Categorias

Relatos Eróticos

Ultimas fotos

Photo
Enviada por narrador

Photo
Enviada por ELCASUAL

Photo
Enviada por rodolfosalinas


 

El Portaviones

Relato enviado por : manuelmonroe el 05/07/2009. Lecturas: 4309

etiquetas relato El Portaviones .
Descargar en pdf Descarga el relato en pdf
Resumen
Entonces deduje, Mauro había cometido un desliz, estaba dando a entender que era homosexual. Y buscaba un acercamiento conmigo. Yo estaba a punto de cometer el mayor de los delitos...


Relato
La noche cayó en el bosque. Aumentaba los nerviosos por no poder ver en la oscuridad. Ruidos que jamás habíamos escuchado nos estremecían, al no tener ni idea de lo que nos acechaba en la espesa oscurana. Y parapetados entre los árboles esperábamos que, los rayos que anunciaban lluvia, nos iluminaran el camino. De pequeño había oído relatos y cuentos de camino sobre cosas que asechan a los que se atrevían a pernoctar por aquellos parajes. Éramos jóvenes y habíamos venido a pasar un día en la montaña. Cuando nos bañábamos en el río me había excitado viendo a mi amigo Mauro, bañarse desnudo. Hacía un año que no era virgen pero aun así no terminaba de confiar en mis habilidades adquiridas como amante. Mi amigo no cesaba de quejarse. Sabía que era la comidilla de nuestro grupo, pues decían que había aceptado acompañarlo para cogérmelo. No era cierto. No era muy ducho en eso de convencer y llevar a las chicas a la cama. Pero al final terminaban debajo de mí con todo el colgajo adentro. Aún me preguntaba que había visto Mauro en mí para haberme concedido aquel honor de acompañarlo en aquella aventura. Su respuesta todavía resonaba en mi mente. "Te seleccioné por tus músculos llenos de vitalidad, son fuertes y duros”. Sin embargo no dejaba de mirar mi paquete.
Entonces deduje, Mauro había cometido un desliz, estaba dando a entender que era homosexual. Y buscaba un acercamiento conmigo. Yo estaba a punto de cometer el mayor de los delitos: desvirgar analmente a un neófito a riesgo de la seguridad del grupo. Al principio mis sentimientos hacia Mauro eran los de un amigo, pero desde hacía unos días confrontaba un sentimiento extraño. No podía definirlo, pero estaba claro que sentía algo por él, y me azoraba la sola idea de meterle mi verga…”mi portaviones”, como me decían los del grupo. “¡Coño allí caben tres de nuestros güevos!”
Inmerso en estos pensamientos mi amigo se movió nervioso delante de mí. Pero aquella noche no estaba dispuesto a fallar, y al verlo tan asustado lo abracé y traté de calmarlo. Se quedó quieto. Sentía sus nalgas redondas y duras pegadas a mí. No sé si era mi imaginación pero sentía que recostaba, -mas de la cuenta-, su culo contra mi entrepierna, que ya comenzaba a rebelarse. Encontramos el camino a la carpa y nos fuimos corriendo. Con la humedad del follaje nos íbamos mojando las ropas. Al llegar le dije a Mauro que pusiésemos la ropa a secar en una fogata que hicimos. Nos quedamos arropados con las sabanas. Mauro ya no estaba nervioso, había dejado de temblar.
Pero me miraba con tristeza, parecía reclamarme que no habíamos terminado algo. El se agachó y le vi el par de nalgas blancas y duras. Me relamí y la sangre comenzó a bombear al portaviones, intenté ocultarlo pero él me tomó por el brazo y me dijo:
- Tú lo quieres y yo también. Sé que corremos… bueno yo corro el riesgo de salir del grupo. Pero Marcos, si tú no dices nada yo seré una tumba. –lo dijo convencido.
Fue como una inyección de adrenalina directa a mi cerebro. Me excité al comprobar de lo que era capaz si me lo proponía, y de un zarpazo le arrebaté la sabana y me liberé de la mía. No esperaba mi reacción y mucho menos presentarle de esa manera mi tolete cabezón. Se tambaleó, trastabilló pero lo sujeté y lo atraje hacia mí. Sentí su juvenil cuerpo fuerte y musculoso, no como el mío pero fuerte. Pensé para mis adentro: “sí… si aguanta”. Su miembro era pequeño y fláccido aunque se le notaba cierta erección. Me miró, sonrió y agarró con sus dos manos mi arma. Se agachó y comenzó a acariciarlo como si fuese el mejor y mayor regalo que recibe un niño.
Cada recorrido que daba con su boca por mi enorme verga era mejor que la anterior. Estaba excitado…más que eso estaba sobreexcitado. Le dije que estaba a punto de acabar, me miró con sus ojos penetrantes, nunca antes me había fijado en el color de los mismos. No sabría como definirlos con exactitud, eran de un color marrón cobrizo que nunca antes había visto, Me sonrió mostrándome sus blancos dientes, se incorporó y acercó su rostro al mío con seguridad, y sin que yo adivinara su siguiente movimiento, me besó en la mejilla. Y muy quedo me dijo:
- Es mi primera vez y quiero que seas el beneficiario.
Sorprendido ante su reacción y propuesta fui incapaz de responder. Él sin embargo fue directo a su siguiente paso y se acostó en una de las colchonetas y empinó su culo hacia mí. Sus blancas nalgas servían de tapadera pero el se encargó de abrirlas para que yo las pudiera apreciar su virgen estrechez. Sentí que de mi verga goteaba líquido y estaba brillante por los jugos salivales que había dejado Mauro.
Me arrodillé detrás de él abrí un poco mas sus nalgas y apareció su redondel con sus rayos perfectos y vírgenes. Le hablé sobre el cuidado que pondría en la penetración. Le besé su culito y lo dejé bien ensalivado, él se meneaba sensualmente y se acomodaba para recibirme. Tomé mi verga y la introduje en su boca para una mayor lubricación después comencé a pasar mi cabezota por el rosetón. Hacia un circulo y empujaba la cabeza, él acusaba el empujón. Esto lo repetí unas cuantas veces al tiempo que le decía “relájate…afloja el esfínter…afloja”
Finalmente me dijo crispado y deseoso “Ya…lo quiero ya”. Dejé caer una bocanada de saliva justo en el centro de su redondel y seguido le entrompé la cabezota. Lo sintió y le dolió, pero lo agarré firmemente por la cintura y le metí el domo de mi verga. Sentí como se abrió el músculo y como Mauro ayudó abriendo más las piernas. Nos movíamos milimétricamente, seguros que lo peor había pasado. Levantó una mano y tomó la mía, me la apretó y la soltó. Entendí que me estaba dando luz verde para seguir. Y así fue, el hacía movimientos circulares y yo entraba y salía…entraba y salía. Sentía como él masajeaba mi cabezota con la entrada del recto. Aprisionaba mi miembro cuando contraía el esfínter y después aflojaba. Yo me miré y noté roja mi verga, la saqué y se la enseñé, tal como habíamos acordado. Su culito también estaba llorando sangre, pero ahora estaba más abierto. Me ensalivé nuevamente y está vez lo hundí hasta la mitad de mi portaviones. Movió la cabeza en señal de aprobación y ahora si comenzamos a acoplarnos a un ritmo cadencioso, sensual y de penetración profunda. Sentía que mis bolsas golpeteaban con fuerzas sus nalgas, yo me retiraba y el retrocedía para no dejarlo salir. Yo en realidad lo que quería era darle duro en su esfínter, en la puertita del culo, para provocar que acabara. Y al final lo conseguí cuando dejó, ya relajado, que mi cabeza entrara y saliera y le masajeara su entrada. Dio un gemido y guturalmente me dijo “hasta el fondo…hasta el fondo”. Le hice caso, abrí sus nalgas y se lo hundí cuan largo es mi verga. El masajeaba su pequeño pene y al momento sentí que su culito palpitaba…apretaba y aflojaba…estaba eyaculando y su culito lo reflejaba. Recuerdo sus gemidos y gimoteos cuando la descarga de mi crema lechosa rellenó su canal tanto que después de unos instantes cuando se lo saqué, su culito drenaba aquella crema batida blanca, amarilla y roja.
Descansamos un rato y de pronto comenzó a llover. Decidimos bañarnos bajo la lluvia, todavía chorreaba por sus nalgas la crema. Yo lo estregué y él a mí. Le lavé la herida y el mi verga. Terminamos y nos fuimos a la carpa. Pero ni el aguantó sus ganas ni yo las mías. Ahora si, con confianza variamos de posición y otras cosas más. Decía de le dolía pero que había sido estupendo y divino.
El mantuvo su palabra y yo la mía. Y no dejamos de vernos. Decía que era muy difícil desprenderse del… portaviones.


Otros relatos eroticos Anal

Mi suegro es una bestia y ahora me atiende una ves a la semana
Relato erótico enviado por Anonymous el 25 de November de 2006 a las 23:17:19 - Relato porno leído 652535 veces
COMO FUE QUE MI COMPRADE SE COJIO A MI ESPOSA POR EL CULO
Relato erótico enviado por pro2001 el 23 de June de 2011 a las 16:34:03 - Relato porno leído 401099 veces
Gretel entretenida mirando una película de dibujitos animados porno, aceptó que le hiciera el culito, al principio costó bastante, pero al final pude meterle mi badajo hasta los huevos. Fue el comienzo de una maravillosa relación, que hoy, ocho meses después está en todo su esplendor.
Relato erótico enviado por crayzzygary1 el 19 de September de 2018 a las 00:00:01 - Relato porno leído 226755 veces
Las cosas no siempre salen como uno las planifica, fue culeda de manera salvaje por nuestro joven invitado quien le dio con todo por donde ella no lo esperaba,
Relato erótico enviado por Anonymous el 10 de August de 2007 a las 09:27:54 - Relato porno leído 222601 veces
Uno de los momentos mas deliciosos de mi vida y tambien el mas pecaminoso porque sin importar que estoy casada le fui infiel a mi esposo con un albañil. Espero disfruten esta historia tal y como yo disfrute como me hizo el amor, espero sus opiniones.
Relato erótico enviado por Anonymous el 19 de December de 2011 a las 00:16:04 - Relato porno leído 208932 veces
Si te ha gustado El Portaviones vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar El Portaviones. manuelmonroe te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
coronelwinston (5 de July de 2009 a las 20:49) dice: No suelo leer relatos de Homosexuales. No es la primera vez que lo digo. He leido este en tu honor Manuelmonroe, pues quizás lamentablemente, sea el último que leo de los tuyos.Lamento de veras tu decisión. Un fuerte abrazo amigo y ánimo.

farachimbank (24 de August de 2010 a las 04:21) dice: te envidio, estrenar un culo asi es lo mas divino que hay, te felicito, buen relato, me gustaria estar en tu situacion

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:14) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


Registrate y se el primero en realizar un comentario sobre el relato El Portaviones.
Vota el relato el relato "El Portaviones" o agrégalo a tus favoritos
Votos del Relato

Puntuación Promedio: 4
votos: 3

No puedes votar porque no estás registrado