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DISFRUTANDO DE NUEVO

Relato enviado por : cogetron el 31/01/2017. Lecturas: 3165

etiquetas relato DISFRUTANDO DE NUEVO   Maduras .
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Resumen
http://www.eliterelatos.com/relatos/eroticos/ficha/recordando-la-primera-vez-6890.html En el anterior relatro expongo como como ocurrio mi inciacion en lo saxual con na bella mujer 14 años mayor que yo, de eso ya han pasado 30 años, hoy les narro lo que ocurrio en el reencuentro.


Relato
ISABEL, así se llama. La historia inicio cuando ella contaba con 28 años y yo con apenas 14, en esta ocasión nos volvemos a ver pues desde entonces ocurridos los hechos ella se había ido a vivir al norte del país a cuidar de sus padres y de su hija, se había divorciado de su esposo y la ultima ocasión en que estuvimos juntos hicimos el amor como locos, disfrutando y recordando todo lo que habíamos hecho, fuimos amantes por unos 4 años, pero al deteriorase mas y mas la relación con su esposo y mas con la familia de él y junto a ello el desgaste en la vida de sus padres la única opción fue dejarlo a él y retirarse a vivir con sus padres, cuando me lo expuso ella a mí, busco un buen momento y me dio las razones, me agradeció haber estado con ella y amablemente menciono varias cosas más.
Para ese tiempo yo ya había madurado emocionalmente pues ella había contribuido mucho a ayudarme a pensar bien las cosas y muchas más. Cuando me dijo que era inevitable su partida le agradecí haber sido mi maestra del sexo y más. Como ella vio que aunque me dolía lo que me dijo sobre irse, para romper el hielo de la ocasión me dijo: Solo recuerda que aunque lleguen otras mujeres te cases o lo que sea yo seré siempre la primera en tu vida, la primera que te lo mamo, la primera que se desnudo para ti, la primera que se puso sobre ti y le dio cobijo a tu pene, la primera que te hizo tener un verdadero orgasmo, la primera a la que estrenaste analmente, siempre seré la mujer que te hizo todo un hombre.

Los dos nos hicimos a la idea que tendríamos que dejar de vernos y no nos quedo otra más que aceptarlo, nos dolió despedirnos pero lo hicimos, sabíamos que hablarnos por teléfono o por carta haría más difícil nuestra separación así es que con dolor y todo dejamos de vernos. En todo este tiempo me entere que ella había venido a estos rumbos unas tres veces, pero por una o por otra razón no pudimos estar juntos, en una ocasión yo salía de viaje por cuestiones de trabajo cuando al llamar a casa me dijeron que ella había pasado solo para saludar y que había regresado con sus padres, en otra ocasión quizás la más lamentable coincidimos en fiesta de año nuevo y ya estábamos hablando cuando recibió una llamada avisándole que su mamá había tenido un accidente y estaba grave y buscando hablar con ella, así es que de inmediato salió de regreso a casa con sus padres.

Para esta ocasión sus padres ya han fallecido, su hija vive casada fuera del hogar de ella pero muy cerca las dos y pues yo también vivo ya con mi familia.

El reencuentro sin planes ni nada se dio en casa de una tía que era su cuñada, un convivio fue la ocasión para volver a vernos, yo llegue cuando todo ya estaba en función, los invitados habían comido y había un momento en que estaban a la espera del siguiente numero en le fiesta, no llegue directamente con mi familia, al entrar me detuve a saludar a unos conocidos y me tarde ahí, fue evidente para todos que yo había llegado, me ofrecieron una cuba y estaba tomando con los conocidos, mi esposa e hijos me vieron pero me detuve donde estaba, en eso dando unas miradas hacia el interior del jardín vi solo la silueta de alguien que llamo mi atención y de inmediato pensé en ella ISABEL, pero la perdí entre tanta gente y seguí donde estaba, concluí mi charla y fui a donde mi esposa, camine hacia ella y junto con mi esposa dándome la espalda a mí, estaba ISABEL, verla de repente de frente me dejo sin habla, yo sentí que todo se me nublo y no sabía qué hacer, que decir , pero mi esposa de inmediato dijo:
Esposa: Ya me dijeron como eras de adolescente, de flojo y de callejero
Isabel: No, yo no dije eso, más bien dije lo contrario.

Isabel se levanto de su lugar y me dio un abrazo normal y al oído me dijo: no te pongas nervioso.
por la hora que era creo que ayudo a que no percibiera mi esposa mi asombro y más cosas, me senté junto a ellas y más o menos me pusieron al tanto de lo que habían hablado, ocurre que a mi esposa le presentaron a Isabel y le dijeron que era mi esposa, las cosas se dieron y ambas había estado hablando por un buen rato, Isabel le comento que me había conocido y coas mas excluyendo el episodio en que habíamos sido amantes y que ella era quien me había estrenado en la cama, llego el momento en que los invitados empezaban a retirarse y mi esposa se ofreció a ayudar en algunas tareas y me dejo solo con Isabel.

Debo aclarar que ahora ambos éramos ya no los de antes, yo cuento con 40 años y ella con 14 más que yo, los rasgos físicos en ambos eran ya evidentes, pero para mi seguía siendo una mujer guapa, traía puesto un pantalón de mezclilla que dejaba ver aun un muy buen cuerpo, mas tomando en cuenta que ella ahora tiene mas de 50 años, traía también una blusa sencilla pero dejando ver una bonita silueta de ella, cuando nos quedamos solos pues mi esposa se había retirado esto fue lo que ocurrió.
Isabel: ¿Ya se te paso el espanto de haberme visto? Tu esposa no se dio cuenta pero se te fue el color del rostro.
Yo: No fue espanto, solo fue sorpresa, una verdadera y grata sorpresa como no había tenido en mucho tiempo, solo espero que no me digas que ya te vas de regreso lejos de aquí.
Isabel: No, aun no me voy de hecho llegue hoy y tengo que estar unos días para arreglar algunas cosas. Te vez muy bien con tu familia y todo, me da gusto verte bien, voy a ayudar en la cocina.
Yo: ¿Apenas estamos juntos y ya te vas? No tengas miedo ya sabes que no cómo.
Isabel: ¿No comes? Eso no te lo creo yo, a mí nadie me cuenta cómo eres, además no te lo quería decir pero tengo que recordarte que tienes esposa.
Yo: Mejor dime que tienes miedo, yo no te tuve miedo cuando tenías esposo, además es mejor que lo diga a que me lo calle: Quiero verte a solas.

Se quedo pensativa y titubeante dijo
Isabel: No se no te prometo nada ya veremos, adiós.
Todos se fueron retirando a sus casas y quedamos pocos.

Llego la hora de retirarme con mi familia y no sabía cómo acercarme a ella para no verme mal o levantar sospechas pues no sabía si Isabel me seguiría el juego, además los nervios y la emoción por estar cerca de ella me tenían mas que atontado, así es que al retirarme con mi esposa y despedirse ellas le dijo Isabel a mi esposa que el siguiente día haría unas visitas a unas oficinas de e gobierno y le informo varias cosas que haría, eso me sirvió para enterarme donde la podría encontrar, las cartas ya estaban echadas, lo que ella no sabía era que yo tengo conocidos en esas oficinas y por ese medio me haría el aparecido.

Toda la noche estuve entre nervioso y emocionado y al siguiente día, mi plan ya estaba en marcha, cuando Isabel llego a las oficinas que tenía que visitar yo ya estaba dentro y solo me avisaron ya llego, salí a su encuentro y le dije:

Yo: Hola que sorpresa verte aquí.
Isabel: ¿Sorpresa? No creo que sea casualidad, ¿que haces aquí?
Yo: ¿Como que que hago aquí? Creí que te daría gusto verme. La verdad vine a verte y te vengo a invitar a salir.
Isabel: Tengo muchas cosas que hacer, en estas oficinas se tardan mucho y me urge atender cosas aquí.

Lo que me decía en este momento si era verdad pero no me veía a la cara, signo para mí de que estaba nerviosa o indecisa.

Yo: No me pongas peros, si la razón son tus tramites aquí déjame decirte que conozco a muchos aquí y lo que tengas que atender yo te lo arreglo en menos de 30 minutos, ahora si no quieres verme o lo que sea, solo dímelo y como lo he hecho hasta ahora no te molestare, si en estos pasados veintitantos años no te he creado ninguna molestia no te la hare ahora, aunque créeme, hubo muchas veces que quise escaparme y correr a dónde estabas pero por respeto al lo que habíamos acordado no lo hice, y nunca te olvide, ayer que te vi supe que nunca deje de quererte y ahora que te tengo aquí te lo vuelvo a decir, no te eh olvidado, tú te aseguraste de hacerme saber que siempre serias la primera en mi vida y que solo gracias a ti me había convertido en un hombre, así es que la decisión es tuya, ¿Aceptas salir conmigo? Te lo pido como si fuésemos un par de adolescentes, como nuestra primera cita, nuestro primer romance.
Isabel: Creía que cuando nos volviéramos a ver nada volvería a ocurrir, pero anoche cuando te vi llegar, me sentí como una jovencita al ver al chico que le gusta y quise correr a tus brazos pero me contuve, y he querido contenerme pero la verdad, no puedo, anoche no pude dormir, removiste cosas que creí estaban olvidadas.
Puse un dedo en su boca para que callara y le dije:
Yo: ¿Aceptas salir conmigo?
Isabel: Vámonos.

Salimos de aquel lugar tomados de la mano, subimos al auto y manejando me dirigí a la salida de la cuidad, en menos de 10 minutos estábamos entrando a un hotel, poco fue lo que hablamos en el trayecto del viaje, pero nada dijimos de lo que íbamos a hacer, tampoco pregunte ni ella dijo nada de si entrabamos al hotel, ambos sabíamos lo que pasaría a continuación.
Pague la habitación, salimos del auto, entramos en la habitación y ahora todo cambio, más bien volvió a ser como antes, dimos rienda suelta a nuestra pasión, ambos buscamos nuestras bocas, nos abrazamos, no avanzamos, nos quedamos junto a la puerta y entre besos y abrazos pasaron no se cuanto tiempo, cuando el beso y el abrazo estaban bajando de intensidad nos vimos a los ojos, ella en estatura me llega poco arriba del hombro, cuando nos vimos me incline un poco y la levante con mis brazos en un abrazo, volvimos a besarnos y ella me rodeo con sus piernas, ya cargándola a ella la repague contra la pared y comenzó a tocarla por encima de la ropa, le bese el cuello, baje hacia su pecho, ella desabotono su blusa y levanto su brasier y pase a ocuparme de sus pechos, aquellos pechos que hace años había ya mamado, ella solo decía:
Sigue, sigue no te detengas, te deseo, hazme lo que te enseñe, trátame como lo que soy.
Yo: ¿Que eres?
Isabel: Tu mujer, la que te desea, a la que vas a metérselo, hazlo ya mi vida no hagas esperar más.

Cargándola la lleve hacia la amplia cama, seguíamos besándonos y abrazándonos, pero nos dábamos el tiempo para despojarnos de la ropa poco a poco, ella estaba ya casi desnuda de pie sobre la cama y yo estaba de pie abajo en el piso, solo le quedaba la ultima prenda que cubría aquella preciosa y añorada vagina, entonces estando yo de pie abajo de la cama me detuve un poco volviéndome a recrear con su cuerpo, y le dije que me seguía fascinando, me volvió a besar y me pidió que me apurara, la recosté en la cama y rápido me despoje de lo poco que me quedaba de ropa, teníamos mucha prisa por dar el siguiente paso, ella ya estaba acostada desnuda y yo estaba por ponerle el pene para penetrarla, cuando me detuvo y me dijo:
Me gusto cuando me dijiste hace rato que me pedias salir como si fuésemos adolescentes, como nuestra primera cita, quiero decirte que aunque ya hemos sido amantes y hemos hecho absolutamente todo, para mí este momento si es especial, como si fuese mi primera vez, quiero que sepas que desde la última vez que hicimos el amor, esta parte dónde vas a entrar, no ha recibido el miembro de ningún hombre, escúchalo bien no he vuelto a estar con ningún hombre, tenía que decirte esto para que me tengas consideración y para que sepas que solo he sido tuya y después de ti de nadie más, así es que por favor házmelo como si fuese mi primera vez.

Me contuve de iniciar la penetración y me coloque aun lado de ella en la cama, un brazo mío debajo de ella y otro mas abrazándola, ella subió una de sus piernas sobre mi cuerpo y con besos y toda la pasión empezamos lo que teníamos que hacer, me gire, la puse sobre mí y ella dijo:
Quieres que sea como la primera vez ¿Verdad? Solo que te fallo, porque la primera vez yo te lo mame, yo me desnude y como ahora me subí y me lo metí como ahorita.

Se dejo caer y todo se le fue, nuestras bocas y manos no descansaron, teníamos que hacer todo lo que sabíamos hacer, teníamos que descargar toda nuestra pasión, teníamos mas de 20 años de no estar juntos, los años habían pasado por los dos, quizás las fuerzas o algo mas ya no era lo mismo, pero el deseo la pasión y las ganas no habían mermado entre nosotros, ella subía y bajaba, yo la besaba le chupaba los pezones le masajeaba los pechos, tocaba sus caderas, sus piernas, sus nalgas, de pronto grito, grito muy fuerte y dijo:
Qué lindo que sabroso nunca lo olvide, tanto lo deseaba, necesitaba volver a sentirlo, gracias mi amor, me la debías y me la sigues debiendo, nunca te olvide y nunca te voy a olvidar.
Yo: Pues síguele que aun tengo más para ti, yo tampoco te olvide, te sigo deseando, me sigues gustando y te lo voy a seguir metiendo.

Las cosas ya no serian como antes, comprendí que los años no pasaban en vano, la energía y el vigor no eran ya los mismos, ella aun así se quedo encima de mí, con un brazo la jale hacia mí y la bese, con el otro brazo masajee sus nalgas ese delicioso trasero que tantas veces había estrujado y me dedique a bombearla y meterlo mas y mas, ella gemía y decía que hiciera yo lo que quisiera, que se lo metiera todo, que la partiera en dos, que le dolía pero que como era ella mi mujer que tenía que aguantar, que se lo metiera mas para que se volviera a acostumbrar a recibir las cogidas que ella me había enseñado a hacer.

Con la mano que tenía en su trasero separe un poco sus piernas y con tres dedos palpe el lugar donde estaba entrando yo en ella, le dije: Mi amor, estas toda batida.
Isabel: Si mi amor me tienes toda embarrada de nuestros flujos.
Puse ahora un dedo en su ano.
Yo: ¿Y por aquí tampoco ha entrado nadie?
Isabel: Nadie, nadie me volvió a tocar, mucho menos penetrarme.
Yo: ¿Y yo si te puedo penetrar?
Isabel: ¿Y que estás haciendo?
Yo: ¿Y esto va a volver a ser mío?
Isabel: No va a volver a ser tuyo, ya es tuyo, nunca dejo de serlo.

Entonces y solo entonces fue cuando me vacié dentro de ella, me estaba diciendo que la podía volver a poseer como yo quisiera.
Isabel: Me quema está muy caliente, no sabes cuánto lo extrañaba.

Seguimos con la sesión de besos y caricias, ahora ya con más calma pero con mucho placer. Ella desnuda sobre mí, le llamo la atención que estuviese no viéndola a los ojos sino mirando hacia el techo, me pregunto: ¿que ves? y volteo hacia el techo y se encontró con que yo estaba viendo el espejo que tenia la habitación en el techo, la estaba viendo desnuda de espalda, eso como que la incomodo y paso esto:

Isabel: Tápame, no me veas así...
Yo: ¿Por qué?
Isabel: Ya no estoy como antes, me da pena, antes era joven, ahora ya no.
Yo: Para mi sigues siendo una guapa bella y apetecible mujer, no me quites el placer de verte desnuda.

Lo asimilo como se lo dije, la pasión había bajado, producto de acostan que nos dimos y ya con calma se dio la charla correspondiente, me hizo un amplio interrogatorio, pero esto será digno de otro relato. Hasta la próxima

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