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un jefe y su manada

Relato enviado por : learcu el 14/10/2016. Lecturas: 2794

etiquetas relato un jefe y su manada   Trabajo .
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Resumen
Subí las piernas despacio, las flexionó, mi vagina, quedaba perfectamente a la vista, la vio y se le salían los ojos de pasión, se mordía los labios, babeaba, miró detenidamente aquella vagina, sus labios eran grandes, muy grandes, rosados, húmedos… Mis jugos vaginales empezaban a escurrirse por mi entre pierna, puso su lengua allí, la movía despacio, me iba a matar de placer, cerré los ojos y acerqué su cabeza más a mi vagina húmeda, le crucé las piernas detrás de su cabeza, no se podía escapar, quería más, más placer


Relato


Llaman a Leo el jefe y le comunican a Ana como se formó el circulo y como ellas lo llevan a buen termino, ella ahora tendría que ingresar a este…, Ana asombrada no se opone y es empujada al dormitorio de Leo con Leo detrás de ella, Ana vestía este día una blusa atada a su cintura y una falda corta escolar escocesa que poco cubría, pronto siente las manos de este en su cuerpo y como con sabiduría la excita llevándola a la cama, en ella solo gime estimulada y animada a tener sexo con el jefe sin oponerse y siente como es desnudada y pronto ve ese enorme miembro que esta a la entrada de su vagina dilatándola y tratando de penetrar esa cueva secreta, de pronto siente como ese pene ingresa totalmente en sus entrañas y eso la provoca y perturba moviendo deliciosamente sus caderas como tiempo que no lo hacia, si tenía sobre ella un delicioso macho que la empotraba y avivaba en sus movimientos apasionados gimiendo y gruñendo de gozo al ser deliciosamente clavada por el macho y suspiraba ansiosa de pasión al sentir ese miembro destrozando su vagina y matriz. Sentía salirse ese pene y volvía fuertemente penetrándola y haciéndola gemir de sensualidad, veinte minutos la tuvo el macho gozando en duros apareamiento y deleitándola de placeres…

Cuando se reúne con la otras mujeres tenía una sonrisa en sus labios, les dice ahora pertenezco a vuestro circulo. El problema es que no se como me apareare con él otros días…, eso lo solucionamos nosotras le dicen.

Otro día una de las hijas le solicita a Ramón el camionero si la lleva a casa a buscar un bolso y solicitan permiso al jefe, este dice que si… todavía el vehículo no llevaba unos veinte metros cuando ya Ana era atracada, manoseada y llevada a la cama donde se revuelca desesperada con el jefe de su marido penetrando su vientre este con gran placer, ella gemía, gritaba y ronroneaba excitada, abrazándose al cuello de su macho, estaba más que deseosa. Me acariciaba las piernas y puso su mano sobre mi pecho. Nos seguíamos acariciando y besando como desesperados. Estábamos muy calientes. Noté un bulto en su vientre, su pene rozaba con mi vagina, me empezó a tocar las nalgas y todo el cuerpo con sus manos, los senos por encima del sujetador que aprisionaba mis grandes pechos deseosos de explotar.
Subí las piernas despacio, las flexionó, mi vagina, quedaba perfectamente a la vista, la vio y se le salían los ojos de pasión, se mordía los labios, babeaba, miró detenidamente aquella vagina, sus labios eran grandes, muy grandes, rosados, húmedos.
Mis jugos vaginales empezaban a escurrirse por mi entre pierna, puso su lengua allí, la movía despacio, me iba a matar de placer, cerré los ojos y acerqué su cabeza más a mi vagina húmeda, le crucé las piernas detrás de su cabeza, no se podía escapar, quería más, más placer.
Mi clítoris se podía ver a simple vista, siempre lo he tenido muy prominente en plena excitación. Creo que se sorprendió de su tamaño, lo tocaba con la lengua, lo succionaba, no pude más, tuve un fuerte orgasmo, no me había penetrado, pero me estaba muriendo de placer, me puse a gritar como una loca, se asustó un poco, pero seguía chupando, lamiendo, mamando.
De repente se incorporó, se arrodilló en la cama, levantó bien mi culo me puso una almohada debajo, los labios de la vagina le colgaban, y ya su color era púrpura. Le pedía que me la metiese por ahí. Y así fue, puse su glande apoyado en la entrada de mi vagina, de un empujón me penetró.
Estuvimos no menos 10 minutos a quince minutos con arremetidas y vaivenes.
Como me excitaba. Finalmente un nuevo orgasmo, pero ahora había sido penetrada eyaculó en mi matriz, noté el escozor de la leche caliente en mi interior. Quedamos exhaustos, satisfechos, en esos momentos me recuerdo que estaba en mis días de fertilidad y asustada se lo digo, fue como un latigazo estimulador se enardeció el jefe de mi Ramón y besándonos más apasionado y caliente que antes en mi vida rara vez me habían besado con lengua y nuestras lenguas se enredaban como si ellas solas fuesen suficientes...y yo seguía apretujada de mis nalgas por sus dedos…, siento nuevamente en mis entrañas esa leche tibia inundándome y si antes no me había embarazado ahora si Ramón tu jefe me preñó… como me inundaba era una maquina de producir semen.

Era la última que entre en el circulo, pero la primera en ser embarazada por el jefe. Les comente a mis amigas.

Llevamos seis meses de este círculo, ahora soy una empleada del establecimiento, no ayudo a Ramón en el camión este contrato un muchacho de ayudante.

Contaré que ya no soy la única preñada ahora somos tres preñadas, yo con seis meses, Marjorie tiene cuatro meses y su hija Sandra tiene tres meses. Por último Lucía anuncia su embarazo.

En casa me encargué de convencer a la esposa del chico ayudante de mi cornudo marido que ingresara al círculo ya que se quejaba Mariana de ser mal saciada en sus encuentros de efusión con su marido, ambos jóvenes tenían 16 años.

La chica fogosa e impetuosa por probar otro pene acepta, dos días después Leo jugueteaba y gozaba de ese joven cuerpo de Mariana, esta excitada se meneaba y arqueaba desesperada al ser incrustada por ese monstruoso pene gritando, quejándose, rugiendo de placer y dolor, luego solo suspiros y resuellos de placer, esos dolores le satisfacían su ego y ella saciaba sus sumisión a los placeres del coito bien extraídos por Leo, como se desajustaba mi pobre cama, casi se desarmaba con las sacudidas y jadeante entrega de complacencia a la cesión casi delirante de esta hembra al coito que recibía por parte de nuestro jefe, me daba envidia sentirla gozar como una perra ardiente en brazos de este.

En mi empresa todo bien y en crecimiento. Como jefe me había degenerado hasta contratar solo mujeres en mi empresa, los hombres no tenían cabida descontado los externos.

Tenía en mi empresa al capataz Marjorie en preparación de colchones acompañada de Ana, en costuras de sabanas a Sandra con Mariana, encargada de secretaria estaba Lucía, esta última me trae a su cuñada casada con el hermano de su marido Estela una mujer de 35 años con tres hijos de 14, 11 y cinco años este último me cuenta Lucía se lo fecundó su vecino y amante, un chico de 18 años muerto en un choque, hoy ella añora a su amante y está en una depresión y ella la trae a la empresa como encargada de las cuentas ya que en un negocio ella llevaba estas cuentas…, como estaba deprimida por sus ansiedades apasionadas deseosas de unos buenos encuentros carnales, esa tarde cuando me la presentan la llevo a la cama… no se resiste, aún más casi me viola, me permitió manosearla besar sus partes íntimas y se desnudo desesperada al ser besada en su entrepiernas, me miro y me dice quieres sexo lo tendrás…, va hacia la cama, en ella me recuesta boca arriba subiéndose ella con sus piernas abiertas sobre mis caderas y montándome se deja caer suavemente en mi hinchado, rígido, desarrollado y grueso pene, suavemente a su vez menea divinamente su trasero tragándose en cada movimiento pedazos de mi pene hasta clavárselo completamente y comienza unos excesivos, tremendos, extravagantes movimientos de su cuerpo sobre el mío, quejándose llorando de placer al tener su vagina dilatada y adolorida al estar abierta por este pene, algo que ella deseaba desde mas de un año sin aparearse por tener a su marido castigado por que se arrima a las cantineras del bar que con sus amigos frecuenta.

No necesitaba moverme ella hacia su trabajo sola, soltaba mi pene lo estiraba acariciándolo con sus pliegues vaginales hasta hacerlo doler, luego caía sobre mi cuerpo estremeciéndose al entregarme su orgasmo conseguido por sus meneos con mi pene, era impresionante verla como demandaba sexo, volvía a sus meneos y nuevamente caía en éxtasis al llegarle sus orgasmos, hasta caer agotada sobre mi pecho aprovecho de girarnos y ahora soy yo quien sobre ella clavo con desesperación mi pene en ella evacuándole todo mi semen en sus entrañas. Ahora éramos dos los agotados y nos acariciábamos prometiéndonos sexo diario. Por supuesto entro en la planilla de la empresa y al día siguiente nuevamente el delirante y entusiasmado baile en la cama, llevamos ya dos semanas y ella cada día pide más creo que es ninfomana o está cerca.



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Si te ha gustado un jefe y su manada vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar un jefe y su manada. learcu te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:07) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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