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Acabé con su virginidad placenteramente...

Relato enviado por : charly_bo el 12/06/2012. Lecturas: 9264

etiquetas relato Acabé con su virginidad placenteramente...   Primera vez .
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Resumen
...-“Wendy, ya no doy más, no quiero que esto termine así”.-Le dije.
-“¿A qué te refieres?”.
-“A que te deseo, quiero hacerte el amor”.-Le dije resignado a que se enoje.
-“Pero no debe ser, soy virgen”.
-“No te preocupes, yo sé cómo hacértelo sin que te duela mucho”...



Relato

Cuando estaba en la universidad, tuve una enamorada, Ericka, ambos pasábamos de los 25 años. Ella tenía una compañera de curso, Wendy, una niña bien simpática que aún no estaba en la veintena de años.
Cuando conocí a Wendy, no le puse mucha atención; pues era una niña agraciada, pero la mejor amiga de mi chica al fin y al cabo.
Nos llevábamos bien, bromeábamos, jugábamos y pasábamos mucho tiempo juntos los tres; pues como en algún momento le reproché a Ericka, Wendy se le había vuelto “su cola”.
Con el pasar de los meses, empecé a percatarme que esta “amiguita”se ponía cada vez más “buena”. Ella era delgada, pero de a poco empezó a usar pantalones ajustados que resaltaban sus formas y su bien formadito culo.
Empezó a entrarme una obsesión por la amiga de mi chica, aparte de que se la veía cada vez más atractiva, el hecho de que aún no haya probado un hombre la volvía mucho más codiciable.
Wendy nos contó que en su casa eran algo como “cristianos pero no tan fanáticos” o algo así; dejándonos en claro que llevó una vida reservada y algo cerrada en lo que concernía a tener pareja, ni que se diga en lo sexual.
Me sorprendió mucho darme cuenta que pese a lo que nos dijo sobre su familia, alguna vez se echaba sus tragos y le hacía al baile; esto en una fiesta de la universidad a la que asistimos con mi chica y ella.
Cada vez Wendy se veía mejor, se vestía más atractiva, tenía unos senos medianos pero bien paraditos en su delgado cuerpo y sus piernas empezaban en un trasero bien delineado. Pucha, me estaba enloqueciendo… Pero no debía levantar sospechas, Ericka podía “matarme” si se daba cuenta.
Una tarde de esas Wendy le dijo a Ericka en mi delante:
-“Este sábado están haciendo una fiesta mis amigos de promoción de colegio. ¿No me quieres acompañar?”.
-“No creo, es el cumpleaños de mi abuelita y nunca faltamos”.-Dijo Ericka.
Wendy puso una cara de resignación; pero ahí se me “iluminó el foco”. Yo sabía que Ericka no me pediría ir a la celebración de su abuelita, porque tenía unos tíos con quiénes chocaba yo. Entonces luego de un momento cuando no estaba Ericka, me acerqué a Wendy y le dije:
-“De manera que tienes fiesta con amigos de cole”.
-“Si, el sábado. Pero esta Ericka no quiere acompañarme”.
-“¿No quisieras que te acompañe yo?”.-Le dije arriesgándome a que reaccione mal.
-“¿Cómo?, ¿hablas enserio? No creo que Ericka te deje”.
-“No le vamos a decir. Que sea nuestro secreto de amigos”.
Wendy se quedó pensativa y sólo atinó a decir:
-“Te confirmo mañana. No estoy segura de que sea buena idea”.
-“Bueno, pero anímate. Si no le decimos, no pasará nada”.-Le dije para terminar.
Me quedé pensando en el asunto, no sabía si hice bien en decirle todo eso a Wendy. Al fin y al cabo era la mejor amiga de mi chica y podía decirle. Bueno ya me inventaría algo para disculparme en ese caso que felizmente no pasó.
Al día siguiente no pudimos hablar con Wendy en persona, ya que estaba a lado de Ericka prácticamente todo el tiempo. Pero en la noche me llamó al celular y me dijo:
“Hola Carlos. No te he podido decir ahora, pero acepto tu propuesta de ir a la fiesta de mis amigos”.
“Ok, entonces nos vemos el sábado en…………… a las ……………………..”.
Ericka me dijo que estaba apenada de no poder estar conmigo el sábado, pero que no le quedaba de otra por tener que ir donde sus familiares por el cumpleaños de su abuelita. Yo le dije que no importaba, que esa noche tenía que estudiar para un examen y que ella la pase bien.
Llegó el día indicado, me encontré con Wendy en un lugar quedado y casi me “caigo de cara”, estaba liiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinda, llevaba un top café que le resaltaba sus redondos senos medianos, un jeans apretó que ajustaba su lindo culo, botas, el cabello recogido y pues… estaba “hecha toda una mujer”.
-“ Fiu fiu”.-Le silvé antes de saludarla.
-“Mentiroso, no me veo bien, me he arreglado muy rápido”.-Contestó, claramente mintiendo.
-“Bueno, de todos modos te ves muy bien querida amiga”.
Nos dirigimos a la fiesta donde me presentó a sus amigos de colegio como su amigo. Todos nos miraban y pues muchos suponían que éramos más que simples amigos.
El ambiente estaba bueno y prometedor, buena música, los concurrentes muy buena honda y tragos para todos los gustos.
Wendy se puso a bailar, a reír, a pasarla bien son sus amigos mientras yo charlaba con uno que otro de ellos. La verdad, me cayeron bien la mayoría.
Más de uno me decía que había hecho bien en “llevar a mi novia” a la fiesta dado que suponían que tenía una relación con ella.
Wendy se tomó uno que otro trago y estaba empezando a marearse lentamente. Para entonces tocaron una bachata, ella se acercó y tomándome de la mano me sacó a bailar.
Ya en medio baile, sentía que se movía sensualmente, mmmmmmmmm, cómo me provocaba la “carne” de esa chiquilla.
-“¿Cómo la estás pasando?”.-Me preguntó.
-“Muy bien, me cayeron bien tus amigos”.
-“Que bueno, la verdad son muy buenas personas”.
-“Eso si”.
Continuamos con el baile y sutilmente hacía contacto con sus senos, su vientre y más abajo.
Terminó la canción y nos fuimos a sentar, seguimos charlando y nos seguían invitando tragos. Yo estaba tomando moderadamente, bueno ella también, pero como que se estaba mareando más de prisa.
Pronto sonó un merengue “pegajoso” y volvimos a salir a bailar, en medio baile le dije:
-“Tengo que decirte algo, pero no se si sea buena idea”.
-“¿Qué es?, dime nomás”.
-“Te digo si prometes no decirle nada a Ericka”.
-“Mmmmm, está bien; prometido”.
-“Desde que te conocí me gustaste mucho y ahora pienso que eres una mujer muy linda”.
Wendy puso cara de asombro, pero no me dijo nada en ese instante hasta que dejamos de bailar y se fue al baño. Yo creí que se había enojado y que posiblemente le contaría a Ericka. Luego de un momento regresó, pusieron un tema romántico y para mi asombro me sacó a bailar.
Ahí, ya bien pegaditos, con mis manos en su cintura y las suyas en mi cuello ella me dijo:
-“¿Sabes qué? , tú también me gustas y aunque sé que está mal, quiero que me beses ahora”.
Yo me quedé sorprendido, pero no pude evitar la emoción. Me acerqué y le di un beso apasionado el cual ella correspondió.
Todo mundo nos miró y dio por hecho que ya nos habíamos arreglado.
Terminando la canción me cogió de la mano y nos fuimos a sentar.
-“Está noche es sólo de los dos, no debe salir de aquí, me entiendes”.-Dijo ella.
-“Claro que sí. Ericka no lo sabrá”.-Respondí.
Pronto, como si la hubiera invocado, sonó el celular con una llamada suya. Tuve que salir disparado hasta la calle para disimular el ruido. Ericka me dijo que seguía donde su abuelita y que todavía no se iría a su casa; yo por mi parte le dije que estaba estudiando y que estaba por irme a dormir a lo que ella me dijo que estaba bien que hablaríamos al día siguiente.
No me di cuenta en qué momento Wendy salió tras de mí y al darme la vuelta para volver a entrar a la fiesta me la encontré contemplándome.
-“No me digas nada, sólo bésame”.-Me dijo en tono sensual.
Ahí, en la oscuridad de la calle la presioné contra mí y la empecé a besar apasionadamente, pronto mis labios buscaron su cuello y sentí que ella se excitaba, poco a poco, de su espalda, deslicé mis manos hacia abajo y cuando estaba por llegar a su culo, me detuvo.
-“Basta, creo que estamos yendo demasiado lejos”.-Dijo con un tono de excitación.
-“Confía en mí, esto es de los dos, tú sólo vive el momento”.-Le contesté resuelto a no dejarla “escapar”.
Wendy ya no puso resistencia y se dejó tocar sus duritas y redonditas nalgas, las cuales presioné hacia mí haciendo que sienta mi erección a lo cual se alejó de golpe.
-“¿Qué ocurre?”.-Le dije.
-“Basta Carlos, no podemos seguir”.
-“Vamos amorcito, esta noche es de los dos”.
Continué besando su cuello y notaba que su respiración se había acelerado, de rato en rato me apretaba con las uñas la espalda. Decidí ir al todo por el todo, comencé a subir mis manos por debajo de su top, cuando sentí el borde de su sostén, puso su mano.
-“Eso no, por favor. Enserio Carlos, no me toques nadie lo ha hecho antes”.
-“Vamos linda, lo deseas igual que yo”.-Le dije encendido en excitación.
Tardó un poco más, pero al fin, dejó de oponerse y deslicé mi mano hasta tocar sus senos por encima del sostén, ahí me di cuenta que usaba con aumentos.
Cuando iba a meter mi mano bajo el sostén oímos unos gritos:
-“¡Wendy, Carlos, dónde están!”.
De pronto nos separamos y vimos a su amiga en la puerta contemplándonos.
-“Vaya, ustedes empezaron con todo impulso, jejejeje”.-Nos dijo.
Wendy, algo avergonzada, pero aún con el rubor de la excitación me tomó de la mano y me condujo dentro de la fiesta.
Ahí hicimos un brindis con sus amigos, tomamos uno que otro trago más y en uno de esos momentos Wendy me dijo:
-“No está bien lo que hicimos. Me siento mal por mi amiga Ericka”.
-“No te sientas mal, lo que pasó quedará entre nosotros”.
-“Me siento mal, porque además de sentirme culpable con ella, me gustó lo que hicimos. Nunca sentí esos sentimientos”.
Yo dentro mío me dije que ya “había caído” y que mi deseo de poseerla se veía más cerca que nunca.
Estuvimos un poco más y le dije:
-“Vámonos linda. Es algo tarde”.
Felizmente me hizo caso y luego de despedirnos de todos, nos salimos del lugar tomados de la mano.
Ya en la calle, nos fuimos a un lugar oscuro y retomé la “faena”.
La empecé a besar, luego me fui a su cuello, la presioné contra mí haciéndole sentir mi erección y ahí me le fui decidido a sus senos. Metí mi mano por debajo del top y para mi sorpresa ella se desabrochó el sostén dejando libres sus virginales tetas.
Estaban deliciosas, suavecitas, pero erectas. No aguantaba más y anhelaba chupárselas. En eso pasó un auto y tuvimos que disimular.
-“Wendy, ya no doy más, no quiero que esto termine así”.-Le dije.
-“¿A qué te refieres?”.
-“A que te deseo, quiero hacerte el amor”.-Le dije resignado a que se enoje.
-“Pero no debe ser, soy virgen”.
-“No te preocupes, yo sé cómo hacértelo sin que te duela mucho”.
-“Pero mi amiga…”.
-“Olvídate de ella, como te dije esta noche es nuestra”.
No me respondió nada. En eso caminamos un poco más y tomamos un taxi. En el camino continuamos besándonos y yo con la emoción de cumplir mi anhelo de desvirgar esa mujer que me enloquecía.
Llegamos el motel y caímos en la cama. Ahí le subí el top y por fin pude ver sus lindas tetas, medianitas, redonditas y bien blanquitas.
-“Eres el primero que me las ve”.-Me dijo.
-“No sabes cuan feliz estoy por eso”.-Le respondí.
Pronto acerqué mis labios a su pezón y delicadamente se lo comencé a chupar. Wendy se empezó a retorcer argumentando que sentía rico.
Pronto, me quité todo de la cintura para arriba y ella hizo lo propio, al fin y al cabo ya le había mirado. Seguí atacando sus senos con mi boca y las manos, ella seguía excitadísima.
Ahí me le fui a los botones del pantalón, pues tenía uno que no tenía cremallera. Wendy me permitió desabotonarlos todos y pronto alcancé divisar una tanga negra. De a poco metí mi mano y por encima de la tela alcancé tocar la entrada de su ya húmeda vagina virginal.
-“Prométeme que no se lo dirás a nadie”.-Me dijo Wendy.
-“Claro que no lo haré”.
En eso le deslicé el pantalón con algo de dificultad, pues era apreto. Se lo quité del todo dejándola únicamente con la tanga.
Yo hice lo mismo, me quité el pantalón y quedé en calzoncillos, se notaba mi erección.
Me fui una vez más sobre ella y por debajo de las telas de nuestras prendas íntimas le frotaba el pene en la entrada de su vagina. Y seguía atacando sus tetas con mis manos y boca.
Wendy enloqueció y no aguantando su deseo, me agarró el pene por encima del calzoncillo.
-“Vaya, lo tienes enorme”.-Me dijo.
-“Es todo tuyo”.-Le respondí.
En eso, venciendo del todo su vergüenza metió la mano dentro de mi calzoncillo y lo agarró directamente. Sí, por primera vez en su vida tocó el pene de un hombre.
Yo no resistí y también metí mi mano bajo su tanga, logrando tocar su entrada humedecida.
Ahí le comencé a bajar lentamente su última prenda que le cubría su entrada del placer. Cuando se la liberé la vi deliciosa, con pocos pelitos. Wendy retomó la vergüenza y me dijo:
-“No me mires, puedes tocarme pero por favor no me mires”.
Le hice caso y dirigí mi mirada hacia arriba; sin embargo estaba con el deseo incontenible de ir con mi lengua a su inexplorado clítoris.
Me quité el calzoncillo y ambos quedamos desnudos, tanto los besos en el cuello, como las caricias y chupadas a sus senos, hicieron que Wendy ya no resista más. Me acomodé abriéndole las piernas y con mi glande apunté a su vagina.
-“Por favor, despacio tengo miedo que me duela”.-Dijo ella con cierta agitación.
-“No te preocupes mi amor, tú sólo piensa en que te llevaré al cielo”.
Me acerqué, le besé la boca y comencé a hundir de a poco mi erección en su virginal vagina.
Estaba muy estrechita y eso oponía resistencia, Wendy me apretaba la espalda hundiéndome sus uñas, se notaba que le dolía. Pero yo continué, en “medio camino” me detuve porque ella soltó un leve grito.
-“Puedo resistir, sigue despacio por favor”.-Me dijo con excitación.
Se notó que le dolió, pero que el placer que sentía era mayor.
Pronto se la acabé de hundir y me detuve ahí. La verdad pese a la lubricación, me dolió un poco; pero que rico se sentía esa vaginita virgen.
De a poco comencé a sacar mi pene retrayendo mi pelvis, ella volvió a clavar sus uñas en mi espalda, pero de ahí se lo volví a meter hasta que ya no sentía resistencia en sus paredes vaginales. Ella empezó a lubricar más y a disfrutar de su primera relación sexual.
Yo la hacía mía con todo fervor; estaba cumpliendo un sueño que en su momento parecía imposible.
No tardé en tener deseos de eyacular y me detuve, ella me preguntó que por qué lo hacia.
-“Espera, no quiero correr el riesgo de embarazarte”.-Le dije.
Saqué mi pene, me levanté al baño y fui por unas toallas, regresé y le dije a Wendy que se limpiara, que había sangre en la cama y en su entrepierna.
Ella se levantó con señales de dolor envolviéndose con la sábana y se dirigió al baño. Quedaron las manchas de su himen roto en la cama.
Tardó unos minutos, pero volvió y se acostó a mi lado.
-“Te juro que no me imaginaba que era taaaaaaaaan delicioso. Tenía algo de miedo al dolor de la primera vez”.-Me dijo Wendy.
-“Pues ya lo ves. No es cosa del otro mundo el empezar; ahora ya puedes disfrutar de tu sexualidad en pleno”.-Le respondí.
Pronto me volví a poner sobre ella empezándole a besar el cuello, las tetas bajando por su abdomen y cuando quise llegar a su vagina, me detuvo.
-“Espera, si quieres hacerme algo con la boca tienes que apagar la luz”.
Así lo hice, quedamos con una luz muy tenue y ahí recién ella me permitió ir a su vagina estrenada con los labios.
Wendy casi enloquece con mis chupadas de clítoris, mis mini mordidas en sus labios. Le comí toda la vulva y creo que terminó como 3 o 4 veces. Para entonces yo recuperé la erección y sentía que mi pene soltaba cantidades pequeñas de líquido.
No pude más y volví a besarle la boca y esta vez más rápido que la primera vez, metí mi pene en su vagina hasta el fondo, lo cual creo que le lastimó porque dio un grito.
Yo, no daba de excitación y empecé a meter y sacar en ella.
-“Preciosa, mejor me pongo un condón”.-Le dije sabiendo inminente mi eyaculación.
-“No, no te lo pongas. Me terminó de bajar hace 3 días y no estoy en días de riesgo. Por favor quiero que sea completa mi primera vez así que eyacula dentro de mi vagina”.- Dijo Wendy como música para mis oídos.
Luego de oír esto, la arremetí con más fuerza y rapidez, haciéndole gemir por más orgasmos hasta que tuve el mío…
Solté toda mi lava en su recién estrenada vagina; sentí como si hubiera soltado un litro. Fue un tremendo orgasmo que me borró la conciencia unos segundos.
Me quedé viendo los ojos de Wendy con la respiración acelerada de los dos, pues ambos lo gozamos mucho.
A los pocos segundos de terminar, llamó Ericka al celular, le contesté en tono de “ya estaba durmiendo” y felizmente no pasó nada. Lo que sí nos alarmó un poco fue que llamó también su madre para decirle que ya debía haber vuelto a su casa.
De tal manera que nos fuimos a lavar cada uno al baño y nos alistamos. Pagué la cuenta del motel con mucho gusto y nos subimos al radio taxi.
No me había dado cuenta que a Wendy le dolía un poco al caminar y al sentarse, pero no era algo que no le pasaría.
Mientras la llevaba a su casa, yo no me cambiaba por nadie; pues había poseído a una virgen que me traía loco.
Ericka no descubrió nada, pero yo mantuve distancia con Wendy, hasta que a los dos meses más o menos me dijo que ya no aguantaba las ganas de volver a hacerlo. Yo, “hecho al de principios” le dije que por qué no buscaba un novio con quien tenga vida sexual sin problemas a lo que ella me dijo que aún no había el indicado, pero como yo ya había sido su primer hombre; qué mas daba que lo volvamos a hacer.
Amigos, volví a tirar con Wendy varias veces más, me encantaba que me diga que sentía que mi semen le salía hasta el día siguiente. Luego de un tiempo conoció un tipito con el que se arregló. Yo respeté su decisión y me alejé sin problemas, pero con la esperanza de volver a hacerla mía…

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Si te ha gustado Acabé con su virginidad placenteramente... vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Acabé con su virginidad placenteramente.... charly_bo te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:11) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:44) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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