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El diario secreto de Bety 23

Relato enviado por : ivloguer el 24/07/2013. Lecturas: 3880

etiquetas relato El diario secreto de Bety 23   Confesiones .
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Resumen
El Fotógrafo quería besar urgente a Priscilla pero ella pedía esperar para mirar lo que estábamos haciendo, yo estaba abriendo el cinturón de Manpara para quitarle los pantalones mordiéndome el labio inferior al descubrir el bulto escondido, me devoraría todo eso a la vista de su hijita.
Ella no quiso ser menos mientras se comían la boca, no se para qué el video si al final nadie miraba hacia el monitor y tuvimos que mover el mueble para poder apreciarnos mutuamente.



Relato
El diario secreto de Bety 23

Hola diario, escribo con una sola mano pq con la otra estoy tocándome allí abajo.

Estábamos comentando con Priscilla las experiencias telefónicas y le conté que mi papito había armado un sistema de tele-conferencias, nos podríamos ver y hablar al mismo tiempo. Al preguntarle si le haría caso al Abuelito, dijo temer ser vista con el maestro dañando su reputación, le recordé que éramos pequeñas nenitas reputas debiendo decirse "reputancioncita".

Se convenció al sugerirle que mejorarían sus notas de matemática y al terminar la clase con el abuelito nos quedamos las dos esperando se vaciase el aula. Informé al maestro que mi amiga andaba floja con las cuentas y necesitaba ayuda, no tenía dinero para pagarle clases particulares pero tal vez podrían llegar a un acuerdo.
Estaba por retirarme para dejarlos solitos pero Priscilla me agarró de la mano rogando que no la abandonase con un pervertido, no sé a cuál pervertido se refería si solamente estaba el Abuelito...

Al sentarme en un pupitre para observarlos, mi amiga estaba cabizbaja mientras el profesor le acariciaba el cabello alabando su hermosura (no se qué le vería de hermosa). Me estaba aburriendo y le pedí que la besase de una vez, tomándole el mentón acercó sus labios en un tímido besito mientras mi amiga farfullaba no agradarle la situación, ya me estaba cansando dicéndole que de todos modos ya la había desvirgado el padre, cuantas otras penurias podría padecer.

La nena se ruborizó por descubrir su secretitos y esta vez se dejó besar bien, el Abuelito le acariciaba la espalda hasta abajo tocándole la cola mientras Priscilla se dejaba hacer mansita, pensé que finalmente se la metería cuando le acariciaba el pecho preguntando si ya le estaban saliendo las tetitas, pero llegó la celadora para limpiar el aula y tuvieron que cortar.
El maestro tenía el bulto muy visible debiendo ponerse a borrar el pizarrón disimulando hasta que se le durmiese el pito duro.

Priscilla estaba algo enojada y no me hablaba hasta volver al tema de la video-conferencia, parece que con mi papito no sentía vergüenza para dejarse tocar.
Salimos de la mano rumbo a casa pero a mitad de camino decidimos intercambiar hogares, esto nos excitaba a las dos y nos besamos furiosamente en la acera, los peatones miraban con la boca abierta como si dos nenas besándose fuese algo raro.

Se me estaba mojando la bombachita al presagiar las aventuras y Manpara se extrañó cuando llamé a su puerta, pidiéndole que encendiese la computadora para hablar con mi papito y comprendería.
Mi amiga ya estaba en casa y sentadita en la falda de mi padre, me dio un poquito de celos pero recordé que ahora le robaría a su propio papito.
Me paré detrás de Manpara para abrazarlo por el cuello mientras saludaba al Fotógrafo, enfocaron las cámaras hacia la cama y nos fuimos en esa dirección.

El Fotógrafo quería besar urgente a Priscilla pero ella pedía esperar para mirar lo que estábamos haciendo, yo estaba abriendo el cinturón de Manpara para quitarle los pantalones mordiéndome el labio inferior al descubrir el bulto escondido, me devoraría todo eso a la vista de su hijita.
Ella no quiso ser menos mientras se comían la boca, no se para qué el video si al final nadie miraba hacia el monitor y tuvimos que mover el mueble para poder apreciarnos mutuamente.

Papito ya se había desvestido y le decía algo en la oreja a mi amiga, me daba rabia no escuchar eso pero Priscilla separó las piernas y no pude ver más que la cabeza de mi padre mientras le chupaba la conchita. Por suerte llegaban los sonidos de los suspiros y nos relatábamos en alta voz la situación.
Yo también quería que me lamiesen el tajito y lo agarré a Manpara de los pelos para bajarle la cabeza a mi altar del amor, esta vez me rendía pleitesía correctamente haciéndome suspirar fuerte con su lengua.

Manpara quería jugar a que estábamos sedadas e inconscientes y abusarían de unas nenitas extrañas, me parecía algo aburrido pero acepté el jueguito haciéndome la desmayada. Mi papito era más experto en esos juegos y acariciaba lentamente las piernas de mi amiga "dormida" subiendo hasta su bombachita, no le quería quitar el vestidito: solamente subirlo un poco.
Mi amante me la quería meter de inmediato pero se dio cuenta que el juego era así de suavecito, antes de violar a un nenita hay que adorarla mucho.

Me dio vuelta y quedé acostada de panza, por suerte había un espejo para ver el monitor y las caras que ponía mi amiga al sentir el dedo de mi padre entrándole por el culito. Se hacía la dormida pero hablando: relataba que le estaban enseñando el candadito sintiendo muy lindo con un dedo en cada agujerito. Manpara me hizo lo mismo para estar en sincronía y sentía sus dedotes entrarme despacito por la puchita y por el culito mientras me chupaba dulcemente.

Lo que más le gustaba a Manpara era mi agujerito de hacer caca, movía el dedo para agrandarme el culito y enseguida lo sentí apoyarme el glande en el potito, casi no podía hablar de la agradable sensación pero farfullé que me estaba entrando el pene de su padre por la cola.
Ella decía que se la estaban metiendo por la conchita pero solamente la puntita, la hacía sufrir al darle tan poco de comer al hambriento conejito.

Un dedo de Manpara acariciaba mi puchita mientras me enterraba la barra carnosa por detrás, sentía cómo mi culito se estaba devorando esa cosa tibia que entraba y entraba sin parar, no era como mi papito que me metía un pedacito y retrocedía, el padre de Priscilla empujaba sin parar para encularme a fondo.
Mi papito estaba demasiado entusiasmado observando cómo mi hermoso potito era invadido por un extraño y largó el moco dentro de la puchita de mi amiga, tuve que informarle su deber: ahora debería besarla allí abajo hasta hacerle ver las estrellitas.

Mi amante me hablaba en la oreja diciendo que estaría enculándome por horas sin acabarme dentro y comenzó a bombearme la cola, ahora sentía mucho su coso gordo entrarme y salirme del intestino con mucha lentitud, me culeaba con amor y supongo que en lugar de hacerme el amor me estaba haciendo el culito.
Priscilla ya se había sentado a mirarnos y temí se pusiera celosa por abusar de su papito, le pedí que me largase la leche en la tripita y aceleró sus movimientos. Ahhhhhhhh esto se sentía genial, casi me la sacaba toda del culito para volver a enterrármela a fondo y nuevamente vi las estrellitas cuando estaba aplicándome el enema tibiecito.

Quedamos en reunirnos los cuatro, mejor que mirarnos en una pantalla. Mi padre no soltaba a Priscilla acariciándola mucho, mis celos crecían con tantos cariños pero explicó estar muy excitado y con ganas de romperle el culito a mi amiga.
Palabra soez, se decía meterle el palito por detrás pero así le gustaba hablar a mi padre. Les pedí que se pusieran más cerca de la cámara para verle bien la cola a mi amiga, en la pantalla apareció un pito gigante de tan cerquita y enseguida las nalguitas de Priscilla.
El Fotógrafo le separó las montañitas carnosas y pude verle bien el culito palpitante, hasta yo deseaba meterle el dedo por el agujerito de hacer caca.

Se ponía crema para dejar el pito resbaladizo mientras me puse a reflexionar acerca de ese caño carnoso: por allí había salido yo en la forma de hermosa bebita flotando hasta zambullirme en el útero materno.
Mucho reflexionar pero el pene de mi padre ya estaba entrando en el potito de mi amiga, se lo metía un poquito y vuelta a sacarla como era su costumbre, se me mojaba entre las piernas al verlos y le pedí a Manpara que me lamiese mientras.

Ahora era más lindo y casi podía sentir el pitote paterno entrándome a mi también por la cola, la cámara enfocaba bien el ano de mi amiga notándose muy agrandado mientras se tragaba la barra de carne, cuando la tuvo metida muy hondo ya no pude ver los detalles de su culito y concentrándome en la lengua que me estaban dando vi las estrellitas al momento de escuchar el "Ahhhh" de mi amiga.
Priscilla estaba toda transpirada mientras relataba estar sintiendo la leche de mi papito entrándole profundamente en el intestino.

Resolvimos dormitar un rato en casas ajenas y apagamos las cámaras, estaba yéndome a curiosear a la cocina pero me agarró Manpara tirándome sobre la cama para besarme desesperadamente, no se qué le pasaba si recién me la había metido pero tenía ganas de metérmela nuevamente.
Yo no sería una nenita mal educada negándole algo al padre de mi amiga y me dejé hacer, dijo que esta vez me haría el amor como se debe y no llegué a contestarle cuando ya me la estaba introduciendo dentro de la conchita.

Debo reconocer que lo hacía con extrema suavidad y daba gusto sentir cómo me entraba lentamente por la puchita, no entraba de a pedacitos como mi papito, me la metió hasta el fondo y largué un suspiro fuerte al sentirme tan rellenada. La sacó casi entera y nuevamente me ensartó profundamente, todo muy despacito mientras me comía la boca, sus labios se desesperaban para besarme mientras su ariete me bombeaba a fondo, woooowww, vi las estrellitas sin esperarlas y seguía viendo lucecitas mucho rato mientras me hacía el amor.

Retorné a casa y Priscilla todavía estaba durmiendo en los brazos de mi padre, le recriminé ser una vaga pero reconociendo que su papito sabía hacer el amor a una nena.
El Fotógrafo no se despertaba y me senté sobre su cara soltando un pedito, creo que todavía tenía leche en la tripa pq se levantó tosiendo para ir a lavarse la cara.

Nos reíamos fuerte por mi travesura y quedamos besándonos las dos, realmente eramos más que amigas, casi hermanas que compartían papitos.
Manpara tenía esposa siendo imposible pasar la noche con su hija, le relataba lo hermoso de dormirme con el pene de mi padre apoyado en la cola y amenazando empujarme la caquita, o despertar a medianoche descubriéndolo besándome la conchita hasta sentir que me la metía estando dormida.

Mencioné que el maestro de matemáticas vivía con su madre y ella podría quedarse a dormir allí para sentirse abrazada mientras conciliaba el sueño.

(continuará)

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:56) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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