el estudiante del intercambio

Somos un matrimonio de 42 años de edad, sin hijos, que como la mayoría de nuestra poblacion atravezabamos una situacion financiera dificil. Decidimos, entonces, ofrecer en alquiler una habitación de nuestra casa a alumnos universitarios de otros países. Asi fue que se comunico con nosotros ILLOA, un estudiante universitario de Nigeria que debía asistir a un posgrado en literatura española. Como le parecio lógica La primera semana la paso ambientar nuestra oferta en cuanto a comodidad y costo nos alquilo por tres meses. Era un joven de 23 años, alto, delgado, de piel muy negra y de sonrisa permanente. L a primer semana la paso ambientándose al lugar. Casi no salía de su habitación salvo para concurrir a sus cursos. El primer fin de semana lo invitamos a conocer la ciudad. A nuestro regreso ya eramos amigos. Con Flavia, mi mujer, hacíamos bromas sobre èl. En especial que tuviera ella cuidado ya que se decía que los morenos eran de temer con sus atributos sexuales. Tanto fue asi que ella me conto en tono de confidencia que días pasado al pasar por cerca del baño que el usaba había visto a través de la puerta entornada que Illoa se estaba bañando y le llamo la atención el tamaño de su pene. Ahí empezaron mis bromas cada vez mas subidas de tono. Como Illoa comia con nosotros nuestras charlas eran cada vez mas de amigos. Asi en tren de broma , cierta noche, le pregunte si era verdad aquella historia de que los morenos l riendo me dijo que estaba Flavia. Al preguntarle si a ella le incomodaría verlo y si asi fuera que se retirara un momentito, ella sse negó. Illoa pensó unos segundos y levantándose, se abrió su cremallera, metio su mano y extrajo un morcillón negro de unos 18 cm en estado de descanso. Flavia se sobresalto y riendo dijo que tenia para alardear. Viendo la posibilidad de algo mas, le pedi a Flavia que lo tocara a ver si estaba duro. Ella se negó pero Illoa se le acerco y lo puso al lado de su mano. Flavia me miro y yo asentí. Flavia lo tomo y sin que nadie dijera nada lo llevo a su boca. En un segundo lo que parecía una broma se había transformado en una de nuestras principales fantasias. Mi mbos al unisosno se quitaron la ropa. Flavia lo monto como poseía. See movio como poseída. Illoa resoplaba. Me acerque a ellos en el momento que el retiraba su pene de la vagina de Flavia y lo llevaba hacia su boca. Ella la abrió y recibió la descarga. Ella abrió la boca y dejo caer al suelo una cantidad blancuzca de semen de Illoa. Me llamo. Sin pensarlo me acerque y la penetre. Alcanzo un orgasmo. Illoa pidió permiso y empezó a tratar de penetrarla por el ano. Cuando lo logro se descargo nuevamente acompañándolo yo en la vagina de Flavia. Todo fue tan rápido que no nos dimos cuenta que ninguno de los dos llevaba protección. Flavia tiene colocado un Diu. A partir e esta noche , el tiempo restante de la permanencia de Illoa en casa nos sirvió para llevar a cabo todas nuestras fantasias que contare en otra oportunidad.