Categorias

Relatos Eróticos

Ultimas fotos

Photo
Enviada por narrador

Photo
Enviada por ELCASUAL

Photo
Enviada por rodolfosalinas


 

Con Hugo, mi amigo, me volví su amante y su zorra

bareta Relato enviado por : bareta el 17/02/2013. Lecturas: 6390

etiquetas relato Con Hugo, mi amigo, me volví su amante y su zorra   Infidelidades .
Descargar en pdf Descarga el relato en pdf
Resumen
Quise corroborar mi calidad y capacidad femenina, tras el descubrimiento de las preferencias homosexuales de mi esposo, lo demostré con nuestro mejor amigo, que me convirtió en una verdadera zorra.


Relato
Mi nombre es Silvia, mis medidas corporales, 88-60-90 y 1.85 mts. de estatura, tez y cabellera claras, cuando tenía 20 años, en el trabajo conocí a César y a Hugo, dos inseparables amigos, tras un corto noviazgo, me casé a los 21 años con César, pero nos seguíamos llevándonos de maravilla con Hugo. Mis relaciones sexuales, fueron esporádicas y siempre protegiéndonos de un embarazo, después de un año de matrimonio, hace 6 meses, César, me sorprendió al revelarme que era homosexual, por lo que se iría a vivir con otro hombre, desconcertada y estupefacta, le pregunté:
-¿Con Hugo?
-¡No!, cuando le dije a él, también lo sorprendí y decepcioné, por lo que no hemos tenido comunicación.
César se fue de casa, los trámites de divorcio están en curso, pero los sentimientos encontrados, de desilusión, culpa, aceptación, reproche, despecho, etc., me habían hecho perder la cabeza, tanto que me entró la duda de mi valía como mujer, con lo que ansiaba demostrarme que yo no era la causante de la actitud de mi marido.
Dos semanas después de la partida de César, Hugo se presentó en casa, para verificar mi estado de ánimo y tratar de sobre llevar las cosas, por lo que me preguntó:
-¿Ya estás más tranquila?
-¡Sí!, poco a poco lo voy asimilando.
-Es algo que no le podemos cambiar a César.
-No, pero siento que ambos fallamos.
-Y tú ¿Por qué?
-No sé, creo que no fui la esposa que esperaba.
-No dudes eso, la situación de César, según me dijo, es desde hace muchos años.
-¿Tú lo sabías?
-¡No!, lo supo ocultar muy bien.
-Lo que me comentó, es que pocas veces tú y él, tenían relaciones.
-¡Pues sí!, pero pensé que era por el estrés, el trabajo, o por nuestra economía.
-¿Y cómo te sientes?
-La verdad, hasta que no me demuestre yo misma, que funciono como cualquier mujer, quedaré tranquila.
Estábamos sentados en la sala, uno junto al otro, tiernamente me pasó un brazo por la espalda y la otra mano, la puso sobre mi pierna (lo poco que mi falda dejaba ver), diciendo:
-No pienses tonterías, el tiempo te demostrará que tú no tienes culpa de nada.
-Pero… la verdad, es que necesito saber que sirvo como mujer.
Sonriendo y relajando el ambiente, bromeó:
-¡Lástima que ya estoy casado!, si no, era el primero en apuntarme y ni modo, César te llegó primero.
-¿No me digas que querías conmigo?
-Por tu forma de ser y con el cuerpo que tienes, cualquiera quiere contigo.
Viendo incrementar el bulto entre sus piernas, sus caricias, mi larga abstinencia sexual y mis locas ideas de coger, me comencé a calentar, puse mi cabeza en su hombro, cuando le iba a dar un beso en la mejilla, él volteó a verme y las bocas se rozaron, por unos segundos, nos quedamos quietos, nuestras miradas se cruzaron y una leve contracción vaginal, me hizo tomarlo por la nuca y abrir mi boca, notando mis ansias y mi disposición, preguntó:
-¿Segura?
-¡Siiiiiiii!, contesté trémulamente.
Mientras nuestras lenguas se entrelazaban, al sentir que su mano se deslizaba bajo mi falda, abrí las piernas, dejando que me agarrara cómodamente el coño, que de inmediato empezó a humedecerse, tras mí leve -Ahhhhhhhh-, inquirió:
-¿Quieres coger?
-¡Siiiiiiii!, llévame a la cama.
En el trayecto, quedaron regados los zapatos, su camisa, calcetines, mi blusa, falda y sostén, al llegar al cuarto, me senté en la cama, le desabroché cinturón y pantalones, dejándolos resbalar hacia abajo, que con ágiles movimientos de sus pies, se deshizo de ellos, frente a mí, tenía una verga exquisitamente parada, larga, gorda y con venas bien definidas, con unas suculentas bolas colgando entre una espesa maraña de pelos, en nada parecido a la de César, de inmediato la llevé a mi boca, mis labios probaron la dureza del recio trozo de carne, mientras acariciaba sus pelotas, el delgado puente de mi diminuta tanga, ya estaba completamente empapado, tras unos minutos de estar disfrutando su rica verga, me recostó en la cama, se hincó entre mis piernas separadas y haciendo que mi calzón se enterrara entre mis nalgas, con un leve –Shhhhhhh-, al jalarlo un poco por adelante, descubrió mi anhelante panocha, de cortos y bien delineados vellos, la besó y chupó, mordiendo sutilmente hasta endurecer mi clítoris, entre mis dulces lamentos de -Ahhhh-, -Ummm-, -Ohhhh-, ya estaba deseosa de recibir el delicioso pito entre mis piernas, se levantó y me acomodó a lo largo de la cama, mientras me endurecía los pezones con besos y chupadas, patinó mi tanga por mis piernas hasta quitarla, posó su cuerpo sobre el mío, con su mano entre nuestros vientres, direccionó su verga a la entrada de mi enardecido y dilatado agujero, sentí un leve y delicioso pinchazo, pero no pasó, mis brazos y piernas rodearon su cuerpo, fue inconsciente, nunca lo había hecho, con el siguiente empujón, entró la fabulosa cabeza, con mi sutil -Uhhhhhhhh-, jugando con la punta de su tranca en la puerta de mi hoyito, frenéticamente lo besaba, poco a poco, empezó a hundirlo, con movimientos de mete y saca, sentía deliciosos sus tallones, pero no estaba todo adentro, cuando notó que mi conducto ya estaba amoldado a su tamaño, con una potente embestida, lo clavó hasta el fondo, sus bolas pegaron en mi trasero, nuestros vellos se entrecruzaron y me sacó un –Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu-, mis piernas volvieron a la cama, mis manos arrugaban la colcha, mi abierta boca exhalando –Mmm-, -Mmm-, -Mmm-, con cada ataque, mi cuerpo se estremecía y arqueaba, al sentir la recia y sabrosa cogida, que me estaba dando, sin soportar más el placer, con un largo y plácido -Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh-, tuve un fabuloso orgasmo, siguió friccionando en mi interior, agarrando y sobando mis senos, besando mis orejas y mi cuello, hasta provocarme otra deliciosa corrida, que gimiendo de dicha, solté un –Ayyyyyy, papaaaaaaaaaaaaaaaaá-, cosa también inaudita (ya que siempre tuve orgasmos silenciosos), esperó a que regulara mi respiración, con toda su garrote enterrado, preguntó:
-¿Te lo has comido por atrás?
-¡No!, ¡Nunca!, respondí, sin saber si fue de temor o ganas.
-¿Mi putita lo quiere sentir por el culo?
-¿Me va a doler?
-Un poquito, al principio
-¡Mételo!
Se zafó, me dio media vuelta, levantó mis trasero, dejándome arrodillada pero con la cara en la cama, se acomodó tras de mí, chupeteó, beso y ensalivó mi culo, separó mis nalgas, metió la punta de su dedo, para abocardarlo y provocarme un agradable placer, viendo que sin quejas soportaba su dedo, apuntaló su verga en mi orificio, con tenues pero firmes empujones, entre mis -Hayy-, -Hayy-, -Hayy-, -Hayy-, lo fue introduciendo, hasta mis labios llegaron un par de mis saladas lágrimas, pero paulatinamente, el malestar fue cediendo, cuando sus bolas rozaban mi coño, señas de que ya me había comido todo el tronco, lentos movimientos de su parte, frotaban mi intimidad, con placer y lujuria, empecé a mover las caderas, sus embestidas se hicieron más ríspidas, más fuertes, mismas que me hicieron caer tendida en la cama y casi hago que se saliera, con la insólita cogida, tuve otro rico orgasmo, que mi coño sin dejar de emanar mis líquidos, mojara la colcha.
Sacó su pito de mi culo, de nuevo me puso boca arriba, metió un cojín bajo mis nalgas y dijo:
-Quiero que mi putita, se lo coma otra vez por el coñito.
-¡Siiiiiiii!, ¡Sí papá!, ¡Cógete a tu putita!, ¡Dale tu verga!, contesté enloquecida.
Ya con todo el pedazo de carne adentro, que engullí vehementemente, y junto con un –Ummmmmmmmmmmmmmm-, por otro suculento orgasmo, con mis ojos cerrados por la dicha, escuché:
-Mi putita quiere la leche ¿Adentro o afuera?
-¡Adentro!, ¡Échala adentro!, respondí gimiendo.
Se estremeció, me apretó de las caderas y sentí la grata sensación, cuando el torrente de cálido y ardiente néctar con exuberantes chorros, inundaba mi hinchado y afanoso coño.
Agitado y sudoroso, se dejó caer de espaldas sobre la cama, la verga empezaba a declinar, totalmente embadurnada con la mezcla imprecisa de nuestros jugos, los cuales, mi boca rápidamente limpió.
Nos quedamos un rato restableciendo la agitación y la conmoción de la cogida, mirando al techo y expresando sus pensamientos, dijo:
-¿Convencida de que a ti te gusta coger?
-¡Sí, amor!, contesté acariciando su flácido pito.
-No sabe César, la rica putita que tenía y que ha perdido.
-Él nunca me cogió así, ni sentí que me echara sus mocos adentro.
-¿Nunca?
-No, usaba condón y no sé si se vaciaba, y mis orgasmos eran muy ligeros.
-Pero… ¿Ya descubriste lo putita que eres?
-¡Si, papá!, ¿Te gustó?
-¡Con ese coño y ese culo!, espero que no sea la única vez que te lo meto.
-¡No cariño!, desde ahora soy tu putita, haré lo que sea, pero quiero que tú me sigas cogiendo por todos lados.
-¿Lo que sea?
-¡Sí!, ¿Lo que tú quieras!
-¡Todo lo que diga!
-¡Siiiiiiiiiiiii!, mientras me sigas dando verga, haré lo que desees y mandes.
Han pasado cinco meses, Hugo me hizo entender que como casado, no soportaría responder en su casa y cogerme a mí muy seguido, por lo que en ocasiones, me visita con algún amigo y mientras observa, mis agujeros disfrutan el placer de estar cogiendo con otras vergas.
Ya no me importa la decisión y preferencias de César, estoy satisfecha y complacida con lo puta que mi amante y amigo me ha convertido, aunque la que más me gusta, es la verga de Hugo, disfruto y gozo las que él me trae para que me las coma gustosamente, sabiendo que soy todo una mujer y una sublime putita.

Otros relatos eroticos Infidelidades

mi compadre me dejo embarazada

Categoria: Infidelidades
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 501814 veces

todo por mi hijo

Categoria: Infidelidades
Una madre es capaz de todo por sus hijos, aunque eso conlleve serle infiel a su marido.
Relato erótico enviado por Anonymous el 12 de July de 2009 a las 22:03:27 - Relato porno leído 430285 veces

como me cogi a mi suegra 6

Categoria: Infidelidades
Después de cogermela en secreto, mi mujer me propuso a mi suegra:
Relato erótico enviado por Investigador el 14 de February de 2006 a las 09:24:31 - Relato porno leído 305999 veces
Me coji a Sol la mujer de mi primo, ella tiene 33 años y yo 22, por fin hice realidad mi sueño de follarla en mi propia casa.
Relato erótico enviado por Anonymous el 20 de September de 2012 a las 00:19:51 - Relato porno leído 294305 veces

putas casadas

Categoria: Infidelidades
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 291645 veces
Si te ha gustado Con Hugo, mi amigo, me volví su amante y su zorra vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Con Hugo, mi amigo, me volví su amante y su zorra. bareta te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:18) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


Registrate y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Con Hugo, mi amigo, me volví su amante y su zorra.
Vota el relato el relato "Con Hugo, mi amigo, me volví su amante y su zorra" o agrégalo a tus favoritos
Votos del Relato

Puntuación Promedio: 3
votos: 1

No puedes votar porque no estás registrado