El diario secreto de Bety 04

El diario secreto de Bety 04

Día 22)

Hola diario invisible, me gusta que estés escondido y solamente yo puedo encontrarte.

Anoche me asusté mucho, papito estaba muy enojado y pensé que me iba a pegar pero no me pegó. Cuando me sentó para mirar la televisión le dije que sabía que era su peno que me molestaba al sentarme.
Me explicó que eso se llama pene, solo una tontita le llamaría peno, tanto lío por una palabra.
Pero no se enojó por eso, se enojó cuando le dije que le había contado a una amiga del colegio, al final lo convencí que traería a Priscilla para tomar la merienda y él le hablaría.
Le quise pedir que no me ponga esas medicinas en la leche pero le dije que me hacía doler la barriga tomar leche antes de dormir y no quería que me diese más.

Le pregunté si acaso no me conocía, porque le daban ganas de hacer pis al mirarme y tener el peno duro, me acordé que la palabra no era así y la dije bien. Me subió a sus piernas mientras explicaba que se le ponía así al estar cerquita mío, no por mirarme. Era la misma cosa pero le dije que comprendía todo.
Le conté que ya sabía besar porque Priscilla me había enseñado, otra vez se enojó diciendo que esa era una chica mala y belsiana. No sé qué demonios es besliana pero asentía con la cabeza como si entendiese todo.
Él quiso probar si había aprendido a besar pero mirando sus bigotes sabía que me haría cosquillas en la nariz y le dije que otro día haríamos la prueba.

Hoy pasó algo raro en el colegio, faltó la maestra y tuvimos toda la hora libre para jugar. Me puse a buscar al maestro de mates, le llamaba señor y nadie sabía que le había puesto "abuelito".
Le quería pedir un alfajor porque mamá no me dejó monedas para comprarme nada, estaba sentado en el patio y se puso muy contento al verme. Le dije que me podía dar un beso si me regalaba un alfajor y me llevó de la mano a un cuartito donde se guardan las escobas y esas cosas para limpiar.

Tenía un escondite de donde sacó un alfajor y se sentó en un banquito, no había más banquetas y me tuve que sentar en sus piernas mientras el decía que me daría el alfajor y que no lo tocase. Si le gustaba jugar estaba bien, yo quería mi alfajor igual.
Me dio un pedacito en la boca y cuando lo tragué dijo que ahora le debería dar el beso prometido, no me acuerdo si le dije que sí pero no pude decir que sí con la boca tapada por el maestro que no me dejaba hablar.

Así me tuve que comer todo el alfajor hasta que me limpió bien la boca y no terminaba nunca, realmente me gustaba y hasta sentía como si me picase el tajito, no quería bajarme para ir al baño y me rascaba el tajito despacito para calmarme la picazón.
Cuando se dio cuenta me dio vergüenza que me vea con la mano debajo de la pollerita, pero se ofreció a calmarme la picazón diciendo que yo no sabía rascarme bien.
Me hizo apoyar el cuerpo en su pecho y me acariciaba la pierna mientras metía la mano debajo de mi ropa, por suerte no me veía la bombachita porque me daba vergüenza.

Pasó el dedo despacito por todo mi tajito diciendo que debería correr la tela para tocarme bien, apenas sentí el dedo que me tocaba la carne me bajé corriendo diciendo que me hacía pis encima, cuando llegué al baño no podía hacer pis pero todavía me picaba allí abajo, no me picaba pero se sentía raro.

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Día 23)

Hola diario, ayer cerré el diario porque venía mi mamá y no quería que leyese este diario secreto.

Ayer estaba sentada en el inodoro tratando de hacer pis y Priscilla abrió la puertita con violencia, parecía enojada mientras me quedé congelada con un dedo tocándome el tajito, me hacía sentir bien tener el dedo allí y parecía que ahora si podría hacer pipí.
Me dijo que era una tontita y que me levantase para sentarse ella, encima me quería robar el inodoro y le expliqué que no podía hacer pis pero tenía ganas igual.
No le importaban mis palabras, me subió encima de sus piernas agarrándome fuerte mientras decía que era una tontita preciosa, al menos ya no me decía tonta.
Me besaba la cara y el cuello, no podía llegar a mi boca pero sí acariciarme las piernas y subir hasta llegar al borde de la bombachita. Yo le contaba que el maestro de mates me estaba haciendo eso mismo cuando me dieron ganas de ir al baño pero sus expertos dedos ya estaban paseando sobre mi tajito.
Apenas metió un dedo debajo de la tela y me tocó en carne viva sentí como una corriente eléctrica en la espalda que se extendía a todo el cuerpo. Eso era realmente muy raro pero muy lindo, ahora Priscilla se mojaba el dedo con saliva para acariciarme despacito y le pedí que me bajase que me estaba por hacer pis, pidiéndome que no sea tontita y me quede quieta para disfrutar movía el dedo cada vez más y creo que me desmayé de lo lindo que sentía.

Apenas podía hablar pidiéndole perdón por haberme hecho pipí encima de ella, pero me mordisqueaba la oreja diciendo que no me había hecho pis, que eso era un órgano o algo así. No le entendía bien y repitió que tuve un orgasmo por eso sentía tan lindo. Dijo que mi primera vez le pertenecía y ahora sería su tontita para siempre.

Sonó el timbre del recreo y se fue pero me quedé sentada temblando un ratito hasta levantarme.
Al estar en clases la gente parecía otra, pensaba en cuántas compañeras ya sabían eso del dedo y serían mujeres completas como yo.

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Día 24)

Hola diario, hoy fue un día triste.

Priscilla no vino al colegio porque estaba enferma de algo, la extrañaba y me senté en su pupitre.
Mi compañero Josella del banco de atrás se corrió para sentarse en el mío y todo parecía un tablero de ajedrez con las movidas, me pidió que le ayudase con las tareas pero no miraba el cuaderno, se quedaba mirándome la cara sin prestar atención. Me pedía un lápiz o cosas pero creo que solamente para tocarme la mano, le estaba por preguntar si ya sabía besar pero creo que él estaba pensando en las tareas del colegio solamente.

En el recreo me escapé hasta el salón de gimnasia y estaba el Barto barriendo el piso, unas maestras estaban sentadas en las gradas comiendo algo y fui corriendo a saludarlo. Pensé que me abrazaría o algo así, pero estaba como nervioso y no me prestaba atención, le dije bajito que me gustaban sus piernas llenas de pelos y fuertes de tanta gimnasia pero se fue corriendo. No se qué le pasaba hoy, creo que ya no soy tan linda.

El día seguía siendo feo a la noche, mi papito no se sentó a mirar la tele y me fui a mi cuarto triste, estaba mirándome al espejo para ver si me había puesto fea pero el póster de Justin Bieber me sonreía. Me empezó a picar allí abajo y me acosté para ver el póster, me estaba por rascar con los ojos cerrados pero escuché que Bieber se bajaba del póster y tocándome la mano me pasaba el dedo donde picaba, le dije bajito que me podría correr la bombachita para sentir mejor y veía lucecitas de colores hasta arquear la espalda y creo que grité un poco mientras Justin cantaba mi nombre.
Quedé despatarrada en la cama y al abrir los ojos Bieber ya se había metido en el póster otra vez, pero me sonreía picaronamente sabiendo lo que habíamos hecho.

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Día 25)

Hola diario, o debería decir HI, hoy empezamos con clases de inglés y parece divertido.

La última hora era de mates y el maestro estaba muy bueno con todos, se vino hasta mi pupitre para ver si hacía bien las cuentas y me acarició un poco la cabeza, por suerte escondí un papel donde estaba dibujando corazoncitos y no llegué a escribir el nombre. Creo que me equivoqué en algunas cuentas pero no se enojó conmigo, al terminar la hora me dijo que lo esperase en la acera.
Creo que él también estaba asustado a la salida mirando para todos lados, eso me pasaba cuando me esperaban a la salida del colegio para pegarme, pero lo agarré de la mano diciendo que no tuviese miedo que yo lo defendería.

Me dijo que tenía el auto a la vuelta y se ofreció para acercarme a casa, no era lejos pero si me salvaba de caminar mejor. Parecía enojado pero apenas entramos al auto se le transformó la cara, ya no parecía malo y me acariciaba el pelo diciendo que era una nenita preciosa.
Le estaba por decir que ya había aprendido a besar pero no me dio tiempo, agarrándome la cara entre sus manos me dí cuenta que eran enormes, los dedos estaban dentro de mi pelo y me acariciaba con mucha ternura cuando me besó. Ya no tenía dudas que eso era un beso de verdad y yo sabía mover los labios para acompañar.
Quiso explicarme que el otro día no estaba por hacerme pipí encima cuando me tocaba, pero me adelanté diciendo que yo era grande y sabía todas esas cosas y ahora no saldría corriendo si me hacía eso.

Me recosté contra su cuerpo, el volante molestaba pero no pareció importarle cuando me besaba la oreja y el cuello, que lindos esos escalofríos que me hacía sentir. Cuando me acariciaba las piernas y subía la mano me dieron escalofríos más fuertes todavía y cuando el dedo llegó hasta mi tajito se me dobló la espalda de lo lindo que sentía.
Ahora lo hacía suavecito y lento, no como el otro día en el cuartito de las escobas, casi no me dí cuenta cuando pasaba la mano dentro de mi bombachita diciendo que deseaba tocarme la puchita.

Esa palabra no la conocía y me hizo recordar a mi mamá que decía que debía lavarme bien el conejito, el tema es que sabía como pasar el dedo mejor que yo misma y ya no me importaba si se me escapaba un poquito de pipí en el asiento del auto, de tantos escalofríos temblé fuerte cuando el me susurraba que me quería mucho. No tenía la preciosa voz de Justin cantándome pero no importaba, quedé desarmada en el asiento mientras el maestro conducía hasta mi casa.
Me dejó en la esquina en vez de la puerta pero tampoco importaba, ya no tenía picazón allí abajo.

Cuando entré a casa cantaba bajito y mi hermano Gus preguntó porqué estaba tan contenta, tuve que decirle que me saqué un sobresaliente en la prueba de matemáticas.

(continuará)