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cama para 3 II

Relato enviado por : tlahuit001 el 19/04/2013. Lecturas: 4862

etiquetas relato cama para 3  II   Amor filial .
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Resumen
La Dra. Gabriel, Alicia y Natalia


Relato
Pasando con ella las horas que faltaban para que me marchara; con un gran vació partí lejos de lo que más quería en la vida y sin muchas cosas relevantes que contar transcurrieron 2 años –Tenia 20 años- y aunque mi padre, Alicia y Natalia vivían muy cerca de la universidad, yo me fui a vivir a la casa del tío Cesar –el hermano de mi difunta mamá-, no por que viviera en una casa en la playa, ni por que cada vez que mi padre me conocía una compañera atractiva, terminaba tirándosela; si no más bien porque en él y Natalia seguía viendo a los culpables de encontrarme lejos de mi querida mamá Leticia y mi tierna manita Isabella.
Teniendo por aquellos días además de mi vecina de al lado a la Dra. Gabriel –Doctora por su doctorado-, a quien en mis tiempos libres solía ayudarle en el laboratorio, una bella mujer que a pesar de que en la Universidad siempre se le veía en largas y blancas batas hasta por debajo de las rodillas, era una atractiva mujer, viuda ella, de unos 35 años con rasgos orientales; un poco menudita y el amor platónico de cuanto estudiante que la conocía y con quien jamás imagine llegar a nada.
Hasta ese día en que como cuando solía ocurrir de vez en cuando; cada vez que se le presentaba algún compromiso; ese sábado me dirigí a su casa a dejarle los resultados de unos cálculos que me había encargado; tomándome por sorpresa que me recibiera, una sensual Gabriel cubierta únicamente por una delgada bata, diciéndome con un gesto serio como era ella.
¡Disculpa las fachas, pero te esperaba mas tarde! me sacaste de la ducha.
¡Si quieres regreso después! No hay ningún inconveniente por mí.
¡No, ya estas aquí! ¡Haber muéstrame tus resultados! Pásale- Me Respondía
Haciéndome pasar a la sala y tras invitarme una cerveza, sentándose en un sillón frente a mí y mientras durante largo tiempo platicando revisaba datos, no dejaba con las unas de acariciar suavemente sus bien torneadas piernas llevándolas continuamente hacia su entrepierna en donde le daba leves jaloncitos a sus ajustadas bragas que se le encajaba entre sus labios vaginales; yo no podía apartar la vista de cada curvatura de su sensual cuerpo; que debido a lo mojado de su cuerpo, lo delgado de sus bragas se apreciaba perfectamente los rizos sedosos de su selva de pasión y sus sedosos senos llenos de leche materna que alimentaban a un bebe de meses los cuales por el gran tamaño de la punta de sus pezones llamaron mucho mi atención y al comenzar a mojar la delgada tela que los cubría. No sé si fue al alcohol ingerido o a que de tanta caricia en su intimidad ya sé había excitado; el caso es que la bella Gabriel despojándose de la bata con una de sus manos comenzó a sobar sus senos con cachonda sensualidad humedeciendo sus dedos con su leche materna para llevársela a la boca mientras la otra en su entrepierna ya había penetrado bajo sus transparentes bragas alcanzando su ardiente intimidad frotando incesante su ardiente clítoris. Por lo que sumamente nervioso y excitado de que esa mujer se estuviera masturbando cuando pensaba levantarme, Gabriel con el pretexto de abrir la ventana se inclinaba hacia mí, con la grandísima punta de su pezón alcanzo a rozar mis labios de su leche materna y sabiendo a la perfección que lo había hecho muy a propósito, sin poder contenerme a tan terrible tentación mi lengua se enrosco de inmediato en uno de sus biberones de carne en su grandísimo puntiagudo pezón mientras con una mano acariciaba su otro seno y con la otra mano haciendo aun lado sus bragas le acariciaba cada rincón de su aterciopelado trasero. Por su parte Gabriel con gran habilidad liberaba mi miembro acariciándolo con ardiente pasión. Con apasionados movimientos mientras mis manos acariciaban mi boca suavemente ordeñando sus senos succionaba con gran deleite su leche materna y aumentaba el ritmo de mis succiones cuando al cimbrarse Gabriel explotaba en un candente orgasmo.
¡a-aaah! ¡mmmh! ¡N-nunca habían tratado a mis senos así! ¡Pero ahora veamos que tal follas!
¡No tengo mucha experiencia en eso!
¡No te preocupes corazón; yo te enseño.... déjamelo todo a mi! – Me decía.
Bajándome los pantalones hasta los muslos y se monto sobre de mi, guiando mi miembro a su ardiente vagina con lentos pero cachóndos movimientos, girando de manera deliciosa y desquiciaste sus caderas y su pubis frotándose incesante sobre de mi. Subía y bajaba acompasadamente sin penetrarse por completo y dándole su ardiente vagina exquisitos pero lujuriosos apretoncitos a mi palpitante miembro el cual de vez en cuando se lo sacaba por completo y lo frotaba contra su ardiente clítoris el cual sentía enorme casi viril. Se volvía a penetrar girando su cuerpo como bailarina exótica y empujándose un poco mas con fuerza se penetraba por completo aplastando su rico trasero contra mis testículos. No había duda que Gabriel era una verdadera experta en lo que hacia y cada movimiento de su cuerpo nos proporcionaba placer a los dos. Pero cuando sintió que yo estaba a punto de estallar y más me hacia disfrutar como si fuera un guante de seda su intimidad con fuerza comenzó a apretar mi miembro provocando que no solamente detuviera mi orgasmo, si no también un gran dolor impidiéndome salir de ella hasta que únicamente girando sus caderas tuvo su orgasmo.
¡a-aaah! ¡aggggrfh! ¡ggggrfh! ¡aaaah!
¡Discúlpame pero no pude contenerme! No entiendo como mamando tan rico, follas tan feo.
¿Es una larga historia!- Le respondía.
Quedándome adolorido y humillado en el sillón, pero a cambio de eso Gabriel de vez en cuando, cada ves que se podía me daba una que otra leccioncita; de las que ya les platicare en otra ocasión debido a que por el momento quiero concentrarme en mi familia; ubicándome casi un año después que en casa del tío Cesar se celebraba la boda de Natalia; con quien aunque nunca me lleve muy bien debo de reconocer que era una chica bastante bonita, algo alta, de tez blanca, con cuerpo atlético de largos años de acudir al gimnasio; y aunque sus senos no eran muy grandes -para mi gusto-, no dejaban de ser hermosos; pero si era dueña de unas caderas divinamente soberbias que a su paso siempre llamaban la atención.
Esa noche en la que después de la fiesta en el salón, a la casa del tío Cesar acudieron los invitados más allegados a los novios y aunque por razones obvias no quise acompañarlos ni a la iglesia, ni al salón de fiestas; ya avanzada la noche, por cortesía y porque no me dejaban dormir con su escándalo termine ayudándole a mi padre y Natalia a llevar completamente ebrio a Ulises su marido para dirigirme después a mi habitación que curiosamente quedaba frente a la de ellos y desde donde podía observar como mientras que Ulises se encontraba completamente inconsciente en la cama, Natalia recostada a su lado pero de espaldas a mi padre sollozaba aun con su vestido de novia, decepcionada de lo ebrio que estaba Ulises.
¡Es un idiota papá; mira que ponerse así todo ebrio en nuestra noche!
En tanto mi padre consolándola llevaba sus manos a su negra cabellera acariciándola con infinita ternura, descubriéndole lenta y cariñosamente su cuello; deslizándola a su costado desde sus hombros pasando por sus soberbias caderas hasta sus apetecibles muslos regresando nuevamente hasta sus hombros. Diciéndole algo que ante el ruido de la fiesta no alcanzaba a escuchar pero si ver a la perfección como mi padre le bajaba el cierre de su vestido de novia, metiendo su mano bajo este acariciando la tersa suavidad de su espalda desnuda dirigiéndola con todo y vestido de novia hacia su cintura y desde su abdomen hasta llegar a los morenos pezones de los senos de Natalia a quien ya le había bajado el vestido de novia hasta la cintura y su otra mano que ya habiendo liberado su ya muy duro y erecto falo, llevándola a su pierna, le levantaba conforme iba ascendiendo su vestido de novia hasta sus soberbias caderas dejando la vista su trasero bellamente cubierto por fina lencería escogida especialmente para esa noche y sus manos recorriendo entre sus muslos se iban abriendo paso conforme por instinto Natalia se lo iba perdiendo al mismo tiempo que la ardiente mano de mi padre que ya se había apoderado por completo su húmeda intimidad metiéndola por el frente y por abajo de sus sensuales y diminutas bragas frotando con intensidad su ardiente hendidura, en tanto Natalia al sentir recostándose a mi padre a su espalda, sintiendo como su duro falo se encajaba entre sus glúteos, reculando un poco se repegaba aun más a mi padre quien con sus labios y la punta de la lengua comenzó a recorrer, apenas y rozando cada milímetro de su cuello haciéndole sentir la calidez de su aliento dirigiéndose primero hacia detrás de su oreja y continuar de la misma manera hacia su mentón alcanzando a penas y a rozar los carnosos y temblorosos labios de Natalia quien gimiendo se sacudía arqueándose casi con violencia, al sentir como de un fuerte y firme jalón mi padre le arrancaba sus diminutas bragas y buscando la mano de mi padre que le había arrancado las bragas Natalia entrelazo sus dedos con los de mi padre, llevándolos nuevamente a su intimidad al mismo tiempo que repegándose aun más a el, su duro miembro quedaba atrapado por completo entre sus sedosos glúteos haciéndole sentir a la perfección su pequeño agujerito trasero; ante lo cual aun deseosa de querer disfrutar mas del momento al mismo tiempo que girando sus despampanantes comenzó a frotar suave pero con ardiente pasión su respingado trasero contra su duro miembro y su mano con la de mi padre en su intimidad entre abriendo un poco sus apetecibles muslos hundía nuevamente los dedos de mi padre en sus labios vaginales frotándose con los dedos de mi padre su ardiente clítoris; sus temblorosos y carnosos labios sensuales diciéndole.
¡aaaggrfh! ¡a-aaah! ¡mmmh; aaaah! ¡h-hazme lo que quieras; mmmmh!
Apoderándose con ansias los labios de mi padre quien como podía recorría el interior de su vulva penetraba su conducto vaginal de Natalia; el cual al comenzar a estimularlo Natalia evitando que de sus labios escaparan sus placenteros gemidos con ansias sus carnosos y sensuales labios se apoderaron de los de mi padre en un largo y apasionado beso transmitiéndole al interior de su boca toda la arrolladora pasión de que era capaz.
mmmh! ¡a-aaaah! ¡a-aaaah! ¡papacitooooh! ¡ooouuuh! ¡aaaah! ¡h-hasme lo que quieras; soy tuya! ¡e-esto es deliciosoooouuh! ¡a-así papacito; así!
En tanto él siempre recto y estúpido de mi padre, sin esperar un minuto más buscando con su duro falo su conducto vaginal de un fuerte y firme empujón desvirgándola la penetraba por completo y sin dejar que su miembro se acoplara a su vagina iniciaba un incesante vaivén en tanto Natalia moviendo sus despampanantes caderas desde atrás hacia delante con lascivos movimientos, de un lado hacía él otro
¡mmfgh! ¡agaaamfgh! ¡o-oooh! ¡D-dios mío…Papacito, lo tienes bien grandote! Toma lo que este péndejo por andar de borracho desperdicio.
Entre tanto por mi parte aunque no era asunto mío pero sin poder evitar la tentación aguarles la fiesta solamente me acercaba a su puerta cerrándola con un azoton y marcharme un rato a la fiesta no volviendo a ver a Natalia hasta el día siguiente que inconsolable como magdalena le hacia creer a Ulises que la había tomado por la fuerza para después acercarse a mí diciéndome.
¡Espero que lo que viste quede entre nosotros! Sabes aun tengo intacta mi otra virginidad ¿Qué dices? Podríamos pasar un buen rato de lo lindo a cambio de ese secretito que sabes.
¡Se que sería así! Pero descuida que no soy tan vil como ustedes ¡Además en un año termino la Universidad y me largo de aquí!- Le decía.
Sabiendo muy bien que mi padre nos escuchaba y quizás fue por eso que un par de meses más tarde como mi tío Cesar y mi padre tenían que salir a arreglar unos asuntos de negocios y aunque bien podían pedirle a Natalia que le hiciera compañía a Alicia su madre que se encontraba con 5 meses de embarazo fue por Intercesión telefónica de mamá Leticia que termine haciéndole compañía a Alicia quien ya para acostarme y me encontraba en mi habitación mirando unas fotos que de casa mamá Leticia e Isabella me habían enviado, llamando a mi puerta se me acercaba sentándose a mi lado en la cama y sobándose los pies me decía.
¿Qué me cuentas de ellas? Todo bien en casa.
¡Perfecto y en cuenta regresiva! Sólo unos meses y regreso a casa ¡Pero dime en que te puedo ayudar!
¿De casualidad no tendrás un poco de aceite que me regales? El mío se me acabo y ya es tarde para salir a comprarlo.
¡Ahí en la cómoda! Pero si te sientes como te vez dudo mucho que te sirva de algo.
¡Es que estoy toda molida! Mira como tengo las patas de hinchados, me duele todo el cuerpo; me acabo de dar un baño y ni siquiera con eso se me quito.
¡Eso es a lo que me refería! Sí me lo permites yo podría darte un masaje. .
¿De veras? Hay no seas malito dime que tengo que hacer ¡Además así me das la oportunidad de platicar algunas cosas contigo! Se que contigo no corro ese riesgo aunque creo que no esta de más advertirte que se reconocer un masaje de una manoseada ¿Tu me entiendes verdad? Aunque después de todo si me quitara el vestido y tu padre nos sorprendiera así, tal vez…hasta…
Acomodando por mí parte unos cojines en la cama por su embarazo para que Alicia se acostara boca a bajo y tomando un frasco de aceite aromatizado le vertía un poco en la planta de los pies; primero a uno y después al otro, masajeando con seguridad los puntos precisos con la finalidad de que se fuera relajando, al mismo tiempo que sabiendo que el comentario era debido a que por mi carácter tranquilo y por mi forma de ser que jamás me conocieron una chica o me escucharon hablaba de ellas; siempre me consideraron un tipo raro y aunque no lo decían pero yo creo que hasta gay. Fue por lo que interrumpiéndola y todavía bromeando al respecto le decía.
¡Hasta te felicitaría! ¿Verdad Alicia? Por convertir a su hijo en hombre
¡Discúlpame pablo! Yo no quise decirte eso.
Guardando silencio por algunos segundos para bajarle el cierre del vestido, desabrochándole el sujetador y vertiéndole un poco de aceite en su espalda desnuda comencé a masajearle los hombros y espalda deshaciéndole los nudos que encontraba a mi paso. Observando como Alicia se veía relajada y disfrutando en verdad de mis suaves caricias por lo que cuando mis manos deslizándose un poco bajo su vestido alcanzaron a tocar su duro, rico trasero y por el concepto que tenían de mí fue que no se me hizo raro que no protestará nada; pero tratando de cerciorarme fue que le decía.
¡No hay problema! Además lo que es evidente, no se niega ¿O sí? Pero dime ¿Qué tal se siente? Rico ¿verdad?
¡mmmh! Mucho; no tienes la más mínima idea, no sabes lo delicioso que siento, continua así.
Sintiéndome en confianza por sus palabras pero como tampoco quería avorazarme fue abandonando su espalda y con la precisión necesaria una y otra vez desde la planta de sus pies hasta sus regordetas pantorrillas, sabiendo por el rictus en su rostro que le estaba agradando y mis manos aventurándose masajeando, se fueron deslizando hasta la tersa suavidad de sus apetecibles muslos; los cuales por instinto se iban abriendo conforme mis manos con firmé suavidad subían y bajaban internándose poco a poco, acariciando cada vez más y su vestido se le iba subiendo; permitiéndome notar en dado momento como desde el centro de su entrepierna, mojando sus blancas bragas una leve manchita se comenzaba a extender dejándome apreciarle a la perfección sus pliegues vaginales y parte de su acolchonado conejito; provocando en mí nerviosismo, excitación y que el bulto en mis bermudas comenzaba a crecer y sin que dejara de pensar en lo bella, en lo apetecible aun se veía Alicia sobre todo en su estado de embarazo fue por lo que tratando de contener el nerviosismo que me causaba le decía:
¡Por cierto! ¿De que querías hablarme?
¡A-así casi se me olvida! Supongo que tus planes al terminar la universidad son regresarte con Lety e Isabella ¿Verdad?
¡Es lo que más deseo! Las extraño mucho y me hacen mucha falta ¿Por qué la pregunta?
¡Tú sabes que jamás me eh metido en sus asuntos! Pero ya que Natalia no vive aquí estaba pensando que te podrías pasar una temporada con nosotros, la Universidad te quedaría más cerca y a tu padre le daría mucho gusto ¿Qué dices?
¡Tú sabes que yo no me mando sólo! Necesitaría consultarlo con mamá Leticia- Le contestaba.
Al tiempo que le subía el vestido hasta la cintura y vertiéndole un poco más aceite en exceso; mis manos aventureras, masajeando se fueron acercando lo más cerca posible de sus ya muy mojadas bragas, en su apetecible trasero; sintiendo como cuando mis manos muy a propósito se internaban sólo un poco bajo sus bragas abriéndose paso entre medio de su rico trasero Alicia se estremecía despertando ese delicioso cuerpo a la lujuria, a la excitación, por lo que aventurándome a un más deslice primero un dedo a su trémula intimidad, recorriendo el interior de su vulva; sintiendo como por instinto Alicia con imperceptibles movimientos desde hacia a delante y hacia atrás girando sus caderas se comenzaba a sobar con suavidad con mi mano su intimidad. Alicia no me decía nada; pero sabiendo por sus suaves gemidos que en verdad le estaba gustando fue que sintiéndome ya tanto o mas excitado que Alicia arriesgándome a todo deslice mi mano por completo a su intimidad, abriéndome paso entre sus pliegues vaginales para sobarle, frotarle con lujuria su ardiente clítoris. Alicia ya no pudo contenerse más y comenzó a frotarse contra mi mano con mayor intensidad su ardiente intimidad.
¡a-aaah! ¡mmmh! ¡ooouuuh! ¡a-aaah! ¡n-no te detengaaas... asi! ¡ooouuuh!
Entre tanto a pesar de saber que Alicia ya era mía pero deseoso de quererla excitar aun más mientras mi mano continuaba masajeando su intimidad, con la otra liberando mi todavía no duro miembro pero sí lo suficientemente erecto fue abriéndole un poco mas sus piernas que me acomode entre ella, recostándome con suavidad sobre Alicia de tal forma que mi miembro quedara contra su rico trasero y deslizando mis manos hacia su espalda comencé a darle desquiciantes tallones a su duro trasero; mientras mis manos se apoderaban por completo de sus tersos senos y Alicia por su parte excitada a mas no poder ya no contenía sus gemidos.
¡a-aaah! ¡que deliciaaah! Esto no debería estar ocurriendo ¡Pero que rico se siente! ¡a-aaah! ¡mmmh!
Al tiempo que deslizando su mano bajo su cuerpo se apoderaba de mi miembro, colocando mi glande en la entrada de su vagina y en acto de desesperación, lujuria y excitación, lúbrica como ya se encontraba ella se empujaba hacia atrás y sabiendo cual era su intención tomándola por su cintura le ayudaba empujándola con mas fuerza hacia mi miembro para hacer más profundas mis penetraciones, escuchándose hasta los chasquidos de nuestros sexos chocar.
¡aaagggrfh! ¡a-aaah! ¡a-aaah! ¡mmmmh!
Y Alicia poseída como una yegua salvaje al quedar yo de rodillas comenzó a cabalgar sobre de mí con vigorosidad mientras mis manos en sus ya muy duros senos y su ya muy castigado conejito acariciaban con mayor intensidad no tardando en sentir cono su orgasmo se comenzaba a formar y vibrando se sacudía vaciándose en un intenso orgasmo.
¡a-aaah! ¡a-aaah! ¡mmmh! ¡ooouuuh! ¡aaah!
Observando excitado y sin haber terminado aun como dejando caer su cuerpo en la cama Alicia quien cerrando los ojos disfrutaba de las calidas sensaciones de su orgasmo y empinadita como estaba, sin oponer resistencia alguna le bajaba las bragas hasta los muslos y comencé a acariciar sus ricos y duros glúteos, entre medio de estos recorriendo con mis dedos y con sus propios jugos vaginales al rededor de su pequeño agujero trasero; mientras que Alicia deslizando su mano por debajo de ella acariciaba su ardiente clítoris; sintiendo como tras ponerme hábilmente un condón y estimulando perfectamente su agujero trasero al acomodar mi glande en la entrada de su agujero trasero, lo fruncía tratando de separarse de mi diciendo:
¡No te atrevas pablo! Por ahí no, nunca me la han metido por ahí; si quieres mejor te la chupo pero por ahí no
Mientras que por mi parte sin formular palabra alguna solamente hacia un poco más de fuerza para que entrara mi glande y con un poco más de firmeza la penetraba penetre por completo a Alicia quien con voz desgarradora emitía un fuerte gemido.
¡aaaaayyyy! S-siento que me partes en dos! ¡mu-muevete pablito; muévete papito que ya me comienzo a relajar!
¡Sabia que te iba a gustar Alicia! Esto es para que dejes de pensar que soy maricón_ Le decía
Al tiempo que ante mí muy cómoda posición comencé a entrar y salir de ella; mientras que Alicia tratando de disfrutar mas el momento gimiendo y jadeando frotaba incesante su ardiente clítoris y loca de lujuria se urgió contra mi repegando su espalda contra mi pecho deslizando su otra mano al interior de su ardiente vagina haciéndome sentir perfectamente sus dedos recorriendo mi miembro a través de sus paredes; su cuerpo comenzó a cimbrarse al mismo tiempo que lo hacia el mío cimbrándonos fuertemente y explotando en un candente orgasmo.
¡a-aaah! ¡a-aaah! ¡mmmmh! ¡ooouuuh ¡aaaah!
Para inmediatamente después que a su cuerpo le regresaba el aliento separándose de mí se dirigía a la puerta y desde donde mirándome sorprendida y con un dejo de coquetería me decía.
¡Gracias por el masaje en verdad lo necesitaba! La invitación de que te pases una temporada con nosotros aun sigue en pie pero recuerda esta fue la primera y ultima vez.
¡Lo pensare Alicia! Te lo prometo- Le decía.
A sabiendas de que como había muchos rencores nunca aceptaría y pasando unos meses más sin muchos contratiempos finalmente llegaba el día de mi graduación y de ir a recoger mi diploma a la universidad regresaba a la casa del tío Cesar con la esperanza que la Dra. Gabriela pudiera conseguirme un vuelo para ese mismo día y mientras eso sucedía con la idea de descansar un rato me dirigía a mi habitación encontrándome platicando con mi tío Cesar y como la más bella aparición a mamá Leticia quien a sus próximos 31 años que en un par de meses cumpliría se veía más hermosa y sensual que nunca y a quién sin poder contener lagrimas de emoción –con la misma emoción de un niño a su madre de la que no se quería separar después de su primer día de clases -, corría sollozando a sus brazos abiertos a abrazarla, diciéndole con mi diploma en mano con desesperación.
¡Papito, mi bebe! ¿Qué pasa? ¿Acaso ya se te había olvidado que este día iba a venir?
¡No pero…! Mira mamita mi diploma ya termine ¿Verdad que sólo viniste para llevarme a la casa, verdad que sí? Es que ya me aburrí de estar siempre solo
¡Lo se papito! Por ti fue a lo único que vine.
En tanto mi tío Cesar conmovido por mi llanto y mis palabras se salía de la habitación cerrando detrás el la puerta y acurrucado en su regazo, ante la calida cercanía de su sensual cuerpo de diosa y del cual emanaba ese delicado, ese exquisito aroma que tanto había extrañado, ante esos sus enormes y firmes senos que se me encajaban en mi pecho y al sólo contacto de su abultado pubis contra el bulto en mi pantalón este comenzó a crecer hasta ponerse duro como hacia mucho no lo sentía, entre tanto mis labios por instinto apenas y rozando comenzaron a recorrer cada milímetro de su cuello haciéndole sentir la calidez de mi aliento dirigiéndome primero hacia detrás de su oreja y continuar de la misma manera hacia su mentón alcanzando a penas y a rozar con los míos sus temblorosos y carnosos labios sensuales; mientras que mamá Leticia que con esos sus verdes ojos como gemas me miraba con infinita ternura, se despojaba de su vestido, repegándose a mí y abría sus apetecibles muslos para acomodarme mejor; yo sin poder contener la tentación conforme la iba recostando sobre la cama, liberando esos sus enormes senos que tanta fascinación me causaban, abría mis labios para poder lamer con suavidad uno de sus grandísimos y abultados pezones rosados; observando a mamá Leticia que sintiendo mi duro miembro esbozaba una sensual sonrisa, al mismo tiempo que con infinita ternura empujaba mi rostro hacia uno de grandísimos y abultados pezones rosados, el cual enroscando como un bebe mi lengua comencé a succionarlo con veneración haciendo estremecer con suavidad a mamá Leticia que acariciando mi cabellera con esa su calida voz que al hablar parecía acariciar me decía:
¡mmmmh! ¡Pero que cariñoso esta mi bebe! ¿Tanto extrañaste las tetotas de tu mamita? ¡mmmh! Pero que rico ya se te puso bien dura, veo que aun mamita sigue provocando ese efecto en su bebe.
Quien al no encontrar palabras en mí mamá Leticia gimiendo con suavidad sólo dejaba que mis manos acariciaran cada curvatura de su apetecible cuerpo, que mi boca, mi lengua succionara con suavidad sus grandísimos y abultados pezones rosados y que por mis fosas nasales penetrara ese exquisito aroma que por cada poro de su piel emanaba hasta que lo que parecía una acalorada discusión escuchamos las voces de mi padre y el tío Cesar y…….
De lo que sucedió después como dice mamá Leticia hay cosas y personas que no meren la pena gastar saliva ó como en mi caso unas líneas; por lo que mi padre lo único que resta decir es que no es tan fácil olvidar 21 años de humillaciones y desprecio por 1 año de arrepentimiento.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:46) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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