El padre de mi novio me hizo el amor

A continuación ustedes están a punto de leer esta mi historia, en la que yo voluntariamente relato con detalles como le puse el cuerno a mi novio y vaya que con su mismo padre. Espero sea de su entero agrado y que comenten mi historia, de verdad aunque sea comentarios negativos pues enfatizo que esta es una historia real de mi vida intima que ahora aprovechando la admisión de este tipo de cuentos en esta página web comparto con ustedes. Mi nombre es Claudia, soy una joven de veinticinco años de edad y soy caucásica, poseo estatura alta, mi cabello es color castaño claro, mis ojos son color café y gracias a que me gusta cuidarme yo luzco un rostro muy femenino, libre de imperfecciones y una mirada provocadora, también diré que me gusta maquillarme para verme más linda e igualmente me pinto los labios con labial color rosa. Como asisto a un gimnasio y llevo una dieta saludable yo afortunadamente estoy en forma, luzco un abdomen plano, una cintura sexy e igualmente gozo de unas hermosas y sensuales piernas, mis nalguitas son muy bien formadas y paraditas. Tengo que confesar de ya desde hace tiempo perdí mi virginidad, con ello quiero decir que tanto por mi vagina y culo ya fui desvirgada, aun así por fortuna y claro también como no tengo mucha actividad sexual mi vagina aun no está muy abierta que digamos. En cuanto al resto de mi vida les diré que a causa de problemas personales no logre obtener una carrera profesional, sin embargo no me preocupo pues mis padres gracias a Dios me mantienen aun e incluso tengo la suerte de que de vez en cuando me dan uno que otro lujo, me encanta salir con mis amigos y amigas, comprar ropa y chismear de vez en cuando, si esto es lo que me agrada. Soy una chica que vive la vida un día a la vez, no tengo tabúes religiosos y por ello me gusta disfrutar del sexo libremente, pero eso si debo enfatizar que no soy ninguna puta que se da al primer hombre que encuentre.

En fin yo desde hace casi un año estoy en una relación amorosa con Xavier un chico de mi misma edad él cual siento que de verdad me quiere mucho, de hecho si les confesaré que aunque no quiera yo siento remordimiento por esto que le hice, pues sin duda la di una puñalada trasera al traicionarlo con su propio padre. Aquel hombre se llama Felipe, es un caballero de 47 años de edad, muy varonil y amante perfecto en el sexo sin duda a pesar de su edad. Es viudo desde hace años, vive con su hijo que está a punto de graduarse de la universidad, a simple vista aparenta ser muy educado y hasta religioso, tal vez lo sea pero por ese descuido que vio con mi novio, o sea su hijo sin duda eso ocasiono que me viera con ojos de deseo. Su hambre de lujuria hacia mí no la aplaco hasta que logro por fin hacerme suya, no me arrepiento del todo pues en verdad que disfrute muchísimo el hacer el amor con un hombre maduro que casi me dobla la edad, además uso preservativo.
Sus ganas de tener sexo con migo no hubieran nacido si nunca hubiera visto lo que vio entre su hijo y yo. Esa tarde de lunes mí novio y yo estábamos viendo una película en la sala, su padre estaba trabajando en su despacho. En fin al terminar dicha película yo me disponía a retirarme de su casa pero mi novio ya estaba muy excitado con migo, tanto que a suplicas me pedía que antes de irme hiciéramos el amor, sin embargo por miedo a que nos viera su padre me negué rotundamente, sin embargo sus insistencias fueron tan profesionales que no pude negarme a realizarle un oral únicamente. A prisa baje su cierre y ahí libere su pene ya muy bien erecto, lo tome en mis manos y me lo lleve directo a la boca, así se lo estuve mamando por más de cinco minutos y ni nos dimos cuenta que su padre nos estaba viendo, mi novio hizo el esfuerzo por aguantarse pero no tuvo mucho éxito y eyaculo una leve cantidad de semen, el cual salpico una gota justo en mi majilla derecha. Justo ahí se presento su padre el cual disimulando no ver nada sólo tomo un libro que estaba en una mesa y se retiro de nuevo, ambos al darnos cuenta que su padre nos había visto nos moríamos de vergüenza, de hecho fue tanta que ni me despedí de su padre. Pero sin duda esto fue el motivo para que la pasión de su padre despertara hacia mí. A partir de ese momento su trato con migo fue ya muy distinto y desde luego que note las miradas picaras que me daba en varias ocasiones y esto continuo así hasta que por fin llegó la ocasión en la que logro sus intenciones con migo.

Esa noche de jueves yo fui a casa de mi novio sin avisarle pues tenía que devolverle su cachucha que había olvidado en mi casa el día anterior. Al llegar me abrió su padre y al preguntar por su hijo me explico que todavía no llegaba de la universidad, así que me invito a pasar a esperarlo, como no tenía prisa yo acepte sin pensar lo que pasaría en esos instantes. El estaba en su despacho trabajando en su computadora donde pase yo también. Antes que se me olvide describiré como fui vestida, pues sin duda ese vestimento tan provocador hizo que su deseo se encendiera un más. Portaba una blusa color amarilla, la cual tenía un buen escote que permitía la apreciación perfecta de mis pechos. Tenía una minifalda de jeans muy sensual y mis piernas estaban enfundadas en calcetas con rayas amarillas y negras, las mismas estaban hasta mis rodillas e igualmente portaba un tenis deportivo color blancos. Entre yo y él, la conversación era muy formal, sin embargo note claramente la mirada tan picara con la que me veía mis piernas, el ambiente era muy erótico sin duda y ya se notaba un cierto nerviosismo entre yo y el. Pero sin duda todo inicio cuando así nomás me pregunto ¿Eres virgen muchacha? Ante dicha pregunta me quede petrificada y sentí que me habían echado agua fría, así que conteste sólo con un ¿Disculpe? El volvió a preguntarme ¿Quiero saber si aun conservas tu virginidad? Yo completamente indignada me puse de pie e intente bofetearlo, pero él me dijo muy sínicamente ¡Oye tranquila, sólo quiero saber si mi hijo y tu aun no han hecho el amor pues yo te vi mamarle la verga el otro día! Y el agrego ¿Te acuerdas? Yo nuevamente me quede muy indignada pero sabía que no debía ser tan grosera.

Yo –No señor, yo no soy virgen-

Él -¿Y dime fue mi hijo quien te desvirgo?-

Yo –No señor yo deje de ser virgen desde hace tiempo, pero le aseguro que a su hijo no le importa-

El -¿Y mi hijo y tu ya han hecho el amor?-

Yo –Si señor, en efecto ya hemos tenido encuentros sexuales-

El –Dime ¿Amas a mi hijo?-

Yo –Si señor claro que lo amo-

Intentaba estar lo más seria posible ante esta conversación y ahí fue donde él, ya muy caliente inicio a tocarme mis senos sobre mi blusa. Nuevamente quise darle una bofetada pero él me detuvo la mano y por detrás comenzó a chuparme el cuello, ¡Señor por favor, esto no está bien! ¿Y por qué no? Me dijo muy descaradamente, ¡Yo soy la novia de su propio hijo, lo sabe! Descuida por mi hijo yo me encargo. Dicho esto tomo el teléfono y llamo a su hijo para decirle que pasara a recoger el recibo de teléfono, ahí fue donde supe que ya era inevitable lo que iba a pasar entre yo y el, una parte de mí quería salir huyendo, pero otra parte ya estaba igual de excitada que él. Al colgar el teléfono el volvió a acercarse a mí lentamente, no era necesario que nos habláramos pues nuestras miradas decían más que mil palabras. Tomo mi minifalda y me la subió por completo, luego muy lentamente me bajo mis calzones hasta quitármelos totalmente, hecho esto me cargo para sentarme en su escritorio, yo sólo cerré mis ojo para dejarme llevar.
Con sus manos separo mis piernas e inmediatamente inicio a chupar mi vagina, con sus dedos penetraba mi rajita con mucha delicadeza, yo sólo suspiraba de tanto placer y cosquillitas que sentía en mi vagina. A continuación vi clarito como se puso el preservativo en su pene, él muy lentamente comenzó a metérmela en mi vagina, lo hizo con tanta suavidad que lo goce segundo a segundo, en el momento que me la metió completamente se quedo ahí dentro de mí unos instantes. Y luego inicio a bombearme muy lentamente, la forma en que me estaba penetrando era tan lenta que parecía que él se esforzaba por cuidarme para que no me lastimara. En ese momento ya estábamos haciendo el amor muy lenta y suavemente, pues a pesar de ser un hombre maduro era aun más delicado y me cuidaba más que su propio hijo, yo sentía que mi vagina estallaba de placer al estar siendo penetrada por ese hermoso y caliente pene de todo un amante perfecto. Fue un experiencia muy hermosa e inolvidable, de la que nunca se entero su hijo, quien ahora es mi futuro marido.