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A los catorce. (2)

Relato enviado por : danipa el 21/01/2005. Lecturas: 25008

etiquetas relato A los catorce. (2) .
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Resumen
De como empezó la adicción por el sexo de la nena.


Relato
Mi Padre es un Diplomático Danes, que durante toda su carrera siempre a servido en países hispano hablantes porque uno de los 5 idiomas que habla es el español, a excepción de los últimos cuatro años en los que trabajó en Alemania, razón por la hemos tenido que viajar a diversos países; digamos que me llamo Anneke, soy hija única, ahora tengo 25 años, y mi história comienza dos meses antes de cumplir 14 años:

Vivíamos en Jamaica, ya hacía año y medio, y justo cuando papá fué trasladado encontró por casualidad, a un antiguo servidor suyo, que había trabajado para él durante los cuatro años que sirvió en República Dominicana haciendo de su Chofer hacía como nueve años, se llamaba Roberto tenía en ese entonces 52 años, 4 más que mi papá, y según él, era muy servicial, amable, trabajador y confiable, (en esa época y siendo mi padre un europeo muy desconfiado de los "volubles latinos" le había hecho varias "sólidas" pruebas para ver si caía en tentación y jamás lo hizo, lo que le sirvió para ganarse la absoluta confianza de mi padre); le había contado que había vivído y trabajado en diferentes países y que estaba en Jamaica conociendo el país y buscando trabajo para poder seguir haciendolo, y fué allí donde mi padre al instante le ofreció empleo, pero ya no necesitaba un chofer, sino alguien de confianza que gobernara su casa, ya que ahora no tenía mucho tiempo para supervisarlo todo y mi madre tampoco porque tomaba participación plena en la actividades de la Asociación de Damas Diplomáticas y ayudaba a mi padre en la supervisión de la inversión de los fondos de cooperación que su país le daba a Jamaica; bueno, a mi madre siempre le a gustado más las actividades que quedarse en casa, así que ahora que yo ya tenía 12 años y algo más, ya podía ir dejándome más "libre" para que sea "independiente", bueno, el hombre era moreno, muy alto medía como 1.88 cm., ojos azules, piel muy tostada por el sol más que por su raza misma, el cabello algo rizado y negro, y era, recuerdo, no muy atlético pero si estaba en su peso, quizá kilos más, casi nada, se le veía bien.

En verdad era muy respetuoso, sabía ocupar su lugar, al principio se encargaba de gobernar la casa, preguntándoles todo lo que iba a hacer a mis padres, pero creo que se dió cuenta, yo si me dí cuenta, de que querían que el decidiera sólo, porque lo hacía bien, y en poco tiempo el tomaba las decisiones, estaba al tanto de las cuentas, que revisaban cada dos semanas, disponía del dinero que dejaba mi padre, pero su principal ocupacióm era llevarme a mis actividades, así que todos los días me dejaba a las 7:30 am en el Colegio Americano, y regresaba por mí a las 6:00, los sábados me llavaba a los diferentes deportes que yo practicaba y regresabamos a las 3:00 p.m. a almorzar, como generalmente no había nadie de la familia, comíamos los dos solos, creo que como siempre me veía con el uniforme escolar o el buzo (casaca y pantalones) deportivos, no me tomaba en cuenta, y me trataba de "niña" y Ud. nunca me tuteaba, "niña esto y lo otro", y fuimos dentro de estos parámetros, teniendo confianza, yo le pedía a él todo lo que necesitaba incluso las toallas higiénicas que a veces no encontraba porque no las habían descargado en los depósitos, todo seguía igual hasta que pasó el tiempo y cuando me faltaban dos meses para cumplir 14 años, "él me descubrió".

Un día una niña de mi escuela, hija de un diplomático francés cumplia 15 años, así que le organizaron una fiesta, sus mejores amigas seriamos su corte y vestiriamos igual, solo que nosotras de azul lavanda y ella de rosa, pusimos a votación el modelo y escogimos uno precioso, con un lindo escote corazón, dejando al aire los hombros y falda recogida algo mini delante y más largo atrás, pues bien, mi madre estaba entusiasmada y yo más porque seria mi primera fiesta "casi adulta", así que nos fuimos a un spa y me dieron un cambio total, mi cabello rubio que era largo lo recortaron dejándome un cerquillo, me maquillaron y me enseñaron como debía seguir haciéndolo, es decir me enseñaron a empezar a comportarme como una mujercita y dejar un poco de lado a la niña de mamá; cuando esa noche baje al salón de mi casa hasta a mi padre se le cayó el puro de la boca, porque me dijo boquiabierto "ya no hay niños en ésta casa", me dijo que me veía muy linda pero que parecia mayor y eso no le convencia mucho, pero mi madre que estaba muy ilusionada al ver mi cara de decepción le dijo que yo era así, que ya había crecido y que se acostumbrara porque empezaría a tener compromisos y que siempre me vería así; la verdad siendo hija de europeos me veía mayor que las chicas de mi edad, era alta para mi edad, ya media algo de 1.70 cm. y desde los once me empezaron a crecer los senos, solo que como siempre estaba o con uniforme, ropa deportiva, jeans y camisetas no se me veía como debía verseme, bueno, cuando llamaron a Roberto para que nos llevara, hubieran visto la cara que puso, hasta mis padres se rieron, papá le dijo: ya vez estoy viejo, así que a tí te toca cuidar con tu vida a mi joya más preciada, ahora que habrán tantos moscones merodeando mi casa; él se rió, pero algo me dejó turbada, fué la primera vez en mi vida que me desnudaron con la mirada, o al menos eso sentí, parecia que algo me quemaba, me sentí rara. Esa noche en la fiesta, noté la diferencia, fué como despertar a un nuevo mundo, me miraban diferente, los chicos se me acercaban y trataban de sacarme el número del teléfono, hasta mis amigos de la escuela, ya no me hablaban con la confianza de antes parecia que recién me conocieran, su forma de mirarme me hacía sentir en las nubes, pero, y ahora con más experiencia lo sé, no me miraban con esa carga de deseo que me miró Roberto, era otro tipo de mirada, más inocente, menos... salvaje.

Al día siguiente, era Domingo, y los domingos él salía, yo lo veía filtrear con una de las sirvientas, y eran los Domingos en que mi padre decía que ambos salían juntos, mis padres se reían porque decían que se irían a hacer "empanadas", y como yo pregunté, se miraron y mi madre me dijo que como ya era grande, eso significaba que eran pareja, bueno, a esa edad entendí que eran noviecitos, de estar de la manito, dándose besitos de mosca que ya estaba deseando me dieran; pero justamente ese Domingo no salió, se quedó y dijo que se sentía algo indispuesto. Los Domingos era el único día en había casí un 70% de seguridad de que mis padres se quedarían, pero la casa no podía quedarse sin servidumbre, así que ese día se turnaban para quedarse una sirvienta, y así atender a los miembros de la familia (yo casí el 90% de las veces estaba en casa sola o salía con mis padres) que se quedaran y calentarles la merienda que ya dejaban preparada para los agentes de seguridad externa que tenía la casa, luego del almuerzo con mis padres, como a las tres de la tarde, ellos se fueron a dormir pues regresamos de madrugada, me pidieron que les avisara a las seis de la tarde, y se fueron. Yo no tenía sueño, hacía calor y estaba a burrida, no sabía que hacer y cuando me salí del comedor, estaba Roberto en el salón, me miró y me dijo:

- "tienes" cara de aburrida, a que si?; - la verdad si, le dije, noté que me tuteó, pero no me pareció extraño,

- yo también, así que si quieres vemos tele juntos, y charlamos; asentí y fuimos al salón de estar y prendimos la tele, yo no sabía que decir, la verdad no estaba cohibida porque él era parte de la casa, sino que no tenía de que hablar con él, pero comenzó a charlar, y era agradable, se esmeró en ser cómico, me contó cosas chistosas que había visto el día anterior mientras nos esperaba en carro a que termine la fiesta, creo que las inventaba. Como a la hora, yo estaba divertida, tranquila y me dijo, que había notado que era una niña sola, y que ya que mi padre era un hombre importante y ocupado al igual que mi mamá, y como él podría ser algo parecido a un padre o meor dicho un tío, y como no tenía hijos, me ofrecia su mano de amigo para lo que yo quisiera, que lo disculpara si no lo había hecho antes, pero que en este año y medio que habia pasado en casa, me había tomado aprecio, y que si yo queria podía tener en él a una amigo y compañero de aventuras con quien divertirse "sanamente", acto seguido me dió su mano, yo la tomé, y pensé !que bien! el amigo de mi padre, en quien confiaba quería ser mi amigo, pero, como al paso, me dijo que mejor delante de mis padres él me seguía tratando como siempre, porque ellos eran gente muy culta y estirada, que de repente no iba a entender que me ayudara en mis aventuras de adolescente, le dije: bien, pensando en esas aventuras, las que no sabía en que consistirían.

Al día siguiente al dejarme en la escuela, al decirle adios, me dio que porque no nos despediamos con un beso en la mejilla, que los "panas" se despedían así, algo azorada le dí un beso en la mejilla, me tomó la mano, me la beso y me dijo "gracias", yo sentía que me había "adoptado", y eso me daba seguridad. A solas me trataba con gran confianza, pero noté al tiempo que cuando en la casa no estaban mis padres, la servidumbre no se aparecía salvo que la llamaran, ya no estaban limpiando y caminando por la casa durante el día. a la semana le pregunté y me dijo que había ordenado que se limpiara muy de mañana para no incomodar a la "familia", y para que al ver que me él tuteaba, los empleados no pensaran mal o se quisieran tomar esas atribuciones, y que él lo hacía pero con respeto a conciencia de que yo era la señorita de la casa; eso me dió más confianza, así que yo le empecé a decir "Roby" y él "Ane"; en lo que quedaba del mes me llevó a comer helados luego del colegio como cuatro veces, le dije riéndome, que con tanto helado ya me sentía gorda; me tomó de los hombros, me hizo girar y tomando mi rostro con sus manos me dijo con una voz que me hizo tiritar el estómago: se nota que tienes un cuerpo precioso, aún con ese feo uniforme, y como si no hubiera dicho nada, me soltó, y pidió los helados y me empezó a hablar de otras cosas. En la noche, no sabía porque, recordaba su voz y la manera en que me dijo eso, sentía algo extraño, como que se encendia esa lucesita roja que te dice algo anda mal, pero me decía: !es él! !Roby!, !no pasa nada!, pero a la vez eso me gustaba me hacía sentir... distinta.

La "camaraderia" seguía viento en popa por su parte: me arreglaba el uniforme, me pasaba el brazo por los hombros, me acariciaba la cabeza mientras conversabamos, todo esto en el auto, porque cuando llegabamos a casa, él volvía a tratarme distante, mis padres llegaban generalmente a partir de las 9 de la noche, y ya no hablabamos. El fin de semana siguiente mis padres debían viajar al interior y yo me quedaría en casa, cuando lo supo Roby me dijo que la pasaríamos en grande, yo esperaba que mis padres se fueran para disfrutar lo que él tenía planeado, se fueron el sábado en la mañana y volverían el Lunes, el sábado en la noche, me dijo: aquí comienza la diversión, y me llevó de la mano a la sala de estar, cerró todas las cortinas encendió el equipo de video-música y me dijo que ibamos a tener una fiesta privada y que me enseñaría a bailar salsa, yo estaba nerviosa, más porque la empleada que quedaría de turno ese fin de semana se diera cuenta, se lo dije, pero me respondió que lo había previsto todo, que le había dicho que él se quedaria sólo en casa y que se encargaría porque yo iría a casa de unas amigas a pasar el fin de semana.

No me quedé muy tranquila que digamos; lo notó, me dijo muuy serio: si no quieres me voy y ya!; yo me asusté y le dije que no, que empiece la fiesta, tenía miedo de que se molestara y pensara que era una tonta, así que de no sé donde, él saco una jarrita llena de un líquido medio blanco con espumita, que me dijo que era un trago que había aprendido en Perú, se llamaba Pisco Sour, era un licor originario de ese lugar y que le había encantado porque era delicioso, que me encantaría, yo le dije aprehensivamente que no habia bebido nunca, el dijo que lo sabia, y que por el nivel de vida que iba a tener debía aprender, y eso debía ocurrir en un lugar seguro como mi casa, y con personas seguras como "tu tío Roby que te quiere mucho", además tenía cierto dulcesito que me gustaria, que bebiera tranquilamente, no me doleria la cabeza al día siguiente porque el licor era de primera y era legítimo de origen, "jamás le daria nada malo a mi ane amada", y me sirvió un vaso. Me lo tomé y en verdad me gustó, era delicioso, puso un DVD de música salsa y me tomó de la cintura y me dijo que me dejara guiar.

Al principio me tenía separada de su cuerpo y yo lo seguía, veía en la tele a la pareja bailando muy pegado y haciendo figuras muy lindas, y la música era muy movida, todo eso me gustaba, me servía más y yo bebía, me sentía con la cara colorada y tenía calor, me preguntó si sentía calor, le dije que sí y me dijo que me quitara la camisa: !pero debajo tengo solo el sostén!, -y eso que importa - me dijo haz de cuenta que éstas en la playa conmigo!, además estas sólo conmigo, y me lo quitó y siguió como si nada, ni me miró, yo solo me deje guiar y bailaba al compás de él, y ya había aprendido a seguirlo, pero estaba mareada, y me reía mucho, me sirvió más trago (tenía preparada otra jarrita), y me dijo: ahora que ya sabes, vamos a bailar como las parejas de la tele, y me pegó a su cuerpo y se movia al compás, cuando me daba vueltas, como por casualidad rosaba mis senos lo que me erectó los pezones, yo sentía mi respiración más agitada, y mi estómago tenía como bichos dentro, el sintió mis pezones y como jugando me separó de su cuerpo, me miró los senos y me dijo: tus pezoncitos estas duritos por el frío.pegó mi cabeza a su pecho y me sentí felíz, no sé porque imaginaba estar en una baile con un novio, sentía un bulto de él a la altura de mi bajo vientre un poco más arriba, y sentí como inchados los labios vaginales, no me dolia, me agradaba, y seguía muy agitada. En un momento me tomó de la mano y me llevó al sofá, me abrazó, bajó el sonido, y me dijo que descansaramos, que ya estaba viejito para esos trotes, y me acariciaba el rostro, me dijo que estaba preocupado por mi; pregunté porque?, y me dijo que ya era una mujercita y que preveía que los chicos me estarían rondando, y le preocupaba que no tuviera ninguna experiencia con chicos, que yo era muy inocente y que quería enseñarme a lidiar con ellos:

- además es mejor que yo te ayude, porque tu padre está muy ocupado en sus cosas, igual tu mamá, y me siento responsable, porque tu misma escuchaste que tu papá me dijo que te cuidara con mi vida, él aparte de ser mi jefe es mi amigo, me tiene toda la confianza del mundo para dejarme al cuidado de su casa y de su más preciado tesoro que eres tú, así que creo que debo enseñarte algunas cosas sobre las mañas de los chicos y como debes tratarlos, eso si tú quieres.

¿Qué quedaba decirle?, estaba acariciándome, me sentía aturdida, me palpitaba el sexo, y sentía una enorme curiosidad, así que le dije que sí, entonces me miró y me dijo: te enseñaré a reconocer los besos de los chicos, para que sepas que desea cada uno, luego me beso, fué un beso inocente, solo un rozar de labios un poquito entreabiertos, - ese es un beso de un chico sano, alguién más o menos de tu edad sin experiencia; yo estaba flotando, había recibido mi primer beso, - si te dan un beso así puedes estar algo tranquila, el chico querrá ser tú enamorado, pero si te besan así; tomo mi boca, abrió mis labios con los suyos y metió su lengua de una manera que sentía que me estaba chorreando de la entrepierna, me besó con avidez, penetrando, asiéndome suya con la lengua, luego me miró y me dijo: - si te besan así, desconfia, porque ese chico querrá esto, (y me tocó la entrepierna), no lo dejes avanzar; y por último...: me tomó de la nunca me volvió a besar con su lengua y me tomó un seno, cariciándolo sobre el sostén y luego masajeándolo con fuerza, me soltó y me dijo: - jamás aceptes eso, te sueltas y le dices que no eres de esas chicas, repite!, y me hizo decir No soy de esas chicas, me acarició la mejilla y me dijo: Buena Chica, ahora estoy más tranquilo, sabrás defenderte, pero mira!, señaló la entrepierna de mi panatalón celeste que se notaba húmedo, - te mojaste, yo me sentí mal, me dió verguenza, me puse colorada, y dije: No sé que me pasó, disculpame; pero él me tomó dulcemente la cara y me dijo: no quiero que jamás te averguences de lo que siente tu cuerpo, es muy normal, es lo más natural del mundo, te explicaré, sólo te has excitado, porque eres una mujer y muy hermosa; se acercó a mi oreja y dijo: te estás convirtiendo en una verdadera hembra; lejos de ofenderme, la verdad no sabía si sentirme así, eso me gustó, me encantó ese tono y esas palabras que dijo, me levantó y me dijo: - se acabó la fiesta, vamos a tu habitación a que descances, y como estaba creo que casi borracha me cargó en brazos y me llevó, quitó las sabanas y me empezó a quitar el sostén, pero algo me hizo reaccionar y salir del fondo del pozo en que me encontraba y le dije: No, deja; el se detuvo pero me miró y dijo, ¿qué pasa?, no temas, soy yo tu tío Roby y puedo ser tu padre, no es de mi de tu padre quire que te cuides, sino de los chicos que como moscas vendrán porque estas muy linda, además así como estas no puedes, déjame arroparte como si fueras mi hijita; me quitó el sostén el pantalón y la truza, tomó esta prenda y por la parte mojada, la llevó a su naríz y la olió, como si fuera un perfume exquisito, la puso en mi naríz y me dijo: huele, estas empezando a oler a mujer, pero lo dijo con esa voz diferente que tenía para cosas íntimas, y como si no hubiera dicho nada, me puso el camisón encima, me metió en la cama, me besó la frente y se fué, yo sentía la entrepierna tan inflamada que parecia que no podía juntar las piernas, estaba aturdida, pero me invadía una sensación de plenitud, y a la vez una necesidad de no sabia que, luego me dormi.

Apenas abri los ojos, me invadió la verguenza y la culpa, pero no me dió tiempo de pensar en más porque Roby entró con la bandeja del desayuno y una cara radiante: Buenos días amor, ¿cómo ha amanecido mi hijita?, ¿con qué quiere empezar mi bebé su desayuno?, yo no podía levantar la vista, y se me salían las lágrimas, me senté, puso la mesita sobre la cama, se sentó frente a mi muy cerca y muy serio me dijo: ¿que te pasa?, levantó mi barbilla y vió mis lágrimas: ¿porqué lloras?, ¿tienes verguenza verdad?, asentí, a él se le llenaron los ojos de lágrimas (es un gran actor) me hizo sentir mal y más culpable, ya no sabía que pensar, me dijo: - ¿acaso te hice daño?, ¿ofendí anoche?, solo quería que a mi niña ningún hombre le hiciera daño, he aprendido a quererte como a un familiar cercano, eres muy buena chica, y como tú ya no hay, las chicas ahora son muy agrandadas, si fueras como ellas yo no habría tenido la necesidad de enseñarte, ni me habría importado pero tu eres tan dulce e inocente,que me da miedo que se aprovechen de tí, tu padre si supera esto de repente al principio no entendería, es tán estirado, pero es bueno y a la larga lo entendería y me lo agradeceria, porque quisiera haberte enseñado pero no sabe como y solo lo deja al destino, porque solo queremos tu bien, pero yo solo queria protegerte, pero si tu ya no quieres a tu tío Roberto, me voy a mi país ahora mismo, a pesar de lo mucho que te quiero, busco o espero a las empleadas a la noche, para dejarte segura con ellas y mañana a primera hora le digo a tu padre que debo regresar a mi país; casi me muero, me abracé a él y le pedi disculpas, le dije que me perdonara que era una malagradecida, y que no queria que se fuera de mi lado:

- No me iré con una condición, nunca más volverás a sentir verguenza de lo que sienta tu cuerpo a mi lado, acepté, - Nunca más cuestionarás nada de lo que yo haga contigo para ayudarte, claro, dije; - NO TENDRAS VERGUENZA CONMIGO, esto lo dijo muy claro y fuerte, acepto, le dije, sonrió con cara de triunfo, entonces a comer, beso dulcemente mis labios, acercó su boca a mi oreja y dijo: lo dicho, te estas convirtiendo en una hembrota riquísima, pero como yo me puse colorada, se molestó y me increpó: !ves, sientes verguenza conmigo!, noooo, le dije, es solo que tengo que acostumbrarme, tenme paciencia, y empecé a comer, le dije que estaba nerviosa por si mis padres volvían y lo encontraban en mi cama, ellos no entenderían que somos amigotes, me dijo sonriendo que él era muy inteligente, que ya había llamado para saber como estaban y para reportarse, y que ellos estaban felices en el interior muy lejos de aquí, que terminara rápido que iríamos a nadar a la piscina, él nunca la había usado porque solo la usabamos los de la familia, me preguntó que poque no me gustaba la playa y le dije que le tenía miedo al ozono, el dijo que !Al diablo!, la próxima semana si tus padres vuelven a salir de viaje nos vamos el fin de semana a una casita de playa que tiene un amigo ya se la pedí y me dijo que no hay problema, solo lleva mucho bloqueador, le dije que tenía miedo de que nos descubrieran mis padres y me dijo: tranquila, yo se manejar esto, no pasará nada, pero tengo un regalo de futuro cumpleaños para tí, salió y volvió con un paquete grande, toma y ábrelo, lo hice y había un jean ultra cadera, uno que le dije que me compraría, un top que solo cubría el busto, un sostén y una braga de encaje, y una tanga para la playa, -pero yo solo uso bañador, y me respondió: deja de vestirte como una vieja, al menos conmigo te vestirás como una chica de tu edad, con tus padres y hasta que puedas liberarte ponte lo que quieras, pero conmigo te vistes como me dé la gana y se acabó!, quitó la mesa del desayuno, y me dijo cambiate y baja, lo hice y me sentía regía pero azorada, el me vió, estaba con bañador, me tomo de los hombros y me dijo: estás deliciosa, y beso mis labios, y añadió, en mi país los amigos se dan piquitos en los labios, así como tu y yo que somos complices, me pidió el bloqueador y me pidió que me tendiera para echarmelo y que cerrara los ojos, sus manos me recorrieron toda, no tocaron mi busto ni mi vagina, pero si mis nalgas, cuando terminó otra vez tenía mojada la entrepierna, el dijo: - estás creciendo muy rápido, yo sonreí y me tiré al agua, nadamos casí cuatro horas, almorzamos y el se encargó de la comida de los agentes de seguridad externa, no me volvió a tocar ni a besar el resto del día, en la noche me acompañó a mi habitación y me dijo: lástima que se acabó, pero la próxima semana..., espero que tu padre decida ir a supervisar de nuevo, duerme que ya es tarde, y me dió otro piquito.

Durante la semana hicimos lo de siempre, en las mañanas me llevaba a la escuela, yo ya no viajaba en los asientos de atrás sino a su lado, y antes de bajar del auto se detenía unas cuadras antes y me arreglaba el uniforme, la corbata, las medias, el cuello de la camisa, me centraba la falda y me llevaba, al bajar nos dábamos un piquito de "panas", a la salida dabamos una vuelta antes de llegar y conversabamos mucho de todo y me hacía reir, llegabamos más tarde a la casa pero siempre antes de que llegaran mis padres, y el jueves me dijo que todo lo tenía listo para la playa y estaba convenciendo a mi padre que tenía dudas de si viajar de nuevo, porque la comida le había caído un poco mal, pero como Roby decía, el saber que podían malgastar los fondos y los resultados no fueran satisfactorios lo mataban, así que el Viernes él estaba felíz porque papá le había pedido que ordenara todo que viajaba si o si. Me dijo que debía decirles a mis papás que quería ir el fin de semana con unas amigas a la playa, pero que debía decirselos un par de horas antes de que se fueran y que si se negaban insistiera, pero cuando él estuviera presente para apoyarme diciendo que ya conocía a mis amigas y que les parecia buenas chicas, y que además el me llevaría y me recogeria, y anotaría direcciones y teléfonos y los constataría, lo hice así, no quisieron porque no conocían a las niñas de las que les hablé, cuando vino Roby para recibir el dinero de los gastos toque el tema, y como él dijo aceptarían, no sin antes decirle mi padre que verificara todo personalmente, que lo llamara para darle cuenta y que si era necesario alquilara una habitación cerca de la casa de playa donde me alojaría por si lo necesitaba, le dejarían el carro y uno de los celulares y que a la primera oportunidad queria conocer a mis amigas, y que era la primera y última vez que avisaba tan tarde. Se fueron el Viernes a las siete de la tarde, y nosotros salimos a las 8 de la noche, papá ya había dejado dicho a la seguridad que la casa estaría solo con una empleada hasta el Domingo en la noche en que yo regresaría. Salí con la ropa que me regaló Roby, pero para que nadie se diera cuenta me puse una camiseta ancha, partimos y una cuadras más allá me ordenó que me quite la camiseta, - así es como me gusta verte, mi niña; ¿y también te has puesto la ropa interior que te dí?, le dije que sí, - muestrame, levantate el top, yo no supe que hacer, pero su voz fue impositiva cuando me dijo: !vamos apúrate!, así que se lo enseñé, - te ves adorable, así visten las jovencitas de tu edad, y así vestirás para mi en adelante, y siguió guiando, a las dos horas llegamos, era muy tarde, y yo hice la mayor parte del trayecto dormida, entramos a la casita, como un mini departamento, todo muy simple, lo básico, solo había una pequeña habitación y una cama, y como era tarde me dijo que me acostara, que él dormiría en el sofá, y que por la tarde iríamos de compras, yo la verdad no podía dormir, así que el sueño me vino muy tarde.

Cuando abrí los ojos, ya eran las once de la mañana, él estaba sentado frente a mi, mirándome, el desayuno estaba servido y esperándome, me ayudó a levantarme y me dijo que desayunara rápido y que me pusiera la tanga. Cuando me la puse, me dió verguenza, no queria salir así, me quedaba bien, era solo que yo jamás me había exhibido así. Ya me había llamado varias veces, pero como me demoraba él entró sin tocar, me vió y sólo atinó a decir: !Eres la mejor hembra que he visto!, me hizo girar, y vió mis nalgas al aire, con la tanga metida entre ellas, cogió el bloqueador y me lo empezó a esparcir por el cuerpo, con sumo cuidado, primero la cara, cuello, hombros, se detuvo mucho en los senos, metiendo un poquito los dedos dentro de la miniatura de sostén rozándome los pezones que estaban endurecidos, cerré los ojos, me estaba mojando otra vez. Frotó mi abdómen, cintura, caderas, nalgas, masajeándolas, por un momento separó mis nalgas y frotó casi hasta la entrada, no contener un gemido, siguió frotando. Yo seguía con los ojos cerrados, estaba como en trance, acercó su boca a mi oído y me preguntó: ¿te gusta?, no pude responder. Sin decir nada, separó nuevamente mis nalgas y frotó, otra vez dijo a mi oído, bajito: te dije que no debías sentir verguenza de lo que sintiera tu cuerpo conmigo... ¿te gusta?... solo pude asentir con la cabeza, él bajo sus manos y frotó mis piernas y mis pies, subió nuevamente a mis muslos y los masajeó, metiéndo sus manos entre mis piernas echando bloqueador casi hasta la entrada a mi vagina, las piernas me temblaban, tuvo que sostenerme, me cargó y me llevó a la cama, me trajo un poco de agua y espero hasta que volviera a estar lúcida, al verme muy colorada, se puso muy serio, y dijo: !No debes sentir verguenza de mi!, !ya te dije que te quiero, y todo lo que hago es para que te acostumbres a ser mujer y cuando lo haga cualquier muchacho y sientas lo mismo, sepas como salir del paso, es solo cuestón de costumbre!... -luego suavizando su voz- ¿quieres regresar a tu casa? te llevaré si eso deseas... -no, por favor, tío Roby, no te molestes,...

-¿te he ofendido?, ¿te hice daño?, ¿te sientes mal?....

-no, claro que no!....

-entonces ¿porqué me haces sentir mal?, cuando te averguenzas me haces sentir mal, me parece que sientes que me quiero aprovechar de tí, y no es eso lo que quiero, ya te lo expliqué, sólo quiero ayudarte, tu padre y yo te queremos y no va a pasar nada que tu no quieras que pase, si me dices: tío Roby, ya no quiero aprender más... está bien, me voy y punto...

Me hizo sentir mal, culpable, era tan mala y desconfiada que hice sentir mal al bueno del tío que me queria tanto, le pedí perdón, desesperada me acerqué y me abracé a él:

-!perdóname tío!, !soy muy mala contigo y haz sido tan bueno!, perdóname, trataré de que no vuelva a pasar, pero entiéndeme es cuestión de costumbre, solo necesito tiempo, y todo irá bien... mira... cuando me azóre, haz como que no pasa nada porque metete en la cabeza que no podría pensar mal de tí.

El me miró... me soltó... paseo por la habitación como meditando... mi corazón latía a cien por hora (!que tonta!), hasta que por fín dijo: !está bien!, haré como que no pasa nada, pero si te disgusta algo me lo dices y ya... me tomó de la mano y nos fuimos a la playa.

Había mucho sol y poca gente, pero lo blanca de mi piel y mi figura llamaban mucho la atención, el 98% de los que estaban allí eran negros, además, y ahora me doy cuenta, era muy notoria la diferencia de edades entre los dos, y la gente se estaría preguntando ¿qué hace una jovencita blanca sola con un moreno tan mayor?, no parecen familia. Tendimos nuestra toallas, dejamos las cosas y Roby me llevó a nadar. Yo nadaba muy bien en piscina, pero jamás había nadado en el mar, por eso estaba algo asustada, pero Roby insistía en meterme más adentro, cuando sentí la falta de piso me desesperé, no había casi nada de oleaje, no sé como resbalé, pero Roy me cogió por la cintura y me dijo: cuélgate de mi cuello, él era mucho más alto que yo, me sujeté a su cuello pegándome a él todo lo que pude, sentía otra vez ese bultote de la otra noche, otra vez me empecé a exitar. Es raro, yo sentía ese bulto, pero le daba nombre, no pensaba en que era, lo sabía, pero no le daba forma ni nombre, solo sentía, a los casi catorce años, no sabía con exactitud como era. Ruby se hundía y volvía a salir, me abrazaba, para cargarme y levantarme, me tomaba por debajo de las nalgas, me las cogía, las agarraba y me levantaba, eso me tenía muy excitada, pero no me daba cuenta, solo sentía que me gustaba, estaba felíz, asustada en el fondo, porque algo me decía que no estaba bien, pero estaba felíz. Salimos un poquito hacía la orilla, cuando pude sostenerme en la arena del mar, notó que uno de mis senos estaba al aire, yo quise arreglarlo, pero me detuvo, me puso de espaldas a la gente y me dijo: no te preocupes, nadie te ha visto estamos muy metidos en el mar... yo te lo arreglo...tomó mi pezón entre sus dos dedos y lo apretó un poquito, sentí una descarga eléctrica, levantó la tela y lo metió, acercó su boca a mi oreja y me susurró: es el seno más lindo que he visto en mi vida... eso me hizo latir el corazón a mil por hora, me jaló hacia la orilla y dijo que tomaramos el sol.

Estuvimos así como media hora, como eran cera de las dos de la tarde, la playa estaba casi desierta. Algo lejos de donde estabamos habían uno jovencitos jugando futbol soccer, no nos molestaban en nada, pero en eso él dijo: ya vengo, voy a decirle a esos chicos que jueguen más allá, porque molestan. Lo vi conversando con un chiquillo negrito, y por un momento me pareció que le daba algo. Regresó, lo chicos se sentaron y nos miraban de reojo, él dijo que ya estaba arreglado. Pasaron uno minutos y me dijo que tomara sol boca arriba, me puse de esa manera, él estaba tendido de lado, acariciaba mi cabello, jugaba con mis lentes de sol. Un par de minutos más tarde, me dijo: ahora que no hay gente, aprovecha en tomar el sol con las piernas algo abiertas para que la parte interior de tus muslitos no se vean tan crudas... yo dude... me preguntó ¿qué pasa?, le dije: no es por ti Roby, es que la tanga es muy pequeña y ...ya sabes. Tontita -me dijo- nadie te va a ver, ademáa, esos bellitos rubios que tienes se hn estado saliendo pero no se te han notado, solo yo, y me encantan.., pero ya habrá tiempo para arreglarte eso... bueno, no te preocupes que nadie te va a ver la cosita. Abrí las piernas, y esa sensación a prohibido me encantaba, él jugaba con mis lentes, y con mi sombrero cubrió nuestras cabezas para que el sol no nos dé de lleno, estuvimos así un rato, hasta que no se como, sentí que algo me caía en la entrepierna, !¿Qué pasa?!, grité, levanté la vista y vi a un muchachito irse corriendo con un baldecito, Roby se levantó, me miró y empezó a gritarle groserías en francés, me dí cuenta que el niño me había tirado un balde lleno de arena sobre la entrepierna llenandola de arena. Los chicos se fueron corriendo, yo quise levantarme y Roby me lo impidió, -No amor, quedate quietita, yo te levantaré poco a poco, pero primero te limpiaré un poco, empezó a sacudir con su mano, pero me pareció como que por algo que hizo se me metió arena en mi sexo. Me levantó, pero yo no podía mover las piernas, el roce me molestaba, Roby, empezó a despotricar contra los chicos, que seguro lo hicieron en venganza por que los hizo parar en su uego, que como se pudo distraer, que él tenía la culpa, etc. -No te procupes amor, te llevaré en brazos a la casa, si caminas te harás daño en su cosita, la arena son cristalitos muy finos, te podría salir sangre, yo te voy a curar, felizmente la casa está cerca, y me cargó, con lo que me dijo yo estaba aterrada.

Entramos, y me llevó al baño, me metió en la bañera y me dijo:

-quítate la tanga...!y nada de verguenzas, esto es una emergencia!, si te quito toda la arena no tendré que llevarte a un ginecologo, o ¿quieres que un extraño revise tu conchita?, le dije que no, pero no atiné a quitarmelo, así que sacó su navaja y cortó las tiritas y delicadamente me las sacó de la entrepierna. Ahora abreme tus piernitas y muestrame tu coñito, yo le echaré agua tibia para que quite toda la arena que pueda, luego te revisaré. Me abrió las piernas y empezó a abrir el grifo de laregadera y dirigió la manguera a mi vagina, seguía regándola, se quitó los tenis y se metió en la tina, acercó su cara a mi pubis, con un dedo toco uno de los labios (eso me escalofrió el cuerpo) y me pidió que me levantara

-mira corazón, ahora vamos a tenderte en la cama, se debe haber metido arena dentro de tu vaginita y debe salir, porque te estaría haciendo daño por dentro, y tu cuerpo solito debe sacarlo...-¿cómo?, le dije... -te enseñare, aunque tu ya lo sabes... espera; fué hacia la cama, quitó el cubre cama, la colcha y sólo dejó las sábanas, trajo una toalla y me secó el cuerpo cuidando de no refregar mi pubis, me cargó y me llevó a la cama, me sentó y trajo una silla y se sentó frente a mi muy pegado a la cama, me dijo: -echate, abre las piernitas y ponlas encima de mis piernas. Atiné a decirle: -por favor Roby, explicame vas a hacer, tengo miedo del daño que la arena me pudiera causar, !no dudo de tí! !eso nunca!, solo que quiero saber.

El tomo mi rostro entre sus manos, y me beso la punta de la naríz, -tranquila mi hijita- me dijo - ¿recuerdas la otra noche en que te enseñé como besan los muchachos?, ¿recuerdas como se mojo tu calzoncito?, pues eso mismo debe suceder ahora, esos juguitos deben sacar la arena que pudiera tener tu lindo chochito, ¿estás de acuerdo?, -Si, le dije, y quise acostarme, pero me detuvo y me dijo: -relajate, cierra los ojos, y déjame a mi, pero sobre todo y mírame a los ojos... DEJA LA VERGUENZA A UN LADO Y SOLO SIENTE, SINO NO SALDRA NINGUN JUGUITO Y LA ARENA TE HARA DAÑO..., se acercó a mi oreja y dijo bajito acariciándola por momentos con sus labios: además te gustará, te gustó cuando te besé, y te gustará ahora que vas a sentir como una hembra... y por encima del sostén tocó uno de mis pezones y me recostó, puse mis caderas sobre sus piernas, y mis piernas una a cada lado de su cadera, dejándo mi vagina bien abierta, para que pudiera hacer lo que quisiera, y para ese momento creo yo que ya había expulsado sin saberlo toda las arena que hubiera podido haber dentro de mi, porque estaba chorreando.

El me dijo: -te voy a dar una clase de anatomía para que conozcas como es tu conchita, tengo una vista maravillosa de ella, te diré que es preciosa, rosadita, como la de una nenita, brillante porque le sale un delicioso juguito de adentro, esto que estoy tocando... y que te ha hecho saltar y gemir es tu clítoris... está hinchado... y esto que estoy acariciándo son tus labios vaginales... la piel de esta parte de tu cuerpo es mejor que el terciopelo, !es suavecita!... !ves como te gusta!... !y esa descarga de juguito que te ha salido ahora y ese espasmo que te ha dado se llama ORGASMO!... tu primer orgasmo... y recuerda siempre que yo te lo hice sentir... es fácil hacerte sentir... aquí te va otro... sólo separaré tus labios vaginales y meteré un poquito de mi dedo que está empapado en tu juguito, que debe estar delicioso... en un rato lo probare... me da pena desperdiciar este manjar... pero ahora no puedo dejarte... porque cuando empiece a mover la puntita de mi dedo... así... ¿ves que rico te corres?... el placer te hace gritar... nadie te molestara amor... sigue disfrutando... voy a mover otra vez mi dedito para que sientas...!huy que rico te mojas!... ¿cuántos orgasmos vas sintiendo?... no importa... goza ahora lo que quieras... verte espléndida... abierta para mi... me da mucho placer... aunque no me corra... !mira como te late el coñito!... !se come mi dedo!... eres una linda perrita... con el coñito más lindo del mundo... pero... espera... esto no está completo... -sacó su navaja y cortó las tiras del brassiere dejándo mis senos al dscubierto, !me sentí morir de placer!-... ahora si... mi perrita desnuda, entregada... así es como debe ser... !tienes la mejores tetas que he visto!... !toma mi reina!... !ahí te va otro orgasmo!... sólomuevo un poquito más este dedito y... !eso es!... !como quisiera correrme aquí adentro!... pero yo sé que no debo... este coñito es para el que te firme en un juzgado... pero... hay oras formas de gozarte... !como gozas mi perrita!... ¿quieres otro más? ... toma... !quisiera poner un vaso para recoger ese delicioso juguito que sale de tus entrañas!... !ahora amor, acabó esta parte, veamos que tal salió la cura!. Esperó un rato a que me pasara, o mejor dicho que bajara de las nubes, tenía una sonrisa dibujada en su rostro. Cuando vió que abría los ojos, y lo miraba, tomó mis manos y me atrajo hacía él, me abrazó contra su pecho, yo rodeaba su cintura con mis piernas, estaba desnuda entre sus brazos, sentía ese enorme bulto como latiendo. Me tomó como a un bebé, acarició mi cabello, y me hizo mirarlo:

-¿verdad que te gustó, amor?

-si-le dije, intentando bajar la mirada.

Notó que aún me azoraba tener que mirarlo, después que me había visto sentir de esa manera, una de sus manos sujetaban mi nuca acariciándola y la otra tenuemente se deslizaba entre mis nalgas, haciéndome sentir descargas eléctricas, acercó su boca a mi oreja y me dijo:

-aún estás tímida conmigo, está bien, no me mires, pero necesito saber, responde en mi oreja bajito, cierra tus ojitos y deja hablar a tu corazón.

-¿te gustó?

-si

-¿cuánto?

-mucho

-¿sientes culpa?

-un poco

-¿por qué?

-no sé

-¿quieres que te deje?

-no

-¿quieres regresar a casa?

-no

-¿de verdad no quieres?

-no

-¿me quieres?

-si

-¿mucho?

-si

-¿te gustó lo que te enseñé?

-si

-¿se lo dirás a alguién?

-no

-será un secreto tuyo y mío ¿está bien?

-si

-tengo que decirte algunas cosas más pero será después de que quitemos de una vez por todas bendita arena, ¿puedo seguir haciendo que tu cuerpito solo bote la arena, amor?

-si

-ruegamelo

-te lo ruego

-entonces ahora vamos a quitarte esa arena, todo lo que hice para hacerte sentir tan rico, ha hecho que hayas botado casi toda la arena, pero ahora tenemos que asegurarnos de que salga todo, y así sentadita sobre mi, con tus piernitas bien abiertas para que yo pueda acariciar tu coñito, y la raita de tu culito; ya sabes que si toco tu cuerpito es para que reaccione y deje fluir tu juguito que arrastrará la arenita que quede dentro de tu cuquita, tengo que excitarte mucho para que salga mucho juguito amor, así que ahora voy a besarte como te enseñe la otra vez, ese beso que si te daban debías rechazar, bueno, pero ahora no lo debes rechazar, es por tu bien, además, te lo doy yo, que conozco ahora tu cuerpo como la palma de mi mano, y solo te haré disfrutar de tu cuerpo, ¿sabes que yo me sacrifico por tí?, ¿sabes cómo?, ¿te gustaría saber cómo?... mordia mi oreja, y no dejaba de acariciarme la rajita, eso me volvía loca.

-si

-bueno, tu gozas mucho, y eso me encanta, porque estas gozando conmigo, tengo todo bajo control, nada te pasará que no quieras que te pase, pero yo no puedo tener el mismo placer y ¿sabes porqué?

-no

-por que tengo que controlarme, soy un hombre y los hombres tenemos necesidades... tocame aquí..., -llevó mi mano a tocar su pene sobre su bañador- ¿sientes ese bulto, verdad?, pues es mi pene, así como tu tienes esa linda conchita, donde te hago gozar, esa conchita está hecha para que el hombre meta su pene y disfrute de su mujer y luego cuando sienta su propio orgasmo, salga un líquido que se queda allí dentro, sirve para que fabricar bebes, pero yo hace tiempo decidí vivir libremente, sin dejar problemas, así que me hice una operación para no tener niños, así que aún si decidiera metertelo, lo que no voy a hacer, no habría problemas de bebes, pero yo te quiero, y nada sucederá que tu no quieras, y por eso, aún con las ganas que tengo de gozar, me aguanto y quiero curarte y que a la vez lo disfrutes porque es tu primera vez, tu primera experiencia y es conmigo, me duele el pene, pero me aguantaré, por tí, otro salvaje ya te lo hubiera metido sin miramientos, por eso jamás debes cuestionar lo que yo haga contigo, ¿entiendes lo que te he dicho?

-si tío, te quiero

-no más que yo, mi amor, ¿harás siempre lo que yo diga, verdad?

-todo tío.

-y no tendrás verguenza de lo que sienta tu cuerpo, ¿verdad?

-no tío

-!buena chica!, mereces un premio

Y empezó a besarme, su lengua recorría toda mi boca profundamente, yo lo dejaba hacer, pero se detuvo:

-responde a mi beso, haz lo mismo que yo con tu lengua, dejate ir, amor, estás con tu tío Roby y él te cuidará.

Volvió a besarme, ésta vez le respondí como pude, hacía lo mismo que él, empezó a acariciarme, tomó mis brazos e hizo que rodeara su cuello, y con sus manos acariciaba mis pechos, al principio con dulzura, despacio, poco a poco era más fuerte, los agarraba, los masajeaba como si fueran una masa de pan, ese dolorcito me hacía gozar como loca, un orgasmo tras otro, y sin ser penetrada, solo a punta de un beso con lengua, y una buena masajeada de senos, bajo una de sus manos hacia mi vagina, y empezó a frotar, sin darme cuenta mi cadera había empezado un vaivén loco, adelante y hacia atrás, Roby quería separar mis labios vaginales para meter un poco de su dedo, pero yo me movia mucho y desistió solo me acariciaba las nalgas, y encontró otra forma de hacerme explotar los sentidos; tenía los dedos mojados de la humedad de mis sexo, y acariciaba mis nalagas, y luego metió sus dedos en la endidura entre ellos tocándo el orificio del ano, lo acarició, yo sentía que me desmayaría, su dedo daba vueltas sobre ese circulito, metió un poquito de su dedo y yo exploté, creo que todo ese tiempo gritaba, y gemía y al final de ese gran orgasmo, me derrumbe en los brazos de Roby, me sentía tan pequeña entre los brazos de ese hombre grande, que me sentía absolutamente segura, mis padres en ese momento no eran ni un recuerdo, solo eramos él y yo; pero él estaba jadeando, tratándo de controlarse, me di cuenta, y le dije:

-!tío, no quiero que sufras, no sé que hacer por ti!.

-pequeña, espera, yo también buscaré mi propio placer, pero aún me falta algo, y esto lo hago por mi, ya no tienes nada de arena, porque con todo lo que te has mojado, debe haber salido todo, pero yo tengo ganas de algo, pero solo si tu quieres y me lo permites, después de lo que haga, tendré derecho a tí, porque de alguna manera te habré hecho mía, ¿me entiendes?

-no mucho, tío

-te exlicaré, cuando un hombre le mete el pene en la cuquita de una mujer, la goza y la hace suya, por eso los hombres dicen de sus mujeres: es mi mujer, yo no te meteré el pene, soy conciente que otro lo debe hacer, ese que debe firmar para hacerte suya y darte su apellido y seguro será un señorito amariconado y con harto billete que no podrá hacerte gozar ni la quinta parte de lo que has gozado conmigo ahora, y sin haberte penetrado, pero bueno, siempre hay una forma, y yo quiero saber cual es el sabor de tu conchita -pegó sus labios a mi oído- lo he estado deseando desde hae mucho, !mira! !está latiendo para mi!, !y cuando meta mi lengua entre los labios de tu vagina, vas a ser mía, y serás mi mujer!

Me tiró sobre la cama, me abrió las piernas y se avalanzó sobre mi vagina, yo gritaba de placer, había y estaba recibiendo todo el placer del mundo, su lengua chupaba mi clítoris como si de un chupón se tratára, mi cuerpo estaban sufriendo descargas que hacían que la respiración se me fuera y volviera de una manera tremenda, sentía el sonido de los lamidos desesperados de Roberto, y su lengua se abria paso por entre los labios vaginales, metiéndose dentro de mi hasta dentro, en el tiempo que duró esa lamidas que me daba Roby, gocé como seis orgasmos, hasta que él se levantó, estaba transformado, la mirada desorbitada, se quitó el bañador y apareció ante mis ojos, por primera vez, el pene más estremecedor, sentí miedo y deseo a la vez, yo deseaba a esas alturas ser su mujer, pero tenía miedo de pedirlo, sentía a pesar de todo lo que había pasado, verguenza de pedirle que me tomara y me penetrara, tontamente temía que pensara mal de mi, no me daba cuenta de que todo lo había planificado meticulosamente, además ese pene me daba miedo, en unos segundos pensé que me destrozaría, pero me era imposible decir algo, solo podía quedarme allí observando, esperando, y sin darme tiempo para más me jaló del brazo, se sentó en la silla y me sentó nuevamente con las piernas bien abiertas sobre él, rodeando su cintura, me elevó un poco y me empezó a chupar los senos, me mordia los pezones con ansia, me lactaba, luego me beso, me mordia los labios, metía su lengua, y subió a mis oídos, los lamía, los mordisqueaba, me decía: -!eso pequeña dejate hacer!, !eres mi mujer ahora!, !no aguanto más!, !tengo que meterte aunque sea la punta del mi pene adentro!, !no te romperé el hímen!, !pero tengo que hacerte mía de todas las formas!, !tengo que saber que me pertences!, !que puedo hacer contigo lo que me venga en gana!, !te voy a tomar de todas las formas posibles!

Cada cosa que decía me hacía delirar, ya no me importaba el dolor, queria que me partiera, que ese preciado tronco me lo metiera hasta lo más hondo, sentía que se lo debía, era mi deuda con él, me sentía culpable de haberlo hecho sentir mal, y yo había gozado hasta el hartazgo.

Me miró, me abrió más las piernas, empuño su falo y lo frotó contra mi vagina, !era delicia pura!, !la enorme cabeza de ese falo se estaba frotando y de a pocos hacía presión!, !todo lo que yo había sentido era nada en comparación a lo que estaba sintiendo en ese momento, empecéa mover como loca la cadera hacia adelante, pero Roby me detuvo: !no, tú no!, !déjame a mi!, entonces empezó a meterlo de a pocos, me dolía un poquito, sentía la piel muy estirada pero ese ardorcito que sentía quería que se multiplicara por mil, miré y tenía la cabecita de pene metida hasta la mitad, no podía aguantar las ganas de meterlo de un tirón, e iba a hacerlo, cuando Roby gritó: !me vengo!, !que rica chucha!, y empezó a eyacular, salía una cantidad impresionante de un líquido lechoso, estaba jadeante, me besó, susurró en mis oídos: !jamás hubiera creído que poseer a una nena era tan delicioso!, !pero tu ya eras una hembra, una hembra de catorce años o mejor dicho de casi catorce!, -se estaba sobando el pene, y quise tomarlo yo por él pero no me dejó- espera, tú no por ahora, solo lo hago porque no quiero que se erecte solo un poco lo suficiente, lo necesito para metertelo en otro sitio, ¿quieres saber por donde?

-si

-por tu delicioso culito

Me quedé de una pieza, tuve miedo y se lo dije:

-!No por favor tío Roby!, !me haras daño!, !tú me dijiste que me cuidarías y que si no quería no harias nada!, !me harás daño!, !me dolerá!, !te suplicó que me lo metas por delante!, me abracé a él y lo besé con pasión, como me había enseñado, me acomodé mejor y le abrí más mis piernas.

-!mira Roby!, !hazmelo por aquí!, !por favor!, !yo lo quiero!

-!cálmate!, !¿crées que te haría algo que pudiera causarte daño!, !DIMELO!

-!no! -le dije dudando

-!entonces confía en mi!, !si te ha gustado todo lo que te he hecho, te va a gustar mucho lo que te voy a hacer!

-!porfavor Roby!, !yo creo que por allí no se hace!, !nunca escuche nada parecido!

-!jajaja! -se rió, su pene ya estaba totalmente erecto, y empezó otra vez a hablarme al oído, y a meterme la mano por los dos lados, lográndo excitarme nuevamente- eres una niña, no sabes nada, mira mi amor, por delante va a dolerte un poquito, quizá alguito más porque mi pene es grande, pero es porque se romperá tu hímen y perderás tu virginidad, pero yo lo haré de tal manera que el dolor será un par de segundos y luego !a gozar como locos!, siempre te he explicado todo lo que voy a hacer, primero te voy a excitar para que te mojes mucho, así como estás ahora, pero quiero que me lo supliques, pero te dejaré el control a tí por ser tu primera vez, tu te sentarás sobre mi pene y te lo irás metiendo de a pocos, si veo que por temor no avanzas y creo que ya estas lo suficientemente excitada para que mi pene resbale hasta el fondo, te ayudaré, pero ¿soportarás verdad amor?, ¿le darás a tu Roby el placer de meter su pene en tu chochito?

-si amor -yo ya estaba por el segundo orgasmo.

-!eso es mi perrita!, !te voy a llenar de lechecita esa conchita deliciosa!

-!solo cuídame tío!

-!ven aquí!

Me sentó a un lado de la cama, tomó mi mano y la puso en mi vagina, y me dijo:

-!acaríciate!, !eso se llama masturbarse!, !masturbate mientras lo acomodo todo!, !no quiero que te baje la excitación!

Nunca lo había hecho antes, no era como caundo Roby lo hacía pero era muy agradable.

Puso todos los cojines sobre la cama, en montón, corrió a la salita y trajo los de los sofas, los acomodó y se sentó encima, se acomodó, su pene se erguía muy firme, parecía de roca, me llamó a su lado:

-siéntate sobre mí.

Como se había elevado un poco sobre la cama, con las justas llegaba a superar la altura del pene,

-ahora, mi perrita, juega con tu pene, es solo tuyo, frótalo contra tu chochito, inténta ir metiéndolo.

Me dejó jugar con ese durísimo tronco. No sé como aguantó, tantos minutos. Al rato me dijo:

-!párate y pónme tu coñito al alcance de mi boca!, !quiero lamertelo!

!Que manera de lamer!, era fantástico, me cogía de las nalgas y prácticamente me hizo sentar sobre su boca, metía y sacaba su lengua como un poseído, me vine como tres veces en ese rato, entre mis piernas corría mucho líquido, iba a desfallecer, cuando me vió en el clímax, Roby me hizo bajar, su cara estaba totalmente mojada, me acomodó sobre su pene, y yo no tenía fuerzas, lo dejaba hacer, sentí la punta de su tremendo pene, contra la entrada de mi vagina, Roby me atrajó hacía él y dijo:

-!bésame perrita! !mi boca está llena de tus jugos!, !prueba tu sabor!

Sin pensarlo dos veces, abrí mis labios y acepte su boca, disfrutándo de ese beso, cuando sus manos acariciaron mis piernas, y en un momento de un tirón las hizo resbalar, haciéndo que me clave su pene como una estaca. Grité:

-!Ayyy!

-!es sólo un momento!, !no te muevas!, !deja que tu chuchita se acostumbre a mi palo!

Me sentía traspasada, fué un fogonazo de dolor, y luego un ardor, sentía la piel de mi vagina, totalmente dilatada, y estaba totalmente abierta sentada sobre ese pene, me llenaba todo y cada uno de los rincones de la vagina.

-!ERES DELICIOSA!, !QUE RICO COÑO QUE TE MANEJAS!, !Y ESAS TETAS!, !Y ESE CULAZO QUE SERA MIO!

Esas cosas que me decía, mientras por atrás me separaba las nalgas y acaricia mi rajita, me hicieron olvidar el dolor, poco a poco solo empezaba a invadirme el placer, él lo notó:

-!viste que rico es!, !vamos niñita, haz tu trabajo!, !aprende a moverte!, !muevete como quieras y goza el tiempo que quieras!, !voy disfrutarte un rato antes de llenarte de leche el chocho!

Tomó mis caderas y me movia a su ritmo, el placer me invadió, me empecé a mover, y lo estaba haciéndo de arriba hacía abajo, cuando él me detuvo y me dijo:

-!no así no que acabaré rápido!, !eres una zorra! !lo traes en las venas Zorrita!

Y empecé a moverme de adelante hacía atrás, y como mi clítoris se frotaba directamente, terminé muy rápido y con tanta intensidad, que me derrumbé sobre el pecho de Roby, pero él no estaba dispuesto a darme tregua, me sostenía contra su pecho y me movía como quería, mi cuerpo solo sentía un placer detrás de otro, casi sin reaccionar, solo sentía, estaba vencida; se recostó más hacía atrás cosa que yo reposara sobre su pecho, y sus manos empujaban mis caderas hacia abajo, haciéndo más intensa la penetración. Yo ni siquiera podía gritar, el placer me ahogaba, la fricción de mi clítoris contra la base de su pene, me hacía estallar de placer, me sentía morir. El jadeaba como un loco, y sus palabras provocaban orgasmos hasta en mis oídos:

!que coño más rico!... !que puta más deliciosa me he conseguido!... !te voy a enseñar a follarme y darme tanto placer como el que te estoy dando a tí!... !como gozas putita mía!... !quisiera que el estirado de tu padre viera como me estoy cachando a su joyita!... !¿viste que rico se siente después del dolor?!... !igual será en tu culito!... !te lo voy a partir!... !serás mía por todos tus huecos!... !

Yo estaba sin fuerzas, mi cuerpo no paraba de sentír, él manejaba mis caderas a su antojo, presionanado hacia abajo y fricionando intensamente. Al verme desmadejada sobre él, dejó de moverme; me abrazó y sin dejar de tenerme ensartada, nos tendió sobre sobre la cama, quedándo sobre mí; sentía todo su peso, era la primera vez que lo tenía así, solo movía sus caderas, acariciaba mi rostro, me besaba:

-!eres mía!, !no lo puedo creer!, !estoy montando a una niña muy bella y muy fina!, !y estás gozando como una condenada!, !esto jamás lo olvidarás!, !podrán montarte caballeros muy finos y adinerados, pero lo que yo te hice sentir este día, nadie lo va a igualar... y lo que te falta...!, !... ahora me toca a mi... te voy a bombar como nunca te lo harán!

Yo tenía las piernas abiertas, pero él me las tomó y las levantó, y las puso alrededor de su cintura, metió su mano la piel de mi vagina penetrada, y la estiró hacía afuera, me abrió más para él, se clavó más profundamente en mí, me tomó de los hombros y empezó a moverse sobre mí como un rodillo sobre una masa, lo sentía entrar y salir y volver a entrar freneticamente, muy rudo, muy fuerte, dolía pero eso aumentaba el placer, no podía entenderlo, sólo podía dejarlo hacer, jadear y sentir, hasta que de pronto, él pareció sufrir una convulsión, emitió un ronco gemído y me sentí inundada por algo caliente dentro de mí, Roby gemía, tenía espasmos y por fin se quedó quieto, jadeando sobre mí, yo casi no podía respirar pero era delicioso, sentía todo su peso encima mío, parecía un niño, un bebé indefenso, y yo lo recibía como un dulce cojín, totalmente desnuda, con las piernas y brazos bien abiertas. Me enterneció, lo abracé, y sentí agradecimiento por todo eso que sentí y que sentía y que no podía ni sabía definir. Pasaron algunos minutos. Al volver en sí y darse cuenta de que yo respiraba con dificultad se derrumbó a mi lado:

-!a sido el mejor polvo de mi vida!, !y me lo ha dado una niña de trece años!

-!catorce... o casi catorce!

Sonrió.

Me sentía muy húmeda, toque mi vagina y salía un líquido algo gomoso, me senté y me miré, era lechoso, pero también estaba manchada de sangre. Me asusté.

-!Tío Roby... es sangre!

-no te asustes bebé, es solo que has perdido la virginidad, rompí tu hímen, ¿sabes que es el hímen?

-... creo que no...

-!ja, ja, ja!,... bueno... seguiré educándote que me queda: mirá las mujeres tienen como una telita dentro de su cuquita, cuando por primera vez un pene las penetra, esa telita se rompe y sale un poquito de sangre, no es nada del otro mundo, nadie se a muerto de eso, y todas las mujeres del mundo pasan por eso, para mañana ya habrá pasado.

-!tengo miedo!

-!tonterias!, ya te he dicho que no pasa nada, te dije que te dolería, pero que después sentirías riquísimo, dime... ¿te mentí?

-pues no

-entonces

-...................

-...¿y ese líquido blanco...?

-se llama esperma, pero es más conocido como leche... te gustará..., sale de mi pene cuando llego al mi propio placer,... te llené el chochito de lechita cuando tuve mi orgasmo... !ahora ya eres una mujer!... ¿te arrepientes?

No pude responder. No sabía que decirle. Por un lado había sentido tantas cosas, y por otro, sentía que algo estaba mal, que así no debía suceder y que era mi culpa, aunque algo muy en el fondo me decía que no, pero esa voz me parecía muy lejana, producto de la justificación y pensaba en mis padres. Los había engañados por primera vez, y siempre me habían dicho que la mentira era mala. !Lindo momento para acordarse de lo malo de las mentiras!. Hasta ese momento no me había puesto a pensar si lo que estaba haciendo era malo o no. En el último mes y medio no había pensado que estaba haciendo nada malo, solo estaba viviendo una aventura en mi monótona vida. Quería preguntarle a alguién. Que alguién me sacara de la confusión. No sé porque sentí, justo en ese momento añoranza de mi madre. No eramos muy unidas, es más recién me daba cuenta de ello, pero la extrañaba, quería que me tomara entre sus brazos y me acunara. Me sentía perdida.

-!qué te pasa!... ¿estás llorando?...

-!no te preocupes...!, en realidad no se que me pasa

Yo había seguido sentada, me tomó del brazo y me acostó a su lado. La tarde se oscurecía. La habitación había estaba casi en penunbras. La brisa marina que se filtraba por entre las cortinas de las ventanas, mantenía muy fresca y agradable la habitación. Me besó. Fué un beso dulce. Lo necesitaba. Acariciaba mi rostro sin decir nada. Algo estaba circulando por su mente. Su mano fué hacía mi cuello. La punta de sus dedos apenas rozaba mi piel. Me erizaba. Quería mantenerme ecuánime, había decidido que todo eso parara un poco para pensar. Pero me estaba volviendo a perder. Intenté detener su mano para pedirle que hablemos. Le dije: -espera...,- pero alejo mi mano despacio, cerró mis ojos y me dijo al oído, susurrando:

-cierra los ojos... se lo que te sucede amor..., tu Roby sabe..., vamos a hablar y aclarar algunas cosas, y vas a aprender como serán las cosas de aquí en adelante..., tu solo escucha... y disfruta.

Nuevamente el calor me estaba invadiendo, mi mente otra vez estaba confundida, no podía pensar. Sus dedos iban bajando hacia mis senos. Con la punta de ellos rozaba los pezones, los sentía endurecerse... tenía ya la piel erizada.

-nunca te hubiera hecho mía si tu misma no me lo hubieses pedido..., me dijiste: !hazmelo tío Roby!, y lo hice pero tú fuiste la que lo pidió. Yo quise preservar tu chochito para un señorito rico, y solo ibamos a disfrutar tú y yo de tu culito, pero me pediste que lo hicieramos todo y solo te obedecí... ¿estoy diciendo la verdad?

-... si... pero...

-¿pero qué?

-pero lo hice porque me dió miedo por atrás...

-¿me hechas la culpa?

-...!no, claro que no!...

-¿confiabas en mi?

-si, claro

-entonces... si ya te había dicho que te iba a doler un poco, pero que después lo ibas a disfrutar horrores, ¿porqué me pediste que te penetrara por delante?, !no confiabas en mi ¿verdad?, a pesar de que sabes que eso me disgusta...

-!no si confio!... no se que me pasó...

- yo si sé...

El hablaba pero sus manos y sus labios no dejaban de actuar. La punta de sus dedos habían baado por mi vientre y se habían estacionado en la región púbica. Sus labios húmedos, rozaban tenuemente mis pezones, por momentos los aprisionaban, y la punta de su lengua los humedecía, mientras sus dedos ya se habían apoderado de la vagina, y acariciaban loslabios vaginales por dentro y por fuera. La excitación que sentía, me hacía lubricar mucho y estremecer.

-te pasa esto... ¿sientes?... tu chochito empieza a llorar suplicando que le den de comer. Quiere a su dueño. Quiere otra vez a su pene. Ya lo conoce. Y antes le pasaba lo mismo, quería conocerlo, se moría de ganas, y habló por tu boca y dijiste: -!házmelo por acá tío!... ¿no es cierto que te gusto?... ¿no es cierto que te gusta?... ¿no es cierto que te morias porque te lo metiera?... ahora mismo ¿no estás suplicando que te dé por delante?... !contesta!

Ya no podía más. ¿Qué iba a decirle?. Sentía que él tenía razón: yo se lo pedí, se lo supliqué, yo tenía toda la culpa, él solo me había hecho caso, él era bueno. Era maravilloso.

-!si yo te lo pedí!...!perdóname!

-!mi niña buena!... me gusta que reconozcas que tu lo dicidiste, y ahora solo falta que sepas que va a pasar de ahora en adelante, y a quien vas a obedecer... ya lo sabes ¿verdad?

-!si, lo sé!, !a tí!

-por supuesto, pero nunca vas a poner en duda otra vez lo que te diga ¿verdad?

-nunca, Roby

-!bien chochito rico!, !muy bien!

-¿sabes que eres mi mujer ahora?

-si

-me perteneces absolutamente ¿lo sabes?

-si, lo sé

-Cuando te abrí el chochito con mi tronco, te compré. Me perteneces, porque a ningún otro le va a gustar un chochito que ya abrió otro, ¿lo sabias?

-... bueno... eso no... pero no importa

-bueno, en realidad no importa, porque llegado el momento, hay médicos que disfrazan los chochitos abiertos... aquí se hace mucho... y cuando tengas que darle el chochito a otro que aprueben tus papás, tu Roby se encargará que nadie se dé cuenta que ya lo uso hasta la saciedad.

-!Jamás dejaré que me lo meta otro Roby!, !Nunca!

-!ja, ja, ja,!, eso dices ahora... no te preocupes pasará..., pero lo siempre vas a recordar es esto: aunque te cases en el futuro, yo tendré derecho a meterme en tu chochito y en todos tus huecos las veces que me dé la gana, porque soy el primero, soy tu dueño, siempre serás mi mujer, aunque nadie lo sepa, no me importará compartirte, así que no estaré alejado de tí, y solo yo tendré derecho de dejarte cuando quiera, ¿está claro?

-!sí Roby!

-jamás harás nada que yo no sepa. No tomarás decisiones solita, me lo dirás todo. Cuando estemos solos, yo decidiré que hacemos o que no hacemos. El tiempo que podamos pasar juntos, tu solo tratarás de hacerme felíz, aunque duermas poco; ya tendrás tiempo de dormir cuando estes la mayor parte de tiempo con tus padres, ¿verdad que lo harás amor?, ¿verdad que quieres que yo también sienta como estás sintiendo?

-!Sí Roby, mi amor, quiero que se

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:16) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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