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LA CABAÑA

Relato enviado por : Anonymous el 26/06/2008. Lecturas: 9170

etiquetas relato LA CABAÑA .
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Resumen
No podia creer que un relato me pusiera en contacto con la mas deliciosa muñequita que habia visto, una divina criatura de 23 años, virgen con un cuerpazo que cortaba la respiracion y ella me dijo, me habia elegido para su primera vez, pues lo leido en mi relato le habia encantado y entonces:


Relato
LA CABAÑA

Después de llegar al aeropuerto, con premura me dirigí a una arrendadora de autos, no quería perder tiempo, me urgía llegar, había acordado con Mariana que nos veríamos en una cabaña cerca de Apatzingan, me separaba de esa cabaña unas dos horas de camino en auto. Una vez que todo estaba listo, me ajuste el cinturón de seguridad y le di ignición al motor, no quería ir rápido, necesitaba ir con cuidado, no quería que ningún percance me impidiera llegar a tiempo con esa divina mujer que con toda seguridad ya estaba ahí.

Con tiempo para pensar y meditar, me puse a recordar en la forma que había conocido a esta divina criatura del Sr., jamas me imagine que un relato me llevara a conocer a una mujer como ella, si es verdad, que llegue a pensar que alguien me podría contactar, mi imaginación nunca penso en que una mujer como Mariana pudiera hacerlo, pero ahí estaba, en camino para llegar con esa divina y exquisita mujer, mujer que me hacia preguntarme, decirme, interrogarme, tantas cosas, que mi capacidad se vio limitada para recusar y traducir todo lo que me entraba en la cabeza.

Varias mujeres, no muchas, quizá unas 5 me buscaron, pero nunca me agradaron, eran mujeres jóvenes , de mediana edad e incluso ya grandes, pero todas con un común denominador, sosas, tontas, medio gordas y gordas y sin nada en la cabeza.

Mariana sobrepasaba cualquier expectativa, era una mujer muy joven, pero con mucha madurez, una mujer independiente, una mujer con una belleza total, unos ojos maravillosos, una boca que invitaba al beso, un cuerpo que derretía piedras, buena conversadora y me dijo que era virgen, me dijo que cuando leyó mi relato supo que yo tenia que ser el hombre que tomara ese tesoro celosamente guardado, inexplorado, algo que se me hacia increíble, pues todas las mujeres a muy temprana edad, ya es normal que tengan actividad sexual.

En fin, me sentía como eptarca, con una suerte inusitada y, tal vez hasta increíble.


El recorrido fue hecho sin problemas, cada vez que estaba más cerca, mis nervios se acrecentaban, mi corazón se aceleraba y finalmente a lo lejos vi esa cabaña, Mariana me dio con lujo de detalles la ubicación del lugar, estaba en el medio de un bosque hermoso, había una gran cantidad de árboles de pino, árboles añejos con mucha altura, sus altas copas, a esa hora, tarde-noche, parecían grandes pinceles, que pintaban la luna y las estrellas para dar paso a una despejada, espléndida y fría noche.

La Sinuosa carretera, por fin me llevo al final de mi destino. Me detuve y apagando el auto, respire hondo, mis nervios estaban desorbitados, estaba como un jovenzuelo en su primer cita de amor.

En el tiro de la chimenea salía humo, la cabaña ya estaba completamente iluminada en su interior, afuera solo había una bombilla, que alumbraba tenuemente la entrada. Puede ver la silueta de una persona en la ventana, era ella quien al escuchar el auto, se asomaba a ver si era yo.

Tomando Una gran bocanada de aire, para que me diera valor, baje del auto. Y me dirigí a la puerta. Yo iba enfundado con un pantalón negro, un suéter de cuello alto y un saco color beige, me puse sobre los hombros un abrigo del mismo color, hacia mucho frío. Sin saber cual sería nuestra reacción al vernos, me quede con la mano frente a la puerta, a punto de tocar, pensaba a mil por hora un si fin de cosas, finalmente tome el chapetón que colgaba justo en medio de la puerta y volviendo a halar aire, finalmente toque.

Una voz con una eufonía muy agradable me invito a pasar. Ahí estaba, parada enfrente de la chimenea, lo primero que llamo mi atención, fueron sus enormes y divinos ojos, unos ojos que decían mucho, ojos que miraban de frente, ojos que a partir de ese momento yo adoraría por el resto de mi vida.

Ella traía un vestido blanco de fiesta, que le llegaba hasta los tobillos, tenia un escote suave, delicado, cada línea de su espectacular cuerpo se dibujaba sobre el vestido, el nacimiento de sus senos sobresalía de una manera discreta, provocativa, sensacional y me corto la respiración, su cuerpo era perfecto, mas bello y hermoso que la Venus de milo, si Miguel Angel hubiera esculpido este cuerpo, no habría obra mas hermosa sobre la faz de la tierra , incluso Da Vinchi hubiera cambiado a su Mona Lisa, por tan hermoso rostro.

--Buenas noches—dije yo

Acercándome hasta donde ella estaba, le extendí la mano y le di un beso en la mejilla, cerca, muy cerca de la comisura de sus labios, ellla estaba como yo, nerviosa, pero transpiraba seguridad por todos sus poros.

--Buenas noches Franchesco,

Había una mesa con viandas llenas de bocadillos, una botella de champagne en una cubeta con hielos y unas copas de cristal cortado, todo en perfecto orden. Se adivina a una mujer muy ordenada, con gustos exquisitos y finos.

--No te has perdido?, he estado nerviosa pensando en mil cosas, pensando en lo que puedas pensar de mi, pensando si todo te iba bien en esta sinuosa carretera

--Pues yo también venia pensando en ti, haciéndome una y mil preguntas, apenas y me di cuenta del paso del tiempo. Y no te preocupes, quien con tres dedos de frente puede pensar algo equivocado de una muñequita tan divina.

Era muy agradable hablar con ella, me pude dar cuenta que me sostenía la mirada, cosa que muy poco gente hace, esto hablaba de la seguridad de su persona.

--Me permites tu abrigo?

Ella extendía la mano para recibir el abrigo que yo diligentemente le daba, nuestras manos se rozaron, sentí una descarga de placer. Ella llevo mi saco a un armario junto a la puerta de entrada.

Ahí estabamos los dos, no sabíamos que decir, como empezar, pero la complacencia de parte de los dos por lo que cada uno tenía enfrente, era excelente, el momento supero nuestras expectativas, pues había gusto por parte de los dos.

Ella rompiendo el pequeño momento de silencio, me dijo

--Franchesco deseas algo de tomar?,

--Por favor, hace mucho frío y te agradecería una copa de cognac.

Dándose la vuelta fue a una cantina de madera hermosamente labrada y de ahí saco una botella de cognac Remy Martin, escanció un poco en la copa y ella se sirvio en una copa vino tino Marquez de Caceres, Estupendos gustos de Mariana, pense en mis adentros.

--Vaya – dije yo—eres una excelente anfitriona y con gustos estupendos, gracias, pues salud por el placer de conocerte finalmente en persona.

--Salud Franchesco, el placer es mío, solo espero que todo sea de tu agrado, pues no soy muy buena para preparar bocadillos.

--Pues todo se ve muy bueno,

Ella al darse la vuelta para recoger una de las viandas de bocadillos, me dejo alucinando, por ese espectáculo que me daba, pues tenía un andar estupendo, cadencioso, y sensual, en ese momento supe que ella debería y seria la mujer que me acompañaría toda mi vida y no pude dejar de pensar en sus palabras, pues me dije que ella era de todo mi agrado, para que mas, si ella era un bocato di cardenale.

Al acercarme los bocadillos me saco de mis pensamientos. De alguna parte salía una música suave, música romántica para bailar, después de mas de cuatro horas, en donde intercambiamos preguntas y respuestas, donde tuve la oportunidad de contarle una parte importantisima de mi vida, en donde los dos quedábamos gratamente satisfechos y después de esas horas, los dos estabamos completamente relajados y contentos. Yo estaba complacido, pues ella se reía de mis anécdotas y correrías y por supuesto que también ella era simpática y ocurrente, algo muy común en los abogados.

--Pues vaya que tienes una vida poco común Franchesco, es impresionante todo lo que me cuentas, una historia triste, pero muy bella y una vida agitada y como de película.

--Naaa, no creo que sea nada especial, pero gracias por pintarlo así.

Pensando a mil por hora, y viendo su espectacular vestido y hermosa figura, le dije.

--Bailamos?

--Con todo gusto—respondió.

La tome de la mano y con la otra rodee su talle, un talle verdaderamente estrecho, estaba seguro que ella con sus dos manos en la cintura, casi podrían tocarse sus dos dedos medios.

--Mariana, tu me has hecho hacer locuras, debería estar trabajando y mírame, debería de estar supervisando mi obra y aquí me tienes, sin embargo me has permitido ver una nueva luz, también me permites ser poeta.

--Poeta?

Por los altavoces escuchábamos una melodía muy romántica y bailábamos casi totalmente pegados, acercándome a su oído le dije.


En Cancun abundan mujeres deslumbrantes,
reinas que esclavas de la moda son,
y ataviadas de sedas y brillantes,
sus ojos me queman, como quema el sol.

Pero tu vida mía, estas llena de pureza
tu, Mariana mía, eres mi tesoro
eres tan gentil y es tanta tu belleza
que por eso Mariana divina, te adoro.

En mi orgullo insensato yo creía
que estaba el mundo para mí desierto,
y que en lugar de corazón tenía
una insensible lápida de muerto.

Yo di un eterno adiós a los placeres
cuando la pena invadió mi mente,
y me soñé Mariana, indiferente
a la belleza de todas las mujeres.


Mariana tu apareciste y lleno de contento
te digo, que en tus ojos los ángeles se miran,
que desde el primer día que te vi quede sin aliento
y todos mis sentidos en torno tuyo giran

Donde quiera que tu pasas dejas tus huellas,
y los pajarillos te hacen camino con su canto
trémulas de envidia palidecen las estrellas
cuando te observan con todo tu encanto .

Mariana, me tienes a tus pies rendido
y mi rodilla nunca, jamas, tocó el suelo;
pero tu imagen jamas olvido
Y me tienes volando en el cielo.

Después de decirle al oído el poema, ella se me quedo mirando profundamente y así como estabamos de cerca, el primer beso fue espontaneo, un beso con una entrega total, sin reservas, un beso que su traducción exacta era, un secreto a voces que confundía el oído con nuestra boca, una rosa que se exprimía en nuestros labios, un beso largo, suave, pero tempestuoso y pasional. Un beso donde va el alma

--Gracias por el poema Franchesco, es lindo, pero por que, por que si apenas y me conoces?

--Mariana, créeme, yo no buscaba el amor, pues este llega solo, cuando uno menos lo espera, pero de verdad te digo que yo ya te conocía, yo ya te llevaba en mi piel, yo te he esperado toda mi vida. Tu eres esa mujer con la que por necesidad se dan los herederos.

Desde atrás de sus rizadas y largas pestañas, me miraba con complacencia, abatiendo sus divinos ojos, me parecía que aceptaba cada una de mis palabras.

La música suave, su curbimagnificolieno cuerpo, ( no hay otra palabra mas justa para describir ese templo de belleza), se movía cadencioso al bailar, parecía que flotara, estabamos bailando sobre una alfombra blanca.

--Gracias por venir Franchesco, gracias por todo, eres ese hombre que bien he elegido y...

Apretándola contra todo mi cuerpo y bailando muy suavemente, sentí perfectamente la protuberancia de su pubis, elle también me sintió, pues yo estaba ya totalmente excitado con todo eso que tenía entre las manos, podía adivinar la tersura de su piel, mis mano tocaba una pequeña parte de su espalda, el escote que tenía el vestido me permitía ver muy poco, pero lo necesario para saber que ese manjar era el mejor que tendría en toda mi vida.

Ella al sentir mi protuberancia en sus pelvis, abrió mucho los ojos y me dejo extasiado, pues en respuesta me dio un besos que me transportaba al mismo paraíso, me transportaba al interior de sus divinos ojos, unos ojos que miraban con franqueza, ojos limpios que brillaban con pureza

--MMMM Alex, que me estas haciendo, que magia tienes para ponerme así, desde el primer día que te leí supe que tu tenías que ser el hombre de mi vida, cual es tu secreto Alex.

Por primera vez me llamaba por mi nombre, y ese Alex, sonaba a ángeles en ella.

--Divina Mariana, yo solo soy tu esclavo, yo solo seguiré tus pasos uno a uno, y me encantaría que fuera para toda la vida, eres una mujer increíble, eres una mujer que supera las expectativas de cualquier hombre, sin importar su condición social, su credo o raza.

Mi mano traviesa y lujuriosa, empezaba a bajar por la orilla de su cadera, tocando el lado izquierdo de su hermosisimo cuerpo, tocaba la parte alta de su pierna, con mucha delicadeza, mi mano se deslizaba hasta quedar sobre una dura, hermosa, divina, turgente, parada y deseada nalga, al tomar mi mano posesión de ese tesoro, la apreté mas contra mi cuerpo, ella no dejaba de mirarme, ella solo se abandonaba a mis caricias.

Mis labios al mismo tiempo recorrían sus ojos, sus cabellos, su cuello, besaba la punta de su nariz, sus hombros eran una invitación constante para mis labios de manera tal que con placer supremo, besaba cada parte de su cuerpo descubierto, mientras mi mano tenia atrapada su nalga en una sensación orgasmica, y mi verga ya totalmente templada, le hacia saber a ella de su dureza.

En ese momento recordé que llevaba un presente para ella, y dándome un pequeño golpe en la cabeza le dije.

--Mariana he tenido un descuido imperdonable, permíteme un segundo.

--Alex si se trata de preservativos no tienes por que preocuparte, tengo confianza absoluta en ti y no hay peligro de embarazo..

--Muñeca divina, muchas gracias por tus palabras, pero no se trata de eso, permíteme, voy al auto un instante.

Ella frunciendo su ceño solo pintaba una interrogante en sus divinos ojos, apresuradamente salí hasta el auto, ahí habían unas ramo de hermosas flores para ella. Casi tan bellas como su encanto. Entrando con las flores en las manos y estirando mi brazo para entregárselas, le dije.

--Mariana, estas flores son para ti, pero estas al verte han sentido envidia de tu belleza y se han apagado un poco.

--Gracias están muy bellas, no debiste molestarte

--Molestia? Jamas podría ser eso, solo es un presente que hace juego con tu lozanía y belleza.

--Que cosas se te ocurren Alex. Muchas gracias.

Tomando las flores las puso con un poco de agua en un florero de cristal y las coloco en la mesa.

Dándose la vuelta se me quedo mirando profundamente, yo al verme reflejado en esos divinos ojos, me sentí perdido para siempre, tome una flor amarilla, la más grande y....

--Mariana continuamos bailando?

Ella solo me tomo de la mano y se dejo guiar por mi, la tome de la cintura y nos movimos al compás de la música, muy suavemente, mis labios ávidos de el néctar de los suyos, se prendieron de ellos, como si en ese acto me fuera la vida.

Mis labios empezaron a recorrer nuevamente el camino andado, sus ojos su cuello, tenia un cuello que me atraía como imán poderoso, corrí el cierre de su vestido y este se deslizo muy suavemente por cada una de sus curvas, por ese cuerpo, que me causaba ebefrenia, quedo a mi vista una aparición hermosa, pues tenia un conjunto de sostén y pantaleta de color blanco, con encajes muy delicados y de buen gusto, tenia unas medias blancas, que cubrían sus largas y bien torneadas piernas, sujetas por unas sentillas, que venían de su cadera.

Ella me quitó el saco y el suéter, con un poco de pena y mirándome a los ojos, desabrocho mi cinturón, bajo el cierre de mi pantalón y quedo estática, quería saber más de mí, y su mano tomo mi verga, que para ese momento ya estaba bien parada, sin dejar de mirarme, con esa seguridad, que no se de donde la sacaba, pues era virgen, muy joven e inexperta, que se yo, pero la verdad es que tenía delante de mí a una diosa,, diosa convertida en mujer, con un cuerpo de extraordinarias formas, con una cintura muy breve, con unas piernas, exquisitamente largas y torneadas, sus nalgas me hacían ver visco, pues estaba seguro que podía parar una copa en ellas, termine de sacarme el pantalón y ahí quedamos los dos uno frente al otro semi desnudos.


Mis dedos desabrocharon el seguro de su sostén, este sostén no cumplía con ningún trabajo, pues a mi vista brincaron dos hemosisimos senos, totalmente virginales, que apuntaban al cielo, turgentes, duros, jamas tocados y exquisitamente blancos, coronados por unos pezones, maravillosos, que estaban ya hinchados por el deseo,

Solté su cabello, el cual callo como una cascada cubriendo sus hombros, así estaba mucho mas divina que leydy godyba, era todo un monumento a la belleza, un monumento digna de ser esculpida por Miguel Angel, con la rosa amarilla, en mi mano, empece a acariciar todo su cuerpo, desde los pies hasta sus divinos ojos, ojos que decían mucho mas que mil palabras, ojos que era imposible no doblegarse a su mirada, ojos que podían acariciar, ojos que podían, hasta matar con un desprecio.

La suavidad de los pétalos la hacían sentir muchas cosas, no paraba de acariciarla con la flor, en ese momento le acariciaba su cuello, yo estando a su espalda y con mi verga pegada a sus divinas nalgas, hacia un recorrido con la flor desde el nacimiento de sus senos hasta el cuello, desde sus manos, hasta el cuello, mi verga estaba totalmente saturada de sangre, sentía que me estallaría si no la ponía en ese lugar recóndito de su ser, lugar jamas conquistado, lugar jamas penetrado, un lugar que tenia mucho placer parea mi, un lugar al que le haría sentir tanto placer, que esperaba hacerla sentir una necesidad imperiosa de mí toda la vida.

Ella movía en círculos y exquisitamente su cadera, para sentir mas mi verga, tomándole la barbilla eche su cabeza hacia a tras y me prendí de sus labios, en esa posición, sus senos estaban totalmente a mi merced, turgentes duros, inflamados por el deseo, los apretaba y acariciaba con mucho deleite y suavidad, con mis dedos apretaba la punta de sus pezones delicadamente, nuestras lenguas, en un rito orgasmico se devoraban, en ese beso largo, en un beso donde le entregaba mi alma

Tenía también el tiempo de recorrer su abdomen, la parte alta de sus piernas, y sin poderme resistir mi mano traviesa, y sobre su prenda intima, acariciaba su pusita divina. En ese momento ella pego un brinquito de placer, se retorcía con su espalda y sus nalgas totalmente pegada a mi cuerpo.

El cumulo de sensaciones jamas sentida por ella, la hacían estar totalmente húmeda, jamas había tenido a una mujer que estuviera así, tan mojada, con tanto deseo en todos y cada uno de sus poros, que para ese momento ya estaban salpicados de pequeñas gotitas de sudor.

Sin poderme contener más, la recosté sobre la mullida alfombra blanca, su cabello era una sinfonía de belleza sobre la alfombra, ahí como estaba, la empece a besar por todo el cuerpo, la flor estaba haciendo juego con su hermoso cuerpo, aunque esta ya estaba marchitándose de envidia por tanta belleza, mis labios golosos recorrían cada protuberancia de ese cuerpo, que hacia armonía con el reflejo de las llamas de la chimenea, finalmente nos quitamos la ultima prenda.

--Mi vida, mi Mariana, este momento no lo podré olvidar jamas nunca, este momento ni en el mejor de mis sueños lo pude tener y después de tanto conversar contigo en el chat, ahora se hace una hermosa realidad, que durante mucho tiempo pense que solo era una fantasía.

--Alex, pues como fantasía solo rondaba en mi cabeza, pero tu tenías que ser quien la hiciera realidad, ahora se por que me guarde tanto tiempo de este placer.

Con pasión reflejada en sus hermosos ojos se retorcía al paso de los pétalos de la flor , recostada como estaba, me hinque entre sus piernas y le pasaba la flor, por el lado interno de sus largas y hermosa piernas, que ahora las tenia abiertas, permitiéndome tener una vista, que muy pocos hombres tienen oportunidad de ver, pues con mis dedos abría sus labios vaginales y podía ver con toda claridad esa telita que se prendía en la entrada de esa cueva de placer sublime. Su hímen

La flor acariciaba sus labios vaginales, sus bellos, sin poderme contener, hundí mi cabeza en su pusita y mi lengua entraba en ella, lamía todo lo que estaba a mi alcance, finalmente enrolle mi lengua con su clítoris, y le daba una chupada de pronostico,

Mi lengua chocaba con su clítoris y la hacía retorcerse de placer, arqueaba su cuerpo, su cadera se levantaba haciendo un arco con su cuerpo, su abdomen brillaba con la luz que emanaba de la chimenea y podía ver sus bellitos del abdomen, un abdomen como de durazno, pero mucho mas sabroso, más rico, mas espléndido.

--Alex, hhhooooo, por favor, mmmmmmmm, nunca había sentido esto, mmmmmm, por favor más, más, ssiiiiiiiiiiii, no pares.


Desde la posición que tenía no dejaba de ver sus ojos, unos ojos hermosisimos, unos ojos que reflejaban el placer que estaba sintiendo.

Mis manos al mismo tiempo que mi lengua trabajaba en su pusita, recorrían de arriba abajo su abdomen, la sensación en las mis palmas ere exquisita, al posarse en esos senos turgentes, senos que se levantaban majestuosos, con toda su juventud, senos que tenían un tamaño perfecto, senos que ganarían cualquier concurso, senos que no merecían deteriorarse con el paso del tiempo.

Seguía con mi tarea de arrancarle su primer orgasmo, un orgasmo que ella misma me había comentado, que jamas había sentido, me confeso muchas cosas, que me hacían tener un especial cuidado, para que esta primera vez, fuera espectacular, para que esta primera vez, jamas pudiera borrarse de su mente, para que esta primera vez, le dijera que fuera el inicio de toda una vida juntos.

Mis manos seguían recorriendo su hermoso cuerpo, acariciaba su cintura, resbalaban por cada curva de eso cuerpo que no podía ser mas que perfecto, un cuerpo que estaba seguro que causaba deseos en los hombres y una gran envidia por millones de mujeres.

De pronto empece a sentir que algo empezaba a ocurrir en las entrañas de su cuerpo, empezó a gemir más, empezó a tener movimientos característicos que anunciaban su primer orgasmo, mi lengua no cesaba en su trabajo, parando el estimulo con mi lengua, me acomode para pasarle mi verga totalmente parada por toda su vagina, con mi mano, tome mi verga y en círculos lee sobaba su clítoris, esa sensación, despertaba en mi una imperiosa necesidad de penetrarla en ese momento, pero no debía precipitare, ella sin poder contenerse más, explotó en su primer orgasmo.

--Alejandrooooo, uuuuuummmmmmgggggggg, hhaaaaaa, que me estas haciendo, que es esto que riiiiiccoooooooo, por favor no pares,.

Deje de sobar mi verga en su clítoris y nuevamente mi lengua trabajaba en su pusita, la miel que escurría de sus entrañas bañaba mis bigotes.

Cuando supe que el orgasmo había pasado su máxima sensación, la abrace contra mi pecho, mi verga quedo entre sus piernas, llego un poco mas arriba de su hermoso culito, y la empece a besar con mucha dulzura, mis manos acariciaban su espalda, dándome la vuelta, quede de espaldas y la hale arriba de mi, entonces mis manos tuvieron la oportunidad de acariciar sus divinas nalgas, unas nalgas que fueron hechas para mi, unas nalgas tan espectaculares, que me atraían como un imán poderoso.

Así quedamos por algunos minutos.

--Mariana, mi vida, gracias por todo esto, gracias por hacerme sentir otra vesz un hombre, gracias por despertar estas sensaciones que estaba dormidas. Divina mujer eres mucho mas hermosa que la mejor escultura de Miguel Angel.

--Alex, que rico es esto, jamas me imagine que esto fuera así, pero tengo ganas de mas, tengo muchos deseos de tenerte dentro de mi.

--Todo a su tiempo divina criatura, todo a su tiempo, necesito que tengas otro orgasmo, necesito dilatarte aun mas para que el dolor sea amenos.

--Alex, no importa nada, tengo una necesidad suprema de tenerte dentro.

Esas palabras que eran un ruego y mi verga que ya sentía la necesidad de explotar, mi cabeza que me decía, mis sensaciones que me hacían desear tener ya un orgasmo, me pedían a gritos penetrarla, pero haciendo gala de un gran esfuerzo, la baje de mi y la puse boca abajo.

Tomando la flor empece nuevamente a acariciarla, se la pasaba por toda la espalda, por sus nalgas, por sus piernas, se la pasaba por la plantas de sus pequeños pies, por sus manos, y mi otra mano, hacia el mismo recorrido que la flor.

Las sensaciones que yo tenía no se podían comparar con nada, con ninguna otra experiencia, ese extraordinario cuerpo era perfecto, me hacia hacer viscos en cada curva, en cada protuberancia.

Abriéndole las piernas, quedo ante mí, su exquisita pusita, el ojo de su culito y esas nalgas tan ricas, tome nuevamente la verga con mi mano y la empece a pasar por sus nalgas, a todo lo largo de sus labios vaginales hasta llegar al ojito de su culo, en cada cúspide, le hacia sentir la dureza de mi verga, estaba más que lubricada.

La sensación que tenía en mi verga era exquisita, era maravillosa, cuando llegaba a su culito le empujaba un poco la verga, ella al sentir ese piquete, me volteaba a ver con los ojos muy abiertos, pensaba que se la metería en cualquier momento, pero no me decía nada, de la misma manera cuando llegaba a la entrada de su hermoso agujero de placer, también le daba un empujón con la verga, ella solo cerraba los ojitos, no sabía por donde se la metería.

Pero aun no era tiempo, me agache nuevamente para hundirme entre sus piernas, mi lengua empezó a estimular nuevamente su clítoris, y con las quince, minutos de caricias con la flor, con mi mano y con la verga y otros diez minutos de estimulación con la lengua, exploto nuevamente en un orgasmo muy largo, muy placentero.

--hhhooooo, mmmmmmm, Alex que divino es esto, por favooor te suplico que ya me la metas, por favor, no me hagas rogarte más, ya te necesito dentro de mi.

--Mi vida, mi Mariana, ahora es mi turno, ahora es el momento adecuado.

Mi voz era ronca, las sensaciones que tenía, me llevaban al paroxismo del placer.

Sin poderme contener más, la di la vuelta.

Mi verga estaba a punto, ya no podía aguantar más el deseo de penetrarla, con esos dos orgasmos, estaba lista y lo suficientemente dilatada para recibirme.

Me la comía a besos, goloso saboreaba sus labios, su lengua, mis manos ya con un poco mas de fuerza, se las pasaba por todos lados, sus senos eran una exquisita invitación, y mis labios se apoderaron de sus pezones, como un niño chupaba esos exquisitos pezones inflamados por el deseo, totalmente excitada, se retorcía entre mis brazos, me lengua recorría todo su abdomen, la recosté sobre la mullida alfombra.

Me hinque teniendo nuevamente esa visión extraordinaria de su himen intacto, abriéndole sus labios vaginales y ya sin ningún razonamiento mas que poseerla, que penetrarla, tome mi verga y la apunte en ese jugoso tesoro que sería profanado, conquistado y desflorado por primera vez.

--Mi vida, en este momento vas a ser mujer, mi Mariana este momento lo soñé durante muchas noches, este momento lo he esperado con ansias locas.

Sin más tramites, le empece a meter la verga, con mucho cuidado, necesitaba saber con exactitud, el punto exacto para no hacerla sentir mucho dolor, sentía en la punta de mi verga esa telita que se resistía, sentía ese freno que anunciaba a una mujer virgen, sentía ese tesoro que era la fantasía de miles de hombres, cuando sentí que podía sentir mas dolor por metérsela tan despacio, de un empujón le metí toda la verga.

Estaba tan perfectamente lubrica y dilatada que coronándose como campeona única de esa divina pusita, mi verga llegaba hasta lo más hondo de sus entrañas.

--AAAAAlleeeeexx, mi amor, hooooo, que es esto,, que grandota la tienes, uuummmmmm, que rico estas mi amor, dame más por favor, ya daaaamela.

En ese momento ya totalmente recostado sobre ella, empece el mete y saca, suave, pausado, la besaba irrefrenablemente, nuestras lenguas se buscaban afanosamente, nuestros cuerpos en ese momento hacían uno solo, nuestros cuerpo estaban perfectamente acoplados, mi verga entraba y salia, mi verga perforaba hasta lo mas hondo de su divina pusita, mis movimientos eran lentos, necesitaba que tuviera otro orgasmo y yo junto con ella.

En ese momento pare mis acometidas.

--Alex mi vida no te detengas por favor.

--Espera vida mía, deja que pase todo lo que no conoces.

La tome de la mano y la pare de la alfombra, me senté en el sillón y a ella la acomode sobre mí, con las piernas abiertas, quedo totalmente sentada sobre mi, tome mi verga y la acomode nuevamente dentro de ella.

En esa posición, mi verga entro aun mas en lo mas profundo de su pusita, podía sentir lo mas hondo de sus entrañas, una pusita que aun así totalmente penetrada y abierta de piernas, me apretaba la verga, era una maravillosa sensación de placer, sentir como me apretaba la verga.

--Mi vida, mi Mariana, muévete como más placer te cause, muévete como tu quieras, aprende que es lo que te causa mas placer.

--Alex, mi vida, mi amor, esto supera mis fantasías, no pense que esto fuera tan increíble, siento que voy a venirme otra vez.

--Mi vida aun no, tu solo muévete, nos vendremos juntos, es el placer máximo, que se siente cuando nos vengamos al mismo tiempo, en el mismo segundo.

Ella empezó a moverse, subía y bajaba sus nalgas, su cadera hacia movimientos inexpertos, pero tenía un movimiento de mete y saca exquisito, empezó a moverse con más rapidez, sus senos quedaron justo en mis labios y se los chupaba con avidez, mis manos estaban agarrando sus riquicimas nalgas, seguían el movimiento de arriba abajo, la besaba, en el cuello, en sus ojos.

Para ayudarla, la tomaba de la cintura y la empujaba hacia arriba y la halaba, totalmente, y en cada sentada, mi verga entraba hasta el tope, sus nalgas chocaban con mis testículos, el placer iba en aumento, segundo a segundo , pare nuevamente nuestros movimientos y la acomode sobre el brazo del sillón, quedando ella en cuatro , ofreciéndome su culito completamente parado y mi verga apuntando a ese tesoro, que mas tarde, sabría si la penetraría.

En esa posición, nuevamente le deje ir toda la verga hasta el tope, ahora mi vientre era el que chocaba con sus nalgas, en esa posición, mi mano izquierda, se asía de su senos y la derecha estimulaba a su clítoris, empujaba hasta el fondo, después de 10 minutos, nuevamente pare mis embestidas.

Ahora fui yo el que se sentó en el sillón y a ella la senté de espaldas a mi, con las piernas abiertas nuevamente la penetre totalmente, su espalda, era todo un espectáculo con esos hoyuelos que tenia a la altura de sus caderas, espalda firme que tenia unos músculos perfectamente delineados, hermosos, era demasiado femenina, demasiado exquisita por donde quiera que la viera, mis manos golosas se asieron de sus senos, ella subía y bajaba sobre mi verga, entraba y salía, también estimulaba su clítoris, acariciaba sus senos, su vientre plano con músculos fuertes, rayos, tenía una cintura muy estrecha, jamas había tenido a una mujer tan perfectamente labrada por la naturaleza, cada línea de su cuerpo estaba perfectamente delineada, podía apostar que sus medidas eran 90-50-95.

Empece a sentir esa sensación tan especial cuando se anuncia la eyaculación, pero no queria, tenía que gozar ese momento lo mas posible, tenia que alargar ese placer hasta donde me fuera posible, aunque su pusita tan apretada, tan joven, tan exquisita, me hacía saber que no podría detener tanto tiempo un espectacular orgasmo.

Pare nuevamente mis movimientos me la comía a besos, sus labios eran un dulce manjar que no podía dejar de probar, de besar, sus senos atraían mi atención poderosamente y también mis labios se apoderaban de ellos, la tome entre mis brazos y la deposite sobre la mullida alfombra, junto a la rosa amarilla, que era muda testigo de esa entrega, ya no aguantaba mas, hundí mi rostro entre sus piernas y con mi lengua y mi mano estimulaba todo lo que podía en esa zona que era tan sensible, su clítoris estaba erecto, mi lengua se enrollaba en el y finalmente me coloque entre sus piernas otra vez, sobre ella, mi verga conocía ya perfectamente el camino a seguir y finalmente volvía a estar totalmente dentro de esa hermosisima, sabrosa, rica, exquisita y por tanto tiempo anhelada pusita de Mariana.

Después de tanto estimulo a su clítoris, a sus senos, todas las caricias prodigadas en todo su cuerpo, empezó a gemir con fuerza. Mis embestidas eran ya furiosas, rápidas, en un mete y saca desesperado, tenía que veenirme justo en el mismo segundo que ella.

--Hhooooo Alex, mi amor, dámelo todo, ya no aguaaaaanto, mi viiiidaaa, que riiiiiccooooo, que maravillosa sensacióoooooon, mmmmmmmmggggg, ya ya ya hhhhooooo.

Yo ya no aguantaba más, finalmente con un último movimiento, con la última embestida, en donde mi verga llego hasta lo mas hondo de sus entrañas, me quede quieto.

--Mariana, mi viiiiida, hhhaaaaaa, que sabrosa y divina muuuujeeeerrr, uuuurrrrrrggggg. Mi amooooorrrr.

Mi verga lanzó con fuerza mi semen, sentía como bañaba las entrañas de Mariana, ella con sus divinos ojos, me miraba, arqueando su espalda, sintiendo el placer extremo de sus contracciones vaginales, me arañaba la espalda, y se movía muy suave y dulcemente.

Mi verga esta recibiendo también el placer mas grande que existe en estos momentos, con su pusita tan apretada y con esas contracciones vaginales, me chupaba la verga de manera tal que sentía el placer sublime de esa primera vez, me quede con la espalda arqueada y con el movimiento de la ultima penetración, sabía que ese placer solo duraría unos cuantos segundos y quería sacarle el mayor provecho, uuuffffff, que sensación, que placer, que cuerpo, rayos, que mujer.

Ahí quede a su merced, sobre ella, jadeando los dos y con las manos entrelazadas, en un acto supremo de entrega, cansados, satisfechos, complacidos. Mi peso estaba totalmente sobre ella, pero no me soltaba, me tenía fuertemente abrazado, no quería dejar de sentirme, las contracciones de su vagina aun me chupaban la verga, aun seguía sintiendo esa divina desesperación de placer que causa ese masaje de sus paredes vaginales, directo al glande de mi verga.

Que mujer, no podía dar crédito a esa entrega, no podía terminar de creer que ese templo del placer, se guardara para mí.

Rodando sobre mi costado derecho, sin sacarle la verga, me di media vuelta, para quedar los dos de costado sobre la alfombra, no quería sacarle la verga nunca.

--Mariana mi vida, mi amor, después de esto no puedo, no debo, es imposible dejarte, ahora se que esa sensación que sentía al hablar contigo, ese sentimiento que no podía descifrar, que no podía traducir, ahora se perfectamente que es la eclosión de amor, es el sentimiento mas puro que mueve al hombre. Mi divina Mariana, mi hermosisima Mariana, no quiero ni podré dejarte jamas.

--Alex, no se que siento, me has inquietado desde hace mucho tiempo, no comprendía por que razón, pero................

Puse mi dedo sobre sus labios, no quería dejarla hablar, tenía miedo que en ese momento ella pudiera decirme que solo seria esta sola vez, no quería saberlo, no podía escucharlo, cuando menos no en este momento supremo, de placer infinito.

--Mi divina Mariana, dejemos que las cosas ocurran como tenga que ser, sin promesas de alcoba, sin perjuicios, sin pensar en mañana, disfrutemos este día hasta que ya no podamos más, disfrutemos este momento hasta que quedemos agotados de placer.

--Alex, mi amor, me has hecho sentir algo que lo intuía, pero que no adivinaba, sabía que esto era muy placentero, pero lo que me has hecho sentir supero todas mis creencias, solo dejemos que las cosas se den como quiera que tenga que ser.

A besos me lo decía, sus manos tomaban mi cabeza, sus antebrazos, colgaban sobre mis hombros, me apretaba contra su pecho, me hacía sentir delirio de placer.

Mi verga ya estaba afuera de su sabrosa pusita, ella abrió muchos los ojos cuando la vio, pues me escurría un hilo de sangre, mezclada con sus jugos y mi semen .

--Aleeex, gracias, esa sangre es mía verdad?, si me dolió, pero fue tanto lo que me hiciste sentir que realmente pasó desapercibido el dolor, mi amor, yo sabía, de verdad yo sabía que tu eras el que tenía que hacerme mujer.

--Mi divina muñequita, es un verdadero halago lo que me dices, pero sabes?, no te has dado cuenta que he recibido algo muy preciado por un hombre con experiencia, algo que es símbolo de pureza, algo que esta en la mente y fantasías de miles de hombres, algo que en estos tiempos es muy difícil ver en mujeres de tu edad, Mariana, mi Mariana, ahora puedo decir sin ninguna duda, Mi mariana. Y aunado a esto eres la mujer mas divina que a existido en los últimos..... 2008 años y te lo voy a demostrar, para que no quepa ninguna duda.

Tomando la rosa amarilla, nuevamente se la pasaba por todo su hermoso cuerpo, por ese templo de perdición divina, por ese monumental cuerpazo, y empece a deshojar la rosa, arrancaba cada pétalo, poniéndolo sobre su cuerpo.

--Mira vida mía, tu eres tan hermosa, tan divina que esta rosa no alcanza a igual tantísima belleza, mira este pétalo tan delicado y suave, es para tu frente, esos otros es para cada uno de tus oídos, estos para cada uno de tus deslumbrantes ojos, estos para tus cejas.

Y así le puse un pétalo entre cada dedo de la mano y de los pies, en sus rodillas, en sus monumentales y esculturales piernas, en sus brazos y antebrazos, en su frente.

--Mi divina Mariana, se han acabado los pétalos y tu aun tienes mas belleza, no alcanzaron los pétalos para cubrir tanta belleza, mira, tu monte de Venus, no esta cubierto, tus riquicima pusita tampoco, tus nalguitas tampoco, tu espalda tampoco, te das cuenta como eres muchisimo mas hermosa que cualquier flor?.

Al decirle todo esto la besaba tiernamente en los labios.

---Mi Alex, mi hombre soñado, muchas gracias, por tus palabras, nunca nadie me ha dicho tal cosa, a nadie jamas he escuchado decirlo, eres tan tierno, tan fino, tan educado, que algo esta pasando en mis sentimientos.

Ella me abrazaba y me apretaba contra su cuerpo.

Nuevamente le puse el dedo en sus labios y en esa posición mi verga quedo entre sus piernas, mi verga al sentir esa cálida cueva de amor, empezó a reaccionar, la bese desenfrenadamente, la apretaba contra mi, mis manos nuevamente recorrían en camino andado, mi dedo acariciaba el ojito de su culito, y después de varios besos y caricias, mi verga estaba nuevamente ensartada en su apretada y sabrosa pusita, mi verga nuevamente sentía ese cálido lugar, ella me empujo y me puso de espaldas, ella se estaba adueñando de la situación. Quedando encima de mi, ella misma hacia, permitía que la penetración fuera total.

--HHHoooo mi Alex. Mi amor

Me pare y la puse sobre el sillón, en cuatro patitas, su hermoso culo quedo totalmente expuesto, al tener esa maravillosa vista del ojito de su culo, tuve la imperiosa necesidad de profanarlo, con sus jugos aun escurriendo y mi semen, embarre la punta de mi verga y guiándola con mi mano, le puse la verga justo en el blanco, y empujando, empezó a entrar.

Ella abriendo los ojos desmesuradamente me dijo.

--Alejaaaandrooo, que vas a hacer?

Y bueno solo pasaría lo que tenía que pasar..

FIN





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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:29) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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