Relato enviado por:
Anonymous
el 10/6/2022.
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Relato completo
Nuestras cenas con amigos tienen su salsa motivadora con el apetito sexual adecuado.
Nos movemos entre el deseo , el cachondeo y las miradas .
Pero aquella noche algo flotaba en el ambiente que alteró su desarrollo habitual.
Mi amigo y mi esposa estaban más cariñosos de lo normal y empezaron en el sofá una escena insólita.
De siempre habían tenido mutua atracción y nuestra amiga lo llevaba a duras penas porque era un encantador de serpientes y de víboras como mi mujer.
La mirada de mi amiga hacia mi me perturbaba porque la escena a pesar de la cercanía no era inhabitual y sus desahogos gestuales y manuales entre ellos parecían ser presas de un calentón.
Pero el tono fue subiendo y todos mudos contemplando la acción.
Se podía cortar el aire.
Respiraciones entrecortadas , atragantamiento de saliva y lametones en el cuello de ella.
Mi bragueta se estremecía y notaba que la del amigo también a la vez que su mano palpaba sus pechos.
Mi amiga me miraba de reojo y yo a ella.
Le tengo mucho respeto pero los dos sabemos de nuestra atracción.Con disimulo pero con fascinación.
La atracción no era tanto mi esposa con el amigo sino la reacción de mi amiga conmigo.
Y con miradas cómplices empezamos a regodearnos con nuestras miradas y con el objetivo de masturbarnos.
Ella delicadamente bajó sus bragas y me enseñó su coño sin depilar y yo con mi pija deleitándola con dicha visión.
El ritmo nos llevaba a relamernos y mi obejtivo era lamerlo pero no se prestó y continuamos nuestro interminable manoseo propio con vistas al profundo agujero de pasión y brillante por la humedad.
No se hizo muy largo pero acabamos antes que nuestras parejas que seguían embelesadas y sin hacernos ni caso .
En vista de lo cual nos retiramos a una habitación contigua y nos dimos un banquete de lengua y morros .
Hoy es el día que se ha convertido dicho día en rutina y nos complacemos en saborear las delicias conyugales pero del de enfrente.