EL MESERO ADOLESCENTE SEXY

Lo que contaré ocurrió hace unos días, en primer lugar les digo que yo tengo 20 años, soy moreno, alto y algo corpulento y desde un tiempo a la fecha he frecuentado bastante un restaurante de hamburguesas de mi ciudad.
En los primeros días que fui, todo parecía normal, excelente servicio y muy rica la comida pero me había fijado en el mesero. Un chico de aproximadamente 15 años, morenito bajito con su cuerpo en desarrollo, pero algo tenía que me hacía fijarme en él y captaba mi atención. Debo confesar que siempre me han atraído chavos menores que yo y que soy bisexual, pero no era mi intención seducir a este meserito ni mucho menos, pero…
En fin, los días pasaban y cada fin de semana iba a este lugar ya con el pretexto de ver a mi mesero favorito. Cuando llegaba notaba que él también como que se alegraba o más bien como que empezaba de lucido y es que sin querer habíamos entrado a un jueguito de lucirnos en presencia del otro, es decir, yo alardeaba de lo que hacía, de los negocios que lograba a mi corta edad y de lo bien que me iba en lo social y económico, todo para que él lo notara y escuchara. Por el contrario él no se quedaba atrás y hablaba muy formal frente a la mesa para pedirnos la orden y caminaba algo arrogante con los platillos, eso me mataba y me prendía bastante, también aparentaba ser un maestro en lo social. Así fueron varios encuentros hasta que yo no resistí más y mis deseos por tenerlo superaron mi fuerza de voluntad.
Entonces decidí idear un plan. Un día acudí como de costumbre al lugar pero a diferencia de otras veces, esta vez fui solo, ordené algo y cuando pedía la cuenta me atreví a darle mi tarjeta con mi teléfono al chico para que me llamara después porque quería hablar con él. Mi meserito se sorprendió un poco pero aceptó la tarjeta y aseguró que me llamaría.
A los dos días recibí la llamada tan esperada, era él no lo podía creer. Contesté nervioso y quedamos de vernos personalmente en un café popular de la ciudad. Acepto que tuve que mentir para que el meserito accediera a la cita, le dije que quería hablar de negocios con él, cuando en verdad solo lo quería a él y solo a él.
Ya en la cita conversamos de cosas triviales, lo importante fue que supe que se llama Marco y que no tenía mucho dinero y por eso trabajaba. Pasamos así un largo rato y no me atrevía a decirle mis intenciones hasta que lo noté ya enfadado y decidí confesarle todo. Me sorprendió su reacción porque yo esperaba que se molestara o asustara pero no fue así, el me respondió lo siguiente “Ya te habías tardado, siempre imaginé que era eso, todas las veces me daba cuenta de cómo me mirabas” y sí tenía toda la razón cada que iba lo veía de reojo y cuando se daba la vuelta le veía ese culito rico, esponjado y respingado que tiene y que me volvía loco.
Después me dejo boca abierta algo que me confesó, me dijo que en su colonia se dedicaba a saciar los placeres de señoras, chavas y chavos que le pagaban muy bien por “trabajitos” que les hacía. Eso me molestó un poco pero a la vez me prendió bastante, me molestó porque yo lo quería puro y casto para mí pero en fin, yo estaba dispuesto a pagar lo que fuera por tenerlo.
Después de esto quedamos de vernos otro día para hacer “negocio”, ese día le pagué todo lo que había consumido en el café, además le compré una nieve y otros regalitos más por lo que quedó muy feliz mi Marquito, pero lo mejor fue lo que pasó después con él, jamás imaginé que un chico como él pudiera satisfacerme tanto y más que eso me llenara en todos los sentidos.
Esperen el siguiente episodio de mi historia con Marco el mesero adolescente sexy.