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el masaje de Ely

Relato enviado por : Anonymous el 09/01/2011. Lecturas: 4179

etiquetas relato el masaje de Ely   Fantasías .
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Resumen
Ely sintio la necesidad de sentir aquella polla en sus manos......


Relato
Ely es una chica encantadora con fina piel y unos ojos negros que alumbran como dos luceros. El día de su cumpleaños había trabajado muy duro durante todo el día en hospital donde trabajaba como enfermera. Le dolía la espalda de estar todo el día de pié de un lado para otros, había sido uno de esos días agotadores.

Además del trabajo, había estado casi todo el día tensa. Había un compañero que le gustaba mucho, parecía que ella a él también pues cuando se le acercaba ella notaba que el se ponía colorado. Bromeaban y se reian mucho juntos, pero el nunca le decía nada que a ella le diera pie a pensar que estaba interesado en ella. Ely sin embargo bebía los vientos por el, cuando lo tenia cerca notaba que su cuerpo se estremecía, su coño se ponía húmedo y los pechos se le ponían mas tiesos. Aquel chico la atraía mucho. Ay! – pensaba a veces- si tu supieras las noches que mi coño se corre en honor a tu polla!! Porque últimamente se masturbaba casi cada noche pensando en aquel chico. Lo que ella no sabia es que todas las noches la polla de aquel chico se corría encima de su coño, porque ella era también el objeto de las fantasías de él para masturbarse. El imaginaba sus exuberantes tetas y el coño que se ocultaba debajo de aquellas bragas que en la oficina él
percebia marcadas debajo del vestido. A veces cuando estaba sentada y giraba la silla, el intentaba disimuladamente verle los muslo y si alcanzaba a verle las bragas.

Aquel día, habían estado bromeando. El había estado cerca de ella charlando, el de pie y ella sentada, la posición era que la cara de Ely estaba a la altura de la entrepierna de él,
En un momento que ella se atrevió a mirarle el paquete disimuladamente, se dio cuenta que él tenia el paquete grande y que se notaba su polla dura. Ella creo que se iba a marear, para disimular se levantó y se fue al servicio. Estaba totalmente mojada y la excitación le impedía respirar bien, sin pensárselo abrió las piernas todo lo que pudo
Se subió el vestido, y se masturbo frenéticamente de pie, hubiese querido hacerlo durar pero no era capaz de controlar sus corridas y en pocos segundos se corrió, le temblaban las piernas, como siempre que se corría pero estaba vez estaba de pie y tan abierta que tuvo que sentarse en el water para no caerse.

A la hora de salir del trabajo pensó que estaría bien ir a que le dieran un masaje para relajar los músculos. Recordó que una amiga le había hablado muy bien de un masajista que había a dos calles de donde ella trabajaba. Aunque preferiría que se lo diera una mujer, pues le daba un poco de corte que un hombre tocara su piel, no porque fuese mojigata sino porque no había tenido ninguna relación con un hombre. A pesar que tenia un amigo cibernetico, mas mayor que ella, con el que tenia una gran confianza y amistad. Con él era con quien hablaba de todas sus dudas, él le daba autenticas lecciones de sexo y le aconsejaba como disfrutar de su cuerpo sin tabues. Gracias a esas charlas ella habia adquirido mucha más confianza en si misma y en su cuerpo, a pesar de ello la idea de que un hombre le diera el masaje la inquietaba un poco, porque no sabia como reaccionaria al sentir unas manos masculinas sobre la piel desnuda de su espalda, al mismo tiempo la




misma ide ale producia una cierta excitación, ella era consciente que tenia un cuerpo apetecible APRA cualquier hombre, asi que el masajista no seria menos, seguro que disfrutaria pasando sus manos por su piel desnuda.


Así que con la seguridad que la caracterizaba, al fin decidió ir. Es mi cumpleaños y me puedo permitir el darme un capricho

Llego a la consulta, en la segunda planta de un edificio de apartamentos. Le recibió una señorita muy educada y bien vestida.

- Buenas tardes, en que puedo ayudarla?
- Buenas tardes, venia para ver si podían darme un masaje de espalda
- Pues mire si, ha tenido Vd. suerte porque la visita que estaba concertada a esta hora acaba de llamar que no puede venir.
- Estupendo.
- Pase

La acompaño a una sala como la consulta de un médico, que olía a una mezcla de incienso y aceites aromáticos, en el centro había una camilla con sabanas blancas, sonaba una música muy suave y la luz era muy tenue.

- Quítese el vestido y el sujetador y túmbese boca abajo en la camilla

Precisamente hoy he venido con vestido – pensó Ely- con lo cual me tendré que quedar en bragas, ya podía haberme puesto pantalones. Pero ya no había marcha atrás, así que se quito los zapatos, el vestido y el sujetador y se tumbo en la camilla. La Señorita la tapo con otra sabana.

- En un momento vendrá el masajista, relájese

Al instante entro un hombre de unos 37 años, atlético, moreno y vestido con una bata blanca. A Ely le recordó a su compañero de trabajo.

- Buenas tardes, esta Vd. cómoda?
- Si gracias
- Es la primera vez que la veo, verdad?
- Pues si, me lo ha recomendado mi amiga Mónica
- Mónica…Mónica Suarez? Pregunto el masajista.
- Si, es amiga mía.
- Estupendo, que tipo de masaje desea?
- No..se.. me duele la espalda. Que tipos de masaje me sugiere?




- Bueno…puedo hacerlo un masaje de cabeza, de espalda o un masaje completo, como los que le normalmente le doy a su amiga.
Ely se quedo pensando un momento . Mónica no le había hablado de los tipos de masaje, pero “ya que estoy aquí, uno completo” - pensó

- Pues uno completo.
- Muy bien, pues pongase boca abajo por favor, cierre los ojos, escuche la música, relájese y déjeme hacerle el masaje sin preocuparse por nada, le dijo al tiempo que reducía el volumen de la música y también la intensidad de la luz.

Ella cerró los ojos y creyó percibir que el masajista se frotaba las manos con algún aceite, por el olor a sándalo que invadió la estancia. Ella decidio imaginarse que el masaje se lo daba su compañero de trabajo.

Empezó a darle un suave masaje en la nuca y el cuero cabelludo, aquello le producía una sensación de descanso enorme. El masaje de cabeza duro unos diez minutos.
A continuación noto como le retiraba la sabana de su espalda hasta las nalgas. Me esta viendo las bragas – pensó un poco nerviosa-.
Pero el hombre empezó a darle un suave masaje con sus manos húmedas de aceite desde la nuca, bajando por la columna hasta las nalgas, volviendo a subir y parándose en los omóplatos y los hombres. Aquello la tranquilizó y empezó a sumirla casi en un duerme-vela muy agradable, su espalda empezaba a desanudarse de la tensión del día.
En una de las bajadas que las manos del masajista hicieron por la espalda, sintió como al llegar a la altura de las braguitas, se las recogió un poco hacia abajo con sumo cuidado y suavidad para poder seguir masajeando hasta el coksis. Ella ya no le dio importancia.
Después de unos quince minutos, el masajista le volvió a cubrir la espalda con la sabana, esto le resulto muy agradable porque sintió el calor de su cuerpo envuelto en la sabana.


A continuación el masajista le subió la parte de debajo de sabana, la que cubría sus piernas hasta la cintura y empezó a masajearle el pie derecho para ir subiendo por toda la pierna, cuando llego al muslo Ely sintió algo como el calor de la espalda aumentaba, pero como estaba medio dormida, no quiso darle mas importancia y dejo hacer, sintió como la mano caliente del hombre iba subiendo por el muslo masajeando por fuera y por la parte de dentro hasta llegar a la ingle. Cuando llegaba a ese punto, ella sentía una agradable sensación y tentada estuvo de abrir más las piernas para facilitar el acceso pero permaneció inmóvil. Después de unos diez minutos, el masajista cambio de pierna y volvió a ejecutar la misma operación, pero en esta ocasión cuando llego a la ingle se entretuvo un poco más y ella noto como el lateral de la mano le rozaba la braga en la zona del coño. Se le ha ido un poco la mano, no pasa nada – pensó. Su sorpresa llego cuando el le cogio suavemente las bragas y empezó a bajárselas,



- Le importaría levantar un poco el vientre y las piernas para que pueda quitárselas
- Pero….que hace?...porque me quita las bragas?....le respondió ella muy nerviosa.

El masajista no se mostró sorprendido, no era la primera vez que le ocurría e intento
Responder con la mayor naturalidad posible.

- Perdone, pero me dijo un masaje completo, no?
- Si…pero…
- Discúlpeme, pero para darle un masaje completo necesito que este desnuda. Pero si quiere que lo dejemos…

Por un momento Ely estuvo a punto de levantarse y marchar, pero de pronto pensó “que bochorno parezco una mojigata, además si es el mismo que le da a Monica…”

- No, No.. perdone, es que me ha cogido por sorpresa.
- No se preocupe….usted dejeme hacer
-
Ella levanto el culo y luego las piernas para facilitar el quitarle las bragas
Cuando el masajista le saco las bragas de los pies puedo ver una gran mata de pelo negro entre las piernas de Ely, normalmente no le producía ninguna reacción libidinosa porque casi todas las clientas eran personas entradas en edad, pero aquella chica era joven con unas piernas redonditas y un culo muy bien formado. No era un modelo, pero tenía un atractivo especial. De todos modos se quito de la cabeza tales pensamientos y como buen profesional decidió seguir con el masaje.

El se volvió a poner aceite de sándalo en las manos y empezó a masajearle los hombros y la espalda, primero el omóplato derecho y luego el izquierdo, para después bajar por la columna con ambas manos hasta llegar a las nalgas. Allí se detuvo con tranquilidad primero en la derecha, masajeándole, casi estrujándola con las dos manos bajando hasta la entrepierna, momento en que con ambas manos baja
Por la ingle abrazando la pierna y subiendo de nuevo de forma que el borde de su mano rozaba el coño de Ely, como de forma involuntaria, y las manos volvían a subir
A la nalga y las masajeaba, ahora de abajo arriba. Cuando hacia esto el coño de Ely
Se abría porque la piel de la ingle subia hacia arriba. Esto le estaba produciendo a Ely un gran place, su vista empezaba a nublarse y empezaba a desear que volviera a bajar las manos a masajear las inglés para sentir el rozo en el coño.










Vaya, vaya…con Mónica –pensó Ely- ahora se porque viene todas las semanas a darse un masaje y no para de decirme que venga a darme uno, también podía haberme explicado..a fin de cuentas no soy ninguna mojigata

Ely ya se había abandonado a la estupenda sensación que sentía, se sentía excitada y desinhibida. Cuando el masajista bajaba las manos hasta la entrepierna ella las abría, ya sin rubor, para permitirle mejor la maniobra y sentir mejor el roce en los labios de su coño.

Cuando hubo terminado con ambas nalgas, utilizando los pulgares y con las manos extendidas sobre las nalgas le masajeo la raja del culo y fue bajando hasta darle primero un suave masaje en el ano, aquello fue una sensación rara pero al mismo tiempo muy placentera, para seguir hasta presionarle con los pulgares los labios del coño y hacerlos frotar entre ellos, en ese punto a Ely se le escapo un gemido que no pudo reprimir. Con mucha suavidad el siguió con el frotis hasta que noto como Ely abría más las piernas, en ese momento paro para no dejar que ella pudiese llegar a correrse.

- Por favor, désele la vuelta.
- Ely se dio la vuelta y se puso boca arriba, ahora ya no le daba ningún pudor estar completamente desnuda enfrente de aquel hombre. Lo único que deseaba era sentir otra vez aquellas manos suaves sobre su cuerpo. Sentía mucho calor en la cara, realmente estaba encendida de calentura y placer, su sexo estaba húmedo y deseaba que siguiera masajeándole allí.

Como buen profesional, él sabia lo que ella estaba deseando y por eso no empezó por donde ella hubiese querido. El sabia que la espera también era excitante, así que volvió a untarse las manos con aceite y empezó de nuevo por los hombros, donde no se entretuvo mucho, le subió los brazos y se los estiro hacia a tras de la cabeza. En esa posición sus pechos quedaron tersos con los pezones apuntando hacia el techo duros por la excitación que Ely ya sentía.

EL masajista se puso mas aceite en las manos y empezó a masajearle los pechos de forma suave y estrujándolos con mucho cuidado, acariciándole los pezones, con ambas manos. Ely empezó a respirar profundamente y cuando el masajista le estiraba suavemente los pezones, sentía como un inmenso placer recorría todo su cuerpo la humedad invadía su entrepierna., no sabia bien si abrir o cerrar las piernas. El fue aumentando el ritmo del masaje, la respiración de Ely era cada vez más rápida y sus gemidos ya eran otra vez seguidos y sin rubor alguno. El siguió







estrujando sus pechos y sus pezones hasta que un gemido profundo de Ely fue seguido por un estremecimiento de todo su cuerpo, al tiempo que cerraba las piernas encogiéndolas sobre su vientre, al tiempo que volvía sus brazos sobre su pecho, acariciándose ahora ella misma los pechos, mientras permanecía con los ojos cerrados. Acababa de tener el orgasmo más placentero y salvaje que nunca había sentido cuando se masturbaba ella.

El masajista, con mucha delicadeza volvió a estirarle las piernas sobre la camilla y siguió con su masaje en el de Ely, como si nada hubiese ocurrido. Sin embargo, no sabia que le pasaba con aquella chica, pues se había excitado él también y debajo de su pantalón blanco su polla amenazaba con explotar y sentía la punta mojada. Solo su sentido de la profesionalidad le había impedido sacársela y dársela a tocar a Ely, o a chupar porque contra todas esas ideas estaba luchando mientras seguía con su masaje como si nada hubiese pasado.

Se entretuvo más de cinco minutos masajeando el vientre y el costado, era la técnica para darle tiempo a la clienta a recuperarse y relajarse de nuevo. El tenía su cuerpo
A la altura de la cintura de Ely, desde esa posición podía dominar todo el cuerpo de ella. Cuando noto que ella se había relajado extendió su masaje subiendo nuevamente hasta los pechos, pero esta vez sin tocarle los pezones porque podrían estar irritados.

En una de estos movimientos para masajearle el hombro contrario a donde él estaba,
Se inclino sobre ella y sin darse cuenta su paquete se coloco precisamente encima de la mano de Ely, que tenia los brazos ahora estirados a lo largo de su cuerpo.Ella lo noto, perfectamente duro y en un movimiento espontáneo cerro la mano con lo que rozo el miembro duro del masajista, quién al darse cuenta se sintió avergonzado, porque creyó que ella pensaría que lo había hecho a propósito, cuando en realidad no fue así y, aunque le agrado aquel roce y le pasaron por su imaginación miles de ideas,
Siguió con el masaje y disimuladamente aparto su cuerpo de la camilla de masaje nuevamente. Pero Ely que estaba excitada y se sentía mojada, sintió la necesidad
De notar aquella polla en su mano Mientras él, seguía con el masaje ella alargo la mano, tiro de su pantalón hacia abajo y, oh! Sorpresa, no llevaba calzoncillos y su polla salio disparada hacia delante como una flecha recta y dura.


Ely volvía a estar excitada, caliente y húmeda y de forma contundente le cogio la polla con la mano y empezó a menearsela. Ella tenía necesidad de sentir el cuerpo de un hombre, de disfrutar de él.








El se dio cuenta y pensó que ya era momento de ir preparando el final del masaje, así que sin darse por enterado, dejando que ella siguiera con su polla en la mano como si fuese lo más normal del mundo, fue bajando sus manos hacia el vientre, los muslos. Con mucha delicadeza le separo nuevamente los muslos, al hacerlo un suave olor a calentura le llego de la entrepierna de Ely, le masajeo los muslos por fuera y por dentro. Cuando lo hacia por dentro, apuraba hasta la ingle de forma que de nuevo su mano rozaba el coño de ella. Repitió la operación varias veces hasta que la respiración de Ely volvió a ser profunda y entrecortada, en ese momento y ay si más disimulo empezó a masajearle el coño, muy suavemente, apretando entre ellos en un movimiento de rozamiento los labios del coño y presionando y acariciando el clítoris. De cuando en cuando con la palma de la mano abierta le masajeaba toda la entrepierna, situada de forma que la zona cercana a la muñeca le presionaba sobre el monte de Venus y el clítoris y los dedos rozaban la zona central del coño, llegando hasta el culo con el movimiento de adelante hacia atrás. Cuando hacia esto, Ely sentía tanto placer que no podía resistirse y abría más las piernas al tiempo que levantaba suavemente su culo de la camilla. En esos momentos, ya estaba totalmente abandonada a sentir placer, sus gemidos eran notorios y su mano pajeaba la polla del masajista frenéticamente, haciéndole difícil el mantenerse sereno porque sentía que
en cualquier momento podría correrse.Hizo un movimiento disimuladamente para librarse de su mano y poder recuperar, cuando noto que había pasado el peligro de correrse y sabiendo que ella quería más, cambio la posición de su cuerpo hacia la cabecera de la camilla, justo donde estaba la cabeza de Ely, en esta posición tenia que estirarse más para seguir con su masaje, pero le dio la oportunidad a Ely de coger otra vez la polla que seguía dura. Ella se movió hasta la esquina de la camilla hasta poder llevarse la polla de el a la boca. Nunca lo había hecho, siempre había pensado que le Daria asco, pero estaba tan caliente y excitada que sintió la necesidad de llenarse la boca con aquella polla y succionarla como si en ello le fuera el aliento

Cuando el masajista notó que la excitación era máxima, empezo a usar las dos manos. La izquierda paso a acariciar el clítoris, mientras que con dos dedos de la mano derecha empezó a penetrarla suavemente. Cuando Ely sintió abrirse su coño y entrar los dos dedos, no pudo aguantar un gemido profundo al tiempo que sus piernas se abrieron hasta salir fuera de la camilla, y se llevo la mano libre a acariciarse los pechos, sin dejar de chupar la polla.

El se concentro al máximo en su trabajo, para evitar correrse. No quería correrse en la boca de ella.









Una vez tuvo los dedos dentro, los giro hacia el monte de Venus y busco una minúscula zona con unos puntitos, que al tacto parecía una letra escrita en braile, que seguramente diría “placer”. Cuando los encontró fue alternando el masajeo de esos puntos con un mete saca, como si de una polla se tratara. En esos momentos Ely, no podía parar quieta, se retorcía encima de la camilla, abría y cerraba las piernas, subía el culo, se chupaba sus dedos y con la otra mano se estiraba los pezones.

El masajista aceleró el masaje sobre el clítoris y el movimiento de los dedos dentro del coño, hasta que el cuerpo de Ely reacciono como se una descarga eléctrica hubiese sacudido su cuerpo y sacándose la polla de la boca, lanzara un grito apagado,

- Ya…ya!! Uffff

Al momento el sintió como en el interior del coño de Ely los músculos se contraían y Casi no le dejaban sitio a sus dedos. Los saco con suavidad y siguió masajeando suavemente y muy despacio el coño por fuera que estaba totalmente mojado, como la mano de él y la sabana que estaba debajo de Ely.


- Lo siento, dijo ella balbuceando.

- Perdone, pero porque dice lo siento?

- Porque….me he meado…- lo dijo cerrando los ojos y con la cara colorada, que no se sabía bien si era de vergüenza o del efecto del orgasmo que acababa de tener.

- Nooo, tranquila. No se ha meado, ha tenido usted un orgasmo con eyaculación. Muy pocas mujeres son capaces de tener un orgasmo así, debe estar usted contenta y orgullosa. Tranquila….relájese…

Mientras la tranquilizaba, había cogido una toalla pequeña, de las que tenían dobladas dentro del armario y la secaba con ternura toda la entrepierna.

- Entonces…..no me he…?

- Noo, tranquila. Ha tenido usted el orgasmo que todas las mujeres quisieran tener. Disfrútelo.

Mientras le decía esto su polla seguía fuera de su pantalón dura y extendida.
Ella se dio cuenta, comprendió que lo había dejado muy mal,





- Acércate el dijo estirando la mano. Le seguia tuteando porque en el fondo seguia imaginando que era su compañero.



El lo hizo y ella le cogio de nuevo la polla, tiro de él y se la volvió a llevar a la boca, aunque ahora ya no sentía la necesidad de llenarse de ella. Se la chupo suavemente, mientras el permanecía con los ojos cerrados inmóvil, hasta que sintió que se venia
Y entonces se la retiro de la boca y en ese preciso momento salio por la punta un chorro de leche que fue a parar encima de las tetas de Ely

- Gracias – le dijo él- mientras le limpiaba las tetas con la toallita.

- Que vergüenza, nunca lo había hecho…- respondió ella tímidamente.
- Esto no entra en el masaje, pero le apetecería… – el siguió tratándola de usted-
Sexo oral?
- Nunca lo he probado – respondió ella tímidamente de nuevo—
- No se preocupe, relájese.

Se acerco al fondo de la camilla, la copio con ambas manos por la cadera y la arrastro con suavidad hasta que el culo de ella quedo casi en la esquina de la camilla, le abrió las piernas y se las flexiono apoyando la planta de los pies en el borde de la camilla. El se sentó en una silla e introdujo su cabeza entre los muslo de Ely. Empezó besándole y pasándole l alengua por el interior de los muslos, por el pliegue de la pierna con la zona cúbica, una y otra vez, rozándole como sin querer y de cuando en cuando el coño.

Ely había vuelto a perder la notición del tiempo y del espacio, flotaba en una nube de excitación y placer. Poco a poco el le fue abriendo los labios del coño y empezó a pasarle la lengua si tensionarla por los labios, el centro y el clítoris, cuando bajaba hasta la entrada del coño entonces tensaba los músculo de la lengua y se le introducía la punta en el coño.
Ella gemía de nuevo de forma frenética, se estrujaba las tetase con ambas manos y se mordía los labios.

Ante aquella reacción, el masajista volvió a ponerse cachondo y su polla volvió a erguirse con fuerza, entonces decidió incorporarse e intentar penetrarla. Fue fácil, bueno relativamente fácil, el coño de ella acostada en la camilla quedaba exactamente a la altura de su polla axial que no tuvo más que dirigirla a la entrada y empujar suavemente. Fue cuando ya había entrado el glande cuando se encontró con algo inesperado, una pequeña barrera, Ely era virgen. El no dijo nada, pero aumento su precaución al máximo, con el







pulgar de la mano derecha le volvió a acariciar el clítoris, y empezó a meter y sacar el glande de la polla en su coño con cuidado de no hacerle daño, hasta que pudo notar que ella ya estaba totalmente abandonada y al máximo de excitación. Entonces con un golpe de cadera, entro rompiendo aquella barrera. Ella grito un Ay!, pero el siguió masajeando el clítoris y volvió a entrar y salir con mucha suavidad, con lo cual ella no sintió más que el golpe inicial, hasta que por fin volvió a arquear su cuerpo, los músculos de su coño apretaron la polla de él, se había corrido de nuevo. EL siguió follandola despacio hasta que sintió que la leche le iba a salir, en el ultimo momento saco la polla de su cuerpo la movió dos veces con su mano y un nuevo chorro de leche tibia subió desde sus testículos hasta salir por la punta, depositando toda la leche encima del pelo negro azabache que cubría el coño de Ely, tenia una gran mata de bello negro cubriéndole el coño y la leche blanca encima de aquella mata de pelo, le hizo sentirse más excitado aun.

Espero unos momentos, la limpio de nuevo con otra toallita, se limpio la punta de su polla también y se la volvió a guardar dentro del pantalón blanco.

- Esta usted bien – le pregunto

- Siii, muchas gracias


Es mi trabajo, que usted quede satisfecha y relajada, le decía, mientras cogia sus
braguitas y se las volvió a colocar con una delicadez digna de un profesional.
A continuación la cubrió con otra sabana, redujo la intensidad de la luz y subió un
Poco la música.

- Quédese un rato aquí relajada, cuando lo desee puede vestirse e irse. No tenga prisa, relájese. Espero verla por aquí de nuevo.
Por cierto, las técnicas de masaje que uso son totalmente secretas entre mis clientas
Y yo…ni siquiera mi personal las conoce. Espero que eso sea también de su satisfacción.


- Si…si…estupendo – respondió Ely, sin saber muy bien que decir, aunque lo que acababa de oír si que la tranquilizó

- Estupendo, pues espero volver a verla. Adiós – le dijo al tiempo que salida de la habitación, cerrando detrás de si la puerta.






Mientras le limpiaba el pelo del coño, él se volvió a poner cachondo, su polla volvía a tener la punta mojada y estaba dura. Se fue directamente a su baño privado, donde se masturbo desesperadamente hasta que unas pocas gotas de calida leche salio de nuevo de su polla, al tiempo que emitía un profundo suspiro. Nunca le había ocurrido ponerse tan caliente dando un masaje a una clienta, pero aquella muchacha había sido diferente, porque se la veía toda ternura e inocencia. Nunca se había corrido tres veces en tan poco tiempo, por eso la última vez casi no salio leche, pero la corrida fue
Extraordinaria.
Ely permaneció unos diez minutos estirada en la camilla, tenia la mente en blanco, no era aun bien consciente de lo que había ocurrido, pero se sentía bien, muy bien, su cuerpo parecía flotar calidamente entre la camilla y la sabana blanca que la cubría, sus pezones se habían relajado también.

Por fin se levanto, se vistió. Se miro en un espejo que había colgado justo detrás de ella y se arregló el pelo con las manos. No pudo menos que llevarse la palma de la mano derecha a su entrepierna y tocarse subvente el coño por encima de las braguitas,
Como diciendo: “umm…que bien lo hemos pasado....”. Lo tenia blandito y ni podía dejar de pensar en lo mucho que le había gustado sentir la lengua del masajista en su coño.

Una vez se hubo vestido, salio de aquella habitación, recorrió el pasillo que la separaba de recepción, donde se paro a pagar el servicio

- Un especial verdad? – pregunto la recepcionista por puro formalismo, pues su jefe
Ya le había pasado la nota con el servicio a cobrar.

- Si -dijo Ely…intentando mostrar la mayor normalidad del mundo

- Son treinta Euros.

Ely pagó con un billete de veinte y dos de cinco euros, y dijo adiós con semblante muy serio a la recepcionista, que no tenia ni idea del tipo de masajes que daba su jefe. Ese era un secreto entre el masajista y sus clientes. Ely lo sabía ya, y eso le había evitado una situación embarazosa de sentirse observada.

Cuando Ely salio a la calle y a pesar de ser las 8 de la tarde, tuvo la sensación de que la luz del día tenia un brillo especial.


Aquella noche cuando se metió en su cama, se le vinieron todas las imágenes a la cabeza y recordando el placer que había sentido, volvió a sentirse caliente, mojada y con los pezones tiesos. Se desnudo debajo de las sabanas, con una mano se llevo una teta hacia su boca, tuvo que inclinar un poco la cabeza pero consiguió meterse un pezón en la boca, se lo chupo sin parar mientras con la otra mano se masturbo frenéticamente, sin paciencia, hasta que se corrió de nuevo en pocos minutos.
Después se durmió placidamente totalmente desnuda, su coño estaba súper relajado.



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Si te ha gustado el masaje de Ely vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar el masaje de Ely. te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
Jisus69 (20 de November de 2011 a las 17:41) dice: Muy buen relato ... Gracias

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:21) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

patrickchise (10 de January de 2011 a las 09:05) dice: muy buen relato, este tipo de relatos valen la pena!!!!


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