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El carpintero ... una nueva historia

Relato enviado por : parkko1 el 25/09/2005. Lecturas: 11390

etiquetas relato El carpintero ... una nueva historia .
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Resumen
-¿Querías verga no?... pues es toda tuya. Todo el día me estuviste provocando y ahora que la tienes en las tripas te asustas.


Relato

EL CARPINTERO...UNA NUEVA HISTORIA



¿Se cansó del trato sútil? O simplemente quería probar nuevas formas.

Esta historia va dedicada a dos personas, la una de Panamá y especialmente a ese viejito hermoso que anda por allí; las dos personas que comentaron mi primer relato.

................................

Pasaron algunos meses desde aquella vez en el taller con el carpintero. MI nuevo trabajo no me permitía verlo ya tan como antes, pero mi mente seguí dandóle vueltas a su imágen, más por que alguna vez de a rápido pude verlo y su cabeza había encanecido más lo mismo que sus bigotes, estaba un poco más gordito y la barriga no se diga, había aumentado visiblemente.

En mi trabajo decidí tomarme tres días de vacaciones, los que me correspondían desde diciembre y pensé en ir a alguna playa o al bosque, lo que mejor permitiera descanso, sin embargo y por alguna razón que no vale la pena mencionar, no se pudo. EL primer día me la pasé pintando y arreglñando mi habitación, el segundo caminé un rato y calles arriba me lo encontré.

-Que milagro Pedro.

-¡¡¡ Buenos días Don José ¡¡¡ ¿Qué se hace por acá?

-Estoy haciendo un trabajo por aquí cerca, pero me olvidé del birbiquín y voy a por él. ¿Tú que tal, qué hay de nuevo?- Me decía y preguntaba un tanto seco y sin ánimo, parecía que no le había agradado mucho el haberme encontrado y mi cabeza rápido dió vueltas pensando en que era posible que no estuvo bien lo que hicimos aquella vez o que no le había gustado...no se, pensé muchas cosas pero lo que menos quería era verme.

-Pues mire que ando de descanso hoy y mañana, si quiere le puedo ayudar como antes. Usted dice.

Se quedó pensando un momento y mirándome fijamente me dijo: -órale pues...ven, camos por el birbiquín.

Regresamos a su taller un tanto callados y sin la confianza ganada anteriormente, como eran las 9 de la mañana me sentó a desayunar con él, su mujer allí sirviendo como siempre y una de sus hijas, la más chica viendo el televisor. Un: buenos días señora, salió de mis labios y uno por parte de ella peor, parecía que sabía que le quería quitar al marido.

Desde el saludo y con la frialdad no me dí cuenta ni de la ropa ni de nada, solo su rostro que me gustó mucho más, tenía la misma edad pero se le veía cansado y un poco más avejentado...-mejor-, decía yo para mis adentros.

Como estábamos sentados lo tenía de perfil y él de frente a su esposa que no me veía por que la tapaban algunas maderas, yo me recreaba con su cuerpo, la camisa presionada por esa panza gorda, el pantalón presionado no mostraba nada...pero algo, algo me indicaba que ese día no sería en vano. Su bragueta comenzaba por abrirse, apenas un poco y cuando se levantó a tomar el refresco del pequeño refrigerador y volvió a sentarse, esta se le abrió un poco más...suspiré. Sentado ya se le veía un poco la tela blanca del calzoncillo, comencé a platicarle animado para lograr que se moviera, y para que moviera su cuerpo girándolo y a la vez sus piernas le hablaba de algo que pasaba en la televisión o preguntaba por alguna cosa colgada en la pared, y así muchas veces lo hice girar con todo y las piernas, la mayor parte solo una y al estirarse más se le iba abriendo más la bragueta hasta que casi llegó al límite, eso fué por casi una hora y me dije que ese día tendría para disfrutarlo por lo menos viendo su calzoncillo...

No duró mucho mi emoción por que al terminar se giró completamente hacía mí continuando la plática, se levantó dándo, las gracias y como yo seguía sentado casi me muero al ver que por un momento se le salió el bulto el que enseguida encontró de regeso su lugar al pararse por completo. Dió algunos pasos y me giré rápidamente para seguir contemplando discretamente ese lugar de mis sueños. SU esposa también se levantó y yo la seguí; Don José parado frente a nosotros le preguntaba que qué a su esposa hasta que cansada de hacer señas le dijo que se subiera el cierre lo que hizo rápido con una sonrisa nerviosa.

Salimos de allí y decidí que era momento de comenzar a actuar, así que por momentos y en descuidos de él me bajaba yo mismo el zipper, solo un poco por que de verdad es vergonzozo andar por la calle así; la idea era que yo solo lo afojaría para este fuera bajando poco a poco y al al llegar al destino del trabajo ya estuviera abajo, así no andaría yo mostrando nada...Sucedió así y ya dentro comenzamos a trabajar, él por su lado y yo por el mío. Como traía yo un pantalón algo flojo y viejo, además que nunca me cierro el botón de la cintura ayudó mucho a que la bragueta se abriera a su máxima capacidad, yo me hacía pendejo y lo iba a ver con cualquier excusa, el me veía y no decía nada y hasta me entretenía. En una de esas subió corriendo un niño y yo estaba a punto de cerruchar, el niño se sentó por allí de frente a mí, entró Don José a la habitación y al inclinar mi cabeza hice como que me ví la abertura, dije algo como que el pájaro ya quería volar a buscar su comidita y el niño rió, el carintero también pero no muy convencido. Una hora mas tarde me dije que no era justo y volví a la acción, esta vez bajé el cierre poquito menos pues con la actividad era seguro que estaría completamente abierto en ya...y en pocos minutos vovía a mostrarse mi boxer...

El carpintero comenzó a impacientarse y me dijo que nos íbamos, que al otro día terminaríamos ese trabajo, yo le dije que no mamara, que de una buena vez pero él insistió y me dijo que sol terminara de barnizar una ventana. Para la parte de arriba me subí en una silla y puse un pequeño bote al lado y también en la silla para subir mi pié y poder descansar mi alta de barniz. No se si me mandó allí pensando en algo pero el acomodarme así yo si lo hice pensando en algo, y él sin más entró a la habitación y se puso del otro lado de la ventana limpiando lo que ya estaba terminado y que no necesitaba limpieza, yo de vez en cuando lo miraba y lo encontraba mirando precisamente allí donde se esconde mi pito. Lo mismo tres o cuatro veces hasta que salió. Terminé y antes de cualquier cosa miré a mi braguta para ver que tanto había observado él y me encontré con que también mi boxer estaba abierto, ufffff, el cabrón me había visto los pelos y un pedazo de carne...

Nos despedimos de los dueños y ya en la calle me preguntó por mi familia, le dije que estaban bien pero que ahora no estaban, me habló de la sed que siempre tiene y le dije que llegando al taller le invitaba una cerveza.

-No Pedro, no aguanto hasta allá (solo eran como 15 cuadras jejeje), por que no vamos a tu casa rápido y allí nos la bebemos.

-Hombre ¿por qué no decirlo antes?- le dije bromeando

Mi casa esta a una sola calle de donde estábamos, así que no tardamos nada, saqué dos cervezas y dos vasos, le serví y dió un sorbo largo, lo mismo yo. Sonrió descansado y me miró.

- ¿Y desde cuando te gusta la verga Pedro?

- ¿Ah?- me quedé mudo, no me esperaba esa pregunta y menos así. -Pueeessss...suspiré

- ¿Porqué no me das una mamada?

-No mame Don José, las cosas no son tan así.

- ¿Entónces cómo?

Acercó su silla a la mía y se abrió la bragueta, tomó mi mano y la puso allí, yo no se por que temble porque no era lo que yo esperaba...o si pero no de esa manera tan fría. Pero igual comencé a frotar por sobre la tela y su pito creció, lo ví grueso allí queriendo escapar y sin dudar mucho me agaché entre sus piernas, lo saqué y me lo llevé a la boca. El suspiraba fuerte mientras yo como podía le desabrochaba su camisa, él no hizo nada y si quería una mamada yo le daría la mejor de su vida.

Me levantó y me dió un baso de labios y rápido, yo quería sentir más su bigote rodear mi cuello como aquella vez pero no, él tenía prisas o no se bien que quería, me dijo qe me desnudara y él solo se bajó el pantalón sin terminar de quitarselo, luego el calzoncillo y con la camisa abierta.

-Siéntate ordenó indicando su verga que ya palpitaba dura y más gruesa, sus guevos habían desaparecido supuse trabajando rápido el final.

-Así me va a doler, necesito distender mi ano Don José- dije un poco tenso.

Entónces se levantó y me puso de cara a la silla inclinándome, me dejé llevar pero él enseguida y sin más puso la punta de su pito gordo en mi oyo y empujó, yo al instante cerré impulsivamente mi agujero.

-Abréte si no te dule más- me dijo volviendo a empujar con un poco de más fuerza.

Supe que no tenía otra opción y tenía que participar, sus toscas manos presionaban mis nalgas enterrando un poco las cortas uñas; abrí y de un solo golpe entró toda, no fué lo largo por que no es tanto, es más bien cortita pero lo grueso me perforó más allá de mi consciencia. Grité tan fuerte que pensé su esposa me oyó a quince cuadras de distancia. Se detuvo y se giró con su tronco enterrado en mí y se sentó en la silla.

-Muévete Pedro.

-Deje que se me pase un poco el dolor.

-¿Querías verga no?...pues es toda tuya. Todo el día me estuviste provocando y ahora que la tienes en las tripas te asustas.

-No, no es eso- y como pude comence a moverme, primero hacia arriba y abajo muy lento por que de verdad me dolía su tranca, luego en círculos y después hacia atrás y a delante.

Por más que quería resistir y no emitir sonidos logré arrancarle algunos suspiros, seguimos un rato así, no se cuanto pero después me levantó y volvió a ponerme a gatas, se incó y me la volvió a enterrar de una sola vez pero ya no sentí tanto dolor, estaba comenzando a sentir placer cuando comenzó a jadear más fuerte, la sacó y me dió vuelta y me dejó allí con la cabeza recargada en la silla y mi cuerpo en el suelo, se agarró el fierro y se masturbó violentamente, su cra hacia el techo y con mueca de ansiedad y placer gritó cuando el prtimer chorró brincó a mi cara, el segundo en mi pecho y las últimas gotas en el último esfuerzo apenas y brincaron quedando sobre mi vientre....

Mientras terminaba de temblar yo levanté la cabeza y le lamí los guevos, los traté suavemente y le limpié su pito aún gordo pero madio caido ya, besé sus pelos canosos de la base de su verga mientras la mía seguía palpitando.

Se derrumbó en la otra silla y yo me recargué en su pierna derecha mientras mi mano subía y bajaba mi pellejo. Me miró y entónces fué que regresó el beso esperado, uno largo y comiéndonos las lenguas y mas allá.

-No terminaste Pedro.

-No, pero está bien.

-No no está bien, anda, sácame los pantalones bien- El se quitó la camisa y yo terminé por desvestirme mientras me sentaba en su pierna y preguntaba.

-¿Porqué de esa manera Don José? ¿Porqué no como la vez pasada?

Me abrazó y dijo:

-Discúlpame Pedro, nunca quise hacerte daño pero es que estaba tan confundido que pensé que hacerlo de esa manera me sacaría de la cabeza que aquella vez me había gustado, que me gusta, que tú me gustas. No quería aceptarlo y pensé que hacerlo un poco violento me haría pensar que solo a ti te gustan los hombre y no a mí.

Quedó callado un rato y siguió.

-No se lo que me pasó ni que me pasa pero si se que lo he disfrutado mucho, no se tú, pero tengo miedo en adelante dfe mí, de que mi esposa se entere, de que me llegue a gustar tanto que no quiera salir de aquí...NO se, de verdad no se.

-Mire Don José, si yo me atreví aquella vez a actuar fué por que también lo ví muchas veces mirándome la verga por encima del pantalón, muchas de esas veces usted se agarraba el pito y los guevos no precisamente pasa sacarse alguna comezón y muchas de esas veces a mi se me paró y usted se dió cuenta y nunca me dijo nada, al contrario, le gustaba verme más. Por eso me decidí. Solo por eso.

Mientras me abrasaba y me besaba yo seguía masturbándome ahora con su ayuda, sus dedos cortos y gruesos y su mano ruda en mi verga era una delicia, yo lo besaba mientras mi mano buscaba sus bolas gordas también. Yo estaba tan caliente que sus manos toscas y sus besos rasposos por el bigote me hicieron estallar sintiendo su verga crecer y palpitar de nuevo en mi mano.

Eran las cuatro de la tarde cuando llegamos y a su taller llegamos hasta las ocho de la noche, con la cara de su mujer desesperada pero más enojada. Oviamente llegamos cansadísimos pues eso no terminó en la silla. Nos metimos a mi habitación y allí pasamos a otras cosas que no imaginé pero que serán contadas en un tercer y último relato.

Nos dimos tiempo de beber dos tragos más mientras su esposa acomodaba sus cosas lista para salir.

Lo mismo hicimos nosotros y hubo oportunidad de un último beso cuando su espòsa salió y dió algunos pasos, él apoagó la luz antes de cerrar la cortina y allí me besó intenso. Ya en la calle se despidió no sin antes decir:

-Nos vemos mañana Pedro- dijo mientras me hacía guiño con el ojo.

.................................

Quiero pedir disculpas a las dos personas que comentaron mi relato pero por causas mayores no me fué posible revisar la página en estos meses, pero les aclaro que ya les he enviado respuesta a su correo personal y claro...una disculpa pública aquí mismo. Gracias por comentar.



Parkko

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:51) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

Giuse53 (14 de August de 2010 a las 05:49) dice: muy bueno


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