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Una rápida mamada… ( CON fotos)

Relato enviado por: narrador el 29/10/2014. Lecturas: 11409
Etiquetas:   Oral
Relato completo

Mi esposo, y yo en ocasiones nos gusta llevar al extremo, nuestros encuentros sexuales. Por lo que aprovechamos la más ligera oportunidad, para hacerlo.

Estando en el club náutico, durante una de las tantas fiestas a las que fuimos este año, tanto él como yo nos encontrábamos algo aburridos, ya que siempre es lo mismo. Entrega de premios, y reconocimientos a los mejores pescadores.

Cuando frente a nosotros pasó una chica, promotora de cervezas, yo la verdad no se que le vio mi esposo, pero seguramente eso lo excitó de tal forma y manera, que de inmediato, comencé a sentir su mano izquierda entre mis muslos.

A los pocos segundos, ya acariciaba bajo la mesa de manera descarada mi coño, al punto que quizás por la excitación que me provocó, el poder llegar a ser descubiertos, rápidamente disfruté de un salvaje orgasmo.

Fue cuando a mí se me ocurrió, en retribución al grato momento que me había hecho disfrutar, el darle una buena mamada. Por lo que apenas se lo insinué, solo con ver sus ojos, sin que me dijese nada, supe que él quería, le dijera dónde.

Yo aunque conozco el club, en lo único que atiné a pensar fue en las largas y oscuras cortinas que cubren los ventanales traseros, ya que un par de ellas, solo por que hicieran juego con la decoración, las pusieron sin que realmente hubiera ventanales.

Yo discretamente me dirigí a una de las cortinas, y a los pocos minutos, vi los zapatos de mi esposo, al otro lado. Ocultas tras la cortina, yo me agaché. Y agarrándolo por entre sus pantalones, lo fui jalando hacia mí. Así que tanto él como yo, nos encontrábamos envueltos, en las oscuras telas.

En cosa de pocos segundos, bajé la cremallera de su pantalón, y rápidamente agarré su verga. La que por medio del tacto llevé a mi boca. En cosa de pocos segundos, me dediqué a mamársela, sumamente excitada, ante la posibilidad de que ambos fuéramos descubiertos.

Su dilatado glande lo sentía como me llegaba a lo más profundo de mi garganta, al tiempo que con mi boca succionaba todo el tallo de su sabrosa verga. Pero como en esos casos, mis manos como que no se pueden quedar quietas, al mismo tiempo que le estaba mamando la verga a mi marido, comencé yo misma nuevamente a autosatisfacerme, introduciendo mis dedos dentro de mi mojada vulva, y apretándome como una loca, mi clítoris.

Hasta que de momento, sentí como toda mi boca se fue llenando de su semen. El que por no escupirlo en el piso terminé tragándomelo. Así que apenas él sacó de mi boca su verga, se regresó a la mesa. O por lo menos eso pensaba yo.

Ya que al regresar a la mesa, lo primero que me preguntó fue ¿Y tú que te hiciste? Yo me quedé fría, pero de inmediato lo único que se me ocurrió responderle fue. Bueno estaba esperándote en la cortina del lado Izquierdo. A lo que mi esposo de inmediato me respondió, Ha era la del lado Izquierdo, perdona, yo me fui a la del lado derecho. Pero si quieres volvemos. A lo que yo aun algo confundida, le respondí si como no. Pero en lugar de las cortinas que te parece si nos vamos directo a uno de los baños de afuera, que en momentos como este nadie usa.

Como se darán cuenta, yo quien sabe a quién le estuve mamando tan sabrosamente su verga, claro que desde luego que no le comenté nada a mi esposo, menos cuando de camino a los baños me ha dado un tremendo beso….