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El diario secreto de Bety 22

Relato enviado por : ivloguer el 23/07/2013. Lecturas: 4377

etiquetas relato El diario secreto de Bety 22   Confesiones .
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Resumen
Alabando el color de su pollerita aproveché para meter la mano apretándole un poco el caño a su hermano, sin querer le estaba tocando la puchita mientras Barto miraba azorado. La pobre criatura tenía el tajito muy marcado con esa prenda pequeñita y le aconsejé quitársela para estar cómoda, apenas se bajó de las piernas de mi amor aproveché para sacarle el pito duro del encierro y estaba por chupárselo pero la pequeñaja se subió otra vez.


Relato
El diario secreto de Bety 22

Hola diario, te veo borroso pq le robé una botella de licor a mi papito y estoy algo borrada.

Te estaba contando que Barto me tenía alzada diciendo que estaba borrada, o borracha, algo así. Nos sentamos mientras yo farfullaba no logrando hablar bien, me reía sola apretándole el bulto del pantalón oyendo sus amonestaciones pq su hermanita estaba viéndonos.
Algo raro pq a mi hermano le gusta cuando le agarro el pito y soy su hermanita viéndolo.

Se acercó Lisa y la abracé fuerte diciéndole que era una nenita muy bonita, vestía una minúscula pollerita de jean dándome ganas de acariciarle las piernitas hasta arriba, tenía una colita gorda y casi tan linda como mi potito que es el más lindo del planeta.
Le habían puesto una bombachita demasiado chica y se le metía entre las nalguitas, yo sabía que sería indecente tocarle la cola a una nena y le pedí a Bart que le arreglase la ropa a su hermanita.

El pobre se ponía colorado cuando le metía los dedos debajo de la pollerita a su hermana para desenterrarle la prenda de la colita, creo que hasta le gustaba cuando observé su bulto agrandándose. Agarrando a su hermanita la sentó en sus piernas tapando el coso que deseaba tocarle, cuánta rabia me daba esta escuincla molestando.
Alabando el color de su pollerita aproveché para meter la mano apretándole un poco el caño a su hermano, sin querer le estaba tocando la puchita y Barto miraba azorado. La pobre criatura tenía el tajito muy marcado con esa prenda pequeñita y le aconsejé quitársela para estar cómoda, apenas se bajó de las piernas de mi amor aproveché para sacarle el pito duro del encierro y estaba por chupárselo pero la pequeñaja se subió otra vez.

Ya estaba cansándome que no me atendiesen debidamente pero era divertdo mirarles la cara a los dos, la criatura se movía mucho tratando de adivinar cual cosa estaba sintiendo debajo de su cola desnuda mientras el hermano se mordía los labios para no decir cuanto le agradaba la sensación.
Al final se enojó ordenándole recostarse para dormir un poco, la chiquita se acostó de panza en el sofá pero el tarado del hermano se quedaba mirándole la cola desnuda en lugar de mirarme a mí.

Me bajé la bombachita recordándole que mi potito era mucho más lindo que el de la hermana, ahora sí se arrodilló en el suelo para besarme entre las piernas, me estaba chupando la conchita sin advertir a la mocosa mirándonos la cual curiosa preguntó pq hacía eso. Debí explicarle que me había lastimado haciendo gimnasia y debía curarme allí.
Al sentarla encima mío separándole las piernitas quedaron nuestros dos tajitos al alcance de la lengua movediza, para que no se pusiera celosa también le lamió el bultito tajeado mientras yo recordaba esa edad cuando aun desconocía las estrellitas.

Con el pié le tocaba el pito duro a Bart informando haberle pateado allí y ahora debería curarle la hinchazón, Lisa miraba admirada la inflamación de la lastimadura sin asustarse cuando me metí eso en la boca. La chiquita no sabía que le estaba chupando el pito al hermano, solamente veía que lo estaba curando, al largar el moco debí tragármelo para disimular frente a la inocente criatura.
A todo esto me estaba ofendiendo pq no había visto las estrellitas todavía y comuniqué que volvería a casa para evitar que se enojase mi padre. Todavía estaba mareada por el licor mientras caminaba como borrada hasta la parada del autobús.


El chofer me impidió viajar sin pagar el boleto pero por suerte un hombre mayor se apiadó dándome unas monedas, era un viejo con el cabello blanco, limpio y perfumado, le agradecí mencionando su lindo olor.
No había asientos libres y ofreció sentarme en sus piernas, eso ya me gustaba: no podría viajar de pié como los indigentes.

Me apretaba fuerte las rodillas para sostenerme y le dije que me hacía doler el teléfono en su bolsillo, dijo calladito en mi oreja que no era un teléfono, era un regalito para mí si me portaba bien. Comprendí al instante que era su pito duro mientras pensaba que podría ser el padre de mi padre pero dejé de pensar cosas raras cuando su mano subía por mi pierna hasta tocarme la puchita.
Demasiado apurado el viejo al abusar de mi inocencia sin decirme que me amaba o era hermosa, pero lo dejé hacer pq se sentía lindo.

Estábamos cerca de casa y lo apuré preguntando si me daría el regalito, disimuladamente se sacó el pito pero no se lo podía ver en la penumbra, al bajar una mano para agarrarlo pude apreciar que lo tenía bien grandote. Ahora sí me dijo que era una nena hermosa y corrí mi bombachita de costado facilitando que pudiese metérmela, no se lo permitiría a un maleducado.
El movimiento del transporte ayudaba para que fuese entrándome por la puchita sin hacer mucha fuerza, la barra calentita se abría paso dentro de mi conchita sintiendo muy lindo y me ayudé con el dedo hasta hacerme ver las estrellitas. Al final descendí corriendo sin despedirme del viejito.

Cuando mi padre me alzó en brazos comentaba que tenía olor a alcohol, le confesé haberme comido un bombón de licor mientras papito metía la lengua en mi boca para degustar el sabor de mi saliva mientras me besaba mucho.

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Día 47)

Ayer estaba escribiendo en este diario pero tuve que cerrarlo al sonar el teléfono, era Barto preguntando si había llegado bien a casa y al oír su voz se me mojaba la bombachita.
Le pregunté si estaba solo respondiendo estar con su hermanita y la estaba tocando mientras imaginaba acariciar mi cuerpo, una conversación excitante, no sabía que se podían sentir cosas agradables por teléfono.
Contaba tenerla paradita a su lado y a la mocosa le gustaba que le acariciasen las piernitas, me iba relatando cada detalle de sus manos subiendo debajo de su vestidito y apretándole las nalguitas gorditas, tuve acariciarme el tajito mientras imaginaba las hermosas sensaciones envidiando a su hermanita iniciándose recién en estas cosas.

Le decía estar apretándole el palito duro con la mente y los dos suspirábamos sintiendo cosas virtuales, no se animaba a tocarle el tajito pero le aconsejé que lo hiciese sin temor: a las nenitas nos encanta eso. Le había puesto otra bombachita más cómoda y ahora estaba revisándole la cola para que no se le encajase entre las nalguitas, yo imaginaba sus dedos hacer eso agarrando un fibrón del escritorio para metérmelo por donde hago caca mientras aconsejaba meteterle un poco el dedo en el culito a su hermanita, pero sugerí que antes lo mojase con saliva para no hacerle doler.

Puso el manos libres del teléfono diciendo necesitar la mano para sacudírsela mientras hablábamos, creo que era algo pervertido tocarse mientras hablaba con una alumna pero le dije que estaba bien. Ahora los escuchaba a los dos, la nenita se quejaba del dolor al meterle el dedo en el potito pero ahora sentía lindo, además preguntaba al hermano la razón de moverse el palito de hacer pis.
Cuando escuché "Ahhhhh" pude adivinar que había largado el moco mientras le metía el dedo en el ano a su hermana, yo estaba por ver las estrellitas cuando entró mi papito preguntando que hacía con un fibrón en el trasero debiendo cortar el teléfono.

Yo estaba muy excitada al sacarme el fibrón que tenía enterrado en el potito pidiéndole me lamiese allí abajo para calmarme, se arrodilló en el suelo y puse las piernas sobre sus hombros. Me lamía el frijolito mientras me metía dos dedos, uno por la conchita otro por el culito, se sentía maravilloso al explicarme que estaba haciéndome un candadito.
Eso estaba muy bueno debiendo enseñarle a Priscilla, la llamé por teléfono y jadeando le conté que mi papito adorado me estaba haciendo un candadito mientras chupaba mi puchita.

Ahora era ella tocándonse allí abajo al escucharme relatar cada paso, cuando le pedí a papito que me metiese su palo duro y los suspiros al teléfono cuando sentía entrarme esa barra tibia. Al contarle que la tenía casi toda adentro ella dijo "Ahhhhh" y supongo que habrá visto las estrellitas, a mí recién me llegaron luego de mucho verme entrar y salir el pene de mi padre.

El pobre no había soltado los mocos y compadecida le sugerí que se sentase para ensartarme solita por la cola, me gustaba más poder controlar los movimientos agarrándole el pito y apuntando a mi agujerito de hacer caca. Ahora podía sentarme lentamente para que me empujase la caquita sin hacerme doler, me la enterraba un centímetro y otro más hasta sentir sus pelitos en mi cola. La tenía toda adentro del potito pero casi no había dolido nada, el Fotógrafo quería moverme pero le pedí quedarse quietito, era muy lindo sentirme enculada profundamente deseando disfrutar antes que soltase el chorro de bebitos.

Hice un movimiento intentando sacármela un poco del culito para volver a sentarme con fuerza, era difícil moverme al tenerla tan adentro hasta lograr que me regase la tripita con sus paternales mocos.
A todo esto Priscilla había largado el teléfono y era Manpara escuchando todo, me dió mucha vergüenza cortando la comunicación luego que me pidiese realizar estas llamadas con mayor frecuencia.

El Fotógrafo se reía planeando algún día juntarnos los tres para hacerme probar el tener un pito metido por delante y otro por detrás al mismo tiempo, se me hacía carne de gallina imaginando mis tiernos huequitos infantiles siendo abusados tan cruelmente, lástima que mi padre ya la tenía blandita pq tenía ganas de sentirla metida nuevamente.

Esta mañana al llegar al colegio todavía me temblaban las piernas recordando cuando mi papito me vestía tocándome mucho allí abajo, no sé cuántas veces me enterró la bombachita entre las nalguitas para volverla a poner bien pero debía apresurarme para venir al cole.

En el recreo le pregunté a Priscilla si había disfrutado ayer y me contaba que Manpara la acariciaba mucho mientras nos escuchaba al teléfono pero ella ya había visto las estrellitas no teniendo ganas de jugar.

(continuará)

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:56) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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