El diario secreto de Bety 15

El diario secreto de Bety 15

Hola diario, te estaba contando que al estar en el parque me dieron ganas de hacer caca y por suerte el jadinero me ayudaría.

Me daba mucha vergüenza hacer caca delante de un extraño y para peor sobre un periódico, pero tenía realmente ganas y me bajé la bombachita agachándome a pujar. La situación me resultaba embarazosa y no lograba hacer salir los zoretitos que me aquejaban, para peor el gordo jardinero me miraba fijo y embelesado, no sé qué cosa le parecería interesante al ver una persona cagando.
Sonrojada le dije que hacía mucha fuerza para hacer caca pero no me salía y en tono paternal respondió que estaria constipada, no sé qué significa eso pero asentí para demostrar que era una nena grande y entendía todo.

Sugirió que debería meterme el dedo por el ano para aflojarme la caquita endurecida, me pareció una cosa asquerosa pero chupándose el dedo dijo que lo haría por caridad. Me dolió un poquito al sentir su uña entrarme por el culito, pero luego percibía que me estaba empujando la caquita y movía el dedo para romper un zoretito duro. El pobre se esforzaba por meterme el dedo profundamente dentro del potito y revolvía la caca dura.
Al final pidió que probase ahora y esta vez al hacer fuerza pude hacer caca, que alivioooo. El pobre tuvo que romper pedacitos de periódico para limpiarme la cola pero me raspaba ese papel rugoso. Dijo que no podría caminar con la colita sucia y me mancharía la bombachita, tenía razón: además mi mamita me retaría pensando que me hice encima como los bebitos.

Poniendo cara de asco dijo que lo haría con su lengua y sin respirar, debería oler feo ese lugar. Me paré pero tocándome los zapatos para que le quedase mi potito cómodo de limpiar, creo que me había enchastrado bastante al hacer caca pq me limpiaba mucho entre las nalguitas, no solamente el ano. Cuando terminó dijo que podría ponerme un líquido tibio para curarme la constipación, como se estaba abriendo el pantalón para sacarse el coso me percaté que era una mentirita para metérmela solamente, pero había sido generoso permitiéndome que use ese lugar de sanitario y además me había limpiado con su propia boca; claro que estaba en deuda con el pobre jardinero y me quedé mansita para que me la metiese por la cola.

Daba un poco de risa verle la panza gigantesca y el pito gordo pero cortito, espiaba con los ojos entrecerrados para no le diese vergüenza al pobre. Mojándose con saliva me apuntó el pene gordote entre las nalguitas que debía mantener separadas con las manos, parece que se me ocultaba el agujerito de hacer caca entremedio de las montañitas de carne. Cuando sentí la punta tibiecita me recorrió un escalofrío recordando que la tenía muy gorda, por suerte solamente me metió la puntita en el culito ya que dolía sentir eso entrándome, respiraba fuerte y con un par de bombeos ya me dió el enema de mocos.
Sentir entrando ese líquido calentito al intestino era lindo, creo que estaba aprendiendo a disfrutar que me la ensartasen por el potito.

Le estaba por pedir que me diese besitos en el conejito pero el pobre ya me había ayudado demasiado, no podría exigirle más. Solamente cerré los ojos mientras le ofrecía la boca, no sería tan descarada de besarlo primero dejándole la iniciativa, era buen besador el gordo mientras se desesperaba comiéndome la boquita.
Al despedirme le prometí que volvería con mi padre para pagarle las galletitas y el uso del sanitario, el pobre se desvivía rogando que no dijese nada a nadie, yo ya sabía eso además me hubiesen amonestado por hacer caca encima de un periódico.

Luego de jugar otro rato me llamó una chica que estaba pidiendo limosna, la pobre tenía la ropa sucia y me pidió unas monedas para comprar comida. Le dije que no tenía dinero pero podría traerle comida de mi casa, quedamos conversando y me apenó mucho al relatar que la madre la traía al parque para pedir dinero que ella luego se gastaba en bebidas.
Al final la invité a casa recordando que allí estaría solita y aburrida, al entrar a mi casa miraba los muebles y cosas como si eso fuese un palacio, recordé que su familia vivía en una tapera humilde y me sentí muy orgullosa de ser una persona adinerada y linda.

Le serví unas sobras que habían quedado del almuerzo olvidando recalentar eso, igualmente se lo devoró como si no hubiese comido en días, hasta tuve que abrir una lata de porotos y se tragó todo.
Se asustó al escuchar la cerradura de entrada, era mi hermano con cara larga y se le puso aún más fea al advertir que había traído a una pordiosera a casa. La pobre estaba nerviosa y pidió pasar al sanitario y mi hermano aprovechó para decirme que su tío era un degenerado asqueroso pidiéndole que le sostuviese el pito para mear.

Tuve que largar una carcajada imaginando la situación y entré al baño para controlar a la visitante, se estaba lavando la cara con jabón y le aconsejé que se bañase completa. La pobre muy feliz se quitaba la mísera vestimenta exhibiendo unos incipientes pechitos, asumí que era mucho más grande que yo envidiándole las tetitas que le estaban saliendo.
Cuando terminó le ofrecí un deshabillé que me quedaba grande, esperaba usarlo dentro de un tiempito pero esta pobre chica estaba más necesitada.
Cuando salió del baño me reía calladita por lo ridícula que se veía, el deshabillé le quedaba cortísimo mostrando la bombachita que me quedaba bien pero a ella le apretaba todo el bultito evidenciando el tajito, eso para no mencionar las tetitas que se notaban mucho.

El que no se reía era el tarado de mi hermano, tenía la boca abierta y esa mirada de lobo feroz que parecía desear comérsela. No sé que cosa le veía de linda, yo soy muchísmo más linda que esta taradita pedigüeña.
Pidiéndome que vaya a preparar café, la hizo sentar ofreciéndose a peinarla. Yo echaba más humo que la cafetera al percibir que el tarado de mi hermano no era tan atento conmigo, a mí nunca me había ofrecido peinarme. Parado detrás de su silla la peinaba suavemente mientras espiaba por el escote para mirarle las tetitas, tanto lío por unas miserables montañitas de carne que ni eran grandes como las tetas de verdad.

Cuando terminamos el café la invitó a ver su computadora, me guiñaba un ojo mientras caminaban hasta mi habitación, en la de mi hermano no había computadora y no se para qué le mentía a la pordiosera. Me quería cerrar la puerta en la cara pero empujé indignada para entrar a mi habitación, al sentarse la chica miraba el monitor sin comprender nada, era evidente que jamás estuvo ante una PC. Gus le agarraba la mano con el mouse indicando como debía moverlo, creo que aprovechaba la postura para mirarle bien las tetitas y le hablaba casi pegado a su oreja.

Pude atisbar el bulto que se le había producido a mi hermanito, para asegurarme metí la mano entre sus piernas para apretar eso, efectivamente tenía el palito parado y creo que por mirar a la otra. La pobre observaba con ojos azorados mientras le manoteaba el pito a mi hermano y por suerte llegaron mis padres.
Mi mamá se quedó en la cocina pero mi padre se extrañó mucho cuando Gus le presentó a la pordiosera como su amiga, el caradura ni sabía su nombre y además yo la había traido a casa. Parece que a mi papito también le impactó la escasa ropa que la tapaba debiendo decirle que recién se había bañado poniendo la ropa a lavar.

Yo estaba parada en la habitación como si fuese un mueble de madera, no me prestaban atención y los dos competían por estar cerca de la otra chica y decirle cosas. Esto ya me daba mucha rabia y estaba por ir a acusarlos ante mi madre pero me aguanté.
Para darle celos le dije que yo ya sabía besar y otras cosas de nena grande, la tarada me trataba como a su hermanita aconsejando que viviese mi inocente niñez porque había cosas feas en las calles. Confesó que su madre se prostituía y aveces la usaba a ella de anzuelo, no permitía que los hombres la penetrasen pero sí toquetearla de modo indecente.

Mi padre le preguntó a boca de jarro si aún era virgen y cabizbaja dijo que sí, al menos por delante ya que su padrastro se la metió por la colita una noche que llegó borracho.
Papito le preguntó si deseaba ganar unos dineros dejándose fotografiar y ella aceptó de inmediato, al Fotógrafo se le caía la baba midiendo con la mirada a su flamante modelo.
Con mirada seria le pidió a mi hermano que se retirase para hablar de negocios, el pobre masticaba su rabia pero obedeció dando un portazo al salir.

Al pararse detrás de la chica sentada, le acomodaba el cabello bajando las manos lentamente hacia las inefables tetitas, no sé pq les atraía a los hombres esas miserables carnecitas pero parecía feliz y se le notaba el pito duro y grandote en el pantalón.
Cuando la hizo incorporar, el minúsculo dehabillé no llegaba a taparle la cola, por delante asomaba un triangulito blanco y muy marcado su tajito, debo confesar que eso era casi excitante.
Trayendo su cámara le sacó varias fotografías de la cara y luego bajando, parece que enfocaba adrede esas tetitas a medio tapar y los pezoncitos que se notaban mucho, le sacó muchas fotografías a su espalda o debería decir a su cola donde se perdía mi exbombachita entre sus nalguitas.
Le pagó una interesante suma por las fotografías ofreciéndole el doble si la podía desvirgar ahora mismo, antes de la cena. Eso ya me daba mucha rabia pero me calmó alzándome en brazos y llenándome de besitos mientras explicaba que esto era algo natural.

Ignoro si "algo natural" era besar a su hijita en la boca o desvirgar a mi invitada, la cuestión que pasando la mano por debajo de mi bombachita me tocaba la puchita dejándome sin ganas de protestar. Decidí que mejor cerrar la puerta con pasador por si venía mi mamita y acelerar el trámite, tomando el cinturón de mi padre le desabroché el pantalón tomando con la mano su barra carnosa.

Socarronamente le preguntaba a mi invitada si se animaría que le metiesen todo eso en la puchita mientras la pobre temblaba, tal vez pensaba en el pene gigante entrándole o tal vez en la hija que le agarraba el pito al padre.

(continuará)