Categorias

Relatos Eróticos

Ultimas fotos

Photo
Enviada por narrador

Photo
Enviada por ELCASUAL

Photo
Enviada por rodolfosalinas


 

La amiga de mi hija, Ginna

Relato enviado por : wildthing el 23/10/2016. Lecturas: 9905

etiquetas relato La amiga de mi hija, Ginna   Amor filial .
Descargar en pdf Descarga el relato en pdf
Resumen
Ginna se sentó en el suelo haciendo parecer frágiles sus piernas. No abrió la boca y dejó que me corriera por su cara.
-Me estoy corriendo en tu cara, chiquita.
-Mmm, lo sé, señor Denís y me encanta.



Relato
Llegó a mi casa mi hija Elisa con su amiga Ginna. Yo estaba en calzoncillos en el sofá, acababa de llegar de trabajar. Las ausencias laborales de mi mujer estaban haciendo mella en mí y ardía de tensiones en mi interior. Por eso es que, cuando sentí la puerta con mi hija y su amiga, di un bote de mi asiento y escondí mi polla erecta como mejor pude. Las chicas entraron sin saludar. Su mala educación salvó un momento comprometido. Yo me puse unos shorts elásticos y me traté de calmar. Me dirigí hacia el bño pensando en evacuar, cuando mi hija me oyó y me gritó desde la cocina. Acudí a su llamado con un cierto aire de vergüenza que rápidamente, al verlas, se disipó.
-¿Qué pasó chicas? ¿Todo bien por el tuto?
Las chicas no me miraron. Estaban preparando café.
-Te llamé por si querías una taza.
-Eh, sí, claro. ¿No saludas tú cuando entras?
-Ay, lo siento señor Denís.
-No te disculpes tú, Ginna, llámame David.
Mi hija puso cara de burla ante mi buen trato con su amiga. Ginna, peliroja y colegiala, siempre me había causado buenas impresiones. Estudiante modélica, rostro angelical de ojos azules, pecas, labios finos pero carnosos, y un cuerpo dotado pero frágil, que el uniforme del caro colegio que costeábamos mi mujer y yo para Elisa. potenciaba. Era una mujer y con mucho morbo.
-No saludas y ahora me vacilas. Lo llevas claro.
Lo cierto es que mi hija ha sido siempre una mala pieza. No recuerdo haber hecho nada mal, pero agradecía esta influencia positiva de Ginna en la secundaria. Últimamente se había sumado el ingrediente de las malas formas, surgidas de su ya creída independencia. Había empezado a salir con chicos y era natural. Tenía un culo tremendo, como su madre, una cinturita esvelta y unas tetitas que me han causado cuestiones profundas más de una vez. Su melena rubia, larga pero rapada en el costado derecho de su cabeza, le había dado un atractivo tremendo por aquella época. Supongo que se complementaban. Una era terrible y la otra lo contrario.
-Me llevas el café al salón. Ok? -añadí, retirándome.
-¿Algo más?
La miré con cara de incredulidad.
-Ginna y yo tenemos que estudiar, no podemos estar toda la tarde sirviéndote. Y con esa idea me fui al cuarto de estar, imaginando a Ginna vestida en cueros, poniéndome un café delante mientras yergue su culo pálido delante de mi cara.
Me senté notando un principio de erección. Las chicas estaban situándose en la mesa de detrás del sofá, para mi sorpresa fue Ginna quien, con extremo cuidado, dejo el café sobre la mesa de vidrio, delante de mí. Creí ver sus ligas negras enchufadas en sus muslos. La falda de tipo escocesa se levantó y lo vi. Lo vi.
Le di las gracias como atontado, ella me sonrió sinceramente y se fue hacia la mesa con Elisa. Ella soltó un bufido.
***
Miraba la tele sin saber qué miraba exactamente cuando las chicas terminaron de estudiar. Elisa, ya de mejor humor, me rogó por ver su programa de cotilleos de las tardes con su amiga, con el pretexto de que se irían en un rato. Mi hija a básket y Ginna a su casa. Recostado volteé mi cabeza hacia Ginna, que yacía de pie, tímida y accedí. Me cambié de sitio hacia el sillón individual y ellas dos se despatarraron en el sofá. Volví a presenciar las ligas de Ginna, las medias de mi hija, y las rodillas que significaban un preludio de sus cuerpos ocultos.
Mi polla creció de repente y, cuando me di cuenta, los shorts no la abarcaban. Quise acomodármela pero empezó a ser incómodo para las chicas el que me sobara el paquete delante de ellas. Podría haberme levantado con cuidado, pero era muy difícil ya que no tenía nada para cubrirme. Estaba vendido y encima con las chicas cada vez más cómodas.
Ginna pareció mirarme de reojo el bulto. Yo me esforzaba por no mirarla pero sus movimientos empezaron a resultarme sugerentes. Se palpaba los largos y finos dedos con los labios. Me encontraba viéndola cuando habló y dirigí mi mirada bruscamente hacia la tele.
-Elisa, te acepto la paleta que me ofreciste antes.
Mi hija se levantó arrastrándose con el sofá, dejando ver sus nalgas, y se dirigió hacia el mueblebar donde extrajo dos paletas de colores. Ahora sí, estaba perdidio.
Las chicas empezaron a chuparlas de forma exagerada, sobretodo Elisa. Ginna parecía animarse y miraba a mi hija como queriendo seguir su ritmo. No entendía nada. Se la metían toda dejando sus bocas como discos. Ginna sacaba la lengua y llevaba el dulce hacia abajo, moviendo el brazo y no la lengua, intercanviando la mecánica de movimientos. Mi hija, por su parte, raspaba con el diente, deslizándose suavemente, la frontal de la paleta, pasando la lengua por el lado fino. Mi polla estaba ya, evidentemente, al descubierto.
Fue entonces cuando mi hija dijo que se tenía que ir a básket. Se fue a prepararse el bolso a su cuarto. Ginna se quedó en el living conmigo.
Me miró un par de veces, cacheandome con la vista, hasta pronunciar palabra.
-No crea que no le he visto señor Denís.
-¡¿Eh!? ¿El qué?- dije dando un bote.
-Bueno, no crea que no la he visto.
-¿Qué estás diciendo niña?
-Su amiguita, parece que está contena. Saca la cabeza para saludarme.
Me avergonzé.
-Ay, no quería ofenderle señor Denís-dijo, y miró hacia abajo. Tras unos segundos de silencio, pude contestar.
-Espero no haberte molestado. Lo siento, ya me voy.
Cuando me levanté, Ginna puso su mano sobre mi paquete.
-No me ha molestado señor Denís. Me gustaría, si usted me lo permite, tener una charla con su amiguito.
Yo la miré asustado primeramente. Mi hija apareció por la puerta y ella se levantó rápidamente. Yo me acomodé los shorts, estirándolos hacia abajo de forma estúpida.
-Papá me tengo que ir. Ginna se va quedar 10 minutos más hasta que sus padres vengan a buscarla.
-Eh...sí, no hay problema.
Mi hija se despidió y se fue. En la puerta, Ginna volvió a mirarme con sus ojos azules. Vi que tenía una peca que se escapaba del resto y se colocaba bajo su ojo.
-¿Quieres tomar algo? ¿Ver la tele?
-Eh...sí, selñor Denís, una coca-cola me irá bien.
Le llevé la coca-cola y me senté a su lado, esta vez intentando que mi polla no estuviera a la vista.
Mientras mirábamos incómodamente callados la tele, yo por fin hablé.
-Ginna, no creas que me has ofendido. Ha sido mi culpa, no he sido educado en mi forma de vestir y tú eres joven e impresionable... Lo siento, de veras.
-De acuerdo, señor Denís jiji-rió incómodamente.
Entonces Gin miró su movil y en seguida se desabotonó el polo del colegio. Un escote de grandes tetas pálidas quedó a mi lado, totalmente visible. Yo desde esa posición podía ver la unión de sus pechos, ese lugar donde los senos chocan entre sí.
Mi polla se volvió a erguir. Incómodo, me levanté, pero otra vez Ginna me cogió, esta vez no desde la base de mi paquete, sino la punta de la polla. Con dos dedos sostenía mi capullo, ya totalmente duro.
-Esta vez no señor Denís. Su amiguito quiere verme, lo sé.
-Soy un hombre casado...
-Cállese -me interrumpió, empujándome al sillón.
Ahora en el sillón indiviual, con las piernas abiertas, Ginna se auclilló en el suelo y gateó hasta mí. Empezó a lamer el capullo que sobresalía de mis shorts, dándole piquitos y abriendo su boca, arrastrando su lengua. Alargó su lengua cuando el líquido preseminal acudió a la puntita y ella recoía esa viscosidad transparente mientras se apartaba el pelo rojo fuego, por la luz, de su cara.
Yo estaba entregado. Ella estiró del elástico hacia abajo, queriéndome retirar los shorts y los calzoncillos. Yo me levanté del asiento silencioso y manso y, cuando la última pieza fue retirada, mi grán mástil chocó contra su nariz delicada. Sonrió cómplice.
Cogió mi polla con su alargada mano y la comenzó a pajear. Arriba y abajo mi pene soltaba líquidos cada vez más abundantes. Ella decidió acercar su boca y comenzó a chupar de forma brusca, abriendo bien su boca, llegando hasta mis testículos, donde la punta de su lengua luchó por salir y ganó, acariciando húmedamente con la punta, mis huevos.
Alternaba la mamada clásica con suaves curvaturas de lengua, lo estaba disfrutando y yo aún más.
Ginna dijo: avísame cuando esté por correrse, señor Denís.
-Llámame David, chiquita.
Ella chupó con más ganas aún. Su boca trabajaba sola ahora, mientras cuidadosamente se ponía e pie y se quitaba las ligas y la falda y todo. Ahora sus medias largas y sus zapatos eran su único complemento. Tardé en darme cuenta de que la chica no llevaba bragas, quizás ya venía con la idea.
Mamó mirándome a los ojos, me fijaba en su peca solitaria, situada debajo de su ojos, y al volver a ver su rostro inocente, la postura de pie que mantenía, levantando su culo, supe que allí era donde quería correrme.
Le avisé.
Ginna se sentó en el suelo haciendo parecer frágiles sus piernas. No abrió la boca y dejó que me corriera por su cara.
-Me estoy corriendo en tu cara, chiquita.
-Mmm, lo sé, señor Denís y me encanta.
Su ojo había sido tocado por mi leche y ella me pidió algo para quitárselo de los ojos. Yo recogí mi movil de la mesita de vidrio y le hice una foto rápidamente. Luego le pasé un pañuelo. Ella sólo se limpió el ojo y cogió su mobil, tecleando ágilmente un mensaje.
De repente la puerta se abrió y era mi hija.
-¡Lo has hecho tía! Espera que te saco una foto.
Ginna reía alegre y orgullosa de sí misma mientras yo tenía los ojos como platos.
-Muchas gracias señor Denís.
-Pero...qué?
-Lo siento papá pero Ginna y yo teníamos una apuesta sobre quién de las dos chuparía la polla del padre de la otra antes. Y Gin ha ganado.
-Ah...me alegro(¿?)
-Pues sí, alégrate. La que perdía debe follarse a su padre.

Otros relatos eroticos Amor filial

me folle a mi hijo de 17 años

Categoria: Amor filial
Me folle a mi hijo de 17 años
Relato erótico enviado por Anonymous el 09 de April de 2007 a las 18:39:16 - Relato porno leído 1351337 veces

minetras me hacia la dormida

Categoria: Amor filial
Lo que pasa mientras aparento estar dormida... es un secreto de hermanos, ahora tambien lo sabeis vosotros...
Relato erótico enviado por bichitita7 el 07 de December de 2004 a las 17:07:30 - Relato porno leído 1107202 veces
ESTE ES EL RELATO 100% REAL Y 1000% CALIENTE DE COMO MI PEQUEÑA PRIMA Y YO HEMOS PASADO GRANDES MOMENTOS DE AMOR INCESTUOSO CALIENTE Y PROHIBIDO
Relato erótico enviado por elgoloso el 21 de May de 2008 a las 22:00:00 - Relato porno leído 1022488 veces

traumatico incesto

Categoria: Amor filial
Cogí a mi hijo, aún no podemos superarlo.
Relato erótico enviado por martita el 02 de July de 2004 a las 14:39:38 - Relato porno leído 967299 veces

una historia de incesto

Categoria: Amor filial
una historia de incesto
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 762922 veces
Si te ha gustado La amiga de mi hija, Ginna vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar La amiga de mi hija, Ginna. wildthing te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:04) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


Registrate y se el primero en realizar un comentario sobre el relato La amiga de mi hija, Ginna.
Vota el relato el relato "La amiga de mi hija, Ginna" o agrégalo a tus favoritos
Votos del Relato

Puntuación Promedio: 0
votos: 0

No puedes votar porque no estás registrado