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Un Típico Sábado por la Noche

Relato enviado por : LoveMan24 el 01/07/2009. Lecturas: 6645

etiquetas relato Un Típico Sábado por la Noche .
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Resumen
Es sábado por la tarde, una tarde muy aburrida. No tengo planes para esta noche ya que mi novia no puede acompañarme a la disco, y recibo una llamada inesperada de una amiga que no veo desde hace tiempo. Me animo y la invito con mi grupo, armándome un plan para follarmela esa misma noche, pero las cosas nunca suceden como uno espera.


Relato
Un saludo, me llamo Victor, tengo 23 años, 1.72 mts, pelo negro, contextura robusta y de cuerpo atlético. Este es mi primer relato, es sobre algo que me sucedió hace unos años, y quiero advertirles que es algo largo, por lo tanto les agradezco de todo corazón su paciencia, tiempo y dedicación para leerlo. Acepto críticas siempre y cuando sean constructivas para mejorar mis relatos en el futuro. Gracias, espero que lo disfruten.


Era sábado por la tarde, me encontraba en mi habitación solo, aburrido, acostado en la cama mirando el techo sin ganas de nada, pensando en cuanto me hubiese gustado salir ayer viernes con el grupo de la uni. Tenemos la rutina de salir todos los viernes y sábados por la noche a las discotecas a pasar un buen rato, a quitarnos todo el estrés de la semana que nos produce la universidad, a bailar, beber, y terminar la noche con nuestras parejas en la cama.

Pues sí había quedado con el grupo como de costumbre, pero mi novia Daniela con la que llevo ya 3 años, (19 años, con una linda carita de ángel, ojos oscuros, pelo negro largo y ondulado, 1.65 mts , unas tetas no del todo pequeñas, paraditas y apetecibles, unas piernas de modelo y un culo redondito y muy provocativo) no había podido ir conmigo, pues aparte del trabajo que tenía ya acumulado, estaba trabajando en unas pancartas y folletos para la protección del medio ambiente desde hace unas semanas y así conseguir unos puntos extras. Se encontraba tan ocupada que ya no teníamos mucho contacto, ni físico ni verbal, y rara vez nos veíamos en el campus. El poco contacto que habíamos tenido en las últimas semanas era por mensajes de texto, y si teníamos tiempo, por teléfono. Realmente patético, y deprimente. La verdad no me apetecía salir, mis ánimos estaban, como se podrán imaginar, por el suelo. Ya estaba cansado de todas las semanas en las que tuve que ir sin compañía alguna. Era algo frustrante. Aunque si admito que me pille a mas de una, con las que baile y me divertí, pero era poca la libertad que tenia ya que en el grupo se encontraba Ángela (Delgada, 20 años, hermosa y larga cabellera dorada con unos ojazos azul claro, algo más alta que Daniela, piercing en el lado izquierdo de la nariz, unas tetas voluminosas que estoy seguro abran causado más de una buena paja, y un culo llamativo que dificulta quitarle la mirada, pues es una de esas blancas que tienen el culo de una negra), mejor amiga de Daniela, y por lo tanto, la chismosa de mierda que le contaba a mi novia todo con lujo de detalles, como cuantas veces iba al baño. Me sentía vigilado a cada momento, situación que como sabrán, era bastante incómoda. Ella es novia de Cristian (rubio alto de contextura delgada y con copete), que aunque no muy amigo mío, pertenece también al clan y es muy amigo de Julio (pelo negro, cresta, alto de 1.80 mts mas o menos) que es un amigo mío de la infancia.

Pues ahí me encontraba, pensando en mil cosas, y en ese momento recibo una llamada inesperada de una amiga que conocí en la secundaria, la cual también había estudiado con Daniela. Su nombre es Diana(Delgada, morenita, carita bella de ángel, bastante atractiva, unos 19 años, pelo largo oscuro, unos ojos verdes encantadores, un busto pequeño pero redondito, unas piernas muy bien definidas y un culo que solo una morena se gasta, uuuff, lo que yo llamo un señor culo, si, un culo como hecho con compas, un culazo!). Me llamaba para saludarme y preguntarme por qué no había respondido sus emails. La verdad llevo como 3 meses sin entrar en mi correo, que con todo el trabajo que he tenido y la pereza que me da cuando tengo algo de tiempo libre, se me ha hecho imposible.

- Hola amor! Soy yo Diana! Tiempo sin hablar eh? Como has estado? –dijo ella con entusiasmo- No me has respondido los emails, es que ya te has olvidado de mi?

La verdad me extraño mucho que me llamara, pues no nos veíamos desde hace 1 año y solo chateábamos de vez en cuando por internet. Pero solo oír su voz me hizo recordar aquellos tiempos de secundaria en los que la deseaba con furor, con pasión, a ella y a ese culazo que tantas erecciones me provoco en mitad de clase, y en todas las pajas que me hice de solo pensar en ese tan definido par de nalgas, pensamientos en los que me las ofrecía y yo como niño bueno las aceptaba con mucho gusto, penetrándola por ese trozo de jamón de primera calidad que tiene por culo, y en esos labios tan bellos y carnosos besando la punta de mi pene y lamiéndolo hasta finalmente correrme. Todo esto paso como un flash por mi cabeza y sentí un leve pero rico escalofrió recorriendo mi cuerpo.

- Holaaaa? Estas ahí?

Al oírla de nuevo reaccione, y con rapidez y torpeza respondí:

- N- n- no como crees que me voy a olvidar de ti?, es que he estado muy ocupado con la uni y no he tenido tiempo de leer los emails, discúlpame.

- Jaja tranquilo, no te preocupes –respondió- y Daniela como esta?, hace tiempo que no hablo con ella.

- Si bueno es que últimamente ha estado mas ocupada que yo y raramente nos vemos así que no sabría realmente que decirte.-dije algo triste

- Ay corazón como lo siento, yo se que tú la quieres mucho, pero bueno los estudios son los estudios amor.

No respondí, simplemente me quede callado, hubo un silencio y al cabo de unos segundos

- Lo que necesitas es un buen masaje para que se te quite el estrés, no sabes lo maravilloso que resulta después de un día agotador!

“Si, un buen masaje en la polla me vendría bien” me dije a mi mismo sonriendo.

- Si, supongo que no me vendría mal jeje –dije moviendo mi cuello en un intento por reconfortarlo.
- Sabes que también es bueno para el estrés? –dijo con un cierto tono de picardía, quizás fue solo mi imaginación –Salir a bailar!, bailar es aun mejor que cualquier masaje, por cierto, no quieres salir esta noche?

Ya sabía yo que tarde o temprano saldría a flote la verdadera razón de su llamada, pues yo se que le gusta mucho salir a fiestas. Le encanta. De seguro no tenía con quien ir y se acordó de mí. No me importo. Me lo pensé por unos segundos, la verdad no tenía muchas ganas de salir, estaba fuera de onda con lo de Daniela, sin ánimos, pero con unas jodidas ganas de ver a Diana, así que termine por aceptar la invitación. Quería verla, a ella y a ese culazo que se gasta con tanto descaro.

- Pues si por qué no?, no me vendría mal, además que tengo ganas de verte jeje.
- Ay Víctor cuidado te escucha Carla –dijo ella seguido de risas.
- Jajaja se me ocurre que podríamos ir con mi grupo – dije sin pensármelo -Así te presento mis compañeros de la uni.

La imagen de Ángela apareció en mi mente justo después de lo que acababa de sugerir, y de inmediato me di cuenta de la estupidez que acababa de cometer, “idiota!” me dije a mi mismo, recriminándome mi falta de sentido común. Pero ya no había vuelta atrás, la única forma era que Diana no aceptara.

- Me parece estupendo! –dijo muy alegre

Que mierda. Todavía no me podía creer lo que había propuesto. Por que no pensé antes de hablar. Pero bueno, ya lo hecho, hecho estaba. Por último me dio la dirección de su departamento para que la pasara buscando, la anote en un papel que encontré en mi escritorio y nos despedimos. Pensamientos muy verdes pasaron por mi cabeza, todavía faltaban unas 6 horas y yo ya estaba pensando en fallármela! Y desde luego que si quería, pues no había dado un buen polvo en todas estas semanas. Daniela me tenía muy descuidado, y si le llegase a serle infiel, seria por culpa de ella, por no atenderme como se debe. No pude evitar sentirme algo culpable por mis pensamientos y forma de razonar, porque a pesar de todo, yo quería y sigo queriendo mucho a Daniela.

Esas 6 horas se hicieron eternas, me distraje jugando en la videoconsola, viendo televisión, jugando al solitario en la computadora, y ya cansado decidí echarme una siesta. Las horas pasan y de pronto suena mi móvil. Me despierto. Abro lo ojos lentamente y con algo de esfuerzo. Al ver la hora me doy cuenta que son las 9. Menudo cabron que soy! me quede dormido y tengo menos de una hora para alistarme. Mi móvil vuelve a sonar y lo atiendo. Es Daniela quien me llama.

- Hola nene como estas? No me enviaste ningún texto en toda la tarde, que ha pasado? te has olvidado de mi?

“esa pregunta debería hacértela yo” pensé, ya que le prestaba más atención a sus estúpidas pancartas que a mí

- Hola, aquí todo bien y tu preciosa? -dije sin mas remedio
- Bien cariño, discúlpame por lo de ayer, es que de verdad estaba muy ocupada tu sabes… yo de verdad quería estar contigo y pasarla rico, sabes… me haces falta …

En eso mi mama llama a la puerta

- Víctor, Te busca Julio –dijo casi gritando. Que corte de nota más mierda.

No hubo necesidad de explicar, Carla había oído y lo único que tuve que decirle fue que la llamaría después. Fui a la sala donde Julio, mi mejor amigo, se encontraba.

- Julio hermano que tal, y eso que haces aquí?
- Pues te he llamado como unas 100 veces –dijo exagerando como siempre - y no me respondes el móvil, así que decidí pasarme por tu casa y ver que cojones pasaba. Hoy si vas a venir con nosotros a la discoteca? O vas a arrugar como hiciste ayer?

Tarde unos instantes en contestar, pues seguía medio dormido. Y pasándome por el parpado con la mano, y bostezando por última vez le respondí.

- Si claro que sí voy, pero no voy a ir solo –dije con una sonrisa
- Ah entonces Daniela por fin encontró algo de tiempo para divertirse no? Ya era hora –dijo el ingenuo de Julio.
- No precisamente –dije con una sonrisa aun mas grande –voy a ir con Diana, te acuerdas de ella? La amiga de Daniela que estudiaba con nosotros en secundaria.

Tardo unos instantes en responder puesto a que estaba tratando de recordar.

- Aja picaron! –dijo seguido de carcajadas –claro que me acuerdo! Esa morenaza tan rica de ojos Verdes que te gustaba no?, Las mejores par de nalgas de todo la escuela! Jajaja, uuuff si que me acuerdo bien de ese culo. Me parece bien que te animes.
- Jajaja si esa misma, y que no te escuche Alejandra porque sino…(novia de Julio, 20 años, pelo negro, largo , ojos café, unos muslos muy bien torneados, unas tetas no muy grandes pero con un culo bastante aceptable). Voy a echarme una ducha rápida y los veo allá en 1 hora vale?, tengo que buscar a Diana y me imagino que tu a Alejandra.

Julio asintió con la cabeza y se dirigió a la puerta. Yo me fui a mi habitación, al cuarto de baño a ducharme. Abrí la llave de la regadera y me metí. Mientras me duchaba no podía dejar de pensar en Diana y todos sus atributos, pensamientos que me provocaron una inmensa erección. Al bajar la mirada y darme cuenta hice un intento por dejar de pensar en ello y guardar fuerzas para la noche, pues planeaba pasarla muuuy bien con ella. Una vez fuera de la ducha me puse unos jeans oscuros, una camisa manga larga de color arena y unos zapatos elegantes Rossi negros. En fin, semiformal como solemos ir todos. Me perfume y me peine echándome algo de gel y ya arreglado, cogí las llaves del coche y me dispuse a buscar a Diana.

Ya cerca de su departamento, la llame al móvil para que fuese bajando. La verdad estaba bastante nervioso, pero a las vez muy emocionado. Salí del coche para esperarla y poder verla apenas saliese por la puerta principal, no me quería perder ni un solo instante de lo que iba a ver en breves momentos, y cuando al fin salió, resulto ser mejor de lo que ya me estaba imaginando. Llevaba puesto unos jeans cortos azul oscuro que le quedaban tan justos que definían muy bien sus curvas, sus piernas y su muy bien dotado culo. Una blusa negra semi-escotada que le quedaba de maravilla y dejaba ver la mitad de unos pechos divinos. Su pelo largo muy liso y brillante le dio un toque especial. Se encontraba muy sexy. Y fue imposible verla a la cara, mis ojos se encontraban puestos en su cuerpo de diosa.

- No dejes caer la baba –me dijo riéndose

Que idiota soy.

- Eh perdón jaja es que te vez increíble –dije algo sonrojado y tratando de disimular mi mirada tan descarada
- Tu también te vez muy guapo amor –dijo guiñándome el ojo –nos vamos?

Le abrí la puerta del coche y nos fuimos. Manejando fue toda una odisea, pues se me hizo realmente difícil mantener los ojos en el camino, y con una hembra como esa al lado no era para menos, así que puse algo de música para relajarme un poco. A pesar de ello, resulto difícil quitarle los ojos de encima, sobre todo a esos pechos que me tenían tan loco, los veía de lado y note una pequeña parte de su pezón. Sus piernas eran increíbles, su definición se marcaba bastante. Ella noto como la miraba, y como no iba a notarlo si lo hacía con un gran descaro. La desnudaba con la mirada, pero ni ella ni yo dijimos nada. Supuse que era eso lo que ella quería, que la mirase de esa forma, pues al fin y al cabo, a todas las mujeres les gusta sentirse deseadas, o me equivoco?. Mi móvil empezó a vibrar, alguien me estaría llamando, pero no me importaba quien era, ni los motivos de la llamada, lo único que me importaba en ese momento era seguir mirando a aquella figura femenina tan seductora, tan radiante. Cuando me di cuenta, tenía un bulto en el pantalón, menudo bulto! Ya tenía la polla a mil con solo verla. Note que Diana se dio cuenta que mi amiguito, o debería decir ahora amigote, estaba animado, pues la pille mirándome fijamente al bulto que tenia atrapado en el jean, me miro a los ojos, y haciendo un movimiento con los labios, sonrió, pero no me atreví a decir nada. Decidí hablar de los viejos tiempos en secundaria para romper el hielo, y hablamos también de todo lo que habíamos hecho en ese año en el que no nos habíamos visto. Nos entretuvimos bastante, al menos lo suficiente para despejar un poco mi mente de esos pensamientos tan morbosos que me asechaban.

Llegamos a nuestro destino, me baje del coche y me dirigí a abrirle la puerta. Le entregue las llaves al parquero y una vez en la discoteca, la que mis amigos y yo frecuentamos, que es en realidad uno de esos restaurantes que de noche son discotecas. Me dirigí con Diana hacia la mesa donde estaba mi grupo. La misma mesa que reservábamos todas las semanas, o al menos cuando íbamos a esa discoteca, pues también íbamos a otras para variar.

- Hey como están todos? Les presento a Diana, una amiga de la secundaria

Diana saludo a todos con una bella sonrisa y todos le respondieron con unos amigables “hola” y “que tal” Pues las miradas de sorprendidos de algunos eran evidentes y no dio lugar a mas. Me sentí algo avergonzado, pues allí estaba yo con el grupo de la universidad (que también es el grupo al que pertenece Daniela), presentándoles a la hembra con la que me iba a divertir esa noche, a la hembra que me iba a llevar a la cama, a la que me iba a follar, si, ya estaba decidido, me la iba a follar.

- Eh venga siéntense ya –dijo Carlos rompiendo el hielo (pelo castaño, ojos café, alrededor de 1.70mts)

Estuvimos hablando como 1 hora y tomándonos unas copas, antes de que el DJ empezara con la música. El muy inteligente sabía que había que esperar a que la gente se embriagase para que se prendieran y bailaran “mejor”. Mientras hablábamos Diana les contaba las aventuras y desventuras que pasamos tantas veces en la secundaria, mientras las chicas oían con desvelo, y los chicos….bueno, digamos que más de uno del grupo no le pudo quitar los ojos de encima. Julio se esforzaba por ser discreto ya que no quería problemas con Alejandra, pero yo sabía con certeza que se moría por admirar con libertad a aquel ejemplar femenino. Cristian por otra parte, no hacia ni el menor intento de disimular, se la comía con la mirada, y Ángela obviamente se dio cuenta y le lanzo más de una mirada que lo obligo a mantenerse a raya, miradas de esas que te dicen “esta noche no te dejo entrar por cabron”. Cuando llego la hora de bailar nos fuimos todos a la pista, quedando en la mesa las bebidas y los bolsos de las damas. Los amos de la pista eran siempre Carlos y Gabriela (rellenita, pelo corto castaño, 1.65 mts mas o menos, buenas piernas, un culo digamos regular, tetas un tanto pequeñas pero muy paraditas y de lo que más hablaba Carlos, su piercing en la lengua, uuff). Cristian y Ángela no se quedaban atrás, bailaban muy bien. Julio y Alejandra eran más sencillos a la hora de bailar, se encerraban en su propio mundo mirándose el uno al otro bailando de una manera muy sensual, pero sencilla.

Todo estaba en orden, pero cuando Diana y yo bailamos, dejamos atrás a todos los que allí se encontraban. Todos se nos quedaron mirando al principio por nuestro baile tan atrevido (a Diana le encanta bailar así), el cual al comienzo dude en aceptar, me sentí nuevamente vigilado por esos penetrantes ojos azul cielo llamados Ángela. Diana noto mi repentino estrés y decidió tomar las riendas, estaba de espaldas muy pegada a mí con los brazos semi-levantados, y moviéndose de una manera muy sensual, Meneando las caderas y el culo. Yo jugaba mi papel como debido, aunque con algo de duda, pero después de un rato me relaje y me deje llevar por la música. El simple hecho de bailar con ella ya me estaba calentado, o habrá sido el calor natural que se produce al bailar?.En fin. Lo que si me encendió de verdad fue cuando pego completa y descaradamente su gran culazo a mi pantalón, no conforme con eso, lo meneaba de un lado a otro. Eso hizo que mi polla despertara en un abrir y cerrar de ojos, si es que se había dormido en algún momento. Diana pareció darse cuenta por una breve pausa que hizo, pero siguió sin darle importancia alguna. Me di cuenta que Ángela no paraba de mirarme, aun bailando con Cristian, lo cual me preocupo porque como ya dije antes, es la mejor amiga de Daniela, mi novia. Afortunadamente poco después todos nos fuimos a sentar a la mesa para descansar.

Una vez sentados, pedimos nuestras bebidas al camarero. Seguimos hablando, Las chicas preguntándole a Diana que les contase mas sobre nuestros días en la secundaria. Ángela aun no dejaba de mirarme. Las demás chicas no decían nada, ni tampoco me miraban como lo hacía Ángela, tal vez porque sabían lo descuidado que me tenía Daniela, o tal vez… porque estaban muy ocupadas oyendo a Diana. Si, seguro era eso, y mis esperanzas volvieron una vez más al suelo. Con la mirada fugaz de Ángela sabía que iba a tener mucho que explicarle a Carla al día siguiente, así que después de un esfuerzo por relajarme decidí dejar las preocupaciones atrás y disfrutar el ahora. Ya tendría que rendir cuentas…así que lo menos que podía hacer era divertirme y gozar.

- Has sido el rey de la pista cabron! –dijo Carlos riéndose -pero veras como se te acaba eso rapidito porque ahora que volvamos a bailar vamos a ser nosotros quienes dejemos a todo el mundo mirando, vas a ver –dijo dirigiendo la mirada hacia Gabriela y preguntando.. –verdad mi amor? – A lo que esta asiente con la cabeza y dirigiéndome una sonrisa perversa que indicaba un “los vamos a destrozar”

Solo respondí con una carcajada y me termine de tomar mi whiskey. De pronto Diana puso su mano en mi entrepierna, en la cual ya desde hace un rato yacía un pene luchando por salir del pantalón y clavarse directamente en su coño. Esto me sorprendió mucho, pues a pesar de lo cachondo que había sido nuestro baile, no me esperaba esa reacción. Ella era súper cachonda en el baile, pero no del todo fuera de él. Es extrovertida, pero no puta. Al parecer ella estaba aun más caliente que yo. Empezó a acariciar ese enorme bulto al mismo tiempo que le dirigí disimuladamente la mirada, tratando de que nadie se diese cuenta. Pero note que ella no me respondió sino con más caricias, hablando con los demás como si nada estuviese pasando y tomándose una piña colada mientras introducía su mano lentamente en mi pantalón. Esto me dejo frio, pero feliz. Esa mano traviesa llego a su destino, mi polla, y empezó a acariciármela hasta llegar a apretármela. Como me encantaba esa sensación. Esas manos tan suaves proporcionándome un placer de esa magnitud, haciéndome unas caricias tan ricas que me estaban llevando al éxtasis. Era muy difícil disimular mi excitación ante el grupo, y en la situación en la que nos encontrábamos, el morbo era aun mayor como se podrán imaginar. Todos hablando tranquilamente sin saber lo que ocurría en esa esquina de la mesa. Vi en ese entonces que ya era victorioso, ya la tenía a mi merced, y más rápido de lo que pensé que sería, quizás por el baile tan atrevido, o tal vez algo que me perdí de tanto mirarla, no me sorprendería que fuese eso, pero de todas maneras no importaba, Diana me estaba haciendo una paja!. Sentí que me iba a correr, pero fue cuando:

- Bueno chicos ya vengo, tengo que ir al baño –dijo retirando la mano del interior de mi pantalón.

Quería seguirla, pero no podía dejar a un lado el hecho que mis amigos (amigos de Daniela también) estaban presentes. Afortunadamente no mucho después de que Diana se fuera, Cristian invito al grupo a bailar de nuevo, a lo cual todos aceptaron y se levantaron, Ángela no sin antes echarme otra mirada del diablo. Una mirada que me dio algo de miedo y hasta escalofrió, una mirada que me decía “te voy a estar vigilando cada movimiento cabron, no te me vas a escapar”

Yo me quede en la mesa maldiciendo a Ángela en mi mente. No iba a dejar que me arruinara mis planes con Diana. Me quede sentado esperando el momento oportuno para escaparme, ya Diana me había dado más que una señal para seguirla sin remordimientos y cruce lo dedos para tener algo de suerte. De pronto mi mirada se dirige a Ángela. Estaba entretenida bailando, y lo más extraño, sin los ojos puestos en mi, y sentí un gran, repito, gran alivio, y supe entonces que era la oportunidad que había estado esperando. Todas las cartas estaban a mi favor. Me levante tratando de ser tan discreto y rápido como pude y me dirigí al baño de mujeres a pasos largos. Una vez en la entrada, dude por un instante, allí se encontraba la puerta de la felicidad, la puerta que daba entrada al paraíso. Me decidí. La quería, NO, me la iba a follar. Abrí la puerta lenta y silenciosamente y me encontré allí esa figura femenina que tan loco me tenía sola. Se encontraba frente al espejo retocándose, poniéndose aun más bella de lo que ya era, yo sin poder quitarle la mirada observando esas curvas y ese culazo tan deseado por todos los miembros del sexo masculino, y fue cuando el delineador se le cayó al suelo. Ella estirando y bajando su torso para cogerlo, dejo a la vista un culo de ensueño, un culo que muchas actrices porno desearían tener. Esto me motivo aun más y proveche ese instante para entrar, sujetarla de las caderas y pegar con fuerza mi polla que bien dura se encontraba contra ese hermoso par de nalgas, acto que la llevo a subir de inmediato asustada, y llevando una de mis manos a su pecho izquierdo para acariciarlo le dije muy caliente:

- Te gusta que te la restregué por el culo no?

Al oír esto, ella volteo la mirada dejando el resto del cuerpo tal y como estaba, Sabía que había sido yo, al oír mi voz se había relajado, y con su mano izquierda agarro mi cuello acercando mi cara a la suya y me dijo:

- Claro que me gusta amor, hazme gozar –dijo con un tono muy suave dándome un beso en la boca y agarrándome una mano que tenía yo puesta en su cintura, la introdujo en su pantalón.

Al llegar a su coñito, note que estaba húmedo. Se encontraba excitada, y quería que la complaciera en sus más primitivas necesidades. Que fuese un niño bueno y la masturbara en el baño de la discoteca. No exactamente como en mis fantasías, pero las cosas nunca ocurren como nos las imaginamos. La pegue contra el lavabo y besándole ese cuello tan tierno, procedí a masturbarla, acariciándole suavemente con movimientos ondulados su clítoris, una y otra vez. Empezaba a gemir. Fui metiendo un dedo, después otro. Su coño estaba rasurado, con una rayita de pelo bajando hacia su raja. Muy sexy. Mis besos y mis caricias hacían que se retorciese. Quería complacerla y sus gemidos me indicaban que iba por buen camino. Note que empezó a excitarse más y le metí 3 dedos de golpe, lo cual la llevo a gemir un tanto más fuerte. Se los sacaba y metía repetidamente, y fui aumentando el ritmo de las entradas mientras le acariciaba las tetas con la mano que tenia libre, tetas cuyos pezones se encontraban tan duros como un ladrillo, y tan puntiagudos y filosos como una espada. Su coñito tan húmedo ya empezaba a votar mas chorros, mas lubricante natural. Ella estaba realmente excitada, y empecé a jugar con sus duros pezones, apretándolos y lentamente retorciéndolos, causándole un placer tremendo. Lo sabía por su forma de gemir al hacerlo. Lo estaba disfrutando. Deje de besarle el cuello y los hombros para empezar a pasarle la punta de mi lengua por el cuello, lenta y delicadamente de arriba abajo, cambiando de lados, y sus gemidos me indicaron que estaba llegando a un fuerte orgasmo. Fue entonces cuando sentí el gran chorro de fluidos tratando de escaparse escurriéndose por mis dedos. Se había corrido. La había complacido muy bien, lo notaba en su manera de respirar, la cual ya se calmaba, pero esto era solo el comienzo. Se dejo tirar sobre el lavabo y permanecimos así unos segundos. Cuando pareció recobrar fuerzas dirigió su mirada hacia mí y me dijo:

- Ahora me toca a mí, te voy a devolver el favor amor –dijo sonriéndome

Se incorporo, apartando su culo de mi bulto que muy pegado a él se encontraba y dándose la vuelta me acerco su boca. Sentía como su lengua se introducía, abriéndose paso para encontrarse con la mía, al mismo tiempo que me desabrochaba el pantalón para dejar libre a aquel que tan duro y ansioso se encontraba desde esta tarde. Cuando lo logró y sintió mi polla dejo de besarme, y abriendo sus ojos y apartando su rostro del mío dirigió la mirada hacia mi pene que ya estaba afuera, tieso como piedra. Me volvió a mirar con una sonrisa y me dijo:

- Que polla te gastas eh?

No tengo una polla fuera de lo común, unos 17cm de largo. De lo que si estoy muy orgulloso es de su grosor, un grosor bastante decente y que hace muy buen contraste con su longitud.

La agarre por la cintura con las dos manos y acerque mi rostro al suyo besándola de nuevo. Quería sentir esos labios una vez más antes de follármela allí mismo. Ella con sus ojos nuevamente cerrados, acerco su mano hacia mi polla, agarrándola y empezándola a frotar de arriba a abajo. De pronto oímos un forcejeo en la puerta del baño.

Fue uno de los peores sustos de mi vida. Quien seria? Que pasaría si nos encontraban así? Yo todavía con mi verga afuera, a la vista de cualquiera que entrase, ya sin la comodidad y el placer que la mano de Diana me proporcionaba, pues al oír el forcejeo la había apartado de inmediato. Yo con el susto que tenía me quede paralizado, se me hizo imposible reaccionar, mi cuerpo no respondía a mis órdenes. La puerta se abre, y voy viendo aparecer la silueta de una muy atractiva figura femenina. Veo aparecer una bella cabellera dorada, y enseguida me digo a mi mismo “no!, por favor que no sea…”. Era Ángela quien allí se encontraba, la puerta ya abierta por completo. Nos había pillado la muy puta. Seguro que nos estaba buscando por toda la discoteca al haber notado nuestra ausencia. Pensé que mi relación con Daniela se acabaría, que con lo sucedido no habría explicación que bastase para convencerla, y lo peor de todo era que ni siquiera me había llegado a follar a Diana. “Maldita sea” me dije en mi interior. Ángela nos miraba con indignación, con rabia. Dirigió su mirada a mí, o mejor dicho, a mi polla, que todavía se encontraba muy tiesa mirando al techo a pesar del gran susto por el que estaba pasando. La miraba fijamente, como si estuviese en un trance, miraba mi polla y parecía no querer despegar la mirada de ella. Y fue cuando unas palabras se escaparon de mi boca.

- Ángela yo…..yo….

Al oír mis palabras pareció reaccionar, me miro indignada una vez más y se dio la vuelta dirigiéndose quizás, a la mesa, donde temía que ya todos se encontrasen y por lo tanto, ya debían haber notado nuestra ausencia, imaginándose que estaríamos haciendo en nuestros momentos de desaparición. Me subí el pantalón lo más rápido que pude, con mucha dificultad por mi pene aun erecto. Salí del baño teniendo esperanzas de poder alcanzar a Ángela y explicarle, o mejor dicho, mentirle acerca de lo sucedido, sin saber realmente que le iba decir si llegaba a alcanzarla, dejando a la también inmóvil Diana sola en el baño. Cuando llegue a la mesa me di cuenta que no había nadie en ella, que todavía mis amigos se encontraban bailando, a acepción de Cristian quien estaba en una esquina de la pista con una expresión de enojo, y la desaparecida de Ángela. Sentí un gran alivio, y notando que había perdido la noción del tiempo, mire el reloj. Eran apenas las 3 30 am. No había pasado más de 15 minutos en el baño, por lo que no me extrañaba que todos siguieran bailando. Mi móvil volvió a vibrar. Quien me estaría llamando?. No le preste atención. Estaba muy ocupado buscando a Ángela, pues esa era mi prioridad, pero fue en vano. Al no encontrarla decidí ir a la mesa. Me senté muy preocupado, pensando si se encontraba llamando a Daniela para contarle lo que acababa de presenciar. En ese momento de desesperación todo se me pasaba por la cabeza, incluso las ideas más alocadas. Después de unos 5 minutos el grupo regreso a la mesa acompañado de un notable cansancio.

- Eh Víctor todavía no llega Diana? –me pregunto Julio jadeando

- S-si regresó… -dije rápidamente tratando de pensar en que decir -estuvimos hablando pero volvió a irse a atender una llamada –dije mucho más tranquilo y fluido, obviamente mintiendo y con las esperanzas de que nadie hubiese notado nuestra ausencia, que en cuyo caso habría sido descubierto y no sabía qué explicación dar - Y donde está Ángela? – pregunte sin poder disimular mi gran interés –Nadie pareció decir nada acerca de mi ausencia.

- Tuvo una discusión con Cristian, tu sabes, lo mismo de siempre – Lo cual significaba que habían discutido porque Cristian, o había coqueteado con otra mujer, o la miraba indecentemente. Eso explicaba por qué Ángela había ido al baño. No porque hubiese notado mi ausencia o la de Diana, sino por una discusión con su novio.

En eso llega Diana, a lo que sin esperar ni un segundo le hago una mueca para que me siga la corriente, y le pregunto porque se ha tardado tanto con la llamada. Ella responde tartamudeando al comienzo sin saber que decir, pero después de unos instantes dice que la mama la ha llamado para que se fuera a la casa porque mañana tenía que acompañarla a hacer unas compras. Supe con su respuesta que no quería seguir allí, que se le hacía muy incomodo con lo sucedido en el baño. En eso llega Ángela de la nada, y Cristian le pregunta desconcertado donde ha estado. Ángela le responde diciendo que se encontraba en el baño del piso superior ya que el baño de abajo se encontraba ocupado, diciendo esto último mirándome descaradamente. Y evitando mirarla a los ojos no dije nada. Diana no se hizo esperar y me pidió que la llevase a casa ya, que su mama es muy gruñona, y yo me parándome de la silla haciéndola a un lado.

- Bueno amigos voy a llevar a Diana a su casa y regreso vale? No me tardo nada.

Diana se apresuró a despedirse del grupo diciendo “buenas noches, fue un placer” y disimulando una sonrisa.

- Yo voy con ustedes –dijo Ángela - tengo que comprar unas cosas en la farmacia, así que puedo aprovechar que van de salida.

Diana y yo nos quedamos estupefactos. Las palabras de Ángela no terminaban de ser procesadas en mi cabeza, nuestros cuerpos no respondían. Sentí un escalofrió pero no me quedo de otra, dije que estaba bien, que por donde vive Diana hay una farmacia las 24 horas. Diana me miró con preocupación, pero supo ponerse en mi posición y se resigno. Al menos eso me pareció.

- Oye pero yo te puedo llevar! –dijo Cristian algo molesto.
- No tranquilo mi amor, tú te puedes quedar aquí coqueteando con esas putas con las que estabas hace un rato –dijo muy dulce y con tono sarcástico.

Y cogiendo su bolso y adelantándose a caminar nos dijo que nos fuéramos ya. El resto del grupo no dijo nada, pues ya estábamos todos acostumbrados a las peleas de ese par. Cristian aparentemente muy bravo hizo un gesto con la mano de “vete a la mierda zorra” y se termino de tomar su trago. Yo me chequee los bolsillos para asegurarme que tuviese todo en orden y me dirigí con Diana y Ángela hacia la entrada. Le dije al Parquero que trajese mi coche que nos íbamos pero que regresaríamos en una media hora. Una vez en el coche, me apresure a encender la radio y poner algo de música, no quería por nada del mundo que la incomodidad del silencio nos atrapara. Una canción de Reggaeton cuya letra de mierda era de esas que dicen “mami perrea mami perrea” lo que puso el ambiente aun más tenso. La cambie por algo más relajado y menos morboso y arranque el coche. Diana estaba sentada en el asiento del copiloto, a mi lado, mientras que Ángela en el asiento trasero. Diana no estaba muy cómoda con la situación, aunque la notaba algo menos tensa que en la discoteca. Y pisando el acelerador mire por el retrovisor y me tope con unos ojazos azules que me miraban directo a los ojos, una mirada penetrante, impactante, de esas que es difícil mantenerles la mirada por más de 2 segundos. Mis ojos se desviaron a admirar su cuerpo por unos breves instantes. Una bella blusa azul marino escotada que dejaba a la vista más de la mitad de unos grandes y redondos senos. Esa rubia sí que los tenía bien puestos, y muy bien paraditos. Unos jeans cortos azules un tanto más claros que los de Diana, que hacían juego con sus ojazos azul claro y su gran cabellera de oro. Puse mis ojos de nuevo en el camino. El ambiente aun se sentía pesado. Los tres sabíamos que había pasado en ese baño del fondo, o lo que estaba por suceder, pero ninguno dijo nada. Me extraño que Ángela estuviese tan callada. Yo pensé que nos echaría los insultos del siglo y nos reprocharía mil y un cosas. Pero no. No decía nada, aunque su mirada por el retrovisor no era una mirada de alguien que estuviese muy contento que digamos.

De pronto un gato (o abra sido un perro?) se atraviesa en el camino, obligándome a girar el volante bruscamente y haciendo que las dos hermosuras que se encontraban en mi coche se asustaran. Lo note en sus miradas, y por cómo se agarraban a la puerta como si el mundo dependiese de ello.

- Gato hijo de la gran puta! –dije soltando toda mi rabia y estrés que llevaba en mi interior a la vez que le daba un fuerte golpe al tablero del coche.

Ellas no dijeron nada, pero las percibí algo menos tensas y el ambiente había disminuido su densidad cuando por fin llegamos a la residencia de mi morenita preciosa. Iba a bajarme a abrirle la puerta como acostumbro hacer con todas las damas (y con las putas también), pero ella se me adelanto, con lo que supe que no quería seguir allí. Se detuvo y se giro hacia mí. Se me acerco y me dio un beso en la mejilla.

- Que duermas bien amor cuídate – y salió del coche

Ángela también se bajo, pero para cambiarse al asiento del copiloto. No si antes despedirse de Diana con una de sus tan famosas miradas. Esta le responde con una mirada fuerte, la cual no tarda en girar, pues se que estaba avergonzada por lo sucedido en el baño. Vi como se dirigía a su casa, viendo ese par de nalgas tan perfectos tambalearse mientras se perdían en la lejanía del horizonte, y es cuando Ángela tose sarcásticamente indicándome que deje de mirarla y que nos vayamos. Supe que ahora que estábamos solos si me reprocharía todo. Me resigne y pise el acelerador rumbo a la farmacia, la cual estaba a poco más de dos cuadras del depa de Diana. Llegamos bastante rápido. Le indique con tan solo una mirada que habíamos llegado para que se bajara y comprase lo que tuviese que comprar. Quería librarme de ella aunque fuese solo unos instantes. Es entonces cuando…

- No Victor, no necesito comprar nada. Ahora si me vas explicando que coño fue lo que paso en el baño –dijo con autoridad.

- (la mire por unos instantes y le respondí) Ehh…pues… -dije sin saber cómo decírselo. No entendía por qué la necesidad, pues ella me había visto con la polla afuera, erecta, es que acaso había algo que explicar?, o es verdad eso que dicen que las rubias son taradas?

- Si, follaron, al menos eso me pareció, o será que estaban a punto de follar?, No importa, si no me lo explicas a mí, igual tendrás que explicárselo a Carlaaaa……-dijo bajando su tono de voz gradualmente.

Note que su mirada se había desviado hacia mi pantalón, así que yo también dirigí la mirada y me sorprendí. Tenía un bulto, un tremendo bulto en mi pantalón. La tenía a mil y ni siquiera me había dado cuenta. Muchas preguntas me pasaron por la cabeza. Abra sido el beso en la mejilla tan suave que me dio Diana al despedirse? O fue cuando mire a Ángela por el retrovisor cuando admire su cuerpo? Y muchas otras cosas mientras miraba a aquel bulto, a mi polla escondida bajo ese jean que no la dejaba liberarse. La razón era una sola, una simple y solitaria razón. Necesitaba follar.

Volví a mirar a Ángela, que aun seguía mirando el bulto que llevaba en la entrepierna, quizás recordando que la había visto por completo hace una media hora. Esos instantes me produjeron un gran morbo. Y al verla en ese trance, y como si yo fuese un títere guiado por mis instintos, mi mano se elevo y empezó a acariciar una de sus tetas por encima de la blusa, una de esas tetas tan provocativas y de poca competencia. Esto hizo que reaccionara y saliese del mismo trance en el que había entrado cuando vio mi pene en el baño de la discoteca. Dirigió su mirada frenéticamente hacia mí, sorprendida, pero no hizo ningún movimiento brusco que apartase mis manos de sus pechos, ni dijo nada. Yo la mire directo a esos ojos color azul cielo, esos ojos que te dan la misma sensación que cuando miras al cielo en un día despejado. Unos ojos preciosos. Nos quedamos mirándonos el uno al otro por unos segundos, unos segundos que se hicieron eternos. Mi mano derecha sin dejar por un instante de acariciar sus senos. Me fui acercando a ella lentamente. Estaba hipnotizada, no se movía, no ponía resistencia alguna. Sus ojos se iban cerrando a medida que me acercaba a ella, y fue cuando mis labios tocaron los suyos. Esos labios tan suaves como algodones, tan dulces, tan ricos. Me seguí inclinando hasta que su espalda choca contra la puerta del copiloto, yo ya no me encontraba en mi asiento del todo. Mi lengua se abrió paso entre esos dientes blancos y brillantes tratando de encontrar su suave y deliciosa lengua. Mi mano bajo un poco su blusa para poder acariciar bien esas tetas tan suaves, uuufff, que suaves las tenia, que esponjosas. Ya podía tocar su pezón. Entonces deje de besarla, me dirigí a sus pechos, no sin antes chequear lo que desde hace tiempo me preguntaba, si sus pezones eran rosaditos, lindos, y efectivamente lo eran, y para ese momento ya muy duros. Los empecé a chupar, a succionar, a morder, a lamer. Tenía los pechos muy sensibles, me di cuenta pues gemía y se retorcía como nunca había visto a una mujer hacerlo, gemía de puro placer con cada lametazo que le soltaba.

Entonces deslice mi mano izquierda hacia su vientre, y note que se puso tensa. Se había dado cuenta de lo que estaba pasando y de lo que iba a suceder si seguíamos, y agarrándome la mano que tenía en su vientre me dijo aun muy excitada:

- No Victor, no, mmmm…aahh…uuy….-gemia mientras yo seguía chupándole los pezones

Yo no estaba dispuesto a retractarme, no señor, ya había sucedido ese primer paso, esa mano traviesa que lo había empezado todo por sus tetas, y no lo iba a dejar a medias. Mi polla quería sentir la calidez y humedad de un coño, y no lo había conseguido con Diana. Con algo más de fuerza lleve mi mano hacia su vagina, aun ella haciendo presión en esa misma mano para “tratar evitarlo”, pero era inevitable, su esfuerzo era en vano. Estaba muy excitada y lo sabía, ella lo quería, lo deseaba. Empecé a acariciarla por encima de la tanguita que llevaba y note que sus bragas estaban empapadas, estaba chorreando como si fuese una fábrica de fluidos vaginales. Empecé a besarle el cuello mientras con una mano seguía jugando con sus tetas y con la otra hacia su tanguita a un lado para abrirme paso hacia su coñito, un coñito completamente depilado. Empecé a acariciarle suavemente la clítoris, a lo cual dejo salir varios chillidos. Ella se retorcía de placer y no paraba de gemir y jadear como una perrita. Mmmmm…ahhhhh!...siii….ahhhhh. De pronto pare, y ella abrió los ojos tratando de averiguar por que.

- Qué pasa? –me dijo confundida en voz baja
- Pues hace un rato me dijiste que no podías, o que no querías no sé, así que mejor lo dejamos –dije lanzándole una sonrisa mientras empezaba de nuevo a manejar el coche

Ella me miró aun mas confundida. Yo sabía que estaba excitada, que deseaba todo lo que había estado pasando, pero yo iba a hacerla sufrir un poco antes de ceder, la iba a hacer pedirme que me la follara una y otra vez. Ese era su castigo por haber sido tan lengua suelta con Daniela, su castigo por contarle todo cuando no salía con ella y dejarme siempre mal.

- Es que…..Victor…. –dijo con una expresión de ansiedad y algo triste
- Si quieres que siga, si quieres que te folle, dímelo. De lo contrario quédate con esa calentura y pídeselo a tu noviecito oíste? –dije al verle a la cara y sintiéndome todo poderoso al mismo tiempo que me acariciaba el bulto que traía en la entrepierna.

Después de una pausa que duró unos instantes se decidió a responderme

- Si…..si….quiero……..
- Que quieres qué? No te escucho– dije buscando que me lo dijese como es debido
- Quiero que…continúes…
- Que continúe qué? –dije haciéndola encabronar jaja
- Que me folles! Que me claves la polla, que me beses! Todo!
- Ah, así si –dije guiñándole el ojo y lanzándole un beso mientras conducía – dímelo otra vez
- Que? Pero si ya te lo he dicho!

No respondí, simplemente me quede callado para darle a entender lo que pretendía.

- Quiero que me folles, que me bajes esta calentura, quiero tu verga dentro de mí!
- Vale, así si, quiero que estés sumisa me oíste?

Dirigí mi mano a mi pantalón, donde mi bulto se encontraba y procedí a bajarme la cremallera, tarea que no fue nada fácil con semejante bulto debajo. Pero ver a Ángela como se retorcía sin dejar de tocarse el coño y las tetas en espera de mi polla me motivo aun mas. Le dije que se fuese quitando el jean, que me dejara ver esas piernas tan hermosas mientras yo conducía. Parquee el coche en un parque donde no había nadie por los alrededores, pues a esa hora quien coño va a estar en un parque?. Me desabroche el pantalón y solo tuve que estirar un poco mis calzoncillos para que mi polla saliera libre, mirando hacia el techo, respirando por fin algo de aire fresco. Ángela la vio y dejo de masturbarse. Su tanga estaba aun a un lado, dejando a la vista un hermoso y afeitado coño. Uuuyyyy, que coñito tan bonito, tan saturadito, tan apetecible. Sus piernas, muy bien definidas ya estaban a la vista también. Se había removido la blusa por completo dejándome ver esas tetas que había chupado momentos antes. Que par de tetas!, al natural, grandes, redondas , paraditas. Un sueño hecho realidad. Se me acerco, o mejor dicho a mi polla. La agarro con las dos manos y acercando su boquita la beso. La beso una vez mas y procedió a chuparla. Se la metía hasta un poco más de la mitad. Sus suaves y esponjosos labios en mi verga eran una delicia, y su lengua hizo la sensación mucho mejor. Su forma de lamer mi polla era increíble. La lamia en círculos, alternando la velocidad con la que me lo chupaba, y apretándome el tronco al mismo tiempo que me acariciaba los huevos. Era algo que me volvía loco. Le agarre las tetas inclinándome un poco, jugando con ellas, con las dos, masajeándolas. La cogí por los pezones, tirando de ellos hacia abajo apretándolos, acto que llevo a Ángela a sacar más de un fuerte gemido aun con mi polla en su boca. La jale del pelo indicándole que no siguiera, pues si seguía con esa magnífica mamada me iba a correr y no quería que terminase así, al menos no todavía.

Nos pasamos al asiento trasero, moviendo los delanteros al tablero del coche dejándonos suficiente espacio. Comencé a besarla repetidamente en los labios, ella tan sumisa los recibía con gusto. Nuestras lenguas juntas revolcándose hicieron que subiéramos aun más de temperatura. Le indique que se tumbara en el asiento, ella obedeció sin preguntar. Agarre sus tetas con las dos manos, y empecé a hacerme una paja con ellas. Uuuufff, tal y como me imaginaba, que tetas tan suaves! Que sensación!, Ella besaba y trataba de pescar mi polla con su boca cada vez que se la metía entre las tetas, cada vez con más fuerza, con mas afán. De pronto pare y me dedique a propinarle placer a ella. Le subí y abrí las piernas y le comí el coño como no lo había hecho nunca, ni siquiera a Daniela.Pase mi lengua por toda su raja, saboreando aquellos jugos tan dulces que la lubricaban, que delicia!, parando por unos segundos en su clítoris y dedicándome a ella por completo, mientras con mis dedos le acariciaba el resto de su rajita. Le metí dos dedos, pues tenía el coño bastante estrecho. Una y otra vez, se los metía, y se los sacaba. Cada vez más rápido y profundo. Unos lengüetazos finales. Se corría, lo notaba en sus jadeos y por supuesto, en todo ese jugo tan exquisito que salía de su interior. Dejo escapar un último chillido y dejo caer sus piernas.

Después de unos segundos de descanso, le dije

- Esto todavía no termina, lo sabes

La agarre por los brazos e hice que se diera la vuelta. La puse a cuatro patas como una perra. Separe sus piernas hasta donde pude e hice que inclinara su torso, dejando su culo levantado a mi disposición. Yo quería que sintiera mi polla de verdad, que la sintiese toda, por completo adentro. No la quise hacer esperar, pues yo quería follarmela ya, y sin tabúes, se la metí un poco más allá de la mitad de golpe. De su boca salió un grito de dolor, su coño no estaba acostumbrado a recibir una verga con un grosor así. Se podía notar que no follaba mucho. Fui sacándoselo poco a poco, y volviéndoselo a meter, esta vez, con menos fuerza. Repetí esto unas cuantas veces y ya cuando el interior de su vagina se había adaptado a mi polla, se lo metí ahora si completo, a lo que volvió a soltar un grito, pero menos fuerte y con mas placer en su eco. Empecé a embestirla con más fuerza. Ella gimiendo, gritando, pero ya no era de dolor, ahora era de placer puro. Aahhhhh! Uuuuu!!! Aaahhh!!! Sii!!! Me pedía que lo hiciese con más fuerza, y yo la complací. Le di unas embestidas bestiales. Con cada metida sonaban sus nalgas que ya se encontraban rojizas. Ya no solo con fuerza, sino con una velocidad tremenda también. Con cada embestida se oían mis huevos rebotar como una ametralladora. Sentí un cosquilleo y pare. Saque mi verga de su coño con delicadeza y le indique que se quedara en esa misma posición. Y a comerle el coño otra vez mientras mi polla descansaba para después seguir la faena. Esta vez metí mi lengua en lo más profundo de su rosado coñito, moviéndola rápidamente mientras le metía un dedo. Mis manos puestas en esas nalgas tan carnosas y blanquitas. Su excitación hizo que subiera un poco su torso, y me vi obligado a apoyar mi mano en él, empujándolo y sosteniéndolo contra el piso mientras le indicaba que dejara su culo levantado. Y ahí estaba. Con una mano mantenía su espalda abajo y con la otra la masturbaba ya con 3 dedos, pues su coño ya los soportaba. Con cada metida parecía pedir más y chillar aun más fuerte.

Quitando mi mano de su espalda y mis dedos de su interior, me senté abriendo las piernas hacia los lados.

- Ven, chúpame los huevos –le indique

A lo que ella enseguida se incorporó y empezó a lamerlos y acariciarlos mientras me sujetaba la polla. Diooos! Qué bien se sentía aquello! Esas manos tan suaves y esa lengua tan mojadita lamiéndome los huevos!. Alcé la cabeza mirando al techo, casi mirando a la ventana trasera del coche, estirando mis brazos y disfrutando con los ojos cerrados mientras suspiraba. Aquel era un placer a recordar. Y fue cuando empezó a succionarlos, uuuuffff, esto me éxito bastante. Que sensaciooon! Los succionaba suavemente, después con fuerza y otra vez suave mientras con su otra mano me acariciaba la polla lentamente. Mi corrida era inminente si seguía chupándome los huevos de esa manera tan especial , así que le dije que parara.

- Para para. Ven y súbete – le indique

Callada y sumisa como le había dicho, se poso sobre mí (estando aun sentado en el asiento trasero), agarrando mi polla se la metió en su coñito, con algo de ayuda de mi parte. Ya le costaba menos meterla, aunque todavía un poco. Empezó a bajar y terminar de metérsela, y al llegar al tronco gimió agarrándose con fuerza de mis hombros. Ella aun tenía puesta su tanguita aun ladito. No hacía falta quitársela. Yo por mi parte ya me había quitado el pantalón y los calzoncillos, solo faltaba quitarme la camisa la cual tenía totalmente abierta dejando ver mi pecho y mis abdominales. Le agarre las nalgas con fuerza, separándolas e indicándole que abriera un poco más las piernas. Y empecé a embestirla, clavándole mi gruesa verga por completo con cada mete y saca mientras mis huevos rebotaban en sus nalgas. Ella no se movía a pesar de esta arriba, solo se retorcía y gemía de placer. Yo era el que hacia el trabajo gustosamente. Mientras me la follaba vi sus tetas colgando, y no desperdicie a aquel manjar tan suave. Cogí una con mi boca, pues mis manos estaban muy ocupadas con sus nalgas. La empecé a chupar con fuerza, como un babé en busca de su leche, mordiendo de vez en cuando los pezones. Sabía que los tenia sensibles, y que al hacer esto le estaba proporcionando un inmenso placer acompañado de un mínimo dolor, el cual ya parecía agarrarle gusto. De pronto suelto sus nalgas. Le agarro las tetas para masajearlas mientras las sigo chupando y no hace falta explicarle que ahora es ella la que debe subir y bajar, pues lo hace enseguida. Empieza a cabalgarme como a un potro y oigo como gime y grita cada vez que baja. Siento la humedad y el conforte que abriga mi pene. No quiere despegarse de su vagina. Es muy suave y cómoda y quiere quedarse para siempre. Siento ese cosquilleo que me indica que me voy a correr, y al ver la expresión de Ángela se que ella también.

- Me voy a correr….!!-dije jadeando con esfuerzo
- Siiii!!! Yo tambiéeeeen!!! Mmm….aaahhhh

Una vez notificada la noticia, nuestras bocas se juntaron, y nuestras lenguas se encontraron, abrazándose y entablando una gran lucha, mezclado nuestras salivas. Un beso muy apasionado. Mis manos apretaron sus nalgas con todas sus fuerzas y sentí la leche saliendo de mi polla con la última embestida. Toda esa descarga que había acumuladoen las semanas anteriores, toda esa leche que salía disparada buscando escaparse para después adentrarse en esa cueva tan húmeda, tan suave, tan rosadita. Sentí los fluidos de Ángela chorreando en grandes cantidades justo después de mi descomunal descarga. Toda una mezcla de fluidas dentro de su coño que salían carreando bajando por mis huevos.

Nuestros cuerpos ya relajados se dejaron caer liberados en el asiento mientras dejábamos escapar nuestros últimos suspiros. Ángela aun con mi polla dentro de ella se dejo caer, abrazándome, posando su cabeza sobre mi pecho. Alcance mi pantalón y agarre mi caja de abanos, pues aunque no acostumbro a fumar sino en ocasiones muy especiales, esta justamente lo ameritaba. Me había follado a la mejor amiga de mi novia. Y no cualquier mejor amiga, una amiga que está demasiado buena. Toda la tensión que había en el ambiente había desaparecido por completo. Sus caricias en mi pecho eran más que reconfortantes, y el abano me relajaba aun más. Lo ideal después de un polvazo como lo era aquél. Permanecimos así varios minutos, sin hablarnos, solo caricias. Después de un rato decidí hablar.

- Oye preciosa, veo que te ha gustado verdad? –le pregunte acariciándole el hombro.
- Mmm….claro que si nene. Cristian no me ha echado un polvo como el que acabas de echarme ni en mis sueños. Me ha encantado.

- Oye preciosa, veo que te ha gustado verdad? –le pregunte acariciándole el hombro.
- Mmm….claro que si nene. Cristian no me ha echado un polvo como el que acabas de echarme ni en mis sueños. Me ha encantado.

Palabras que me complacieron mucho al oírlas.

- Y acerca de Daniela….
- Tranquilo cariño yo no le voy a comentar nada –dijo alzando su mirada hacia mí con una sonrisa mientras me reconfortaba con sus caricias.



Y dándonos un beso tierno procedimos a vestimos. Nos arreglamos y cogimos rumbo a la discoteca, donde terminamos lo poco que quedaba de noche bailando y divirtiéndonos. Llegamos tarde por cierto, y no fue nada fácil convencer al grupo del por que de nuestra tardanza, pero al final lo logramos. Al día siguiente tuve mucho que explicarle a Daniela, pues todas las llamadas que recibí esa noche y que no atendí fueron de ella. Diana tardo unos cuantos días en volverme a hablar, ya que no habíamos terminado del todo bien esa noche y estaba muy avergonzada. Ya será en otra ocasión que terminemos eso que empezamos en el baño de la discoteca. Bautice a Cristian como cornudo esa noche y no siento remordimiento alguno, la pase muy bien con su novia. Tal vez así aprenda a valorarla más y dejar de buscar lo que no se le había perdido. Julio y Alejandra se siguen llevando de maravilla, al igual que todos en el grupo con sus parejas, incluyéndome. Y en cuanto a Ángela…..bueno, digamos que desde esa noche se convirtió en muy buena amiga mía.

FIN
___________________
Espero les haya gustado mi primer relato. Dejen sus comentarios si no es mucha molestia. Se los agradeceré. Un abrazo a todos mis lectores :) Hasta la próxima.















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Comentarios enviados para este relato
coronelwinston (2 de July de 2009 a las 18:07) dice: Lo leí pese a su extensión. Tampoco tiene importancia que el relato sea largo. !Como digo yo! Las letras necesarias. Te felicito por tu debut en esta página y te mando un saludo. Por cierto, el relato me gustó. Muy bueno.

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:15) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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