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El diario secreto de Bety 08

Relato enviado por : ivloguer el 30/06/2013. Lecturas: 3960

etiquetas relato El diario secreto de Bety 08   Confesiones .
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Resumen
Estaba con Priscilla en mi casa tomando la leche y observando la atención que papito le brindaba a mi compañerita del colegio.



Relato
El diario secreto de Bety 08

Día 33)

Estaba con Priscilla en mi casa tomando la leche y observando la atención que mi papito le brindaba a mi compañerita del colegio.
Él estaba parado detrás de su silla acomodándole el cabello mientras mi furia celosa crecía, creo que mi hermano se percató de mis pensamientos al llamarme silenciosamente con un movimiento de su mano.

El pasillo que da a las habitaciones estaba a oscuras y apoyado en el marco de la puerta nos miraba con una sonrisa picaresca, apenas llegar junto a él me pidió bajito que nos quedásemos observando la escena caricaturesca de nuestro padre baboseándose con una nena. Abrazándome por detrás quedamos parados mientras papito le decía algo al oído de Priscilla mientras le acomodaba los botones de la blusita para finalmente acariciarle los incipientes pechitos.

La situación que me había dado celos al principio ya se tornaba excitante, mi compañerita era toqueteada por mi padre mientras las manos de mi hermano mayor acariciaban mi pancita y pecho plano. Le recordé que yo no tenía atisbos de tetitas pero dijo que no importaba, igual le gustaba acariciarme allí y apretarme los pezoncitos.
Eso ya me gustaba más y retrocedí la cola para sentir su entrepierna, tenía un terrible bulto allí y comenzó a tartamudear cuando le dije que me picaba el tajito. Creo que el pobre imaginaba a su hermanita más inocente sin comprender que su manoseo me encendía, o tal vez lo comprendió al deslizar su mano bajo la pollerita hasta posarla sobre mi calzoncito.

No puedo decir que fuese un experto tocándome allí abajo pero el espectáculo de mi papito amasando los pechitos de Priscilla ayudaba a sentir lindo. Al fin corrió mi bombachita de costado para pasarme el dedo sobre la carne viva, quería meterme el dedo adentro de la conchita pero le recordé que era una nenita virgen y eso no se hacía con la propia hermanita.
No era muy cómodo hacer estas cosas de pié, le pedí que se sentase a la mesa para ayudarme con los deberes escolares cuando se fuese la visita para que pudiese sentir su dedo estando cómodamente sentada en su falda.
El pobre jadeaba pidiendo que moviese un poco el trasero para hacerle sentir lindo y apoyé fuerte la colita sobre su protuberancia hasta que apareció una mancha en su pantalón.

No me quedaba más remedio que volver a la mesa sintiendo acrecentarse la picazón que mi hermano no había calmado, con mucho disimulo mi papito quitó las manos de mi atormentada compañerita y pude apreciar que el pobre también tenía un gigantesco tormento marcando su pantalón.
Le comentó a Priscilla que era un aficcionado a la fotografía y ahora seríamos sus modelos privadas, tomando la cámara nos pidió que actuásemos naturalmente y disparaba el obturador agachado desde el suelo, creo que buscaba tomas de nuestras piernas y quizás debajo de las polleritas.

Me causó gracia que le agradase vernos así y lo bauticé secretamente como "Fotógrafo", su entusiasmo creció cuando nos abrazamos con Priscilla y aun más cuando nuestras bocas se buscaron, le enloquecía un show lésbico y creo que a nosotras tampoco nos desagradaba sentir las manos de la otra recorrer lugares prohibidos.
Se acostaba en el piso para obtener ángulos de nuestras bombachitas y cuando no aguantó más de vernos gozar solitas se desabrochó el pantalón procediendo a sacar el pitilín del escondite, debería ponerle otro nombre ya que pitilín era el de mi hermano, el de mi papito era gigantesco en comparación y se me abrían los ojos grandotes observando esa barra de carne.

Priscilla me decía al oído que esa bestialidad metida en la conchita la debería destruir, pero cuando seamos mayores tal vez nos creciese la chuchita para aguantar adentro algo así. No me animaba a rascarme la picazón entre las piernas delante de mi papito y Priscilla adivinando mi urgencia aportó sus sabios deditos, mucho más sabios que los de mi hermano al apoderarse de mi tajito y acariciarlo como se debe, creo que sabía tanto como Bieber de los puntos justos que me llevaron al paroxismo en el instante que un géiser de leche brotaba desde la barra carnosa de mi papito Fotógrafo.

Aprovechando la oportunidad Priscilla comentó que una impresora láser debería ser agregada a mi computadora para imprimir las fotografías recién sacadas, el Fotógrafo aún se estaba reponiendo al asentir con la cabeza mientras yo calculaba que necesitaría una mesa más grande para poner todas esas cosas.

Esa noche me dispuse a dormir feliz pidiéndole a Bieber que bajase del póster para acostarse a mi lado, cuando cerraba los ojos lograba escuchar mientras Justin se quitaba los zapatos para no hacer ruido y se acomodaba a mi espalda abrazándome cariñosamente. El encanto del ensueño se cortó al oír unos golpecitos en la puerta para seguidamente entrar mi hermano, con un dedo sobre la boca me pedía silencio mientras en puntitas de pié se acercaba a mi cama.
Le confesé que venía en mal momento asustando a Justin que se metió disimuladamente en el póster, recordaba la tibieza de su abrazo y decidí reemplazarlo por el estúpido de mi hermano, no sería Bieber pero al menos tenía brazos para rodearme.

Alzando el borde de la manta lo invité a meterse dentro de mi cama y dándole la espalda recordaba entre risitas cómo en esa posición se había ensuciado el pantalón apoyándome. Esta vez estaba en calzoncillos solamente y pude sentir sus piernas y su cosito casi en vivo contra mi cuerpo, su mano estaba llegando a meterse bajo mi bombachita cuando recordé que Priscilla me metía un dedo por la cola sin hacerme doler. Le pedí algo avergonzada que no podría meterme el dedo por la conchita pero usar el agujerito posterior sería algo más decente entre hermanos.

Entusiasmado bajó la colcha para verme bien pero me daba vergüenza que mi hermano me viese allí abajo, pidiéndole que lo haga a tientas sin ver. El bruto me estaba por ensartar el dedo seco y le recriminé que debería mojarlo con saliva o mejor alguna crema de manos, ya con el dedo embadurnado me masajeaba el anito sin animarse a meterlo adentro, al final lo tuve que animar retrocediendo una mano y agarrando su palito enhiesto. Debo confesar que mi hermano era muy suave y cariñoso al meterme la punta del dedo en el culito, me hacía sentir lindo cuando entraba lentamente, con timidez me invadía el intestino hasta que sacándolo lentamente me pidió permiso para largar su lechita allí.

Eso ya me daba algo de miedo, su cosito era algo más grande que un dedo y temí que me doliese, pero acariciándome la chuchita y hablando bajito al oído me prometió que solamente metería la puntita y que le avisase si dolía. Ya tenía algunos vellos púbicos que me hicieron cosquillas en la cola cuando se arrimó separándome las nalguitas para apuntar al negro orificio y dejó el glande apoyado sobre mi palpitante culito, el cretino no la metía y yo estaba conteniendo la respiración en espera de algo doloroso. Al final tuve que hacer fuerza hacia atrás y ensartarme yo solita, la verdad que sí dolía un poco pero al terminar de entrar el glande en mi culito ya era más placentero.
No sé como sería meterse todo hasta el fondo pero mi hermano empezó a sacudirse y soltó líquido adentro de mi tripita, no quería sacármela y nos dormitamos mientras me abrazaba y se le ponía blanda saliendo solita.

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Día 34)

Durante clases miraba al abuelito mientras daba clase de matemáticas, imaginaba su número uno metiéndose en mi número cero como había hecho mi hermano anoche y me recorría un escalofrío calculando el tamaño que tendría su numerazo.
Cuando sonó el timbre del recreo y salieron todos al patio, caminé hasta la puerta cerrándola con el pasador, no me animaba a volver hasta el escritorio del profe y me quedé atisbando por la puerta cerrada. Cuando sentí que me acariciaban el cabello desde atrás me percaté que no necesitaba ir a la montaña, la montaña vendría hacia mí.

Me dolía un poquito allí atrás al hacer caquita y tímidamente se lo conté al abuelito, claro sin decirle que anoche me habían llenado la tripita con leche filial. Diciendo que tenía una crema para calmar los dolores me hizo recostar sobre el escritorio dejando la cola en pompa, pensé que me bajaría la bombachita pero solamente la corrió de costado y respiraba agitadamente al agacharse para inspeccionar mi anito de cerca.
Me pasó cremita por el esfínter pero no se animaba a meterme el dedo en el culito, al observar que mi tajito tenía un poco de humedad se rió usando la otra mano para acariciarme la chuchita. Esta vez lo hacía mejor que el otro día, alfin estaba aprendiendo mi profesor imposible, cuando logró hacerme llegar al paroxismo se animó a meterme un poco el dedo adentro del ano, tenía el dedo tan gordo como el pitito de mi hermano o al menos así lo sentía mientras me ensartaba lentamente por detrás.
Lástima que sonó el timbre para retornar a clases, le estaba por pedir que me enseñase el palito para compararlo con el del Fotógrafo.

A la salida caminamos de la mano con Priscilla, le contaba alborozada que anoche me la habían metido por atrás y había aguantado estoicamente el palito de mi hermano entrándome por el culito. Ella decía que ya la había superado, que su tío aveces la apoyaba por detrás pero que nunca se la había metido. Detallaba que siendo chiquita la hacía dormir y apretaba su palote contra las infantiles nalguitas, aveces cuando estaba durmiéndose le corría la bombachita para pasarle el baboso garrote y lo máximo era enchastrarle la colita pero jamás metérsela por el ano.

Sus relatos me dejaron temblando y tuve que entrar a casa para decirle a Bieber que me picaba allí abajo, mis padres habían salido y no había nadie pudiendo subirme la pollerita sin inhibiciones para mostrarle a Justin el sitio que daba picazón. Parece que el universo conspiraba para que no lograse estar a solas con mi Bieber, sonó el timbre y fui a atender con cara de pocos amigos.
Creo que mi expresión cambió al ver al muchacho de la casa de computación que traía mi flamante máquina.

(continuará)

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:03) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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