una ciega chancha y putita.

Todo comenzó cuando quise experimentar cosas nuevas.
Me llamó Javier, tengo 25 años y soy amante de cuestiones unders. Una de ellas era una fantasía sexual.
Se habla mucho de que la gente “no vidente”, ya sean hombres o mujeres, son culiadores y quise comprobarlo por mi mismo.
Me presenté en un bulo de mi ciudad, exitado, a buscar un poco de acción, y fue cuando la vi. Morocha, de cabello corto y atado, muy menudita y petisa, un culo espectacular y ricos pechitos.
La traían de la mano dos trolas del lugar, y me di cuenta que era ciega. Cara angelical y sonrisa risueña. Ese fue el comienzo de algo que luego se repetiría varias veces.
La agarre y me la llevé a una habitación. Estaba tímida y casi sin habla. La fui desvistiendo y sentí un olor fuerte, la mire mejor y su bombacha estaba meada, me sorprendí, pero aun así, la verga se me paro mucho mas. No sabía como pedirle que me la chupara así que se la acerque a la cara y ella me pregunto si quería que le pasara la lengüita “como me dijo ella”. Me volví loco y comenzó. La puse en 4 en la cama y me la chupo un buen rato, yo jugaba con su bombacha. En el momento no creí que fuera muy buena mamándola, pero en un momento se transformó en una experta tira goma. Me la escupía y se la tragaba hasta el fondo. Yo por mi lado la agarraba de la cabeza y quería que le entrara toda.
Después me entusiasmé y le empecé a chupar la concha, estaba caliente la nena, súper mojada, ella me pajeaba hasta que reventé en su cara. Esa fue la primera vez que la frecuenté.
La próxima vez pagué el doble y me quedé más tiempo con ella. Entré al lugar y pedí por la cieguita, la trajeron y se sentó en mi falda, no soporté más y le chupé las tetas y la empecé a pajear por dentro del jean. Los dueños del lugar me miraron mal y nos fuimos a la habitación. Repetí la posición de la vez anterior y la puse en 4, la desvestí y la dejé en el piso. Me la chupó y me refregué sus tetas por todo el tronco. La di vuelta y le chupé el culito. La alcé y la subí a la cama, la chupé, la olí, la toquetee, y me pidió que le mordiera el orto, desesperadamente. Gemía como una hembra en celo puro. Ella estaba disfrutando y en la posición tradicional se la ensarté sin tapujos. Concentrado en el placer, se acercó a mi oreja y me dijo que tenía ganar de hacer pis. Sentí que lo huevos se hincharon y se puso mas dura, le di masa hasta que tuve ganas de acabar y le terminé en las gomas. Me la limpia con la boca y luego de terminar me da vuelta me pone boca arriba y se sienta en mi cara para que se la lama. Con esa determinación se me vuelve a parar, y me pide que le abra las nalgas y comenzó a decir que se hacia pichí, nunca creí que me iba a mear todo el pecho. Me fascinó; se deslizó por todo mi cuerpo y ella solita se subió arriba de mi pija y me incitó a que le pegara en la cola.
Esa noche acabé dos veces. ¡Por Dios que pendeja mas puta y chancha! Volví un par de veces más. Encontré en ella una nena para cumplir mis fantasías. En otro momento les contaré la tercera vez...