En el desfile

A mis 16 años me encantan los desfiles, voy al parque por que desfilaran varios amigos. Al llegar bastante concurrencia ya esta ubicada, logro hacerme de un espacio al lado de un farol de luz y logro el espacio y que la aglomeración de personas no me empuje para los lados debido al poste que me protege, en eso veo una vecina amiga de mi madre..., es una mujer un poco huraña y poco conversadora conmigo, con mamá conversan bastante, me dice si puedo ubicarle sus dos hijas para que vean a una prima, le digo que me las envíe, las chicas se filtran rápidamente y se ubican en primera fila empujándome hacia un lado y llaman a su madre, esta mas minuciosa me solicita permiso para invadir mi ubicación y se acomoda detrás de sus hijas y compartiendo apretados en puesto de observación, como estábamos mas que apretados ella me sugiere que la ubique entre sus hijas y yo detrás de ella..., así lo hacemos...
La gente nos meneaba para un lado luego para el otro, yo rozaba el trasero de mi vecina de ida y de vuelta, para no caerme me afirmaba de ella por que en el poste se sostenía ella. Abrazada a su cintura tocaba con mis manos su vientre un poco abultado ya que este estaba ocupado con un embarazo de tres meses, lo que me tenía loco era su trasero levantado y duro una exquisitez, y el gentío empujaba y yo rozaba y rozaba ese deliciosa retaguardia..., en un empujón casi nos botan y tuve que yo afirmarme del poste y afirmarla a ella contra mi cuerpo para no caer, al afirmarla la cogí a la altura de sus pechos, estos preparándose para amamantar al futuro bebé estaban duritos que satisfacción el manosearlos, ella me dice cuidado que me están creciendo para la leche del embarazo..., si le digo los note bien duritos en verdad son una maravilla de pechos, ¿crees tú? Me dice por que lo que es mi marido no me toma ni por la cintura así como me tienes tú, teme dañarme o dañar al bebé y no me acaricia, ni me coquetea, con decirte que llevo mas de tres meses, creo que cuatro que este marido ni me toma en cuenta como mujer..., comprenderás me dice que uno necesita al macho por algo me case con él, la miro y digo en verdad en el estado que estas es divino tu cuerpo, él debería agasajarte tupido y seguido por ese delicioso cuerpo que tienes con el embarazo..., yo no soy un experto, pero te encuentro más que sensible y seductora como mujer, tienes un cuerpo que ya quisiera tenerte por pretendiente enamorada y te comería con los ojos todos los días, cuando vas a mi casa, me excitas, le comunico..., me mira sorprendida y responde,¿es verdad todo lo que me has dicho? Por que han sido palabras lindas, es el mejor piropo que a las mujeres nos gusta escuchar, a pesar de mi embarazo te excito, mi marido no me mira ni por que le sirvo la comida, cuando me gustaría que me acarreara en la cama... y me comiera en ella.
Tan excitada y alterada carnalmente deseosa estas por un macho... mientras hablábamos en gentío nos oprimía el uno contra el otro y nos meneaba rozando constantemente su trasero y mis manos la recorrían en sus senos al abrazarme a ella para sostenernos apegada al poste y no dañar sus hijas de cinco y tres años, me estas manoseando maravilloso galán, me dice, al afirmarte y afirmarme me estas excitando con tanto manoseo y lo peor que no tengo quien me descargue, si lo deseas le digo animoso, puedo ayudarte a descargarte, es cosa que lo programemos ahora... y las niñas me dice..., en eso ve a su cuñada, la mamá de la niña que las hijas quieren ver y le dice tengo que ir apurada al baño de mi casa y tengo a mis niñas aquí que quieren ver a tu hija, cuídamelas y yo vuelvo a buscarla por que me han apretado bastante... le responde anda yo me quedo aquí y se instala entre las niñas, Judith la vecina me toma de una mano sacándome de mi sitio y me dice acompáñame, veremos si eres capaz de ayudarme a descargarme, bastante me has manoseado hasta excitarme y estoy con mi sangre hirviendo de caliente y me lleva a su casa donde no hay nadie... me hace pasar y me lleva al dormitorio donde duerme con su marido, es una cama ancha de dos plazas..., bien dice desnudémosno y sácame esta calentura que me has excitado al agarrarme en el desfile... le ayudo a sacarse su vestido y debajo solo tiene sus sujetador en los pechos y su calzón que diestramente se saca y me desnuda de mi pantalón mientras me sacaba mi polera, me abraza diciéndome me tenías desesperada y caliente ahora me desquitaré y me recompensaré de estos meses sin macho..., me abraza poniendo sus brazos en mi cuello, su boca busca la mía y me beneficia con largo y apretado beso
Trato de ensamblarme con ella, como lo había echo con una de mis compañeras, no me dice impidiéndomelo, acaríciame primero..., bésame mi entrepiernas..., bajo hasta su vagina que la tenia muy bien cuidada con solo una línea de bellos en la parte superior, lo demás rasurado. Beso y lamo su rendija, esa zona estaba húmeda por su calentura y meto mi lengua en su vagina..., inmediatamente sale a mi encuentro una ramita dura , ahí recuerdo que los chicos mayores decían que el clítoris era una llegada al cielo en las mujeres, me entretengo con él mientras Judith lloraba y gemía extasiada con las caricias, me apretaba mi cabeza contra su pelvis estaba arrebatada y estimulada, sus caderas se movían locamente subía y bajaba su pelvis, estaba engolosinada con mis agasajos.
Por fin pude empotrar mi pene en su matriz vaginal, grito, aulló, lloriqueó y suspiró agitada..., luego cruza sus piernas por sobre mi trasero, como se meneaba frenética, estaba arrebatada de excitación.
Me besaba, me apretaba mis carnes en mi trasero y su cuerpo danzaba, tenía unos pechos bastante grandes redonditos, muy jugositos y muy bien puestos ya que no los tiene caídos ni nada por el estilo, además tiene una caderas que saltan a la vista de inmediato, eso fue lo primero que a mí me encanto. Y a esto le acompaña un traserito muy paradito y firme, con una carita de angélica inocente ha hecho que muchos caigamos a sus pies. La deseaba, sus sacudidas y estremecimientos fueron tremendos, desvergonzados, escandalosos, como me meneaba, me apareaba desesperadamente con todas mis fuerzas, sus quejidos se oían en el desfile, creo..., estaba activadísima, de pronto ella se atieso, se calma y explotó en un orgasmo asombroso quedando entre sus brazos más muerta que viva. Como nos apareábamos, ella inerte en mis brazos solo se quejaba mientras la sacudía con mi duras penetración hasta llegar a mi clímax y regar sus entrañas con ríos de mi semen, me abrazaba diciéndome rico y caliente tu leche, quiero más... si eres un buen macho me descargaste con pasión y sabrosamente, quiero ser tuya más veces..., y se relaja aturdida en mis brazos, .al mes siguiente salgo de vacaciones escolares y los hijos de