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Tarde de compras

Relato enviado por : Hombre_Sexy_35 el 16/09/2013. Lecturas: 8868

etiquetas relato Tarde de compras   Maduras .
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Resumen
Eran las 3 del un calurosisimo lunes de agosto y me disponía al centro de la ciudad para hacer una pequeña compra de unas camisetas antes de irme de viaje.
Por dios, solo tenía ganas de meterme dentro del metro para poder aliviar el bochorno de la ciudad. Llego a la andana y quedan aún 3 minutos…



Relato
Eran las 3 del un calurosisimo lunes de agosto y me disponía al centro de la ciudad para hacer una pequeña compra de unas camisetas antes de irme de viaje.
Por dios, solo tenía ganas de meterme dentro del metro para poder aliviar el bochorno de la ciudad. Llego a la andana y quedan aún 3 minutos…

Por fin llega el metro y se abren las puertas, subo y dispongo a buscar algún sitio libre para poder relajarme durante el trayecto. Es perfecto estos meses de agosto
ya que el metro está casi vacío. Delante mío solo hay una pareja de turistas, un señor medio dormido escuchando música a un volumen altísimo y a su lado, una
mujer de unos 45 o 50 años jugando con su móvil.

Solo entrar en el vagón, me fijé directamente con esa mujer. Llamaba la atención su prominente escote que insinuaba un sujetador de color blanco, que aguantaba el peso
de unos pechos muy voluptuosos. Antes de seguir con la historia, quería comentar que me excitan muchísimo las mujeres maduras y por eso me fijé rápidamente en ella.

Seguía mirando a la mujer, y mirando los demás pasajeros para que no se pensaran que era un mirón, pero los ojos se me iban a su escote rápidamente. La mujer en cuestión,
era rubia, con una melena hasta los hombros con un corte de los mas normal, gafas de pasta negras, una camisa blanca con algunos botones abiertos (aquí es donde podía ver
el sujetador del mismo color que asomaba sutilmente), una falda de color marrón hasta las rodillas y unos zapatos a conjunto con la falda.

El metro hacía sus pertinentes paradas y al poco rato, la mujer miró por el cristal para saber donde estaba. Después nuestras miradas se cruzaron y yo me dispuse a mirar
su escote con todo el morro del mundo para que se diera cuenta de que me estaba deleitando con sus encantos.
Sonrió y bajo su mirada hacia el teléfono otra vez, solo con su sonrisa y mirando su escote, me había excitado muchísimo y tenía la polla durisima dentro del pantalón.

Supongo que fue por la terrible erección que tenía, que tuve que colocarme bien la polla y quería hacerlo disimuladamente. Deslice mi mano y la agarré por encima del pantalón para colocarla
en alguna dirección donde no estuviera tan prieta. Mientras hacia la operación, vi como esa mujer alzaba la mirada y se quedaba fija a mi paquete, no podía creer lo que estaba pasando y me
estaba muriendo de vergüenza.

La miré a los ojos y ella volvió a sonreír mientras lentamente separaba sus piernas. Por dios, no sabía donde mirar, la mujer me estaba regalando un espectáculo de su cuerpo.
No podía aguantar mi erección y intentaba mirar a otra parte dentro del vagón para tranquilizarme un poco.

Volví a mirar entre sus piernas y podía ver unas bragas de color blanco a conjunto con el sujetador que me estaban poniendo enfermo.

Mi erección era cada vez mas fuerte y ya no sabia como poner ni mis manos ni las piernas para poder disimularlo.

La mujer volvió a mirarme por encima de las gafas y después dirigió su mirada a mi paquete abultadisimo. Creía que me correría de un momento a otro.
Solo estaba pensando en la paja que me haría al llegar a mi casa pensando en esa mujer.

Llega mi parada y me dispongo a salir del vagón y por el reflejo de los cristales, veo que también se levanta la mujer en cuestión. Se dirige a otra de las puertas y me mira guiñando un ojo
antes de bajar. Estoy seguro que ha disfrutado poniéndome cachondisimo pero yo no sabeis como se lo agradezco.

Bueno, pues con mi mente en la mujer del metro me dirigí a la tienda de ropa (que no diré el nombre) a comprar mis camisetas. Estuve un buen rato mirando la ropa y no podía creer lo que
estaba viendo. La mujer del metro estaba en la misma tienda mirando unos vestidos en otras sección.

Solo con volver a verla, mi polla se estaba poniendo dura otra vez y ahora si que tenía de calmarme que con tanta gente, si alguien se fijaba pensarían que soy un enfermo.
Cogí un par de camisetas y me dispuse a ir al probador. Joder… estaba por echarme una paja del calentón que llevaba. Me saqué la camiseta y vi por el reflejo del espejo que la mujer
del metro entraba al probador siguiente al mío. Estaba de los nervios y no sabía que hacer. Me moría de ganas por entrar en el suyo y saciar mis ganas de sexo con ella.

Miré por un pequeño espacio entre la cortina del probador y pude ver perfectamente como ella, había dejado un trozo de cortina corrida. El espectáculo era fantástico.
Vi como se quitaba la camisa y su sujetador blanco abrazaba esos grandes pechos. Bajó hasta su cintura y deslizó su falda hasta las rodillas mostrándome su culo con una pequeña
braga blanca. No podía mas y saqué mi polla para empezarme a masturbar. Tenía un culo de infarto era grande como a mi me gustan seguido de unas piernas muy carnosas pero muy bien
torneadas para su edad.

Estaba cascandome una paja increíble cuando de pronto se giró y me miró directamente a los ojos. Volvió a sonreír y se acercó a la cortina de su probador diciéndome si le gustaba lo que estaba
viendo, que ya se había dando cuenta que la observaba y que se estaba excitando mucho pensando que estaría masturbadome.

Entras? me dijo.

Sin decirle nada, corrí mi cortina y me puse dentro de su probador. Empecé a besarla mientras mis manos iban directas a su culo. Era increíble, unas nalgas durisimas y grandes.
Las amasaba metiendo mis dedos dentro de las bragas mientras ella acariciaba mi polla por dentro del pantalón. Estaba agarrandome la polla y masturbandome sin parar.
Desabroché su sujetador y me dispuse a chuparle las tetas, tenía el pezón muy grande y eso me excitaba muchísimo. Los chupaba y mordía suavemente mientras me decía que no parara.

Lentamente bajé mi mano entre su piernas y pude notar que estaba empapada. Sus bragas y su sexo estaban mojadisimos. Seguía masturbandome y me pidió que la follara que
estaba muy caliente y quería sentir mi polla dentro.

La giré de espaldas y puse su culo frente a mi. Por el reflejo del probador, vi como cerraba los ojos de placer y apoyaba sus manos en el taburete. Fóllame volvió a ordenarme.
Bajé sus bragas hasta los tobillos y rocé mi polla entre sus nalgas. Estaba a punto de estallar viendo como movia su culo. Con su mano derecha agarro mi polla y se la metió
de un solo golpe dentro de su mojado coño. Entró sin ninguna dificultad de lo caliente que estaba y empezó a moverse golpeando mis nalgas contra mi. Era como una fantasía hecha realidad,
me estaba follando una madura desconocida y que estaba buenísima. Agarraba sus caderas para metersela hasta el fondo mientras ella me agarraba el culo para que fuera mas profunda
la penetración.

Me dijo que me corriera que ella no podía aguantar y quería sentir mi leche dentro de su coño. En un instante mi polla soltó un chorro de semen que inundó su raja mientras a ella
le temblaban las piernas.

Se giró y subiendo sus bragas, me dijo que le había encantado. Que necesitaba una buena follada y que le había puesto muy cachonda desde que me vio en el metro.

Y así fue como nos despedimos y nunca la he vuelto a ver.




Me encantaría que me escribieran mujeres entre 40 i 55 años, opinando sobre el relato.
Gracias

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Si te ha gustado Tarde de compras vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Tarde de compras. Hombre_Sexy_35 te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:11) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:44) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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