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Un muy particular trío. ( CON fotos)

Relato enviado por: Narrador el 17/7/2017. Lecturas: 7884
Etiquetas:   Trios
Relato completo

Hace unas pocas semanas, mi esposo Roberto, y yo que nos encontrábamos en una cervecería compartiendo con unas amistades. Nos encontramos a Eduardo, un amigo de la infancia de mi esposo, el cual yo no conocía. Roberto estaba tan contento, por el encuentro con su amigo, que además de pagar varias rondas de tragos, ya cuando estábamos por marcharnos, Roberto invitó a nuestra casa a Eduardo.
Cuando mi esposo invita a alguien a casa, por lo general, ya sea alguna conocida, o conocido, terminamos haciendo un trío. Cosa que a mí me encanta, sobre todo cuando soy la única mujer. El detalle de esa noche fue, que me pareció ver algo diferente en la conducta de Roberto, pero lo atribuí a lo mucho que habíamos bebido.

No bien llegamos a casa, y tras tomarnos algunos tragos, no pasó mucho rato para que entre Roberto y Eduardo comenzaran a desnudarme, y a medida que lo fueron haciendo, también me fueron besando y acariciando todo mi cuerpo. Por lo que yo me encontraba en las nubes, disfrutando de las atenciones de mi marido y de su amigo. Pero de momento, y de manera inesperada, me di cuenta de que Eduardo luego que mi esposo y él se desvistieron, se dedicó a mamar el miembro de mi marido. Y aunque me causó algo de sorpresa, permanecí en silencio disfrutando de las caricias y besos, sin prestarle mucha atención a lo que el amigo de mi esposo hacía.
Al poco rato yo me tendí boca arriba sobre la cama, separé mis piernas y Roberto, comenzó a penetrarme. Yo esperaba que en cualquier momento Eduardo, me pusiera a mamar su verga, o buscase la forma de penetrarme por el culo. Pero no fue así, fue cuando me di cuenta de que el tal Eduardo, estaba penetrando a Roberto mi marido por el culo. La verdad es que me quedé impresionada, no pensé jamás que a mi esposo, permitiera que eso sucediera. Pero a medida que su amigo seguía taladrando el culo de mi marido, el rostro de Roberto reflejaba un gran placer. Pero lo que más me sorprendió, fue la manera en que Roberto movía sus caderas, y gemía profundamente a medida que Eduardo lo penetraba una y otra vez. Yo por mi parte también disfrutaba de lo que sucedía, al punto que disfrute de un tremendo y morboso orgasmo. Ya que al tiempo que mi marido me penetraba a mí su amigo lo penetraba a él. Yo después me dediqué a mamarle sus miembros a los dos, para luego disfrutar que Eduardo también me penetrase por el coño, mientras que yo no paraba de mamarle la verga a mi esposo. Al día siguiente, ni me enteré cuando Eduardo se marchó, y cuando le preparé el desayuno a Roberto, él no me dijo nada, por lo que yo tampoco hice comentario alguno, hasta que a los pocos días me dijo que volveríamos a encontrarnos con Eduardo, por lo que le expresé que estaba de acuerdo, sin decir más nada. Bueno las veces que Eduardo nos acompaña, yo disfruto el ver como él le da por el culo a Roberto, que por la cara de felicidad que pone, no me queda la menor duda de que eso le gusta, y mucho…..