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El diario secreto de Bety 20

Relato enviado por : ivloguer el 17/07/2013. Lecturas: 4448

etiquetas relato El diario secreto de Bety 20   Confesiones .
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Resumen
Yo me reía solita pq mientras hablaba se le estaba poniendo duro el pito, me dí cuenta que fingía ser el mayorcito pero no podía resistirse a mi hermosura, al final le aconsejé que debería sacudirse el pene luego de orinar y el tarado se lo sacudió para mi lado salpicándome con pis. Muy preocupado me limpiaba el uniforme de gimnasia con su pañuelo y dijo que mejor me limpiaba dentro de un bañito, podría entrar alguien y quedaba mal una nenita salpicada con pis.


Relato
El diario secreto de Bety 20

Hola diario querido, hoy traté de morderte tu pitote cuadrado pero se metió para adentro de la máquina sin apretar el botón CD, ¿ te dá vergüenza que te vea el pito CDoso?

Ayer te contaba que estaba en el fondo del colegio con mi compañerito de aula:
Le dije seria que le mostraría la bombachita si prometía no largar el moco demasiado rápido, el pobre temblaba de la emoción cuando le bajé el pantalón y lo hice acostar en el pasto.
Como estaba parada encima de su cabeza me podía ver bien la bombachita, el pobre se agarraba el pitito duro y le ordené que no se tocase. Estiré mi prendita íntima hacia arriba para que se me enterrierre bien en la cola, yo ya sabía que eso les gusta a los hombres.
Se ponía como loco y quería tocarse pero se lo prohibí, si quería me podría tocar un poco a mí para distraer los dedos que se le iban hasta el pitito, le ordené sacarme la bombachita que se me enterraba en los glúteos y con dedos temblorosos la puso bien.

Me estaba gustando cómo le temblaban los dedos, sin querer me hacía sentir lindo bajándome la bombachita para que me tocase la piel. Otra vez se le bajó la mano hasta el pito y me senté en su cara ordenándole que sacase la lengua y haga como lamer un helado de frutilla. El taradito no entendía que necesitaba urgente una chupada de conchita y me senté sobre su pito para que no se lo tocase con la mano.
Quedó doblado y lo agarré con la mano para que me entrase bien, era un pitito miniatura y casi no lo sentí entrándome por la conchita.

Así en cuclillas me podía mover bien al tener el pitito enterrado hasta el fondo, hasta se sentía lindo fregarme sobre la pelvis de mi compañerito. Él ponía los ojos en blanco y temí que estuviese por largar el moco, para sacarlo de esos pensamientos indecentes lo pellizqué fuerte para hacerle doler. El pobre lloraba y se le ablandó un poco el pitito pero al moverme se le puso duro nuevamente.
Parecía mi caballo mansito y yo la amazona cabalgándolo ferozmente, no podía moverme mucho para no dejar escapar el cosito que tenía adentro pero luego de fregarme un ratito así pude ver las estrellitas, que lindo !!!, hasta pegué un gritito.

No sentí los mocos adentro suponiendo que todavía no llegaba, me tuve que mover otro ratito hasta que levantó la cintura como si pudiese metérmela mas hondo, ahora sí largó un chorrito adentro de mi puchita y me levanté para limpiarle la boca al conejito: recién había almorzado el pobre.

A la última hora teníamos gimnasia pero yo no tenía ganas de correr, le dije a la vieja bruja que me dolía el tobillo pidiendo que llamase a su hijo para curarme. Me miró con sonrisa pícara enviándome a la enfermería para verlo, tal vez adivinando que Barto me gustaba para novio.
Cuando me vio se puso contento alzándome en brazos y le conté que su madre me había enviado para curarme el tobillo lastimado. Asustado me sentó en una camilla y me apretaba el tobillo preguntando dónde dolía, le dije que más arriba hasta que tuvo que meter las manos debajo de mi pollerita, extrañado decía que eso no era el tobillo pero le confesé mi ignorancia en temas de anatomía, realemente me dolía en todos lados esperando que me pasase la mano para curarme todita.

Se dio cuenta de mi mentirita y que solamente quería estar con él para que me tocase mucho, se puso muy contento y otra vez me alzó en brazos y acercó la cara. Estaba tímido para besarme directamente pero le comí la boca como le corresponde a una nenita lastimada.
Barto me apretaba fuerte mientras me besaba y repetía que era una nena preciosa, le permití que siga diciendo obviedades porque me acariciaba lindo, se me ponía carne de gallina cuando acariciaba las piernas sosteniéndome por la cola con la otra mano.

Con la rodilla podía sentir que tenía el palito duro por la emoción de verme y le pedí disculpas por haberlo pateado el otro día entre las piernas ofreciéndome ahora para hacerle un masajito allí. Decía que no importa pero igual se estaba abriendo el pantalón para sacar el pito afuera, que lindo pito !!, mayor al de mi hermano pero menor al de mi papito que me hacía doler.
Me dijo al oído tener ganas de hacerme el amor, yo ya sabía que eso era meterla despacito con amor y le dije entusiasmada que sí. Me sentó al borde de la camilla luego de bajarme la bombachita y arrodillándose en el piso se puso a chuparme la conchita con mucho cariño, creo que estaba enamorada de este muchacho.

Se dio cuenta que me estaba por venir bajo su boca y dejó de lamerme allí abajo, agarrándome por las rodillas apuntó el glande a mi entradita, el conejito ya estaba baboso de la saliva y se notaba resbaloso al entrarme la puntita. Le quería decir que lo hacía lindo pero no me dejaba hablar de tanto besarme mientras me la metía por la puchita, yo estaba segura que me entraría todita sin hacerme doler y lo animé a que siga metiéndomela hasta el fondo.
Cuando sentí sus pelitos en mi panza sabía que la tenía toda adentro, todavía no quería que me largase el moco y le pedí moverse apenitas para sentirla así hasta el fondo, en lugar de bombearme se movía de costado fregándome el clítoris contra su cuerpo, qué hermosa esa sensación de tenerla metida y yo solita me empecé a mover para que me la sacase un poquito y vuelva a metérmela hasta el fondo.

Me vinieron las ganas de ver estrellitas temblando mucho, esta vez me duraba la sensación y creo que me vine dos veces seguidas mientras Barto me devoraba la boca. Estuvo muy bien y quise darle un premio, le dije que me la sacase despacito de la puchita y le permitiría metérmela por el culito.
Le extrañó el pedido pero de inmediato escuché un "Plop", la había sacado apurado para metérmela en el ano, tuve que acomodar el cuerpo y guiar el pito con la mano para que pudiese ensartarme. Tenía el pito mojadito y no fue difícil, mejor para mí que tenía el anito seco y sentía bien cuando me estaba entrando.

El pobre tenía miedo de lastimarme y metía la puntita solamente, separé bien las piernas pidiéndole continuase ensartándomela en el culito, esta vez siguió empujándome la caquita y no paró hasta tenerla toda adentro, se maravillaba de lo fácil que entraba y se puso a bombearme el potito. Ahora sí largó toda la lechita acumulada y yo sentía los tibios chorritos regarme la tripita.
Para disimular me vendó el tobillo aconsejándome que renguee para no hacer gimnasia, ahora yo no le quería soltar el cuello para que me diese muchos besitos pero tuve que ir al baño para soltar el enema que me había inyectado.

El bañito de mujeres estaba ocupado y no sabía cómo disimular el hilo de leche que me corría por la pierna, se me estaban escapando los mocos de Barto y no lograba apretar bien el culito. Al final me metí al baño de varones y allí pude largar todo y limpiarme bien. Al salir para lavarme las manos estaba un alumno del último curso usando el urinal, me daba risa esa costumbre de hacer pis de pié decidiendo asomarme para espiarle el pito.
Todo nervioso decía que debería usar el baño de mujeres y era mala educación para una nenita chiquita estarle espiando el pito a los varones.

Yo me reía solita pq mientras hablaba se le estaba poniendo duro el pito, me dí cuenta que fingía ser el mayorcito pero no podía resistirse a mi hermosura, al final le aconsejé que debería sacudirse el pene luego de orinar y el tarado se lo sacudió para mi lado salpicándome con pis. Muy preocupado me limpiaba el uniforme de gimnasia con su pañuelo y dijo que mejor me limpiaba dentro de un bañito, podría entrar alguien y quedaba mal una nenita salpicada con pis.

Ahora ya me agarraba un brazo mientras me limpiaba, se le había pasado el miedo y dijo que era una nenita muy linda. Le pregunté con voz inocente la razón de tener todavía el pito duro luego de hacer pis y dijo que se le ponía así al verme. Era el eterno versito de los hombres, yo sabía de memoria que mi infinita belleza les endurecía el pito pero no le dije nada mirando hacia el suelo con cara de vergüenza, supongo que así deben comportarse las nenitas educadas.
El pobre seguía limpiándome el uniforme y debí informarle que también me había salpicado la pierna, realmente la tenía mojada por lavarme recién pero se lo creyó.

Al levantar un pié para apoyarlo sobre el inodoro quedó bien a la vista mi bombachita y el muchacho se ponía bizco al mirarme disimuladamente, cuando vio que tenía una manchita de humedad sobre el conejito le confesé que del susto se me había escapado un poquito de pis y me retarían en casa si aparecía así. El muchacho no sabía qué hacer sugiriéndole que me podría limpiar con la boca y echarme aliento calentito para secarme.
Muy solícito me besaba apenas por arriba el conejito y lo soplaba para secarlo, no sirvió para nada y era evidente que ahora la manchita era más grande.

Le dije que probase corriéndome la bombachita de lado para soplarme la puchita directamente, empezó soplando pero al final me pasaba la lengua como si fuese un helado. Esto ya me gustaba y me agarré de su cabello para no caerme y de paso apretarlo contra mi chuchita humedecida, era torpe pero al final comprendió que debería lamerme la conchita como se debe y se puso a chuparme fuerte. Yo había visto las lucecitas recién, pero saber que un extraño me estaba comiendo el chochito aceleró el proceso y me vine bajo su boca suspirando fuerte.

Cuando me arreglaba bien la bombachita el muchacho quería besarme, claro que no le permitiría ese atrevimiento a un desconocido, las nenitas decentes no hacen esas cosas, solamente le dí un piquito despidiéndome.

Mostrándole el vendaje en el tobillo a la bruja de gimnasia anuncié que mañana iría a su casa para que su hijo me revise la herida y cambie la venda, la mujer se reía pero no dijo nada.

Al llegar a casa mi papito se preocupó mucho cuando vio la venda pero le dije que ya estaba curada y podría sacarme eso. No me permitió caminar alzándome en brazos hasta el sofá donde se agachó para mirarme el tobillo, por suerte ya no se veía la lastimadura y sacó despacito la venda.

(continuará)

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:23) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:57) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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