Yo solamente le hice caso a mi marido… ( CON fotos)
Relato enviado por:
Narrador el 17/3/2015.
Lecturas:9816 Etiquetas: putas
Relato completo
Cuando después de que lo encerraron en la prisión, por estar vendiendo lo que no debe, me dijo. Tú has lo que quieras hacer, pero no me salgas preñada, porque si no te mato a ti, y a quien te haya preñado.
Bueno entenderán que después de una despedida como esa, a una no le quedan muchas ganas de salir preñada. Y si por lo menos lo hubieran encerrado por 100 años, pero nada más le dieron menos de tres, gracias a su abogado. Lo peor para mí en esos momentos, era que ya no tenía ni un centavo en la cartera, y como mi marido no me había dejado ni un centavo, estaba pensando a donde iría a trabajar, haciendo la calle, si en la plaza, en la avenida, o por el hospital.
Fue cuando la voz del abogado de mi marido, me sacó de concentración, diciéndome. El Negro me pidió, que me hiciera cargo de ti. Pero con todo lo que él tiene guardado no creo que te haga falta, que yo me haga cargo de ti. La verdad es que yo me quedé bruta, al escuchar sus palabras, si el condenado ese, no me había dejado un solo centavo. Seguramente por la cara que yo puse, su abogado continuó diciéndome. Ya sé ni idea tienes de que te estoy hablando, bueno acompáñame a comer algo, para que te enteres.
Lo cierto es que con el jaleo del tribunal, y todas esas cosas, yo no había comido nada en todo el día. Por lo que cuando me dijo eso, no lo pensé dos veces, para decirle que sí. Así que a medida que cenamos, fue que me dijo que no me preocupase por mi futuro, ya que el Negro, si bien es cierto que no dejó dinero, si se preocupó por seguir sus instrucciones, y ahora yo soy la dueña de unas cosas que llaman acciones. Por las que gracias a eso, no voy a tener que salir hacer la calle, a menos que yo quiera hacerlo por el gusto de hacerlo.
Yo estaba tan y tan agradecida al licenciado, que cuando le pregunté de que manera yo podía pagarle todo lo que había hecho por nosotros dos, me dijo. Bueno el Negro siempre ha dicho que tú tienes un culo que vale un millón, y yo quiero probarlo. Bueno sus palabras me dejaron boquiabierta, pero rápidamente pensé, este es el tipo que maneja el dinero del Negro, y si le digo que no, seguramente me jodo. Así que, qué más da.
Esa misma noche el abogado de mi marido, y yo terminamos en una hotel de los buenos, en lo primero que hizo al estar ya los dos en la cama fue agarrar mis nalgas, y a los pocos segundos, comencé a sentir como enterraba su buena verga blanca, dentro de mi apretado culo negro. No es que en mi vida nunca me hubieran dado por el culo, pero al parecer, no hay hombre que yo no conozca, que lo primero que quiere probar es mi culo. Además con lo que me dijo el negro de no salir preñada, la mejor, y más segura forma de disfrutar de la vida, y no salir preñada es esa.
Por lo que a medida que el abogado continuó saliendo conmigo, yo seguí dándole el culo, y dejando que me agarrarse el coño con sus manos, hasta el punto en que en ocasiones, disfruto de un tremendo orgasmo a medida que su mano me aprieta el coño con fuerza….