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El diario secreto de Bety 18

Relato enviado por : ivloguer el 15/07/2013. Lecturas: 4490

etiquetas relato El diario secreto de Bety 18   Confesiones .
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Resumen
Por suerte me la metía despacito sin hacerme doler mientras vigilaba nervioso por la ventanilla del auto por si alguien nos veía, yo sabía que si pasaba un hombre advirtiendo lo hermosa que soy desearía metérmela también y Manpara me quería en exclusividad.



Relato
El diario secreto de Bety 18

Hola diario, recién te estaba contando cosas que me hicieron mojar allí abajo, tuve que dejar de escribir para rascarme la puchita hasta calmarme, ahora puedo seguir escribiendo tranquila.

Luego de dormitar un ratito con mi papito que nos acariciaba a ambas, me parecía que Priscilla ya era como mi hermana, hasta le gustaba verme la bombachita como al degenerado de mi hermano.
Mi papá preparó la merienda pero mi amiga no lavó los platos como pensaba, creo no la invitaré más a casa, encima la cretina se aprovechaba de mi pobre y bondadoso padre.

Le conté de la pedigüeña que no tenía ropas y dijo que la acompañase a casa para darme unas prendas que ya no utilizaba, le pedí permiso a mi papito y dijo que no había problemas: eran buena gente y no me enseñarían palabras feas que las nenas no deben saber.

Me preparó una bolsa enorme con ropa pero yo me quería escapar de esa casa, notaba la mirada de lobo feroz que tenía Manpara y temí que me la quisiese meter por ser tan hermosa como soy.
Saliendo con la bolsa apenas podía levantarla, Manpara se ofreció a llevarme con su automóvil y me guiñó el ojo cuando salíamos, creo ahora quedaba solita en el bosque con el lobo feroz y me temblaban las piernas por el miedo.

La bolsa con ropa estaba en el asiento trasero, el tonto dijo que no había visto la ropa para regalar y me ordenó pasarme al asiento de atrás. Parece que no lograba ver bien la ropa y detuvo el auto en una calle de tierra para venirse revisar la bolsa, yo estaba arrodillada en el asiento revolviendo las prendas y se puso detrás mío. El tonto en lugar de mirar la bolsa me levantaba la pollerita por detrás para mirarme la bombachita preguntando si en la bolsa habían bombachitas de su hija.
Había una y la agarró pasándosela por la cara, que cosa más estúpida oler una bombachita usada de su hijita, diciendo que el aroma era diferente a la mía me olió la cola para comparar. Metía la cara en mi trasero y me daba besitos en la cola, creo que no le convencía el aroma y me pasaba la lengua, parece que me estaba chupando y cuando me corrió la bombachita me chupaba de verdad.

No es que me desagradase pero estar solita con el padre de mi amiga daba temor, tal vez era un depravado que me haría cositas. Al final de tanto chuparme le rogué que me hiciera cositas y se abrió el pantalón para sacarse el coso afuera.
Era el pito del padre de mi amiga, no sería tan desconsiderada de mirárselo pero no tuve necesidad, cuando pasaba el glande por mi puchita no lograba verlo. Pidiéndome permiso para meterme la puntita le estaba por decir que sí pero no me dio tiempo, ya me estaba entrando esa tibia barra carnosa.

Por suerte me la metía despacito sin hacerme doler mientras vigilaba nervioso por la ventanilla por si alguien nos veía, yo sabía que si pasaba un hombre advirtiendo lo hermosa que soy desearía metérmela también y Manpara me quería en exclusividad.
Yo recordaba que ese pene le había roto la telita a mi amiga y creo que escuché su momento sagrado por teléfono, pero ahora todo ese pito era para mí y no le contaría a Priscilla.

Era muy suave, más que mi papito cuando me la metía, cada rato preguntaba si me dolía pero lo convencí que me la ensartase más profundamente. Al final ya la sentía desde la puchita hasta la garganta pero me aguanté para que no pensase que soy más débil que su hijita, cuando me pasó una mano por delante sentía lindo y no me acordaba del tremendo pedazo de carne que me estaba metiendo por la conchita, por suerte pude ver las estrellitas antes que largase el moco, el chorro de bebitos calentitos me hacía sentir muy lindo.

No quiso entrar a casa y arrastré la bolsa hacia adentro, estaba mi hermano que vino a buscar sus cosas y parecía enojado. Le pregunté si era lindo meterle el pito en la cola de mi mamita y farfulló que yo tenía el ano más apretadito, que le hacía sentir mejor.
Le estaba por pedir que me la metiese por la cola para comparar pero me daba asco recordar que tendría el pito sucio con caca de mi madre.

Seguía con cara de enojado hasta que le pedí llevar esa bolsa hasta el parque para entregarlo a la pordiosera, creo que recordaba esas míseras montañitas de carne llamadas "tetitas" y sonriendo dijo que sí.
Yo lo quería acompañar para darle unas monedas al jardinero por las galletitas que había dado pero no me permitió, al final salí de casa para seguirlo a hurtadillas. La pobre estaba sentada en el piso pidiendo dinero y se puso contenta al verlo a mi hermano, el jardinero me había descubierto de lejos y le hice señas que se quedase callado, parece que se dio cuenta y le mostró a mi hermano el lugar donde se guardan las herramientas.

No cerró bien la puerta y me dijo bajito que viniese a espiar, era una tontería pero se agachó detrás mío para espiar también, no podía ver mucho y yo le tenía que relatar qué estaban haciendo los dos. No hacían nada raro, la chica solamente sostenía la bombachita de Priscilla que el padre recién estaba oliendo y se la puso, la cochina estaba sin nada debajo.
Mi hermano le ayudaba sosteniéndole levantada la pollerita y parece que le tocaba un poco la cola para admirar lo bien que le quedaba, el jardinero no entendía bien mis palabras y para probar también me tocaba la cola.

Había metido las manos debajo de mi pollerita y temí que tuviese las manos sucias con tierra ensuciándome la ropa. Un dedo áspero se metió debajo de mi prendita íntima y me lastimaba un poco tocándome la conchita, no se para qué si eso no era lo que le relataba.
Por suerte el conejito se me puso baboso y ahora el dedo resbalaba mejor, lo que no resbalaba era el otro dedo que me estaba metiendo por el culito y no era tan suave como el dedo por delante.

Mi hermano le dijo algo al oído de la pordiosera y la chica se agachó abriéndole el pantalón a Gus para sacar el bicho duro de su encierro. La pobre no era linda como yo y creo que mi hermanito estaba haciendo un sacrificio al dejarse chupar el pito, creo que cerraba los ojos para imaginarse mi bello rostro.
Cuando le contaba esto al jardinero pidió metérmela un poquito y le dije que no, pasaba mucha gente y quedaría raro. Mi hermano largó el moco en la boca de la pordiosera y me tuve que levantar para que no me descubriese espiándolo.

Nos fuimos caminando rápido y al llegar a las hamacas quise subirme un ratito, el jardinero me hamacaba bien pero al final se puso tonto como mi hermano que me empujaba por la cola solamente.
Me puse a pensar cómo no ser tan hermosa evitando que todos me quisiesen tocar el potito, pero sería preciosa hasta morirme de vieja, no había solución.

Llegué a casa antes que mi hermanito y me hice la tonta preguntado si había entregado la bolsa, tartamudeando dijo que sí pero no mencionó que le chuparon el pitito cuando fue a lavárselo.
Como dejó la puerta abierta me metí al baño también, me debía parar en puntitas de pié para llegar al lavabo pero ver pude ver cómo se enjabonaba el palito dormido, me extrañó que no se le pusiese duro al verme pero metiendo las manos por detrás le apreté las bolitas y ahora sí se le puso duro.
Nervioso dijo que andaba mi papito por la casa y no podríamos hacer nada, yo no quería hacer nada y me quedé sin comprender sus palabras, solamente le pedí que me diese unos besitos allí abajo.

Al final lo acompañé a la casa de la tía para ayudarle a llevar unas cosas, mi tío gritaba desesperado que necesitaba hacer pis y mi hermano riendo me mandó para que le ayudase. Le abrí el pantalón sosteniéndole el pito para que orinase y cuando terminó me puse a sacudírselo para que se le saliese el moco. Yo ya sabía que pediría eso y le gané de mano, en eso entró mi hermano recriminando que estaba haciendo algo asqueroso, no se que tendría de asqueroso si ni siquiera se la estaba chupando.

Cuando salió mi tío le dije a Gus que le sostendría el palito para que hiciese pis, eso ya lo puso más contento y se abrió el pantalón para que le agarrase el pitito. Me gusta el pito de mi hermano, tiene el tamaño justo que me no hace doler cuando me lo mete, supongo que cuando sea grande y tenga tetitas ya podré aguantarme cualquier cosa dentro de la puchita, por donde hago caca ya no es problema. Por suerte no tengo más agujeritos por donde deseen metérmela pero creo que la boca cuenta como un agujerito, todavía ningún muchacho me quiso ensartar el pito por la oreja...

La cuestión es que tenía en la mano el pitito de mi hermano, estaba lejos del inodoro y parece que no deseaba hacer pis, solamente que se lo agarrase, que tonto mi hermanito querido. Se lo empecé a sacudir despacito, ya sabía hacerlo bien moviendo la pielcita que tapa la puntita del pito, era gracioso mirar como le desaparecía la cabecita y nuevamente asomando. Me preguntó si deseaba tomar una mamadera y me dí cuenta lo que quería decir mi papito por la mañana, quería que le chupase el pito.
Yo tenía miedo que nos viese el tío, se enojaría mucho por las demostraciones de amor filial, al final lo convencí de salir al patio para chuparle el pitito a escondidas.

No había mucho sitio pero agachados detrás de una planta pude meterme su carnecita tibia en la boca, el pobre se desesperaba pero se lo chupaba lentamente con miedo que nos descubriesen, le pregunté si deseaba que le metiese un dedo en la cola pero dijo que nó, que se jorobe el estúpido al perderse eso tan lindo. Se había quitado una sandalia y con el dedo gordo del pié me masajeaba la puchita, creo que hasta me metió la puntita del dedo adentro.
Cuando le vino salió poquito moco, yo era capaz de tragarme eso sin escupir en el patio o ensuciar el piso, cuando se le puso blandito lo peleaba pidiéndole que me lo metiese un poquito en la cola, yo sabía que no podría ponerlo duro para meterlo en mis agujeritos y me reía fuerte.

Día 45)
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Ayer fue una noche hermosa, como no estaba mi mamita pude acostarme en la cama grande como las personas grandes. Mi papito estaba muy contento al no tener que dormir solito y no paraba de acariciarme y darme muchos besitos.
Cuando me dijo que haríamos el amor como locos entendí que me la quería meter, por suerte ya entiendo de esas cosas y sé que todas las personas me la quieren meter por lo hermosa que soy.

(continuará)

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:58) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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