Una dulce venganza. (Primera parte )

Siendo un crio de 8 años, mi familia se traslado a vivir a Madrid, y mis padres me inscribieron en el colegio Central, en el popular barrio de Usera. Alli me toco comenzar mi andadura academica en la clase de la Señorita Marisa. Una mujer bastante guapa, pero con un caracter terrible. Recuerdo que siempre llevaba una regla de madera en la mano, y si no te sabias la leccion,o hacias mal las cuentas o los ejercicios, pues el "premio" eran 40 palos en la palma de la mano. Y si no respondias correctamente alguna pregunta, la cosa se reducia a 15 palos tambien en la palma de la mano. Su mayor aficion era ridiculizar al alumno y ponerlo en evidencia ante el resto de la clase. En fin, toda una tirana.
Como dije, era una mujer bastante guapa, aun no tendria los 30 años por aquel entonces, era alta, rubia, de ojos claros y con una estupenda figura, era delgada, sin estar demasiado flaca, y sobre todo tenia un estupendo culo y unas tentadoras tetas, no muy grandes, pero firmes.
A pesar de ser guapa, recuerdo que siempre tenia una expresion desagradable en su cara, asi como de persona amargada; pocas veces se la veia sonreir. Y cuando caminaba, lo hacia con un aire de superioridad sobre todo aquello que le rodeaba, que eramos nosotros. Pero estos detalles fisicos pasaron desapercibidos para todos nosotros, pues aun eramos unos crios y nuestros estimulos e instintos aun permanecian dormidos, y todavia les faltaban unos años para comenzar a despertar.
Cuando acabo el curso y pase a la siguiente clase, ya con un profesor, Don Francisco, que tambien tenia lo suyo, fue todo un alibio para mi, una liberacion. He de confesar que nunca fui contento a la clase de la Señorita Marisa, e incluso a veces llegue a ir con miedo. Y el mio no fue un caso unico.
Al estar ya en los siguientes cursos, recuerdo que cada vez que me cruzaba con ella por los pasillos del colegio, me sonreia y pronunciaba mi nombre dandome una palmada en la cabeza. Era un cambio total de actitud que me dejaba muy sorprendido. Tal vez seria porque al haberse casado le habia mejorado el caracter.
Los años iban pasando y al ir creciendo y entrando en la adolescxencia, y cuando ya nos comenzaban a despertar esos instintos, pues como que comenzamos a verla de otra forma; ya la veiamos como mujer, como hembra. Y la veiamos como mujer con algo especial, y asi comenzo a despertarnos un morbo incontrolable.
A veces recordabamos algunas anecdotas desagradables que vivimos en su clase, y la poniamos a parir." Pero que buena esta la hija de puta, vaya pollazo que le daria." era siempre nuestra coletilla final. Luego hablabamos de lo estupendo que seria llevarla a la cama y tener relacciones con ella, de irle quitando poco a poco la ropa y dejarla totalmente desnuda, de bajarle despacio las bragas y descubrir al quel magnifico coño que debia tener, o comerle sus estupendas y firmes tetitas, o agarrarle y manosearle aquel culo que gastaba la muy jodida. ¡Buf! yo me ponia malito con aquellos comentarios, y asi comenzaron a caer incontables pajas en su honor. Vamos que no paraba de machacamela a su salud.
Las cosas comenzaron a irme mal en aquel colegio, pues mi rendimiento no era el adecuado, e incluso estaba teniendo bastantes problemas personales con el jefe de estudios, don Domingo, otro individuo deplorable, hijo de puta y tirano. Desde luego que hoy yo no permitiria que un individuo asi educase y formase a alguno de mis hijos.
Al final, mis padres optaron por sacarme de aquel colegio y matricularme en un instituto. Lo cual fue como otra liberacion. Y aun asi, alguna que otra vez segui viendo a la Señorita Marisa, pues a veces nos cruzabamos por el bario, pero ya ni nos saludabamos, ni mos mirabamos.
Mi experiencia en el colegio Central fue nefasta, aquello me dejo como marcado y ya no volvi a rendir adecuadamente con mis estudios. Asi tre años despues, tras acabar el BUP a duras penas, pues estaba visto que los libros no era lo mio, deje de estudiar y me puse a trabajar; aunque por las tardes noche solia hacer algun cursillo relaccionado con mi trabajo, que era en una Agencia Mayorista de Viajes.
Cuando ya llevaba un año trabajando, decidi comenzar a estudiar ingles; durante mi etapa de estudiante habia hecho frances, que habia reforzado durante este ultimo año, pero en la Agencia todo el mundo me animo a que aprendiese ingles, ya que tenia muchas mas salidas en el sector, y si ademas me manejaba bien con el frances, pues mejor que mejor.
Mire varias opciones por el barrio, y vi una muy interesante. Que casualidad, era en el colegio Central. Sorpresas que tiene el destino, otra vez iba a volver a mi detestado colegio de la infancia. Pero eso si, esta vez ya iba de otra forma y en otras condiciones.
Cuando me matricule y comence las clases, para sorpresa mia, aun habia quien se acordaba de mi, aun a pesar de que ya habian pasado mas de 5 años desde que habia dejado de estudiar en aquel centro. Siempre me saludaba algun que otro profesor o profesora cuando me cruzaba con ellos por los pasillos y se paraban un momento a charlar conmigo, las tipicas preguntas de que has hecho, como te va, etc... Pero a la que nunca veia era a la Señorita Marisa; y tampoco quise preguntar por ella, por eso incluso llegue a pensar que ya no debia trabajar en aquel colegio.
Solia salir del trabajo como a las 7 de la tarde, y como el colegio no quedaba muy lejos, pues me iba paseando hasta alli con mis libros, cuadernos y diccionario. Y como tenia casi una hora y madia libre hasta que comenzase la clase de ingles, me metia en un pequeño aula que llamaban de estudio, y que estaba al lado de donde dabamos la clase. A esas horas no habia nadie por alli, estaba completamente solo, pues solo daban clase en un par de aulas al otro lado del colegio. Asi que aprovechaba para repsar y hacer mis ejercicios, sin que nadie ni nada me molestase.
Una tarde, nada mas llegar a aquel pequeño aula donde repasaba mis temas, entro una mujer muy bien vestida con un traje de chaqueta y una falda por encima de las rodillas, que en un principio no reconoci. Se detuvo en la puerta, y con algo como de sorpresa dijo un seco Buenas tardes. El cual respondi con cortesia.
---- ¿Quien es usted y que hace aqui ?
---- Soy de ingles, y estoy repasando un poco antes de la clase.
---- Ah, muy bien ---- dijo con sequedad
Y se sento en un pupitre al lado del mio, y en ese momento la reconoci. ¡Era la Señorita Marisa !
¡Madre mia ! Despues de tanto tiempo volviamos a coincidir en un aula. Ya tendria como unos 35 o 36 años, y seguia bastante guapa, yo diria que mas. Seguia siendo rubia y con el pelo corto, con un aire juvenil; con un poco de maquillaje en la cara, y con aquel tarje de falda y chaqueta que le sentaba de maravilla y marcaba perfectamente sus curvas, y una blusa con dos botones desabrochados. Que buena seguia estando la muy cabrona.
Como dije, se sento en un pupitre al lado del mio, abrio un maletin que llevaba en la mano, se puso unas gafas y comenzo a leer unos papeles y a marcarlos con un boligrafo rojo; debian ser ejercicios o examenes que estaba corrigiendo.
Yo me quede como embobado, y la mire con disimulo durante unos minutos. Que apetecible se la veia, y soltaba morbo por todas partes. Ella seguia con sus papeles, mientras que un calenton comenzaba a recorrerme por completo. Es que estaba como para follarsela allimismo, y sobre todo estando alli solo con ella.
Comence a recordar cosas que sobre ella me habian contado durante esos ultimos años; cosas que no se hasta que punto serian totalmente ciertas, o mas bien eran mitos urbanos. Me contaron que se habia separado de su marido porque este la pillo en la cama con otro tio, y que era un profesor del colegio, y que el marido les dio una buena manta de hostias a ambos. Que ya separada se habia liado con mas de un profesor tambien del colegio y que estaban casados. En fin, las tipicas habladurias de siempre, pero que como ya he dicho, tambien tenian mucho de mito urbano.
Yo en medio de mi calenton, la miraba y me la imaginaba como estaria desnuda y haciendole el amor. ¡Uf! me ponia malito, y ya sabia a quien ina ir dedicada la paja de aquella noche.
De pronto, su voz me hizo bajar de las nubes y me devolvio a la realidad.

---- ¿Me ocurre algo ?
---- ¿Como ? --- le respondi.
---- ¿Que si me ocure algo ? ---- me volvio a preguntar con expresion seria ---- Llevas un rato mirandome, y no se. Lo mismo me ocurre algo.
Yo sonrei y le pedi disculpas.
---- Ah, perdoneme. La miraba porque usted me resuta conocida. Porque es usted la Señorita Marisa ¿no?
----- Pues si, soy la Señorita Maisa ¿Por que ?
----- Bueno, es que hace ya unos años yo fui alumno suyo, aqui en este colegio

De pronto cambio su expresion, y sonriendo me pregunto.

------ ¿ Y cuando fue eso ?
------ Pues hace ya unos 9 años.
----- ¿Cual es tu nombre ?

Se lo dije, y con cara de sorpresa exclamo.

----- ¡Vaya ! Pero como has cambiado.
----- ¿Se acuerda usted de mi ?
----- Pues claro que me acuerdo. Lo que enredabas en clase y la de veces que tuve que hablar con tus padres. Y recuerdo que te llamaba cinco y medio, porque casi siempre esa era tu nota.

Yo me reia con ella y pensaba:¡ Madre mia ! Aun se acuerda de mi la jodida. Y siguio recordandome mas anecdotas de aquella epoca.
---- Ponte de pie ---- me dijo levantandose.
Y eso hice.
----- Pero si ya eres mas alto que yo. Casi me sacas dos palmos.

Yo sonreia mientras que ella seguia preguntandome mas aspectos sobre mi: Lo que hice, si he seguido estudiando o si trabajo, y que tal me iba en el trabajo y si me gustaba lo que hacia, etc.... En fin, lo tipico en estos casos.

----- Bueno, tengo que seguir con lo mio---- me dijo---- Estoy corrigiendo unos ejercicios y se me va echar el tiempo encima. Pues luego tengo una reunion de profesores.

----- ¿Quiere que la ayude ?
----- Bueno, pues te lo agradeceria, porque asi ire mas rapido. Sientate a mi lado, y yo te voy dando los papeles ya corregidos, y tu los vas separando segun las calificaciones. Y los ordenas por curso, solo son dos.
---- Pues muy bien. Y no sea usted muy dura.
Ella me sonrio y me dio una palmada. Y a continuacion nos sentamos en el mismo pupitre, y asi comence a ayudarla.
Yo iba ordenando los papeles segun las instrucciones que me habia dado, y disimuladamente comence a fijarme mas detenidamente en ella. Usaba un rico y agradable perfume, y sus manos se veian bien cuidadas. Mi calenton comenzo a subir, y mi polla comenzo a ponerse dura, y mas cuando mi pierna rocaba con la suya, y eso me puso muy, pero que muy cachondo. Y empece a recordar anecdotas de cuando me daba clase, mientras ella seguia concentrada con sus papeles y yo con unas ganas enormes de abrazarla, morrearla y follarmela alli mismo.

CONTINUARA.