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La Educación de Denil

Relato enviado por : Horus87 el 21/09/2010. Lecturas: 6188

etiquetas relato La Educación de Denil   Gay .
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Resumen
- ¿Te has masturbado alguna vez?

Dean era el típico chico fuerte, deportista, carismático y encantador. Denil, el tímido ratoncillo al que le costaba relacionarse, y que no sabía nada de chicas ni de placer.
Un día, Dean decidió que aquella circunstancia debía cambiar.
Pero cambió...
...demasiado.



Relato
Los chicos como Denil no esperaban gran cosa del instituto, a nivel social. Denil en concreto no esperaba nada. No era lo bastante feo, lo bastante tonto ni lo bastante empollón como para granjearse grandes enemistades, como para que todos se metieran con él. Pero tampoco era lo suficientemente guapo, deportista o carismático para lo contrario.
De modo que cuando sus padres se separaron y su madre se lo llevó a la ciudad en mitad del curso, obligándolo a dejar a sus pocos amigos atrás y entrar en un nuevo colegio, Denil tenía bastantes claras sus expectativas.
Primero, una cierta curiosidad. No era lo normal que el alumno nuevo llegara por esas fechas.
Segundo, tanteo. Lo conocerían, lo explorarían, y si pudieran hasta lo diseccionarían para saber cómo era por dentro.
Tercero, ignorancia. Denil no tenía nada de especial, excepto su silenciosa afición a los videojuegos, de modo que pronto todos se cansarían de él.
Pero, aunque siempre había sido un chico listo, en aquella ocasión se estaba equivocando.
Porque, sorprendentemente, hizo un amigo. Y lo que era más increíble…Se trataba de Dean, el más popular de su curso.
Dean era un joven robusto, deportista, de sonrisas leves y un gran sentido del compañerismo. El primer día se acercó a Denil, lo saludó, y le deseó que disfrutara de la ciudad. Al segundo le preguntó qué tal le iba. Al tercero le dijo que fueran a la tienda de videojuegos juntos.
Denil no sabía por qué Dean le prestaba tanta atención, y ni se le pasó por la cabeza la absurda idea de preguntarlo y romper el encanto. Con el paso de las semanas, el chico se convirtió en su amigo, y los demás, viéndolos juntos, le prestaron más atención.

- ¿Te has masturbado alguna vez?
Denil se atragantó y empezó a toser. Cuando recuperó el aliento miró a Dean con los ojos desorbitados.
- ¿Si me qué? – Hizo, atónito.
El otro le devolvió una mirada achispada.
- Si te has masturbado alguna vez. – Repitió con toda la calma.
- ¿Pero a qué viene eso?
- A que siento curiosidad.
- ¿Por mi vida sexual? Tú estás pirado.
- Puede, y tú evitas la pregunta.
- Puede.
- Eso es que no lo has hecho nunca.
- ¡Oye!
- Admítelo.
Denil se ruborizó y volvió a mirar su coca-cola.
- Vale. – Dijo al final a regañadientes. – Nunca.
- ¿Jamás?
- Que no.
- ¿Ni un poquito?
- Coño, que no.
- ¿Y por qué?
Volvió a mirar a su amigo. Era un gran chico, pero a veces tenía unas preguntas…
- Pues porque no. – Replicó. - ¿Qué más da?
- Da que tienes 16 años, idiota. – Respondió Dean en tono de obviedad. – No puede ser que nunca te la hayas machacado.
- Pues no, no lo he hecho.
- Eso se tiene que arreglar. ¿Funciona el DVD de tu cuarto?
- ¿Qué? Sí…¿Por qué?
- Porque esta noche duermo en tu casa y te pongo una peli.
Denil intuía por dónde iba la cosa…Pero fue incapaz de resistir a Dean por más de diez minutos.
Y aquella noche allí lo tuvo, puntual, antes de la cena.
Su madre estaba de viaje, de modo que se encontraba a solas con su amigo y a merced de sus locuras.
Dean en seguida bajó la persiana de la habitación, puso la película en el reproductor y encendió la televisión. Denil ya se sentaba en medio de la cama, doblando las piernas como un indio.
Y Dean puso el play.
- ¡Me cago en la ostia!
Esas fueron las primeras palabras de Denil cuando vio que en la pantalla salía una despampanante rubia haciéndole una felación a un chico con el pene más grande de la historia.
Su miembro reaccionó de inmediato, para su vergüenza, y aunque trató de cubrirse el bulto de los pantalones Dean lo vio.
- Quítate eso. – Recomendó. – Te dolerá.
- ¡Y una mierda me voy yo a quitar la mitad de la ropa, ostia! ¿Cómo se te ocurre traerme una peli porno? ¡Estás majara!
Dean se encogió de hombros, restándole importancia. Él sí se quitó los pantalones y los calzoncillos, y Denil, a su pesar, no pudo dejar de notar el tamaño de aquel falo.
Tras media hora de película, le dolía muchísimo.
- Vamos. – Dijo su amigo con delicadeza. – Que somos dos tíos. ¿O te da vergüenza que comparemos y darte cuenta de que la tienes diminuta?
- No jodas, cabrón.
Pero Denil, chinchado, se quitó las dos prendas, liberando con un suspiro su sexo enhiesto. Dean lanzó una leve sonrisa satisfecha. Por un momento le recordó a un gato frente al plato de leche, pero en seguida ambos volvieron la atención a la película.
Duró una hora y veintitrés minutos. Para cuando la gran orgía terminó y salieron los títulos, Denil tenía la respiración agitada de pura excitación. Jamás había visto una película de aquella índole, ni siquiera se había permitido imaginar cosas así, pero allí estaba…con la garganta seca, sintiendo la tensión en las entrañas y con el pene apuntando al cielo.
Dean se levantó grácilmente, haciendo botar su inmenso instrumento. No parecía nada afectado por la excitación que, era obvio, tenía entre las piernas.
- Bien. – Hizo tras apagar la tele y mirar a su amigo. – Ahora mastúrbate.
- ¿¡Qué?! – Denil no daba crédito a sus oídos.
- ¿Es que te piensas que he puesto la jodida peli por amor al arte? La rubia está buena, pero no tanto. Vas a masturbarte, majete.
- ¡Tú estás gilipollas!
- Venga, hombre, no seas nenaza.
- No soy nenaza.
- Quién lo diría…No quieres ni tocarte. Bua, bua, me da vergüenza masturbarme, soy como un niño de teta…
- Vale ya.
- Buaa, mamá, mami, no quiero, qué corte…
- ¡Coño, para!
- Estoy excitadísimo de la muerte pero me da mucha vergüenza, así que seré un cagueta y no me masturbaré, ale, ale…
- ¡Joder, vale, lo haré!
Dean calló por fin y sonrió. Denil resopló, con las mejillas tan rojas como su pelo.
Pero no se movió.
- Es fácil. – Lo ayudó Dean, poniendo la mano como si cogiera un tubo y moviéndola arriba y abajo. – Haz así.
- Sé lo que tengo que hacer, ostia. – Replicó el otro.
Tragó saliva a pesar de la vergüenza y se rodeó el pene con los dedos. Sólo aquello le hizo sisear…¿dolor o placer? No estaba seguro. Aquello era nuevo, lo aterrorizaba y lo fascinaba a la vez.
Movió lentamente la mano hacia arriba, hacia abajo…Jadeó, cerrando con fuerza los ojos. Le temblaba el brazo.
- Venga. – Lo animó Dean.
Volvió a mover, y no paró esta vez. Comenzó a respirar deprisa, y se le escapó un gemido en algún momento.
Notó una mano en el pecho, y cuando su amigo lo empujó hasta echarlo en la cama, sus ojos se encontraron. Dean lo miraba fijamente. Denil no apartó la vista mientras seguía masturbándose…cada vez más deprisa. El otro tampoco se movió, manteniendo una mano en su pecho, sujetándolo contra la cama.
Cuando el orgasmo llegó, el escuálido muchacho gimió, arqueándose y sacudiendo su pene con violencia hasta exprimir hasta la última gota de semen, que se derramó sobre su camisa.
Quedó así, echado y agotado.
Entonces Dean ladeó la cabeza. Sin soltarlo se subió a la cama y se tendió sobre él.
- ¿Tío…? – Hizo Denil.
Su amigo no respondió. Ni siquiera cuando se encajó entre sus piernas. El muchacho sacudió la cabeza y lo miró con espanto.
- ¿Dean? – Musitó. – Dean, ¿qué haces?
Con la mano libre, Dean le alzó las caderas.
Sus intenciones estaban claras.
- ¡Ostia, no!
Denil se revolvió, pero su amigo era mucho más fuerte y no tuvo problemas en sujetarlo.
- ¡No, coño, cabrón, ni se te ocurra, ostia!
Siguió despotricando, tratando por todos los medios de liberarse, hasta que una sensación electrizante lo hizo quedarse muy, muy quieto.
Algo caliente y grande que rozaba la entrada de su ano.
Denil notó que se le llenaban los ojos de lágrimas.
- Joder…- Murmuró. – Joder, tío, por favor…
- Tranquilo. – Susurró Dean. – Sólo te dolerá un momento.
- No, no, Dean, no, por favor, por favor, por f…
Se interrumpió con un gemido estrangulado cuando, para su horror…las puertas de su esfínter fueron forzadas.
Se revolvió desesperadamente, pero Dean lo sujetó.
Y, con una violenta embestida, lo penetró.
Denil gritó al sentir cómo su ano se desgarraba por la intromisión. El dolor lo paralizó, y sus manos se aferraron a los hombros del que había sido su amigo, clavándole las uñas sin compasión. Pero Dean ni se inmutó. Sin apartar la mirada siguió taladrándolo, poco a poco ahora, alargando aquella tortura lacerante. Denil sintió como si durante horas sus entrañas se abrieran para dejar paso aquel intruso despiadado.
Hasta que, por fin, tocó fondo. Dean se quedó quieto.
- Hijo de puta. – Musitó Denil, temblando bajo el cuerpo del otro chico. – Hijo de la grandísima puta. Eres un mamonazo.
La expresión del joven castaño no varió un ápice. No obstante, su mano empezó a moverse para meterse bajo la ropa del más pequeño y acariciar su piel. Denil sacudió la cabeza, pero sentía que si se movía para liberarse, aún le dolería más.
Y poco a poco aquellas leves caricias aliviaron el dolor.
- ¿Mejor? – Preguntó Dean por fin.
- ¿Tú eres gilipollas? – Hizo el otro con violencia. - ¡Me estás metiendo tu puta polla en el culo, cabrón! ¡Suéltame de una vez, hijo de puta!
Dean hizo algo que cogió totalmente desprevenido a Denil.
Lo besó en la boca.
- Ahora…- Dijo al separarse, muy bajito, mirándolo a los sorprendidos ojos. - …ya no te duele. Así que llega el momento…del placer.
- ¿Pla…cer?
- Ya lo verás. Te gustará.
Dean se retiró un poco y volvió a penetrarlo.
Denil gritó, retorciéndose.
- ¡No! ¡Suéltame, ostia, me duele!
Esta vez, no obstante, su amigo no cedió. Empezó un lento y profundo vaivén que reabrió las heridas y forzó una y otra vez su entrada, su esfínter.
Hasta que el dolor desapareció, convertido en una extraña sensación…
…placentera.
Denil se asustó cuando gimió, pero Dean le lanzó una sonrisa indulgente, felina.
- ¿Lo ves? – Dijo en voz baja. – Te está gustando.
- No. – Replicó él, pero su voz anhelante decía lo contrario.
Su amigo empezó a moverse más deprisa entre sus piernas.
- Aaah…- Gimió Denil, aferrándose a aquellos hombros fuertes. – Cabrón de… Suéltame…ostt…aaah…para…de una…
El placer nublaba su mente.
- Déjame…ir…Hijo de…put…a…aah…Más…
Se ruborizó y sacudió la cabeza. No podía desear más. Aquello era horrible. ¡Su mejor amigo lo estaba…violando! Era un monstruo, y hacía monstruosidades. Aquello no era placentero. Aquello no era placentero. Aquello no era placentero.
Pero Denil lo miró para insultarlo, y se quedó anclado en aquellos ojos azules.
Dean se movió aún más deprisa. Su respiración se aceleraba, jadeaba por el esfuerzo, por el placer. Sus manos empezaron a acariciar la piel de su amigo apasionadamente.
- Oh, dios…- Musitó, su boca muy cerca de la de Denil. – Qué bueno…
- ¿Q…qué…? –Hizo el otro, incapaz de articular palabra.
Dean sonrió. Una fuerte embestida hizo que Denil gritara de placer. El otro aprovechó para encajar las rodillas bajo las caderas, sosteniéndolo así.
- Tienes un culo maravilloso. – Dijo Dean en voz baja, jadeosa, mientras seguía embistiendo cada vez más fuerte. – Oh, llevo tanto tiempo soñando con tu culo…
- ¡Serás…marica…!
- En ese caso tú también. Mira, mírate, pequeña putilla.
Los dedos de Dean se cerraron entorno al sexo de Denil. Volvía a estar en pie de guerra. ¿Cuándo había sucedido? Aquello no podía estarle excitando. No era posible.
La cama comenzó a chirriar y golpear la pared con la violencia del movimiento. Denil casi no podía respirar.
- Joder…- Hizo Dean. – Joder, oh, qué bueno, Den…Dios mío, eres increíble…
- Vete a la…mierda…Cerd…aaah…
- Di que te gusta.
- Ni hablar…
- Vamos, maricón, no seas hipócrita…Di…que…te gusta.
- Maldita…aaaah…Hijo de put…aaah…me…gusta…
- ¿Qué? ¿Te gusta qué?
Denil sacudió la cabeza. Y no pudo seguir evitando la verdad.
- Esto. – Musitó, aferrándose a su amigo, sintiendo sus violentas embestidas llenándolo por dentro, de un modo ardiente, doloroso y a la vez tan placentero que se sentía desfallecer. – Tú…dentro de mí…Dios mío, es genial…No pares…No pares…
- Oh, no pararé.
Y Dean lo besó otra vez. En esta ocasión, Denil lo correspondió.
- ¡Aaah! – Gimió ahora sin retenerse, sin evitarlo. - ¡Más…más fuerte!
- Ah, te gusta duro, ¿eh, putilla?
- ¡Dios, sí! ¡Hazlo más…aaaah, así, así! ¡Me encanta, oh, dios!
Dean lo golpeó en el muslo con la mano abierta. Lejos de asustarlo, eso lo excitó aún más. Frenéticamente buscó su pene y empezó a sacudírselo, fuera de sí, mientras su amigo se lo follaba con violencia, a toda velocidad…
Hasta que de pronto Dean paró y salió de él, sin una palabra. Cuando Denil soltó un gemido quejumbroso, masturbándose sin parar…le metió el pene en la boca.
Denil sintió una arcada subiéndole por la garganta. Sintió el sabor a heces, y al presemen del chico. Trató de quitárselo de encima, pero Dean, bastante menos cuidadoso, lo agarró del pelo y sin compasión empezó a bombearle la boca como si fuera el sexo de una chica.
Ni diez segundos después, Dean salió…y se corrió en su cara.
Y Denil también.

Un cuarto de hora más tarde, el pelirrojo seguía paralizado por lo que había sucedido.
Estaban en la cama, el uno junto al otro, medio desnudos. Dean le rodeaba la cintura sin un ápice de vergüenza, y de tanto en tanto, lánguidamente, se movía un poco para lamerle la mejilla, o el mentón, o los labios, limpiándole un poco del semen que le pringaba la cara.
En algún momento, uno de esos lametones se convirtió en un beso en la boca, que hizo que Denil reaccionara y mirara a su amigo.
- ¿Estás bien? – Preguntó con dulzura.
- ¿Qué si…? – Hizo el pelirrojo. – Me acabas de…violar.
- Cuando dices “me gusta” ya no es una violación.
- Eres un hijo de puta.
- Tal vez. Pero no cambiaría esta noche por nada del mundo. Cabréate mañana. Ahora sólo bésame.
Esta vez fue Denil quien le plantó un apasionado beso en la boca.

A la mañana siguiente ya no eran amigos los que fueron juntos a clase. Eran una pareja.

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Comentarios enviados para este relato
adolescente15 (7 de February de 2011 a las 00:12) dice: me encanto!!! es uno de mis favoritos pero es veridico?

BGCock (25 de September de 2010 a las 00:54) dice: Muy buen relato ! podría mejorar aún más con detalles del sexo de cada uno, pero muy bueno

chiilacegarter (23 de May de 2011 a las 03:58) dice: Es brutal el lenguaje

rafalectosex (2 de April de 2011 a las 03:14) dice: estuvo espectacular, todo el filtro entre ambos y la complicidad.

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:58) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

sexoso31 (14 de February de 2011 a las 16:23) dice: estubo extremadamente sexi muy fogoso manda mas asi saludos .


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