El diario secreto de Bety 21

El diario secreto de Bety 21

Hola diario querido, recién estuve limpiándote el mouse pq funcionaba mal, creo que me lo pasé demasiado por el conejito y estaba humedecido.

Ayer volvía del colegio con el tobillo vendado aunque realmente no estaba lastimada: era un truco de Bart para no asistir a clase de gimnasia. Mi papito me revisaba la herida quitándome la venda del tobillo mientras me espiaba debajo de la pollerita: todavía le gustaba mirarme la bombachita.
Se quedó arrodillado en el piso mientras me daba besitos en las rodillas y subía amenazando darme besitos allí abajo, yo quería tomar la merienda pero dijo que llevaríamos las cosas a la cama, no sé cuales jueguitos raros estaba tramando mi padre pero me emocionaban las cosas nuevas.

Mientras preparaba la bandeja que llevaría al dormitorio aproveché para lavarme bien la cola, debía evitar que mi papito descubra olor de otro hombre allí o se hubiese puesto celoso. Cuando llegó estaba sentada en la cama haciéndome la distraída pero temblaba emocionada tratando de adivinar el jueguito que venía.
Quise agarrar una taza con leche chocolatada pero no lo permitió diciendo que me daría a beber en la boca, ahora vi que traía la venda usada más otros rollos de venda. Me ató las manos al espaldar de la cama haciéndome lucir como una crista crucificada, después me ató los tobillos quedando maniatada sin poder moverme.

Mi papito se reía mucho al quitarse los pantalones y creo que se imaginaba haciéndome cosas raras, yo igual me dejaría hacer mansita pero estando atada no tenía alternativas. Dándome a beber de la taza me acariciaba con la otra mano dándome escalofríos por lo suavecito que me tocaba, la chocolatada estaba apenas tibia y quise bebérmela de golpe pero me sacó la taza.
Parece que deseaba hacerme sufrir al abrirme los botones de la blusa, no podía sacármela al tener los brazos atados dejándola abierta mientras besaba mi pecho y pancita. Al bajarme la bombachita tuvo que desatarme un pié para sacármela, me puse contenta de no estar tan despatarrada pero fuí atada nuevamente y quedaba indecente estar con las piernas tan separadas mostrándole el conejito a mi padre.

Cuando agarró la taza pensé que me daría de beber pero metió el pene adentro mojándolo con la leche y después me lo acercó a la boca, no tuve alternativa que abrir grande para chuparme un poco de chocolatada, cada tres chupadas me la sacaba de la boca para meterlo nuevamente en la taza.
Al final me derramó un poco en la panza lamiendo la chocolatada fluyendo hasta el tajito, el tonto de mi papito pensaba que el pobre conejito se bebería eso dedicándose a lamerme la panza hasta bien abajo, se sentía lindo cuando le daba besos en la boca al conejito.
Había traído un pepino en la bandeja sabiendo que no comemos eso con la merienda, recién comprendí cuando se lo dio de comer en la boca al conejito, me metía lentamente el pepino dentro de la conchita preguntando si me gustaba, claro que me gustaba, eso se sentía como un pito gordote y áspero entrándome.

Cuando se arrodilló entre mis piernas me ordenó enojado no gritar pq me violaría igual, yo no entendía el jueguito, de todos modos era placentero cuando me la metía pero le seguí la corriente rogando que deje de tocarme la puchita. Esto lo ponía loco chupándome la conchita con más fuerza, cuando estaba acercando su pitote a mi agujerito le pedí que no abusase de una inocente criatura, sería indecente violar a su propia hijita. Ahora se entusiasmó metiéndomela de golpe, eso dolía un poquito y ya no me agradaba el jueguito pero besándome dulcemente pedía perdón por jugar bruto, por suerte solamente me había metido la puntita y ahora empujaba suavecito para no hacerme doler.

Le pedí desartarme los pies y pude atenazarle la cintura para estar bien abierta mientras me la metía por la puchita, entendió que no me gustaba a lo bruto y ahora creo que me hacía el amor al enterrarme la barra de carne muy despacito. Aunque yo soy una nena grande que ya sabe todas las cosas de este mundo aun no conocía este jueguito, me desesperaba para tocarlo pero tenía las manos atadas. Al final mi padre se apiadó desatándome y levanté bien el trasero para me entrase hondo, espiaba para ver cuánto pito tenía adentro decidiendo que podría aguantarla toda, ya me estaba doliendo pero le dije a mi papito que siga empujando aver si lograba metérmela entera.
Por suerte era muy lento empujando pero sentía reventarme la conchita mientras entraba y entraba, al final se quedó quietito anunciando que me la había metido hasta el fondo, no podía dar crédito que mi conejito se había tragado todo ese gusano gigante cuando sentí su pelvis apretar la mía.

Casi no se movía para que me acostumbrase y yo estaba viendo lucesitas, en cualquier momento me vendrían todos los colores de la linda sensación sin poder demorar el orgasmo acercándose, cuando suspiré fuerte mi papito me comió la boca tragándose los grititos mientras me serruchaba lentamente. Las lucesitas duraron mucho más que antes al sentirme rellenada con el pene de mi padre, le pedí que no me la sacase todavía ni largase el moco para jugar otro ratito.

El pobre se apoyaba en los codos para no soltar el peso de su cuerpo flexionanando mucho el cuello para besarme en la boca, al reducirse mis temblores yo quería más pidiéndole que me bombease otro poquito y si quería que largase el moco. Parecía imposible pero otra vez me hizo ver las estrellitas al sentir su leche calentita entrarme hondo en la puchita.
Esta vez me dormí profundamente en los brazos de papito mientras me besaba suavemente para no molestarme.

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Día 46)

Cuando desperté esta mañana me ardía un poco la puchita por los jueguitos de ayer y cuando papito me ponía el uniforme escolar le pedí que bajase la bombachita para lamerme un poco, dijo que tenía el tajito irritado pero luego de mucha saliva ya no dolía, me aguanté para no ver las estrellitas pq se hacía tarde para el colegio.
Antes de salir guardé el pepino de ayer y la venda en la mochila, servirían para alguna travesura en la escuela.

Al verlo a Josella se me encendió la lamparita, lo maniataría para hacerle maldades en venganza de que el taradito me tocaba el cabello en clase. En el recreo le sugerí que fuésemos al fondo para jugar y sonriente seguía mis pasos mientras pensaba qué hacerle al muchachito.
Había palos de madera tirados por todos lados dando pié para una idea genial, le ordené quitarse el pantalón y calzoncillos mientras avergonzado se tapaba el pito con la mano. Le até las manos con la venda y luego le até los pies en los extremos de la madera para dejarlo con las piernas bien separadas.

Acostado en el pasto, tenía el pito durito apuntando al cielo sentándome encima para que me entrase por la cola, le daba la espalda pudiendo verle bien el pitito desapareciendo dentro mío y de paso le podía apretar las bolitas. Al verle el anito se me ocurrió un uso para el pepino, evitando hacerle doler lo mojé con saliva punteándole el culito pero no entraba además el chico decía que le dolía mucho.
Tuve que meterle un bollito de venda en la boca para no escuchar sus quejas y esta vez sí empujé fuerte hasta que le entró el pepino en el culo, del dolor se le puso blandita mientras lloraba pero yo estaba de espaldas sin ver eso.
Tuve que moverme mucho hasta ponérsela puso dura nuevamente y luego agarrarle el pito para guiarlo bien en mi culito, el pobre seguía protestando pero le ordené se aguantase como machito recordándole que yo también tenía algo metido en el ano.

Al final le tuve que extraer el pepino del culo pq se le ablandaba el pito y no me servía para cabalgarlo, estuvimos un rato así pero no llegué a ver las estrellitas antes que se le saliese el moco. Luego de desatarlo dijo que no fue divertido y le dolía el culito, espero haya aprendido y ya no me moleste tocándome el pelo.

Al salir del colegio esperaba Bart para preguntarme por el tobillo invitándome a su casa para curarme y pensé que me llevaría en automóvil pero abordamos el transporte público, muy horrendo ser pobre viajando como animales con esa gentuza oliendo a transpiración...
No había asientos libres y debimos viajar de pié, cuán humillante una diosa como yo viajando como ganado. Con el movimiento casi no percibía una mano que me estaba tocando la pierna, estaba todo oscuro sin lograr distinguirle la cara al viejo sentado y haciéndose el disimulado mientras me manoseaba, esta gente ni respeta a un pobre criatura indefensa.

Esa manaza sucia subía por mi pierna y temí que me tocase el conejito, para evitarlo giré el cuerpo dámdonle la cola pensando que le daría asco tocarme allí, pero los dedos subían y subían debajo de la pollerita hasta mi bombachita. No se conformó con tocarme la tela metiendo los dedos debajo para pasarlos por mi canaletita posterior, creo que de no haber llegado a destino me metía un dedo en el ano.
Cuando descendimos le conté a Bart acerca del depravado tocándome la cola y le daba rabia que exista tanta gente mala en este mundo.

La bruja no había llegado aun y usé el teléfono para avisarle a papito que estaba en casa de la profesora. Había un cuadrito con el retrato del padre el cual se había morido pero no quise mirarlo mucho, yo sabía que se le pondría dura al advertir mi belleza y estando podrido en el féretro se le rompería el pito.
Al sentarme en un sillón para hacerme revisar el tobillo lastimado apareció una personita, era la hermanita de Bart diciendo su nombre pero la bauticé Lisa, me daba rabia no estar a solas con Bart mientras la chiquita hablaba sin parar, tenía hemorragia verbal la pobre.

Su hermano trajo gaseosa y un vaso de bebida alcohólica, logré convencerlo que ya era una nena grande pudiendo beber licor. Al primer sorbo me hizo toser pero enseguida bebí otro traguito y ya no era tan feo cuando acababa la copa.
Percibía que se estaba moviendo el piso y las paredes, no me podía poner de pié y Barto me alzó en brazos riendo mientras decía que estaba borrada. (tal vez dijo borracha pero desconozco esa palabra)

(continuará)