China era mi amiga con beneficios, y decidimos extenderlo a un tercero.
Relato
China era mi amiga con beneficios. El arreglo era perfecto porque mi amiga disfrutaba tanto del sexo como yo, y nunca nos aburríamos. Al principio era yo el que la invitaba a probar algo nuevo, como los tríos con otras mujeres. Luego, un día luego de habernos follado a otra amiga, China me confesó que lo de las mujeres estaba bien, pero que lo en realidad quería era tener un trio con otro hombre. Al principio la idea no me gustó, pero luego me entusiasmé porque la verdad es que había fantaseado con lo de una doble penetración. Nos pusimos de acuerdo, ella contactó a un conocido y nos fuimos una tarde a un hotel.
La China es una mujer espectacular, algo gordita, pero le queda bien porque tiene unas tetas grandes y un culo paradito y amplio. No más llegar al cuarto, el tipo le empezó a besar el cuello y acariciarle las tetas, yo me le pegué por delante a China y y le acaricié las piernas hasta colacarle mis manos en su sexo, aparté la tanga y comenzé a frotarle los labios de la vagina y el clítoris. Las caricias combinadas hicieron que se mojara, sus flujos aumentaron cuando el tipo le saltó los senos sobre el vestido y comenzó a mamarle los duros y grandes pezones, mientras le pegaba la verga contra las nalgas. Yo me apoderé de otra teta y la besé despacito, y luego succioné sus pezones. China gemía de placer, se las arregló para bajarme el pantalón, agarró mi verga y comenzó a pajearme. Roberto, el amigo, se apartó un rato para desnudarse, y volvió a la carga con el palo duro. Ahora la China se puso en cuclillas, todavía con su ropa, pero con las tetazas fuera y su minifalda recogida en la cintura, pasó mi verga por sus cachetes, luego por sus tetas, agarró la de Roberto y se la metió hasta el fondo de la garganta.
Nos fuimos a la cama, Roberto a su izquierda, la China mirándome de frente, yo a su derecha. Con mi mano le aparté el tanga, abrí su vagina y le introduje mi pene. Roberto, le abrió con sus manos las nalgas, se untó con saliva su verga y la introdujo de un solo golpe en el ano. China estaba como loca, gemía, se acaribia las tetas, se halaba los pezones, yo metía y sacaba mi verga de su chochita con furia. Tanto movimiento hizo que Roberto se corriera, sentí a través de la delgada pared que separaba el ano de China de mi pene en su vagina las descargas de leche. China empezó a contraer su vagina como si quisiera exprimirme y yo me tuve que contener para no terminar con ella. Cuando dejó de convulsionarse, saqué mi verga, me puse delante de su boca, que ella abrió para recibir mi descarga, le metí el pene solo lo justo y eyaculé. China recibió el lechazo, tragándoze lo que pudo, dejando escapar unos chorritos, mezcla de saliva y semen que le rodaban de los labios gruesos al cuello y las tetas, agarró esos líquidos y se los frotó por los senos, extendiéndolos hacia abajo. Los tres estabamos cubiertos de sudor y otros líquidos, nos abrazamos y nos quedamos dormidos. El rostro de China era de felicidad total.
Otro día les cuento de cuando nos fuimos a la cama con otra pareja.