EL MESERO ADOLESCENTE SEXY PARTE 2

Como ya mencioné, resultó que el mesero sexy con cara ingenua angelical solamente tenía la cara porque tenía bastante experiencia en cosas del amor y más que eso en complacencias sexuales pues se mantenía además de su sueldo como mesero, como sexoservidor ambos sexos.
Para recordarles un poco mi mesero cuenta con apenas 15 años de edad es de complexión normal, morenito con una carita de niño aun, cuerpesito menudo y de bastante buen ver, sobretodo de atrás que siempre se le levanta su pantalón por las buenas nalgas que se carga.
Después de aquel encuentro en donde me animé a confesarle que quería tener relaciones con él y que aceptó bastante normal, yo no podía aguantarme más las ganas de tenerlo entre mis brazos y entre mis sábanas. Con estas ganas bestiales decidí llamarle por teléfono para pedirle que nos viéramos en algún lado para de ahí ver que surgía. Así fue nos vimos de nuevo en el café pero ahora duramos poco tiempo aquí, desde que llegamos los dos a dicho lugar yo lo veía con unas ganas irresistibles y él como de costumbre y a sus posibilidades lucía bastante atrevido lo recuerdo bien era una camisa azul rey lisa la cual se la abotonó dejando los últimos tres botones con lo que se le podía ver su pechito moreno reluciente, vestía además unos pantalones ajustados blancos que dejaban mucho a mi imaginación y unos tennis oscuros normales. La charla inicial fue cotidiana pero ahora sí sin rodeos le dije que quería pasar el rato con él pero de manera erótica y sexual, a esto el aceptó sin cuestionamientos y me dijo que si tenía lugar donde divertirnos porque era muy discreto y no quería que se dieran cuenta. Eso me fascinó y de inmediato tome el coche y me dirigí a un departamento que mis papás tienen sólo debido a que es una zona no deseable, una vez ahí traté de crear un buen ambiente a pesar del lugar y le serví un trago pero me lo rechazó diciendo que no tomaba porque aún estaba pequeño. Después de eso la cosa se puso caliente comenzamos poco a poco a tocarnos las manos, sintiendo el calor de los cuerpos, sin pensarlo me lancé a sus labios carnosos y comencé a morderlos y besarlos, él no se lo esperaba y noté que no era tan hábil con esto así que mejor comencé a desabotonarle su camisa y se la quité sin problema, una vez así comencé a recorrer todo su pecho con mi boca y a acariciarlo. Noté de inmediato que ya lo tenía en mis manos, es decir ya lo había excitado y ya no estaba tan seco y frío como al principio. Aprovechando esto me dediqué a quitarle sus jeans, se los desabroché y mi sorpresa fue que debajo de ellos estaban unas trusas fenomenales color beige, me sorprendió porque ya casi nadie usa este tipo de prendas. Al intentarle safar sus pantalones él me detuvo y me dijo que lo dejara quitarse sus tennis para que fuera más fácil, hecho esto lo tuve frente a mí en puras trusas y con una erección que ya se le notaba. Lo comencé a besar por todos lados y él me respondía intentando besarme también y de vez en cuando soltaba leves pujidos que me volvían cada vez más loco, no soporté más y de un movimiento le quite su ropa interior y comencé a besar su pene que para su edad ya era de buen tamaño. Fue un deleite saborearlo, sentirlo y percibir su olor a niño adolescente que me tenía completamente excitado, antes de que terminara dentro de mí decidí parar para hacerlo sufrir y que no le durara tan poco, así comencé a quitarme mis ropas y una vez desnudo sin decirle nada él me regresó el favor y comenzó a succionar mi pene de una forma genial, lo hacía como lo que era un experto en satisfacer necesidades, ahí fue cuando me di cuenta de que efectivamente tenía experiencia en la materia. Después de esto, le sugerí iniciar con el sexo anal y me comentó que por lo regular no lo penetraban sino él penetraba, eso me asustó un poco porque yo no quería que me penetrara sino yo a él y sin más le dije las cosas tal cual, se quedó un poco quieto y sentí que ya había acabado todo pero después aceptó y me dijo que lo hiciera con cuidado y amor, yo se lo aseguré y en seguida comencé a besarlo de nuevo para lograr que se excitara y comenzara a relajarse, después de un rato lo voltee y lo puse en la típica posición de cuatro en la cama, después bese todo su ano y le hice un beso negro para comenzar a dilatarlo, me percaté que esto lo fascinó y comenzó a revolverse como si estuviera poseído y dar gritos ya un poco más fuertes. Después empecé a practicarle lo básico para la primera vez y cuando noté que ya estaba listo, puse mi pene en la entrada de su ano y empecé a moverme para que lo fuera sintiendo poco a poco, así comencé a meterlo despacio y siempre moviéndome para que no le doliera, sin embargo la calentura me ganó y sin pensarlo se lo metí de golpe cuando apenas iba a la mitad, mi meserito dio un grito de dolor y trató de safarse pero lo tomé fuerte y lo impedí pidiéndole disculpas y asegurándole que estaría por venir lo mejor, y así fue después de un rato ya entraba y salía sin problemas y fue cuando ambos comenzamos a disfrutarnos el uno del otro, así practicamos varías posiciones y cuando sentí que ya iba a acabar le hice la educada pregunta de que si quería que acabara dentro de él o fuera y él me dijo que como yo quisiera, así que comencé a tomar de nuevo un ritmo de mete y saca y en pocos minutos tuve una mis mayores eyaculaciones dentro del ano de uno de los seres que más he disfrutado, eran chorros tremendos los que me salían del pene y es que no era para poco ya que había sido inolvidable cuando ya no salía más y ya con mi pene debilitado se lo saqué y noté como salían de su ano hileras de semen que le escurrían hasta la pierna carnosa que tenía, como él estaba aún excitado comencé a chuparle su pene de nuevo hasta que satisfecho acabó en mi boca, de momento no me agradó la idea pero era entendible que si yo acabé dentro de él, tenía el mismo derecho de acabar en mi boca, ya que lo asimilé comencé a disfrutar de su semen caliente que tenía una buena consistencia y sabor raro. Conformes los dos nos quedamos un buen rato acostados en la cama y sin fuerzas sobretodo, ya recuperados nos bañamos juntos y nos dispusimos a salir del depa, ya estaba entrada la noche y lo llevé personalmente a su casa no sin antes darle su merecida paga económica por sus buenos actos de esa noche, que a pesar de que fue mucho no me pesó para nada. Lo recuerdo bien fue un sábado por la noche del mes de octubre cuando mi mesero y yo tuvimos esta experiencia inolvidable y demasiado sensual. Espero lo hayan disfrutado al leer tanto como yo lo hice al escribirlo, después les cuento más anécdotas con mi mesero ya que esta fue la primera pero no la última.