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Con una escort familiar ( CON fotos)

Arandi Relato enviado por : Arandi el 01/04/2015. Lecturas: 10991

etiquetas relato Con una escort familiar ( CON fotos)   Amor filial .
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Resumen
Tras citarme con una sexoservidora en un hotel me llevé tremenda sorpresa.


Relato
¿Quién era el más sorprendido de los dos? No lo sé. Afortunadamente supe sobrellevar el impacto de verla ahí parada, frente a mí, tras abrir la puerta de esa habitación de hotel. En vez de asustarme y preguntarle algo como: “Y tú, ¿qué haces aquí?” o cerrarle la puerta automáticamente, la invité a pasar.

Ella tampoco se dejó llevar por el pánico y la sorpresa así que accedió a pasar.

Llevaba un vestido negro muy entallado que, dado su estatura y complexión, la hacía ver muy delgada y a la vez deseable. Tal prenda delineaba muy bien su cintura escueta y sus pechos que a pesar de no ser demasiado turgentes se veían antojables. Además acentuaba sus bonitas nalgas y marcadas caderas soberbiamente. Su maquillaje la hacían ver un tanto mayor de la edad que yo sabía que tenía.
Nos quedamos mirando fijamente el uno al otro por un momento que pareció más largo de lo que en realidad fue. Era evidente que con aquella expresión amenazante en su mirada me quería decir algo como: “Si les dices algo a mis papás yo les cuento que fuiste tú quien me buscó para esto”. Así que, sin reprocharle nada y actuando como si no la conociera, procedí como convencionalmente haría con cualquier otra sexoservidora.

—Allí está tu dinero —le dije señalándole los billetes que estaban sobre la mesita, debajo del cenicero.

Ella dudó unos segundos no sabiendo cómo responder pero al ver tal cantidad de dinero (le estaba pagando por tres horas) lo tomó sin chistar.

—Van a ser tres horas, ¿está bien? —le dije, en tono neutro.

Se quedó un tanto pasmada al ver que iba en serio pero al final asintió y comenzó a desnudarse, aunque con cierto nerviosismo. Noté que su cara se veía desencajada.

El marcado silencio se hizo aún más palpable mientras ambos nos quitábamos la ropa dándonos la espalda, aunque sentados en la misma cama. Aquella chica que no rebasaba los diecisiete años aún era menor de edad y ya se dedicaba a eso desde al menos un año. Y lo sé pues desde ese tiempo la vi publicada en la página de escorts de donde tomé sus datos. No sabía cómo había podido entrar al hotel pues en recepción le debieron pedir su identificación al verla tan joven. Supongo que tendría una falsa.

Desde que vi sus fotos me entraron ganas de contratarla, se veía bien jovencita y sabrosa. La verdad siempre me han gustado las chavitas y hacía años que no podía dar con una verdadera jovencita. Hace tiempo me pude coger a una de quince, pero de eso ya tiene un buen (una chavita que parecía de secundaria, bien menudita aunque con unas tetas bien lindas y una piel muy tersa; su cuerpo delicado no soportaba todas las posiciones, y tampoco resistía por mucho tiempo las duras penetradas, pero sus quejidos y gemidos compensaban e incluso me dejaron con ganas de más, lamentablemente ya no la volví a encontrar; supongo que algún güey la sacó de trabajar, jejeje).

Pero por supuesto que esta vez contraté sin saber que en realidad se trataba de mi sobrina. Lo que me estaba poniendo cachondo.

La chica me había hecho agua la boca sólo con sus fotos que no enseñaban su rostro (la mostraban: delgada; pequeña; bien proporcionada, con pechos pequeños pero naturales y de nalgas redonditas y respingadas). Además me dejé llevar por los buenos comentarios que muchos clientes habían dejado y que relataban su experiencia. Según sus palabras, la chica lo entregaba todo en la cama; parecía que, además de hacer esto por dinero, lo hacía también por el gusto de coger en sí. Vamos, se veía que le encantaba fornicar.

En fin, tardé en poder concretar la cita pero cuando lo hice le pedí que me hiciera espacio en su
apretada agenda y fue así como nos vimos en ese hotel.

Terminé de quitarme mis calcetines quedando sólo en calzón y me levante de la cama para voltear y mirar a mi sobrina quien ya sólo vestía brassier, pantaletas y medias negras con ligueros.
La mirada de la que llamaré “Tamara” (para proteger su identidad) no perdió su actitud amenazante (pese a que ahora se encontraba casi totalmente desnuda) como esperando que al verla así yo me rindiera y le pidiera que parara. Yo, sin embargo, no dije nada y esperé a que cayera la última de sus prendas.

Tamara se desabrochó el sostén y se deshizo de él tras de lo cual también se quitó las pantaletas quedando únicamente en ligueros y medias. Por primera vez vi a mi sobrina (ya crecidita) desnuda; y estaba de no mamesss...

Debo decir que lo que también me animó a seguir adelante (pese a las posibles consecuencias y complicaciones) fue que hacía unos meses había visto a su hermana menor coger con un chico y la verdad que se me antojó. La chicuela no está nada mal, igual que su hermana, y pese a su corta edad su desenvolvimiento sexual me maravilló. Pero bueno, eso (si se puede) lo contaré después.
Lo que sí aprovecho a confesar es que el encanto de estas niñas les viene de herencia pues su mamá, si bien no guarda su misma complexión ahora (es decir es más bien del tipo gordibuena), sí que es bien sexosa (es lo único bueno que ha hecho mi hermano, parchárse a esta condenada y dejarla embarazada a los 17 años, jeje).

Hace días, yo ya estaba ansioso pero no tenía lo suficiente para contratar tres horas como había planeado así que decidí citarme con mi cuñada (ex-cuñada en realidad, ya hace años que se divorció de mi hermano, y la verdad qué bueno). Bueno pues le pedí que nos viéramos en el Vips habitual y confiaba en disfrutar de sus apasionadas carnes (que no sería la primera vez que me brindara pues lo hacía desde hacía tiempo). Como siempre, nos vimos en un restaurante cercano a su trabajo.
Durante el almuerzo se desahogo conmigo. Y si bien yo quería que se desahogara pero de otra forma (sexualmente) tuve la atención de escucharla. Ya me había imaginado que tendría que servirle de paño de lágrimas pues aquello, posteriormente, me lo sabría bien recompensar en la cama.
Me platicó de sus hijas que cada vez están más rebeldes. La menor no deja de faltar a la secundaria para irse a conciertos con sus amigos, y la mayor había abandonado (ya de plano) la prepa con la idea de que se convertiría en actriz o modelo, sólo por su bella figura.

Era obvio que al haber sido educadas por mi hermano, un total desobligado, salieran así, pero yo no podía decirle eso a Adriana, tenía que darle ánimos y eso hice.

En fin, después del almuerzo nos fuimos a un hotel cercano (igualmente, era el habitual) y allí sí que desahogamos nuestros cuerpos. A ella, aunque se volvió a juntar con otro tipo, parece que no la satisfacen en casa y yo... bueno pues ya tenía ganas de saciar mis deseos y liberar la tensión como ya he dicho y la ex-cuñadita es buena para eso.

No bien entramos al cuarto, yo la agarré de sus rollizas nalgas a dos manos. Sobre aquel pants que vestía, masajee y estrujé sus carnes que se desbordaban de mis palmas. Así, aún con la ropa puesta, nos besamos y acariciamos por largo rato. Dado que ella era jefa en su trabajo, podía llegar a la hora que quisiera, por lo que teníamos tiempo de sobra, así que me dispuse a disfrutar de aquella candente hembra.

Poco después, ella se dirigió a mi entrepierna y bajó el cierre de mi cremallera, hizo a un lado mi calzón y sacó mi tieso miembro para introducirlo en su cálida boca y darme una de sus expertas mamadas. Ella sí que sabía cómo hacerlo.

Mamó y mamó; succionó a diferentes ritmos y me lamió desde los testículos hasta el glande dejándome bien bañado de su saliva. Volteé hacia el espejo y fue inevitable preguntarme (como en otras ocasiones): ¿por qué el pelmazo de mi hermano dejó a una mujer como esa? Se tenía que ser muy pendejo para hacer cosa así. Y es que, además, lo hizo por una señora sobrada en carnes y pasada en años.

Días más tarde también miraba hacia un espejo, pero esa vez el reflejo que me devolvía era el mío con una jovencita de diecisiete años completamente desnuda sobre mí, y que además era mi sobrina («si lo supiera su madre»).

No podía creerlo, en tan sólo unos instantes más le enterraría el mismo miembro que ha hecho gozar a su madre antes que a ella.

Tamara se desenvolvía como si las facultades de su madre le hubiesen sido heredadas. En ese momento la tuve sentada a horcajadas sobre una de mis piernas al mismo tiempo que me brindaba un habilidoso servicio oral.

Sentirla totalmente desnuda sobre mí fue una sensación deliciosa, como nunca antes sentí. Pude percibir la frescura de sus labios vaginales encima de mi pierna mientras mi pene se bañaba dentro de su boquita.

Siendo succionado por una boca más joven pero igual de habilidosa que la de su madre, supe que aquella pericia no sólo provenía de tal legado. Sus habilidades, notablemente desenvueltas, seguro que han sido pulidas por varias sesiones practicando el sexo con clientes, pero también con amigos y novios pues, según me contó su mamá, ella se ha encontrado varios condones usados en su habitación.

Bruñendo mi pene firme pero suavemente con una mano, no dejaba de mamar mientras que con la otra acariciaba mis testículos haciéndome leves cosquillas. Sus mejillas se hundían mientras sorbía y sorbía mis fluidos preseminales, luego daba lengüetazos que rozaban mi miembro justo en la punta.
La chica parecía una excelente sexoservidora.

Mientras me seguía dando aquel oral tan intenso pensé en su madre, a quien apenas unas semanas me había cogido en aquel otro cuarto de hotel pagado con su propio dinero (). Ella ya no es una chavita como cuando la conocí siendo novia de mi hermano, sin embargo, se sabe mover rico la condenada, y con mucha pasión; además, a diferencia de una sexoservidora (como lo es su hija), con ella puedo venirme al natural sin látex de por medio (pues ya hay confianza), cosa que hice esa última vez.

Y es que tenerla en cuatro con ese par de suculentas nalgas chocándose por sí mismas en el área púbica no tiene precio, ni siquiera se compara con su retoño (a quien por cierto coloqué en la misma posición para tener justamente un punto de comparación). La mamá las tiene más de señora, más frondosas (vamos, hay carne de donde agarrar). Tamara en cambio las tiene más macizas pero menos voluminosas; lo cierto es que la chiquilla aprieta bien chingón; además la textura de su piel es muy suave al tacto.

Mientras miraba hacia el espejo tomaba plena consciencia de lo que estaba haciendo, me estaba cogiendo a la hija de mi hermano y me encantó.

Aproveché la posición de perrito para darle unas buenas nalgadas a palma abierta en honor a su madre por sacarle canas verdes. Se las di con toda la fuerza que pude, ella me miró en tono de protesta pero no se atrevió a decir nada.

La sujeté tan firmemente como pude para que no se escapara ni de uno solo de mis duros empellones. Era justo que esta chica aprendiera que ganarse el dinero así también tiene su chiste y no siempre es fácil.

Así estábamos cuando de repente aquella chiquilla me sorprendió al pedirme, mejor dicho ordenarme, que me la cogiera aún más fuerte. Tras un breve momento de admiración, aquella petición suya no hizo menos que encenderme y fue así que la tomé de las axilas cargando su peso sobre mi cuerpo, cosa que logré gracias a que ella apoyó sus pies sobre mis muslos. Así ella no tocaba el suelo, yo la seguí cargando. Pequeña nenita, es toda una ninfa sexual.

Así, cargándola, me la llevé hacia un espejo que daba del piso al techo. Allí ella misma se miraba cómo era penetrada por su tío, jijiji. Posteriormente, sin sacarle el miembro, ella puso los pies sobre el piso y se recargó sobre el espejo. Me la seguí cogiendo al mismo tiempo que nos mirábamos en el reflejo delante de nosotros.

Es cierto lo que decían en aquella página de escorts donde se anunciaba, a ella le encanta el sexo. No lo hace sólo por dinero.

Me salí de ella sólo para darle la vuelta y subirle una pierna a todo lo que daba y así poderla penetrar viéndola de frente. Ella se abrazó a mí. Parecía como si fuera la primera vez que la miraba. De verdad que es muy bella (es bueno que su rostro no tenga nada del papá pues, sino, me hubiera sentido muy mal y no hubiese podido besarla como lo hice). Es deliciosa, es lo único bueno que ha hecho mi hermano en su vida.

Ella relamió sus labios como si disfrutara del sabor de nuestras salivas. No sé si fue puro “profesionalismo” de su oficio, o si en verdad lo estaba disfrutando, lo cierto es que me gustó verla así.

De vuelta en la cama, ella me cabalgó mientras la tomaba de su cintura. Pesaba menos que una pluma. Volví a ver hacia el espejo y no podía creerlo, me estaba cogiendo a una jovencita que, además, resultaba ser de la familia, jajaja. Nunca había soñado con tal perversión, bueno sí.

El verla así, tan menuda, me daba la impresión de que la podía partir en dos y justo eso intenté. Tomándola de sus nalgas, mientras ella dejaba descansar su cuerpo sobre el mío, intensifiqué mi bombeo a más no poder.

Le di duros embistes dejándosela ir hasta el profundo fondo de su vagina que, por cierto, estaba bien apretadita... hummm... cómo aprieta.

Cuando la miré a la cara me di cuenta de que lo estaba disfrutando. Tal parecía que nació para eso.
Tomándola de patitas al hombro me la seguí cogiendo. «Felicidades, has hecho una mujercita fabulosa en la cama y disfrutable en el sexo, igual a ti» me dije mientras pensaba en mi cuñadita.
Revolcándonos en esa King Size mi sobrina me dio una de las mejores cogidas que me han dado... ufff fue hermoso, y pude guardar muestra de ello ya que, gracias a que el espejo estaba delante, sólo bastó incorporarme y tomar mi celular de la mesita cercana para fotografiar esas preciosas nalgas suyas entre las que resbalaba mi pene por en medio.

Sé que es peligroso guardar una prueba de ello pero no podía dejar pasar la oportunidad de un recuerdo así.

Al contemplarla de tal forma no pude más y me vine, deliciosamente por cierto. Mi sobrinita es sin duda una de las mejores sexoservidoras con las que tenido el gusto de estar.

Tras un breve descanso nos bañamos y, después de relajarnos un rato, continuamos con nuestro ayuntamiento. Al final ella me demostró que había encontrado su verdadera vocación (y que no era una chica sin futuro después de todo), aunque no sé si ella ya ha tomado consciencia de ello, y si su mamá algún día se enterará.

FIN



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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:55) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:30) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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