Begonia

Begonia

Estoy feliz he logrado mi primer trabajo con mi recién entrenado titulo de Ingeniero en Mantención de Maquinas, ya he cumplido mis 24 años y me creo un hombre empeñoso para desarrollar mi trabajo.

¿Oh! sorpresa me presentan mi oficina y a la mujer que mantiene esta en perfecto orden y limpieza, Begonia es una mujer que lleva años con nosotros y ella es capaz de colaborar contigo me dice mi empleador , solicítale lo que desees y ella te lo dará. Se retira el jefe y converso con Begonia, años que no sabía de ti le digo, cuéntame que es de tu vida…, ella me mira y me dice ¿te interesa? Si contesto.

Bueno dice ya no soy una jovencita cumplí mis 32 años y me separé, pregunto por el embarazo y ella sonríe diciéndome nació una nena hoy tiene ya sus 6 años y es muy bonita y coqueta, ya la conocerás, pero nada de decirle que tú eres quien me baño en semen para que ella naciera. Sabes me dice siempre me he recordado de nuestros encuentros amorosos, eres genial en la cama, tienes un largo, grueso y potente pene y tu glande con esa pelota de tenis en la punta lleno de venas que a una la llena de felicidad en la entrega. En verdad la recuerdo y la añoro, saliendo de mi oficina…

Me atiende muy amorosa a mis solicitudes y le pregunto si puede venir mañana sábado a colaborar conmigo ya que el jefe me solicita unos documentos que estarían recién para mañana, ella me dice si se lo manda la oficina si vendría.

Al otro día ella me estaba esperando para abrirme y acompañar en el tiempo extra…, la miro y recuerdo nuestros desesperados encuentros de aquellos días, en verdad me excito de pensar en ellos y la llamo al entrar le digo que estoy excitado de verla tan bien vestida con esa mini falda y ese peto apretado te ves deliciosamente, me sonríe tu también eres un macho deseados por las mujeres de esta empresa ten cuidado hay varias que desean sentirse acometidas por ti. Pero yo te deseo a ti le digo, me mira y dice ya estoy vieja aquí hay otras mas jóvenes y locas por ser embestidas por tu pene, ah y varias son casadas. La tomo entre mis brazos y no se opone, quieres recordar viejos tiempos me dice, saco su peto y retiro su sostenes y beso sus senos, suspira desesperada y me dice me separé hace dos años y desde entonces no he probado macho alguno, quieres ser tu el primero de mi nueva soltería, sonriendo se entrega como nos acariciamos retiro sus corta falda que cae al suelo retiro calzón que guardo en mis bolsillos y a lo perrito la acomodo contra mi escritorio, aprovechando que ambos estamos solos en la oficina la acomodo contra mi escritorio, la acaricio subo sus vestimentas la preparo y la penetraba con excitación la acomodaba con mis manos en sus cachetes hundiendo sus caderas contra mi pene, cruzo mis manos por su vientre y apretándola, le profano su vagina con mi grueso pene, como gime cuando este la taladra ingresando es su vagina, dame con todo lo deseo, quiero ser tuya otra vez, ¡ah!, ay despacio que es muy gruesa tu cabezota… ay, sigue, ¡que placer!, ahg… tuya, de pronto se tensa fortalece sus apretones contra mi pene con sus vagina y en un asombroso y destemplado bufido entrega su fluidos orgásmicos recibiendo a su vez oleadas de tibia leche en sus entrañas y moviéndose en sus últimos estertores de su pasión cae relajada y satisfecha, no se como se gira y abrasándome me acaricia entregándome todo su cariño y fogosidad diciéndome me deseabas…, yo también y sale al baño.

Llevo tres meses en este trabajo y me esfuerzo por hacerlo bien obteniendo beneficios y mi jefe me recompensa con su apoyo. Nada sabe de mis relaciones a lo menos seis desde que ingresé con Begonia, me invita que lo visite en su casa en donde conozco a su señora doña Virginia una mujer ni alta, pero tampoco, chica con bonito cuerpo y agradables piernas mujer madura de unos 43 años, madre de dos hijos una de 15 años y un chico de 12 años, ambos alocados y pocos responsables. Mi jefe me presenta y le dice a su señora es un buen empleado y recibió ya las felicitaciones de la oficina central, así que cuando salga de viaje se quedara a cargo y ella me dice y yo te ayudaré, claro que si tu lo deseas me dice mirándome a los ojos y con una mueca de sonrisa.

Un día mi jefe me cita a su casa para que diseñemos un programa, le ayudo y el sale a buscar mas material dejándome en el video trabajando Virginia va a ofrecerme ayuda por si tengo problemas y se acerca por detrás de mi acariciándome mi cuello y manoseándome mi cabello. Se fue menos mal y llegaste tú eres mas agradable y mas joven a mi me gustan los muchachos jóvenes y si son inteligentes mejor mas me agradan. En eso llega su marido, abrazándome y se va diciéndome si me necesitas me avisas y tu sabes estaré a tu lado y con un gesto coqueto se retira.

Continuamos con el trabajo y mi jefe entre planes y trabajos empinaba el codo con copas de alcohol ofreciéndome, pero yo le digo que no bebo, diez puntos a tu favor mas dice Virginia que servia en trago numero 20 a mi jefe…, de cien puntos ya vas con 70 puntos dice, no bebe, es simpático, agradable en la conversación, fiel al jefe, trabajador, de físico agradable, da todo por la empresa valorándola con su inteligencia , solo te faltan tres actitudes positivas y eres el hombre cien elegido para adorarlo. Por favor Virginia dice el jefe déjanos trabajar y al pasar a mi lado me dice ser romántico, bueno en la cama y estar bien dotado.

A la hora mi jefe con tantos tragos le da sueño y se va a dormir a su dormitorio, el se va y aparece su mujer… llegó tu jefe muerto y duerme como un niñito bueno y tu trabajando… déjalo y se romántico baila conmigo y abrazándome me lleva al centro de la pieza y bailamos un blue de esos romántico y mejilla con mejilla lo bailamos. Lograste los 80 puntos, faltan veinte y baja su mano tocándome mi sexo el cual al bailar apretado a una mujer solo cubierta por su delgada bata de tul se había excitado, diez puntos mas me dice… vas en 90 solo me falta saber si cumples en la cama y serían 100, besándome, cuidado le digo está durmiendo en el dormitorio, ella va al dormitorio mira hacia adentro y luego cierra la puerta para a continuación cerrar la que los conecta con el salón, ahora duerme y no escuchara ruido alguno dice subiendo el volumen de la música.

Me coge entre sus brazos y me dice bailemos luego veremos si llegas a cien puntos. Me cogió me mordió mis labios coge con fuerza mi pelo acariciándolo y colocando su trasero contra mi pelvis recorre el salón moviéndolo como perra caliente, sin ningún miramiento, susurrando quiero ser tuya quiero un pene potente, joven y diestro. Delirante y caliente saco su bata de dormir de tul sin cortesías ni contemplaciones, con fuerza la llevo a un sillón






Me colocó detrás de ella, de rodillas en el suelo, apoyada en el sillón libre de las bragas, le lamí su vagina como nunca se lo habían hecho. Sentí mi lengua abriéndose camino en sus hinchados labios vaginales, entrando en su cubil, chupando los labios, sentía su clítoris crecer notando que quería salir a mi encuentro me bebía los jugos que su vulva no paraba ni deseaba soltarla. Ubique mi paquete en sus pliegues sexuales y traté de penetrarla… cabrón, ay.... ¡Ah!...no, no podrás es demasiado gruesa para mí estrecho vagina...AH...no me tironees así del pelo... donde la tenía tomada… Mm., tranquila digo, tranquila, verás cómo sí entra, relájate nada más, confía en mí y de un potente empujón clavé mi miembro hasta la mitad en su vagina… como gemía y se meneaba adolorida…, luego me dejó actuar hasta que de pronto en medio de unos profundos suspiros y resuellos se vigoriza su cuerpo y entre gemidos me entrega sus orgasmos encharcándome mi pene en su matriz, aprovecho esos fluidos para moverme a mis anchas, el sillón chirriaba al roce con el piso y yo seguía taladrando esa recién conquistada cuevita hasta colmarla de mi leche en su matriz.

Quedo quieta y sin resuello a los minutos después me mira y dice lograste el cien perfecto ahora iré a descansar y desnuda dejando sus ropas tiradas se va a su dormitorio, recojo sus ropas se las lanzo al interior de su dormitorio y me voy a mi cama.

Pobre jefe cada vez que iba a reuniones o tenía que viajar fuera de la ciudad, su mujer compartía cama conmigo y ambos llegábamos a unos escandalosos coitos.