía yo mi pan... Ahí, a mi costado...sus risitas eran un contenido corito reprimido.
Superlativizando mi histrionismo en una calidad sinceramente intachable, movía mi cuerpo en posturas que exhibían las bondades de mi figura, en movimientos donde fingía yo estar incómodo y tratando de mejorar mi postura, y ellas...hasta exclamaciones soltaban en sinceras muestras de aprobación entre sus risitas y secreteos que entre ellas casi al oído se murmuraban.
Sé que suena pedante y hasta despreciable lo que estoy aquí en muchos pasajes diciendo...claro que es así!, lo sé...pero es una verdad que supe utilizar para llevar adelante este plan que en práctica y con mucho estudio de lo hecho puse, y que resultó exitoso, según yo así lo deseaba. Prosigo:
Mi masculina figura juvenil de perfectas formas y aderezada de esa seducción que desde muy niñito me caracterizó, ahí en aquélla mi bien caracterizada estampa de "hermoso mendigo adolescente", seducía lujuriosamente a aquellas exuberantes y muy ricas muchachas, las cuales sólo veían entonces en mí. "el sugerente bocadillo", digno de disfrutar a sus anchas, por el momento que sus deseos duraran.
Dada sus alcurniosas posiciones sociales era obvio que sus pensamientos sólo hacia ese aspecto se centraran, y obviamente ,en tal sentido también, yo estaba en el más acertado criterio. Todo...iba viento en popa!
Ni las miraba; mi lánguda expresión, era una mirada como perdida en valla uno a saber qué universos, y ellas me miraban, como quien mira hambriento a un bocado de riquísimo manjar, el cual está repleto del más sustancioso material sabor, pero carente así en absoluto, de vida.
-"Ch-ch-ch,ch,ch,ch-h-h-h-h-h...ch!" -Por fin, chasquéó provocativamente su lengua, una de ellas.
Las risitas de las demás, hacían un coro. Yo, permaneciendo actoralmente en indiferencia perfecta que me mostraba como el más insulzo ser viviente,masticaba lánguidamente mi bocadito de pan, con la lentitud de un comenzal moribundo.
Entonces, sentí el impacto aquél: una de ellas, arrojaba sobre mi genital bulto, una pequeña piedra que impactaba con puntería perfectamente certera.
-"A...ah!" exclamé con un apenas perceptible gritito, sorprendido es verdad, pero también presto a actuar según mi papel así lo exigiera. Las miré, con una cara de angelito que mira entre temeroso, y con una inocente picardía cómplice..! Todo...iba viento en popa!
-¡"JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!" Estallaron estridentes y socarronas, sus potentes carcajadas de muchachas robustamente ricas y zafadas. Yo, ahí estático y aumentando en mi facial expresión una mirada de ingenuidad entre "maliciosamente torpe" y complicidad hacia ellas, mordí mis labios así en esa expresión mirándolas, como esperando alguna palabra de ellas en una actitud que me mostraba como no merecedor de dirigirles la palabra siquiera.
-"DE DÓNDE ERES!!!?" Tronó desde una de ellas, la pregunta entre el mirarme de todas en un reír socarronamente constante.
-"e...e...yo...yo...pues...no lo sé...ando por cualquier parte..." Con una vocesita casi imperceptible, respondí. Comenzaron a acercarse riéndose, como quien pretende acercarse a un perrito vagabundo al que se pretende ganar su confianza.
La mano de una, comenzó a tocarme...arrolladito y medio sonriendo tímido, me dejaba tocar. Las demás...reían. Reían,con esa maliciosa manera de reír de quienes lujuriosas intenciones alberga.
Eran, exuberantísimas muchachas de cuerpazos despampanantes, cualquiera de ellas; veía yo ante mis ojos a la que tocándome estaba, y las gordísimas carnes de sus piernazas inmensas hacían ya, empinar mi verga que bajo la gastada y andrajosa telita de aquél mi ridículo shortcito, parecía querer destrozarla para saltar afuera empinándose en en despampanante erección bestial así escapando al aire.
Todas lo notaron, y sus más desprejuiciadas carcajadas, estallaron estridentemente sonoras.
La mano de la que me acariciaba entonces por el pecho, rápida y zafadamente atrevida, atrapó mi genital bulto, y ahí solté mi sincero grito de sorpresa y desesperación por la cosquilla monstruosa, y todas irrumpieron en un verdadero tronar de femeninas carcajadas por demás socarronas, potentes y placenteras.
Ahí, fingiendo una "maliciosidad inexperta", reí en complicidad con todas, y así les dije en un decir casi mezcla de súplica, propuesta, temerosidad, y una sonrisa medio entreverada con gemidos y llanto:
-"Se...se...señoritas...si acaso desearan hacer conmigo lo que desearen, yo...yo...con gusto me entregaría a ustedes si me prometen no hacerle daño a mi cuerpo...señoritas..."
Dibujaron todas en sus alegres rostros una maliciosidad gozosa, y mirando todo aquel entorno de soledad y boscosidad cómplice con el inmenso parque allí a disposición brindado, y casi en instantáneo acuerdo, todas de inmediato casi a la fuerza salieron conmigo llevándome a los empujones hacia adentro del parque, en un coro de carcajadas de todas ellas, y mi cómplice silencio corriendo al ritmo de los empujones que desde atrás me daban. Me llevaban, hasta el interior boscoso de aquel parque donde una colosal orgía...estaba pronta a comenzar en cosa de un minuto.(conbtinuará).
Sí: continuará...pero antes de lo que en la continuación con lujos de detalles contaré, adelantaré que de este parque, las muy cerdas me sacaron capturado, y en una camioneta en la cual rumbo a una lejana finca, me llevaron a vivir la más insólita experiencia de sexual esclavitud. Pero todo ello, ya es parte de esa otra historia.

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Esto comenzó desde hace 3 años. Yo salgo con una chica que se llama Susan. Ella es bastante bonita (lo digo yo, y lo dicen todos), y valió la pena todo el esfuerzo que hice para conquistarla. Siempre había tenido cierta debilidad por las chicas de colegio privado, por el uniforme, me vuelve loco verlas con pollerita, camisa y corbata. Y cuando comencé a noviar con Susan, ella ya estaba ya en el último año de la secundaria. Ella es rubia, de ojos verdes y alta, un metro setenta. Lo mejor de Susan, y es lo que me enamoro, es la cara de gatita viciosa, con unos labios que ya han hecho un buen labor con su novio. Además, tiene unos pechos que entran perfectamente en mis manos, una cinturita finita y piernas bien torneadas, largas. Y su atributo más deseado por mí, su cola redondita, la cual que todavía no pude hacer que me la entregue, se niega rotundamente al sexo anal.Pasado un año ya de salir con ella, y tener sexo en todas sus variantes menos el sexo anal ya mencionado, Susan salió del colegio y ya no tuve más a mi colegiala en uniforme. Igual, ella se coloca a veces su uniforme que ya le queda chico cuando estamos solos para darme el gusto... un jueguito de novios. Pero después de un año de noviar, comencé a ir a su casa cada vez más seguido, sobretodo estos últimos meses. Sus padres me tienen ya confianza y saben que lo mío con su hija es una relación seria, Pero en estas visitas, cuando cumplía mi rol de novio visitando a su novia, había veces que Susan no estaba, y me quedaba en su casa esperándola. A veces estaba la hermana mayor de Susan, Otilia, una nena de 19 años que está muy buena... o más que buena Es algo hermosa, tiene un cuerpo infernal, con dos tetasas que son enormes)dos sandias
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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:37) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:16) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:13) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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