El diario secreto de Bety 25 de 25

El diario secreto de Bety 25 (final)

Hola diario, hoy no me metí el Joystick, leí en un folleto que se usa para games y hay que tenerlo en la mano. Creo que se debe moverlo como movemos el pito de un varón cuando se lo agarramos.

Estaba en la casa de Bart con su hermanita en la falda y enseñándole jueguitos nuevos mientras me corría la bombachita de costado.
El Barto al verme la puchita desnuda se puso a besarla con desesperación y le aconsejé que debería chuparle también la conchita a su hermana para que no se ponga celosa.

Tocándole el tajito enfundado sugerí que sería más lindo jugar sin la la bombachita puesta y se la quitó raudamente, parece que no tenía inhibiciones ante su hermano. Le miraba la conchita miniatura recordando que la mía también fue tan chiquita hace tiempo, solamente que mi padre me la chupaba estando sedada y yo no me daba cuenta.

Se extrañó que no me quitase mi prenda íntima y tuve que complacerla pero le pedí al hermano que se diese la vuelta para no verme, me daba la espalda mientras fue sacándose el pantalón. Ya estábamos en igualdad de condiciones menos Bart que no sabía cómo disimular su pene erguido hacendo carpa en el calzoncillo.
Yo sentía la colita desnuda de Lisa sobre mi piel y casi me excitaba percibir su tibieza, esta vez Bart me chupó la conchita debidamente y casi me hizo ver las estrellitas, su hermanita se revolcaba de risa cada vez que la chupaba a ella. Evidentemente era demasiado pequeña para alcanzar un orgasmo pero se divertía mucho.

Decidimos cambiar posiciones y esta vez Bart se sentó con su hermanita en la falda, tenía el pito como una piedra y me lo metí en la boca tranquila sabiendo que la pollerita de Lisa taparía eso. Cada tanto ella miraba hacia abajo y debía sacarme el pene de la boca para chuparle la conchita a ella, tenía sabor a pis pero igual me gustaba y cada vez se la chupaba más fuerte.
Para distraerla le pasaba un dedo por el anito haciéndole adivinar cual de los cinco dedos estaba usando, ya no me aguantaba las ganas de meterle un dedo en el culito y ensalivándolo bien le metí la puntita. Por suerte tengo los dedos chiquitos y no le dolió, la chiquita solamente suspiraba fuerte mientras le entraba una falange en el intestino y el hermano le silenció los labiecitos con su boca.

Me regocijaba viendo cuando le comían la boquita a la criatura lamentando que no me hubiesen besado así siendo chiquita, ni siquiera conocía lo que era un dedo entrándome por el culito a esa edad aunque tal vez mi padre me lo metía dormida.
Al final se dio cuenta que el hermano tenía el pito duro y yo se lo estaba curando con la boca, le prometí que cuando le saliese el moquito enfermo se lo dejaría sentir en la colita.

Chupé un ratito más y cuando adivinaba que le venía agarré el pene de Bart para pasarlo entre las nalguitas de su hermanita, no lo tuve que mover mucho y ya le salían los chorritos de leche escupiendo el potito filial. La escuincla se asustó al sentir el líquido tibio y sin querer quedó el glande apoyado en su anito penetrándole un poco de leche a la tripita.

La acosté de panza haciéndole cosquillas para distraerla mientras le chupaba el culito limpiando el enchastre, lo hacía estando de rodillas y Bart aprovechó para apoyármela en la cola, la tenía blandita y pegajosa pero yo seguía jugando con la criatura haciendo tiempo que se le ponga dura.
La tuve que dar vuelta y hacerle trompetas sonoras en la pancita mientras se desternillaba de risa, yo también sonreía al sentir que algo me estaba entrando por la colita.

Se me iba la boca hacia la conchita miniatura y se la chupé bien al sentir la barra de Bart que entraba y entraba hasta llegar al fondo. Me tenía ensartada por el culito mientras debía disimular los suspiros que se me escapaban al ser enculada en secreto, el muchacho tardaba mucho en juntar el moco nuevamente y me daba pito por retaguardia con mucho entusiasmo mientras miraba cómo le chupaban la puchita a su hermana.
Cada vez que me la metía hasta el fondo me hacía mover la cabeza entre las piernas de Lisa y mi lengua ya parecía un pitito a medida para ella.

Cuando largó el moco le salió poquito pero se movía como si me estuviese inyectando muchos litros de semen en el culito, me quedó el ano ardiendo de tanto serrucharlo.
Alcé la criatura en brazos y fuimos a darnos una ducha, me encantaba enjabonarla y pasarle la mano por todo el cuerpo, no se que tenía esta nenita para hacerme excitar tanto. Cuando entró Bart le pasé a su hermanita mojada para que la secase y salí rápidamente de la ducha temiendo que al verme desnuda desease metérmela nuevamente.

La acostó en la cama secándola como si fuese una bebita, le hacía cosquillas y también le daba besitos por todos lados, parecía con ganas de chuparle nuevamente el bultito con hachazo. Le pusimos otra bombachita y yo bromeaba estirándosela demasiado arriba para que se le encajase entre las nalguitas y el hermano le arreglaba la prendita una y otra vez, nos divertíamos sanamente jugando los tres.

La escuincla quedó viendo cartoons en la tele mientras nos besábamos con Bart, me estaba subiendo la temperatura y le pedí al oído que me hiciese el amor, fuimos de la mano hasta su dormitorio y me quedé viendo los trofeos deportivos. Era lindo sentirme abrazada por detrás mientras Bart decía que me deseaba hace mucho pero no podía acercarse a una nenita del colegio.
Confesó que se masturbaba mientras me espiaba desnuda en la ducha pero no se animaba a decirme nada, se me mojaba la bombachita al escucharlo y le dije que ahora me tenía todita suya para hacerme de todo.

Me sacó toda la ropa acostándose encima de mi cuerpo mientras me acariciaba el pelo y me besaba, brrrr, que linda sensación el sentirse deseada, cuando me apoyó el palito duro en la puchita me dieron temblores y tuve un orgasmo antes que me la metiese, creo que aun duraba mientras la sentía entrar lentamente y eran infinitas lucecitas de colores durante todo el tiempo. Me estaba haciendo el amor con dedicación, su pito me arrancaba suspiros al moverse con velocidad creciente y no recuerdo cuantas veces habré acabado sintiendo su pene dentro de la conchita.

Me estaba dormitando rendida cuando entró la hermanita preguntando pq no tenía nada de ropa, tuve que confesarle estar acalorada luego de jugar y me había desvestido para estar más cómoda. Se trepó a la cama y la abrazamos fuerte entre los dos peleándonos quién le daba besitos más lindos en la boquita.
Cuando nos despedíamos en la puerta le dije que el potito de su hermanita era hermoso y le otorgaba permiso para largar los mocos allí cuando desease, pero que no se la metiese pq sería doloroso para la criatura.

En el taxi de vuelta a casa el chofer me miraba raro, había olvidado de ponerme la bombachita y sin querer tenía las piernas separadas, para disimular me acosté en el asiento trasero haciéndome la dormida. Al final quedé dormida de verdad hasta sentir unas manos acariciándome las piernas, me asusté pensando que sería un pervertido intentando violarme pero estaba en la puerta de casa y el chofer me estaba arreglando la pollerita para taparme la cola desnuda.
Hablaba muy suavecito y no parecía tener el pito duro, me extrañó que un hombre pudiese resistirse a mi hermosura sin desear metérmela pero me extrañó más cuando dijo conocernos del barrio y le gustaba mi hermano.

Quedé con las mandíbulas desencajadas de tanto abrir la boca, ¿ cómo podría gustarle un hombre teniendo a la mano un delicioso bombón femenino como yo ?
Explicaba lentamente que algunos hombres gustan de otros hombres y viven en pareja, estaba por preguntarle como hacían si ninguno tiene tajito pero recordé que también se puede usar la cola para eso, sería asqueroso pero parecía la única explicación. Le conté que mi hermano ya no vivía en esta casa pero le diría al verlo, no me quiso cobrar el viaje despidiéndose con un besito en la boca aconsejando que no viajase sola y menos sin bombachita pq había muchos pervertidos sueltos.

Al recibirme mi papito preocupado que regresaba tan tarde, le conté que en la casa de la profesora había una nenita chiquita y jugamos mucho. Me abrazaba fuerte diciendo haberme extrañado y cada minuto sin verme era una tortura, creo que papito estaba enamorado de mí y lo besé fuerte para calmar sus angustias paternales.
Ni me dejaba caminar llevándome alzada a todos lados, le pedí que me bajase para ir al baño y dijo que haría caca por mí si pudiese, de tanto que me quería. Me enterneció muchísimo y le permití seguirme hasta el sanitario. Se sentó en el borde de la bañadera mirándome hacer caquita y ya me daba vergüenza, al levantarme me lavó la cola pidiendo permiso para lamerme el potito hasta dejarlo bien limpito.

Ya era demasiado mimoso y le ordené que preparase la cena yéndome hacia mi cuarto para escribir en el diario. Pude escribir y contarte todo esto mientras mi padre prepara la comida, me da vueltas la cabeza pensando que me ama tanto y no podemos casarnos.
Ahora recuerdo cuando era más chiquita y me sentaba en sus piernas leyéndome un cuento, me daba muchos besitos en la cara mientras yo pensaba que era natural un padre haciendo eso con su hijita, por ejemplo cuando me bañaba y estábamos horas en el baño jugando con el agua mientras mi papito me acariciaba dándome miles de besitos en todo en el cuerpo. Creo que desde hace mucho tiempo me amaba y ahora comprendo una discusión con mi madre por el empleo, renunció para trabajar en casa y poder cuidarme de cerca.

Al llamarme para cenar fui corriendo a sentarme en sus piernas pidiéndole que me diese la comida en la boca como cuando era bebita, me sacaba miguitas de los labios solamente para sentir mi boca cerquita a la suya, no pude aguantar eso y lo besé con ternura preguntándole la razón de no besarme cuando era chiquita. Dijo que se desesperaba al mirarme los labiecitos mientras hablaba y se mordía fuerte para resistir las ganas de besarme, al final recurrió a un medicamento para sedarme y se quedaba mucho tiempo degustando mis labiecitos y besándome todo el cuerpo para terminar masturbándose mientras me miraba.

Se me caían las lágrimas de pena odiándome por estúpida al no haberme dado cuenta antes que estaba loco por su hijita, hasta había dejado un empleo bien remunerado para estar conmigo todo el día. Cuando nos sentamos a mirar la tele estaba sobre sus piernas y hacíamos de todo menos ver la pantalla, mi papito se quedaba viéndome y buceaba en mis ojos hallando todo el amor que sentía por él, creo que amor desesperado por las ganas de recuperar todo el tiempo perdido.
Me quité la blusa y al final quedé en bombachita y mi padre en calzoncillos, necesitábamos sentirnos piel contra piel y deseaba poder meterme dentro de su cuerpo para estar más juntitos, no le alcanzaban las manos para acariciarme por todos lados y yo deseaba sentir todo lo que me perdí de chiquita al desarmarme toda mientras me comían la boca.

Nos fuimos al dormitorio haciendo volar la única prenda que nos cubría metiéndonos desnudos a la cama. Papito me besaba con un cariño indescriptible, me besaba la cara, por detrás de la oreja y el cuello. Me temblaba todo el cuerpo con escalofríos al sentirme amada de un modo tan intenso, al fin mi papito podía brindarme todo su amor acumulado y yo podía confesarle que de chiquita me encantaba cuando me abrazaba y no quería que me soltase.
Mientras me besaba las piernas subiendo hasta los muslos sentía temblores y apenas me besó la puchita tuve un orgasmo tremendo, increíble lograr eso y todavía no me había chupado la conchita. Le atenazé el cuello con las piernas pidiendo que siguiese lamiéndome el tajito y me venían las explosiones de estrellitas una detrás de la otra.

Me escapé a la cocina para traer gaseosa y le puse un frasquito entero de pastillas para dormir a cada vaso, sería una travesura para que durmamos abrazados juntitos mucho tiempo.
Se tomó todo y también bebí mi gaseosa vaticinando que ahora estaríamos durmiendo pegaditos como le gustaba a mi papito.

Quería aguantar despierta cuando sentía su pene entrándome amorosamente en la puchita, mi amado papito me estaba haciendo el amor con todo el cariño del universo.

Pude ver las estrellitas nuevamente mientras me dormía pero ignoro si le dió la mamadera al conejito, no sentía mi cuerpo, apenas el peso de mi papito mientras se quedaba dormido encima mío.

(Tal vez sea el fin)