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Clase de educación sexual I

Satyrus Relato enviado por : Satyrus el 28/07/2014. Lecturas: 16176

etiquetas relato Clase de educación sexual I   gangbang .
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Resumen
Carlos es un estudiante que va a recibir, al igual que el resto de sus compañeros, una clase de educación sexual, solo que esta va a ser un poco diferente a lo que él se imaginaba


Relato
Hola, mi nombre es Carlos, soy un chico que actualmente está estudiando el bachiller en el régimen de adultos, también trabajo por las mañanas, por lo que además de ganar algo de dinero puedo seguir estudiando. En este relato me gustaría contar lo que sucedió el día que nos dieron clases de educación sexual en el instituto.

Era un jueves del segundo trimestre cuando David, el tutor, nos dijo que el viernes vendrían un chico y una chica a darnos una pequeña clase sobre sexualidad. Pensé que estaría bien, ya que ese día sería en plan relax y que no daríamos palo al agua, por lo demás, no pensé que la charla tuviese más interés, ya que creo que una parte de la clase ya había mantenido relaciones sexuales alguna vez y yo, aún siendo virgen, conocía la teoría de hablar con los colegas y ver alguna peli.

Llegó el viernes por la tarde, aparqué el coche en el parking del instituto, el cual estaba extrañamente desierto, salvo por los coches de los compañeros de mi clase y un par de profesores. A la entrada estaban algunos colegas, pasamos el rato charlando hasta que sonó el timbre y nos dirigimos a clase. Cuando entramos el tutor ya estaba dentro, sentado en su mesa esperándonos. Me senté en mi sitio habitual, en la primera fila, y mientras el resto de mis compañeros llegaban y se acomodaban, me di cuenta de que en un lateral de la clase había un montón de colchonetas del gimnasio.

Cuando todo el mundo se sentó el tutor se dirigió a la clase…

- Bueno chicos, como ya os comenté ayer, hoy han venido un chico y una chica a daros una clase de educación sexual, por favor, comportaros, que ya me conozco a alguno.

Dicho esto abrió la puerta y entró la pareja. La chica era delgadita, de pelo rubio y ojos azules y, aunque su pecho no era muy grande, sí que era apetecible. El chico era un tipo alto, pelo moreno y algo musculado, se notaba que iba al gimnasio y que se cuidaba. El tutor continuó explicando lo que íbamos a hacer.

- Vale chicos, os presento a Paula y Mario, ellos son los que os van a dar la charla. Vamos a separar la clase en chicos y chicas. Los chicos se quedarán en esta aula con Paula y las chicas nos acompañarán a Mario y a mí a otra.

Las chicas se fueron levantando y salieron, acompañadas por el tutor y por el otro tipo, de forma que nos quedamos todos los tíos a solas con Paula.

- Bueno, pues parece que ya nos han dejado solos- nos dijo, guiñando un ojo- lo primero que vamos a hacer es hacer un hueco en el centro de la clase, así que id moviendo los pupitres y colocándolos contra las paredes.

Dicho y hecho, en unos pocos minutos dejamos el centro libre, rodeado de todos los pupitres, de forma que aquello parecía un ruedo.

- Muy bien, ahora colocad las colchonetas en el centro y ya podemos empezar.

Otro compañero y yo fuimos a buscarlas y las colocamos. Cuando pasé al lado de Paula me dio una palmada en el culo y me sonrió, a lo que yo me puse rojo como un tomate.

- Vale, perfecto, empecemos pues. Me han llamado para daros algunas nociones sobre sexo. Supongo que la mayoría ya ha empezado a mantener relaciones sexuales y otros tanto aún no, de forma que os voy a explicar los cambios que sufre el cuerpo y las precauciones a tomar. Me gustaría saber cuántos sois aún vírgenes, levantad la mano, por favor, no seáis tímidos.

De los 12 chicos que éramos en clase ninguno levantó la mano, a mí la verdad es que me daba algo de palo, pero bueno, al final me decidí a levantarla. Después me siguieron otros 4 compañeros.
- Vaya, cuanto chico que aún no se ha iniciado en el sexo, no os preocupéis, cuando acabemos, sabréis algo más. Voy a necesitar que alguno de vosotros me eche una mano, ¿hay algún voluntario?

Era evidente que no.

- Bueno, pues si nadie sale, tendré que escoger yo. A ver tú, el chico que colocó las colchonetas- dijo, dirigiéndose a mí.- Listo, ya tengo ayudante. El resto os podéis sentar. Bien, ¿cómo te llamas?
- Carlos
- Ok, me vas a ayudar a explicarle a tus compañeros en qué consisten los cambios que se producen cuando pasas la adolescencia. ¿Te puedes quitar la camiseta?
- Bueno- dije con desgana, la verdad es que no me hacía mucha gracia
- Vale, como podéis ver vuestro compañero tiene un poco de vello en el pecho y en las axilas. El pelo crece también en otras partes del cuerpo. A algunos les sale más y a otros menos.

La clase guardaba silencio mientras la profesora explicaba.

- Los cambios más evidentes que se producen tienen lugar un poco más abajo, en la zona genital. Vuestros testículos y vuestro pene aumentan de tamaño, adquiriendo un tono más oscuro y la zona del pubis se llena de pelo. Carlos, ¿eres tan amable de desnudarte para poder explicárselo mejor a tus compañeros?

Aquello ya me pareció demasiado. Quitarse la parte de arriba era una cosa, pero quedarse en pelotas en mitad de la clase era una humillación.

- Venga Carlos, que no te dé vergüenza, si os ducháis juntos después de la clase de gimnasia

Era cierto, y aunque no era el argumento definitivo, sirvió para convencerme. Me puse rojo pero me bajé el pantalón y el bóxer delante de todos.

- Muy bien. Como podéis ver Carlos tiene algo de vello púbico. Sus testículos son grandes, al igual que su pene. Dentro de los testículos se produce el semen. ¿Alguno de vosotros eyacula con frecuencia?

Salvo un par, incluido yo, todos levantaron la mano.

- ¿De verdad que tú no eyaculas? Debes de ser unos de los pocos de la clase que todavía no lo hace. Bueno, ya veremos luego… También habréis notado que ahora que sois más adultos os excitáis con más facilidad, y con el más leve estímulo tenéis una erección. Es algo de lo más normal. Vale, ya que tenemos a Carlos desnudo vamos a analizar cómo se produce una erección.

Paula cogió una silla, la colocó en el centro de la clase y me invitó a sentarme. A continuación, y para sorpresa de todos, se quitó la parte superior, mostrando unos pechos medianos coronados por dos pezones rosados. En ese momento sentí como mi polla, posiblemente igual que las del resto de la clase, empezó a reaccionar.

- ¿Veis? Ante el estímulo de verme los pechos, el pene de Carlos comienza a excitarse. Eso se produce porque se está llenando de sangre, de forma que esté preparado ante una posible penetración. Como supongo que ya sabréis, hay otras formas de estimularlo.

Su mano derecha se posó de repente en mi polla, provocándome un escalofrío. La izquierda me sostuvo los testículos; al mismo tiempo escuchaba como un murmullo rompía el silencio del aula.

- Supongo que a muchos ya no hará falta que os lo explique, pues a vuestra edad seguro que la mayoría os masturbáis regularmente. Para los que no lo hagan, la forma más habitual de hacerlo es deslizando esta pielecita que se llama prepucio de arriba abajo, de forma es estimuléis el glande. Es tan sencillo como lo que estoy haciendo yo.

En ese momento me encontraba en la gloria, Paula me estaba cascando una paja en toda regla. Ya me daba igual que todos mis compañeros estuviesen mirando, merecía la pena estar pasando tanta vergüenza.

- Bueno, pues aprovechando que Carlos ya está completamente excitado, vamos a pasar a la segunda lección de hoy, los anticonceptivos. El más habitual es el preservativo, que consiste en una fundita de látex que se coloca sobre el pene para impedir que el semen se deposite dentro de la vagina. Es muy sencillo de colocar, pero tenéis que tener cuidado con la burbuja, si se queda aire es muy probable que se rompa y no sirva de nada. ¿Te atreves a colocártelo tú sólo, Carlos?
- Lo puedo intentar- cogí el preservativo y desenrollé el plástico sobre mi polla, procurando pellizcar la parte superior para que no entrara aire
- Eso es perfecto, ¿veis? Ahora si eyacula todo se queda aquí dentro y no hay riesgo ni de embarazo ni de contagio de enfermedades. Cambiemos de tema otra vez. Hasta ahora no habéis visto nada que no conocierais…
- ¡Sí, tus tetas!- dijo alguien desde el fondo, provocando las risas de toda la clase.
- Bueno, sí, aparte de eso. Y a eso iba precisamente, voy a mostraros el aparato reproductor femenino, la vagina.

La clase se quedó de nuevo callada, expectante. Paula se empezó a bajar el pantalón y dejó ver un tanga negro, el cual se bajó a continuación. Llevaba el coño parcialmente rasurado, como en las películas. Se acostó en las colchonetas, toda la clase la rodeamos y, abriéndose de piernas, continuó con su explicación.

- Pues esto es una vagina, como ya habréis supuesto. La parte externa consta de los labios mayores y menores y el clítoris, que es este bultito de aquí arriba. Cuando una mujer está excitada aumenta de tamaño, como vuestro pene, aunque no tanto, claro. Las mujeres también segregamos un lubricante natural para que la penetración sea más sencilla.

No quería hacerme demasiadas ilusiones, pero todo apuntaba en la misma dirección. Paula hablaba de la penetración mientras que a cuatro patas se acercaba cada vez más a mí, y cuando llegó me cogió de la mano y me tumbo en las colchonetas. Su mano se volvió a posar sobre mi polla, masturbándome suavemente de nuevo. Íbamos a hacerlo para demostrarle a toda la clase como se hacía. Aquello no podía ser cierto.

Así fue, se subió encima de mí mientras el resto de los compañeros se preguntaban porqué demonios no habrían levantado la mano cuando pidió voluntarios. Con un movimiento suave introdujo mi polla en su coño. La sensación era similar a la de una masturbación, pero mucho más intensa.

- Ahora todo consiste en moverse hacia arriba y hacia abajo al ritmo que queráis, igual que con lo profundo que queráis meterla. Como yo también estoy muy excitada, estoy generando flujo que permite que vayamos más deprisa. ¿Qué tal vas, Carlos?
- Bien…- respondí de forma casi inaudible.
- Pues relájate y déjame hacer a mí. También es habitual que el chico esté arriba y marque el ritmo, pero esta vez lo haré yo para hacerlo más sencillo.

No iba a aguantar mucho más la velocidad a la que iba Paula, de seguir así tendría un orgasmo en poco tiempo. El resto de la clase no apartaba la vista de nosotros, e incluso alguno de los que estaban sentados se empezaron a masturbar cubriéndose con el pupitre mientras nos observaba.

- Sí, sí, no os cortéis. Es algo natural. Joder Carlos, que bien lo haces- dijo entre gemidos – creo que voy a tener un orgasmo…

A estas alturas toda la clase tenía la polla en la mano y se estaba masturbando mientras miraban como estábamos follando. Paula aceleró el ritmo, y empezó a gemir sin ningún pudor, como las actrices de las películas porno. Esto me excitó aún más y ya estaba a punto de correrme.

- Esto ha sido un orgasmo – explicó en cuanto recuperó el aliento – las mujeres no eyaculamos, pero también nos corremos. A vuestro compañero no creo que le quede mucho para acabar…
- No…
- Bien, pues cuando lo hagas avisa, así tus compañeros pueden ver como lo haces.

Y una leche. Comencé a notar los primeros espasmos previos, pero si decía algo muy posiblemente ella parara para poder demostrar cómo era un orgasmo masculino. Me iba a correr y punto.

Por fin eyaculé, llenando todo el condón de semen. El orgasmo era mucho más intenso, y por primera vez sentí que era completo, estaba aliviando toda la excitación descargando dentro de Paula.

Ella seguía sin parar, prolongando mi orgasmo durante varios segundos. Sentía como algún chorro aún salía de mi polla y como un líquido caliente humedecía mi pene.

- Carlos, ¿has eyaculado?
- Sí
- Te dije que me avisases para mostrárselo a tus compañeros. Bueno, no importa.

Paula se levantó, quitándose la polla de la vagina lentamente. Me dio la mano y me ayudó a levantarme, luego me besó. No podía creerme lo que acababa de pasar, pero esto aún no había terminado. Paula se arrodilló, y muy despacio me fue sacando el preservativo. Una vez que me lo quitó lo sujetó con una mano, mientras que con la otra me cogió el pene y se la acercó a la boca, me dio un par de besos en él y luego se metió la polla en la boca, succionando los restos de semen que pudiesen quedar. Después de esto se dirigió a la clase.

- Bueno, pues aquí está el semen de Carlos – dijo, levantando el preservativo para que todo el mundo lo pudiese ver – menuda cantidad, sí que estabas lleno ¿eh? – me dijo, guiñándome un ojo.

Acto seguido se acercó el condón y vertió todo el líquido en la boca, lanzó el preservativo al suelo y enseñó a la clase el semen, moviéndolo con la lengua, para después tragarse hasta la última gota.

- Que rico – dijo, relamiéndose – bueno, pues esto ha sido la demostración de cómo se realiza la cópula. Como hay más chicos vírgenes en esta clase puede que alguno quiera probar también.

Paula se acercó gateando a un compañero de los que aún no había mantenido relaciones y que se estaba masturbando sentado.

- Hola, ¿te apetece probar? – le dijo, cogiéndole la polla y haciendo que el chico se levantase.

Paula empezó a hacerle una mamada, mientras el resto de la clase se seguía masturbando. Yo, por mi parte, me senté un rato para descansar y ver el espectáculo. Paula paró un momento de chupar para dirigirse de nuevo a la clase.

- A ver, los que sean vírgenes, quitaos la ropa y acercaros, hay para todos.

Todos los chicos se empezaron a desnudar y se acercaron a la chica, rodeándola, de forma que ella les iba chupando la polla por turnos.

- Carlos, ¿puedes traerme los preservativos que están encima de la mesa?

Me levanté, se los acerqué y se los fue poniendo uno a uno, mientras les seguía mamando la polla. No podía creer lo que iba a pasar, Paula iba a hacer una desvirgación grupal.

- Como no tenemos mucho tiempo vamos a tener que abreviar un poco esto – dijo, cogiendo a uno de los chicos y tumbándolo en la colchoneta.

Paula se introdujo la polla del chico y empezó a mover las caderas. Los otros chicos se acercaron y, mientras se follaba al que estaba tumbado, continuó haciendo mamadas. Yo ya estaba otra vez excitado, así que me acerqué al grupo, pensé que como ya lo había hecho me iba a decir que no, pero todo lo contrario.

- Caramba Carlos, ¿ya estás listo para seguir? – dijo, cogiéndome la polla y metiéndosela en la boca – a ver, uno de vosotros, que se ponga de espaldas e introduzca el pene en mi ano.

Uno de ellos se acercó y empezó a bombear, de forma que Paula estaba siendo doblemente penetrada. A cada rato daba el cambio, y los chicos que la estaban penetrando se rotaban con los que estaba haciendo las mamadas. Estuvimos mucho tiempo así, ya que nos daba tiempo de descansar y así manteníamos la erección.

- Por favor, tratad de no eyacular hasta que yo lo diga – dijo entre gemidos.

Paula empezó a gritar debido a los orgasmos que le estábamos causando y nosotros estábamos a punto de corrernos debido a todo el tiempo que llevábamos, así que se lo dijimos.

- Muy bien- dijo, quitándose una polla de la boca- poneos en fila.

Nos colocamos, yo me puse al final y ella empezó a chupar de nuevo. El primer chico de la fila no tardó en correrse, Paula le quitó el preservativo y dirigió su polla a la boca, de forma que se perdiese el menos líquido posible. Después de eyacular el compañero abandonó la fila y se puso a un lado, para seguir mirando.

- Los siguientes a ver si podéis apuntar el chorro de semen a mi boca, de forma que no se pierda nada.

Fueron eyaculando en su boca uno por uno hasta que llegó mi turno. Me acerqué y vi que aún tenía el esperma del chico anterior en la boca, estaba jugando con él con la lengua. Se lo tragó, igual que hizo con el resto. A pesar de que la mayoría del líquido fue a parar a su estómago, una parte se derramó por su cara y pelo, incluso le caían algunas gotas que iban a parar a sus pechos.

- Bueno Carlos, a ver cuánto consigues sacar esta vez- me dijo mientras se introducía mi pene de nuevo en su boca.

Estaba tan excitado, que no tardé demasiado en correrme. Esta vez fui yo el que se sacó el preservativo y dirigí la punta de mi polla a su boca, descargando unos fuertes chorros en su interior. Paula se lo tragó todo, y dándome una palmadita en la nalga, se levantó.

- Creo que ya podemos dar por concluida esta clase de educación sexual. Habéis aprendido lo básico – dijo, sonriendo y guiñándonos un ojo - Esperad aquí, voy a ir un momento a ver cómo le va a mi compañero.

En ese momento me di cuenta que igual en la clase de las chicas había pasado algo parecido. Pensar en esto hizo que me excitase de nuevo. Paula se dirigió a la puerta, aún desnuda, la abrió y salió.

Ya era bastante de noche cuando terminamos, cogí el móvil y vi que marcaba las 22:45. Probablemente en el instituto solo quedábamos nosotros, de forma que nadie podía haber visto salir a una chica desnuda y cubierta de semen de nuestra clase. Como nos había dicho, esperamos allí a que volviese.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:48) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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