buen sexo 007

Era una mañana fría de invierno, ese día te había dicho que tenias una venta segura aquí en mi casa así que viniste muy temprano, primero llegaste a hacer tus negocios y después te fuiste a mi cuarto, también teníamos un proyecto que hacer muy importante para mi.

Se fueron los miembros de mi familia y nos quedamos solos, tú como diario te sentaste en la silla frente a la computadora y yo me situé detrás de ti, te comencé a mostrar el trabajo.

Llegamos al punto que comenzamos a buscar música para la presentación, tú estabas tensa y te levantaste para presumirme el brassier nuevo que tenias y que hacía juego con las pantaletas.

Te pedí que me mostraras más pero me dijiste que no, regresaste a tu sitio sentada frente a la computadora, ya en días pasados habíamos roto nuevamente el hielo y había saboreado nuevamente tus lindos pechos después de aquel día en que te casaste.

Te comencé a dar un masaje en tus hombros al cual reaccionaste rápidamente sintiendo un gran descanso incluso provocándote algo de sueño, me pediste que te diera masaje también en la parte alta de tu pecho y así lo hice.

Primero seguía con los movimientos circulares con los dedos por arriba de tu blusa, después introduje mis manos por debajo de tu blusa, tú echabas hacia atrás la cabeza en señal de satisfacción.

Comencé a bajar las manos hasta que rozaba en ocasiones tus pezones los cuales ya los tenias erectos, desabrochaste tu sostén para que pudiera acariciar tus senos de mejor manera y en cuanto estuvieron libres lleve mis manos hasta tomas esos dos lindos manjares.

De tu boca empezaron a escapar agradables gemidos que hacían que mi excitación se elevara como la espuma, permitiste que subiera tu blusa y así podía sujetar tus pechos mas firmemente.

Tus gemidos inundaron el ambiente y eso me hizo seguir adelante, con mis labios comencé a recorrer cada centímetro de tu hermoso cuello, deleitándome con el aroma y la suavidad de tu piel.

Nuestros labios se juntaron y nuestra pasión nos fusiono en un beso muy apasionado, yo ansiaba el momento para poder probar tus pezones y hacerte sentir placer como a ti te gusta.

Estando así fui mas atrevido y me gire para poder lamer tus lindos pezones mientras que una de mis manos fue hacia tu entre pierna, desabrochaste tu pantalón y dejaste que mi mano llegara a tu intimidad.

Al llegar ahí pude llegar a tu interior sin ningún problema y te comencé a masturbar mientras te decía que si le gustaba a mi hijita lo que le hacia, tu respondiste que si mientras pedías mas.

En un par de ocasiones nos tuvimos que separar debido a que sonó el teléfono y pero al regresar continuábamos donde nos habíamos quedado, te levantaste no recuerdo el porque, pero no te permití sentarte.

Yo sentado en la cama te tome de la presilla del pantalón e hice que te sentaras sobre mis piernas, ahí nos fundimos en un beso mientras levantaba tu blusa, para esos momentos ya te susurraba si lo que hacia tu papi te gustaba a lo que respondías que si.

Te levantaste para poner nueva música y al hacerlo dejabas tu trasero en una perfecta apreciación para mi así que sin poder contenerme me levante y repegue mi pene a tu hermoso trasero.

Tú presionaste mi pene con tus nalgas mientras que lanzabas algunos gemidos, baje un poco para poder sujetar tus senos y te eleve, comencé a besar tu cuello y después nos volvimos a besar.

Me senté y después hice que te sentaras sobre mí dándome la espalda, sentiste mi pene entre tus nalgas nuevamente, comencé a mover tu trasero para provocarnos mas placer a ambos, guié una de mis manos a uno de tus senos mientras que mi otra mano fue directo a tu entrepierna.

Te acomode mejor en la cama para que pudiéramos tocarnos y besarnos. Después hice lugar en la cama para poner sentarme y que tu te sentaras entre mis piernas.

Una vez que estabas en esta posición comencé a acariciar tus senos nuevamente, te sorprendiste por la posición pero dejaste que te manipulara, en varias ocasiones me dijiste que querías que me detuviera por que si no, querrías mi verga dura dentro de tu pucha y al final fue lo que paso.

-¿te gusta esto hijita? –pregunte-
-claro papi –respondiste entre gemidos-
-hijita lo que quiero es cogerte-
-adelante papi es lo que quiero-

Te pedí que bajaras mas tu pantalón para poder masturbarte mejor, y así lo hiciste pero las ansias de tener nuevamente mi verga dentro de ti te hicieron pedir que ya fuéramos a nuestro refugio para hacerlo ya.

Fui por un preservativo mientras tu entrabas al cuartito, al entrar te quite la blusa y te dije que no bajaras tu pantalón que yo lo aria, al principio te negaste por que te daba pena pero después aceptaste.

Comencé besando tu cuello y en ocasiones tu boca pero tu ya no resistías y lo que querías era mi verga, pero me tome mi tiempo para llevarte al clímax. Me dispuse a bajar tu pantalón y lo hice lentamente apreciando así tu nueva pantaleta y tu delicioso trasero.

Al tenerte así saque mi pene el cual ya estaba firme y duro, lo comencé a repagar entre tus nalgas mientras con mis manos sujetaba tus bellos senos y mi lengua lamía tu cuello.

Decidí que era hora de bajar tu pantaleta así que situé mis manos en tu cintura y las comencé a bajar hasta llegar al costado de tan fina prenda que tenías puesta, la comencé a bajar delicadamente hasta tus tobillos.

Tu te morías de la pena pero te gustaba lo que te estaba haciendo, aprecie tu culo el cual estaba deseoso de recibir mi miembro dentro de el, así que comencé a prepararlo, primero comencé a masturbarte introduciendo un dedo, después dos y hasta un tercero.

Tu gemías de placer y ahí fue cuando tu papi te dijo que si querías usar tus juguetes a lo que respondiste que si, solo di un paso atrás y abrí el cajón donde tengo los juguetes y te los coloque uno a uno y te agache un poco y puse la punta de mi verga en la entrada de tu pucha.

Te tome de la cadena y te embestí con fuerza sacando de tu boca sonidos de gozo por ello, sabia que deseabas que nuevamente te hiciera mía y te estaba dando gusto, te aferraste a donde te encontrabas recargada y pedías que aplicara mas fuerza, que te sometiera como a ti te gusta.

Aumente mi fuerza hasta que por un error saque mi verga de ti, esto me hizo girarte para poderte besar, hice que tus manos esposadas rodearan mi cuello para podernos besar mejor mientras que restregaba mi verga en tu vientre.

Te pedí salir de ahí ya que tenía ganas de penetrarte de otra forma, tú aceptaste pero me pediste que apagara la luz del cuarto, salimos y tu te pusiste a gatas sobre la cama, tuvimos algunos problemas para poder hacer la penetración pero ya una vez solucionado te comencé a coger como a ti te gusta mas.

Mientras te penetraba te nalgueaba y te decía lo puta que eras al estar cogiendo conmigo, de la misma forma regresábamos a nuestro juego favorito del papa y su hijita, te sujete de las nalgas para darte embestidas con todas mis fuerzas así como tu las pedías.

Te sujete de la cadena y te levante un poco para controlar el ritmo, ahí comencé a jugar con lo que mas te da pena y aun y así te gusta, toque tu lindo culo, tu gemías cada vez mas y eso me provocaba mas placer, así que te sujete nuevamente de las caderas para hacer penetraciones mas profundas y duras.

Decidimos cambiar de posición quedando tu acostada y yo sobre ti, nos besamos mientras te penetraba y aunque con un poco de dificultad lamía tus senos, me pediste más intensidad llamándome papi y yo te di gusto.

Intensifique la fuerza y te pedí que rasguñaras mi espalda pero primero tuve que liberarte de las esposas para que pudieras hacer eso, sentí como enterraste tus uñas con fuerza y eso me gusto mucho.

El placer que sentía me hizo llegar a mi primer limite y mi leche salio sin poderlo evitar, tu gemías de satisfacción al sentir que me corrí, tu rostro estaba lleno de placer por lo que acabábamos de realizar.

Caí a tu lado mientras que recuperábamos el aliento, pero no deje de tocarte y disfrutar de tus senos, ni deje de masturbarte, mi pene aun quedo erecto pero al no tener más preservativos no nos arriesgamos a nada.

Nos quedamos ahí hablando y masturbándonos uno al otro, tu me decías lo mucho que habías extrañado mi verga mientras que yo te decía lo mismo de tu pucha, querías sentir un orgasmo así que intensificaste tus movimientos.

Te comencé a ayudar a sentir mas placer lamiendo tus pechos y masturbándote como te gusta que lo haga, te bese la piel hasta llegar a tu pucha la cual abriste mas para que la pudiera lamer mejor.

Me encantaba hacer nuevamente eso, oler tu sexo y probar tus jugos, jugué con tu clítoris mientras que introducía mi lengua y en ocasiones mis dedos, regrese a tu lado y me preguntaste si eras muy puta y te respondí que si, a lo que tu dijiste que tenia razón pero que eras mi puta.

Decidiste terminar y mientras que tus dedos estaban en tu pucha mi boca estaba en tus senos, así llegaste a tu orgasmo, aun nos quedamos unos minutos ahí juntos hasta que nos levantamos con temor de que alguien llegara.

Ese día fue genial para mi ya que había recuperado a mi puta que yo había creído que había perdido y espero continuar con nuestras aventuras, ya hemos tenido otros encuentros pero sin llegar a la penetración pero ya ansió tenerte otra vez ante mi ofreciéndome el culo.