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La Familia Ingalls VIII

Relato enviado por : Chokolateros el 13/12/2011. Lecturas: 8207

etiquetas relato La Familia Ingalls VIII   Amor filial .
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Resumen
Esta es la historia de una serie de televisión La Familia Ingalls, pero la versión hot como a mí me hubiera gustado ver, se va la octava, espero que les agrade.-

LO QUE SUCEDÍA EN EL VIAJE



Relato
A partir de ese momento me olvide de Caroline, hasta estaba perdiendo peso y mis padres comenzaban a preocuparse por mi salud y yo cogiendo con Sandra por el agujero disponible que me apeteciera, la concha de su finado como lo había llamado al principio, su culo más firme que el de mi madre y su boca en busca de la wasca de mi pija, como para no adelgazar, en la casa de la viuda era entrar para empezar a coger cuatro o cinco veces por visita y como las visitas eran a diario por casi más de un mes, hasta que al llegar un día me la encontré llorando, sabía que nada bueno estaba ocurriendo y era que estaba llegando el momento de la separación, en un telegrama le avisaban que había muerto su madre y el padre le había pedido que volviera al pueblo para que viviera sus últimos años junto a su hija y a su nieto, estaría una semana más y se iría con lo puesto y me dejaba la casa a mi ya que era a la única persona que quería y que había sabido satisfacerla sexualmente, me pidió que me quedara ese tiempo con ella, entonces me fui a casa y les conté a mis padres lo que estaba sucediendo y que me quedaría con la viuda ayudándole a empacar todo y haciéndole compañía a la criatura en su pieza para que no se sintiera tan solo, ya que su madre estaba muy deprimida y se la pasaba llorando, aceptaron y volví con Sandra que me estaba esperando desnuda en la cama, esa semana fue un torrente de acabadas, me la quería exprimir para que disfrutáramos juntos de unas cogidas maravillosas. El día anterior a su partida, embalamos todo lo que iba a llevarse para terminar rendidos en la cama cogiendo de lo lindo, hasta me dolía la pija de tanto uso, no creo que hubiera un chico de mi edad que lo hiciera en un mes lo que yo hacía por día. Toda esa semana estuvimos desnudos y sin higienizarnos, medábamos y cagábamos donde nos diera las ganas, no nos limpiábamos y ni al crio lo vestía, me estaba transformando en un muchacho descuidado en mi aseo y los tres olíamos bastante mal, menos mal que nadie se acerco a la casa de Sandra, ya que al ingresar nos hubieran visto desnudos, cagados con olor a semen, a su acabadas y los soretes por toda la casa, hasta llegamos a mear en la cama sin importarnos nada. Llego el día de la partida, nos levantamos y fuimos a bañarnos con el crio, después de una semana era nuestra primera vez que nos higienizábamos, nos despedimos con un último polvo y se vistió sin limpiarse, ya que quería viajar con algo mío, mi semen dentro de su concha, ambos vestidos, le ayude a cargar la carreta y entre llantos por ambas partes partió. Entre en mi nueva casa y me puse a abrir todas las ventanas, limpie todo a los soretes los juntaba para tomarlos con la mano tirándolos en el chiquero y con baldes y baldes de agua limpie todo, saque el colchón meado para airearlo dejándolo en el granero, bueyes, vacas, gallinas, cerdos y hasta un caballo me había dejado, al terminar, cerré todas las ventanas y la puerta para volver a la casa de mis padres a caballo. Se alegraron mucho al verme pero estaba muy débil, por lo que decidieron llevarme al médico donde se encontraron que estaba cerca de la desnutrición y anémico. Con la medicación adecuada, buena comida y un régimen de no coger comencé a reponerme, todos pensaban que había sido por mi dedicación a la pobre viuda y a su hijo, lo que nunca supieron fue la relación que había mantenido con Sandra. Ya repuesto el domingo volví a ocupar mi lugar como monaguillo y el padre párroco volcó su sermón hacia lo que había hecho, le había dedicado tanto tiempo al prójimo descuidándose a sí mismo. Al salir de la parroquia para despedir a los feligreses que entre ellos estaba Caroline, me dio un beso en la mejilla pidiéndome disculpas por haber pensado mal de mí. A partir de ese momento pude empezar a dedicarme a ella, el miércoles estaba boludeando por el pueblo y me la cruce, nos saludamos ya como viejos amigos y empezamos a caminar hacia la salida del pueblo, ya un poco alejado empezó a jugar conmigo chocándome tratando de sacarme del sendero y en eso me dio un culazo que me tiro a un costado, empezó a reír y me ayudo a levantarme, la tome en mis brazos y le di su primer beso de lengua, se me quedo mirando para volverme a besar, al separarnos, le pedí que me acompañara y fuimos hacia lo de Sandra, al llegar, me miro sin entender ante donde estábamos, la tome de la cintura y nos dirigimos hacia la puerta la que abrí, la tome en mis brazos y la entre alzada mientras ella me iba dando piquitos recorriendo toda la casa mostrándosela, ya en el dormitorio la deposite sobre la cama, se me quedo mirando mientras su respiración comenzaba a cambiar excitándose mientras me miraba, lo note gracias a los movimientos de sus pechos, comencé a sacarme los tiradores y luego mi camisa, me recosté a su lado y ella comenzó a jugar con mis pezones con una mano mientras la otra recorría mi entrepierna para llegar a mi pija. Me pidió que deseaba verla y le pedí que primero se desnudara ella, ya que le había mostrado mucho. Se levanto, me beso mientras palpaba mi pija sobre el pantalón mientras estaba girándome poniéndome frente a la cama, me empujo y salió corriendo frunciendo su vestido para que se le notara bien el culo.
• Pero es una hija de puta, una calienta pija, por un lado está bien lo que te hizo, por lo menos no se lo hiciste vos a ella como a mí en el granero.
• Hija, son cosas distintas, ya que cuando fuiste vos, toda su familia estaba a unos metros, pero en ese momento estaban solo con Caroline, la hija de puta lo calentó para rajarse, y vos que hiciste Charles.
Empecé a buscar changas sobre todo en las casas donde las mujeres estaban solas la mayor parte del día, ya que sus esposos trabajaban y sus hijos en la escuela, y sin quererlo una de las primeras changas fue en la casa de Caroline, esta estaba en la escuela y su marido fuera, no me costó mucho hacerme amigo con la madre, hasta que después de varios días ya iba sin que tuviera algo para hacer, empecé elogiándole la manera de vestir, su hermoso cuerpo lo que siempre me respondía que mejor lo tiene Caroline, a lo que siempre respondía que me gustaba más ella. Un día estaba preparando algo en la cocina, y yo entre sin hacer ruido, y como un juego la abrace desde atrás tapándole los ojos mientras le apoyaba la pija que ya estaba dura, al notarlo, se retiro un poco de mi para darse vuelta, su rostro parecido a un tomate de lo colorada que estaba y le pregunte si se encontraba bien, me dijo que si pero le pedí que se sentara para que descansara un rato y que yo terminaría con lo que estaba haciendo, no acepto que hiciera el trabajo pero se sentó, me le coloque detrás de ella y comencé a masajearle los hombros, desde mi posición podía verle las tetas en su movimiento ascendente y descendente que hacen al respirar, me éxito y se lo hice saber.
• Maura, tienes un hermoso cuerpo, pero estas tensionada, estás trabajando mucho o tienes algún problema, tus cosas con Caroline están bien.
• Quédate tranquilo, solamente un sofocón, hoy ha sido un día bastante duro, y en la cocina me contracturo mucho ya que debo agacharme para hacer las cosas, la mesada está muy baja, pero continua con el masaje.
Sin decir mas, continúe con el masaje, con la salvedad qué mis manos ya había sorteado el vestido y se encontraba sobre su piel, de los hombros iba de apoco descendiendo por delante hasta llegar a la canaleta de sus tetas, ella suspiraba hasta un gemido se le llego a escapar, cuando mis dedos llegaron a tocar sus pezones, ella me tomo de las manos para dar por concluida la sesión de masajes.
• Tienes unas manos maravillosas, me han hecho muy bien, pero creo que por el día de hoy ya es suficiente, levantándose de la silla.
Me la jugué, la tome por la cintura y la bese, primero en sus mejillas y al ver que no había rechazo continúe con besitos hasta llegar a su boca, se resistió un poco pero como insistí abrió su boca y nos chupeteamos de lo lindo, mis manos ya estaba acariciando su culo y mi pija pegada a su pelvis y ella notaba muy bien con lo que estaba dotado por lo que las cartas ya habían sido barajadas y aceptadas, solo faltaba dar el último paso, pero quería que fuera ella que lo diera. Nos separamos y me pidió disculpas por lo que había hecho, y como le reste importancia se dio media vuelta y al irse para el comedor le pegue un chirlo en el culo, se dio vuelta y me miro, por lo que le hice saber que ahora estábamos a mano por lo que habíamos hecho, se sonrió me tomo con ambas manos acercándome a ella para volver a besarme, y yo como al descuido se la volví a apoyar.
• Bueno Maura, mañana si papá me presta las herramientas vengo para nivelarte la mesada para que no tengas que agacharte tanto y matar a alguien de un infarto.
• Porque me dices que si me agacho podre matar a alguien de un infarto, tan fea soy que podría ocasionar esa catástrofe.
• Al contrario, sos hermosa, pero al verte con el culo en pompa y tus tetas que sobresalen de tu escote, bien podría alguien morirse, no sabes lo que envidio a tu marido de poder gozar a cada momento de tu cuerpo desnudo.
• Te equivocas, mi marido ya ni me mira, no sabes el tiempo que no escuchaba palabras tan hermosas, lo malo que viene de una criatura.
• Esta criatura sabe lo que tiene enfrente, la desea y haría cualquier cosa por poder disfrutar de tu cuerpo, pero no te puedo creer que tu marido no goce con vos de lo hermoso que es el amor, porque será que nunca saben apreciar lo que tienen en casa.
• Bueno mi amor, perdón, Charles, esta conversación se está volviendo algo fuera de lugar, voy a consultar a mi marido por el trabajo que me vas a hacer y si está de acuerdo en abonártelo te aviso para que vengas.
• Maura, no hace falta que me pagues, y me encanto escuchar de tu boca que me trates como tu amor, lo único que te pediría es que cuando estemos solos, me sigas tratando de esa manera y ante los demás, soy Charles, de acuerdo mi amor.
Me volvió a besar en la boca, ya nuestras lenguas se conocían y lo disfrutábamos, mis manos ya instalados en su culo masajeándoselo a gusto despidiéndome hasta mañana.
• Hay Charles, que la haces larga, contanos si te la cogiste, sí o no.
• Harriet, no seas impaciente, les estoy narrando una historia y no algo para que se calienten y terminen haciéndose una paja entre ustedes.
Al otro día no fui ya que era sábado por lo que decidí esperar hasta el lunes que estaría sola. El lunes estaba ya frente a la casa escondido detrás de un árbol hasta que vi salir a la calienta pija con su padre, espere unos minutos que se alejaran y asegurarme de que no regresaran para entrar en la casa con las herramientas y madera para elevar la mesada de la cocina. Al entrar, giro y se sonrió alegrándose de verme, fui directamente hacia ella, dejando todo en piso, la abrace para besarla en sus labios carnosos, le tome su mano y la lleve a mi entre pierna donde ya empezaba a endurecerse la pija, sobre el pantalón me la empezó a acariciar y sin más le tome de la mano y la conduje a su dormitorio, mientras la besaba comencé a desabrochar su vestido y ya cuando empezaba a liberar sus hombros y a bajarlos viendo sus tetas por primera vez, me paro, le agarro un ataque de moralidad, ya que lo que estábamos haciendo estaba mal visto ante los ojos de dios, justo al monaguillo le vienen con esas historias, le hice entender que si la persona que estaba a su lado no sabía valorarla, no tenia porque avergonzarse de lo que estábamos viviendo, ya que no pretendía robarle el amor a su marido sino atenderla, mimarla y amarla como corresponde a una mujer con sus necesidades.
• Pero la verdad no pareces tener la edad que tienes, ya eres un hombre y sabes cómo tratar a una mujer, y por lo que estoy palpando estas bien dotado, pero tengo miedo, puedes ser mi hijo y ya casi me estas desnudando, y yo acariciándotela olvidándome de quien eres.
Mientras hablaba me iba desprendiendo la camisa y yo le seguía bajando el vestido, saltaron sus tetas fuera de él y sus pezones ya estaban duros, le pase suavemente la yema de dedo índice sobre su pezón y suspiro olvidándome de su vestido para que no pensara que estaba caliente y que lo único que me importaba era cogérmela, la besaba intercambiando lengüetazos por su cuello y ahí fue cuando la calentura de Maura pudo más y termino por desnudarse ella, la guacha me estaba esperando, ya que estaba sin calzones, enagua y corsé, entonces decidido me dedique a desnudarme y al sacarme los pantalones quedando sobre mi calzón la carpa que producía mi pija, al hacer el movimiento para liberarla me lo impidió preguntándome si estaba seguro del paso que iba a dar, como respuesta solo recibió un beso, me tomo con ambas manos el calzón y fue ella que me los bajo.
• Hay mi amor que pija hermosa que tienes, teniéndote tan cerca y jamás hubiese pensado de lo armado que estas, ni mi marido la tiene como la tuya y jamás me ha tratado con la dulzura y dedicación con la que lo haces.
Entonces comenzó lo mejor ya que la hice acostar y se la empecé a mamar con cierto placer y morbo a la vez, enseguida me di cuenta de lo caliente que estaba ya que había acabado o meado, pero les puedo asegurar que fue lo primero, por su gusto y aroma. Entre gemidos me decía lo bien que la chupaba hasta que localice su botoncito del placer y la hice estallar en un flor de orgasmo, mi pija ya no daba más, por lo que me acomode y con ayuda de su mano ubico mi cabeza dentro de la concha, empuje solo un poco y note que a diferencia de Sandra esta concha era estrecha, tal vez por su poco uso y se la fui poniendo despacio, entraba unos centímetros y esperaba mientras jugaba con sus tetas algo caídas pero que en tamaño no eran muy grandes ya que Sandra las tenia mas voluptuosas y firmes. Después de unas embestidas mis huevos chocaron contra sus muslos, me quede quieto, la mire, comenzando el vaivén con el ruido característico de una pija cogiéndose una concha humedecida por sus propios jugos, gemía como una gata en celo y yo continuaba con el ritmo que le había impuesto al principio al rato comenzó a acabar en un orgasmo tras otro, era tal el grado de calentura que tenía que salían sus jugos junto a mi pija, en verdad no se las veces que acabo pero fue una cogida tranquila para mí y catastrófica para Maura, ya que al estar desacostumbrada a ser cogida revivía en ella todos los sentimientos de gozo archivados hasta ese día, se movía a mi ritmo para que alcanzara mayor penetración, estuvimos como media hora cogiendo y ella acabando y al acabarle fue bien profunda, con mis huevos contra sus nalgas, me quede haciendo fuerza como para que entrara algo mas mientras descargaba en tres chorros de semen, me quede dentro de ella y me recosté sobre ella besándola en su boca y siendo correspondido. Cuando por fin nos repusimos nos abrazamos y nos quedamos en la cama disfrutando de los mimos y de caricias en su ya mojada concha con los líquidos que ambos habíamos hecho en esa hermosa concha.
• Mi amor, sos divino en la cama, me hiciste gozar como nunca ni con mi marido logre acabar como lo hice hoy con vos, nunca lo pase tan bien y sobre todo me sentí tan querida y amada con un chico que podría ser mi hijo.
• Tene en cuenta que cuando nació Caroline que es tu hija no solo salió por esa concha que sino que también chupo de tus tetas, y yo como tu hijo que me consideras, te chupo las tetas hermosas que tenés y entro por donde salió tu hija, por lo que hicimos no es tan malo como lo que pensabas al principio y espero, siempre que cuando vos estés de acuerdo lo podremos repetir las veces que lo desees.
Nos vestimos y yo le ayudaba con los botones de su vestido, afirmamos nuestro amor con besos y cuando me disponía en la cocina a elevar la mesada haciéndole el trabajo de carpintería sentí entrar a Caroline, al verme estar tirado en el suelo tomando medidas, se acerco y me beso, pero en la boca y me pidió disculpas por el comportamiento que había tenido en la casa de la viuda, que la perdonara que la próxima sería distinta, ya que se había dado cuenta de que realmente estaba enamorada de mi y que cada vez que se encontraba conmigo no solo la respetaba sino que sabia esperar sus tiempos, en eso hace su entrada Maura que al vernos juntos se quedo como paralizada, ya que su hija me estaba coqueteando y antes habíamos cogido de lo lindo, le pidió que fuera hasta el almacén a comprar harina y se fue, al estar solos, me agradeció el tratamiento que le había dado, la manera en que la había tratado pero tenía que ganarme el corazón de su hija, que lo que había sucedió esa mañana en la casa no se volvería a repetir ya que no estaba a la altura de su hija para competir con ella, una por su cuerpo viejo y otra por ser su madre.
• Maura, lo que pase entre tu hija y yo no tiene nada que ver con nosotros, tu ya estas casada y nos llevamos de maravillas y has gozado, porque no volver hacerlo, si tu marido no se entera tampoco lo tendrá que hacer tu hija, además no viviremos para estar haciéndolo en todo momento, sería como descarga de energía y a los dos nos sirve.
• Pero lamentablemente no es correcto, lo estarías haciendo con las dos y te puedo asegurar que a Caroline no le agradaría para nada si se llega a enterar.
Me pidió que me retirara antes que volviera su hija y que volviera en otro momento, ya que estaba muy avergonzada y a la vez dolida por lo que le había hecho al marido. En forma descarada la abrace y nos besamos, en ningún momento hizo el intento de evitar ese beso, al contrario su lengua entro primero en mi boca mientras se refregaba ante mi pija, no es que la tuviera dura pero sus movimientos pélvicos logro endurecerla. Tome mis herramientas y al dirigirme a la salida de la casa fue ella la que me pego un chirlo en culo.
• Cuídate mucho mi amor, siempre estaré pensando en vos y te agradezco el hermoso momento que me hiciste pasar, nunca creí que una criatura como vos me hiciera sentir nuevamente mujer y que me hiciera gozar de la manera en que lo hice.
• Maura, no tienes nada que agradecerme, me hiciste pasar un momento que jamás olvidare, pero te agradecería que si se vuelve a repetir que estemos solos, me permitas volver a disfrutar viéndote desnuda, poderte amar liberando nuestros sentimientos, tienes un hermoso cuerpo como para que no disfrutes de él gozando como lo has hecho en el día de hoy.
Me le acerque y la volví a besar y ella más que feliz me correspondió el beso. Abrí la puerta y me despedí de ella y me fui, abre caminado menos de un kilometro y me cruzo con Caroline, la que al verme ir se decepciono ya que pensaba que me iba a quedar a almorzar con ellas, pero le dije que lamentablemente mis padres querían que almorzara con ellos para seguir la dieta del médico, me tenía que ir, pero que ya nos encontraríamos en cualquier momento, la bese en la boca metiéndole las manos bien en el culo como tratando de separarle los cachetes, ella se retiro de mi con un empujón.
• Bueno Caroline, quiero dejarte algo en claro, soy una persona que en cuanto a la pareja y al sexo me gusta hacer todo, disfrutar de cada milímetro del cuerpo de la que sea mi pareja y amarla, no quiero tener a una persona junto a mí que sea moralista o que no quiera hacer esto y lo otro no, si me propones algo, por más sucio que te parezca que sea, te la cumpliré, pero debo ser correspondido, por lo que te pido que lo medites, que lugar deseas ocupar en mi vida, el de amiga o el de pareja, piénsalo y cuando tengas una contestación me lo haces saber.
Tome mis herramientas para seguir camino a mi casa, de vez en cuando me daba vuelta y la veía todavía parada como paralizada pensando en lo que le había dicho, la deje sola con sus pensamientos y me fui contento ya que no solo la había puesto a la calienta pija en su lugar dejándole claro que el que decidía era yo y que de ahora en adelante la manera de tratarme sería distinta y a mi manera, que no deseaba a mi lado una niña caprichosa sino a una mujer con la que pudiera hacer de todo gozándolo ambos. Casi llegando a la casa de mis padres, me encontré con la mujer del funebrero del pueblo que me pidió si podía pasar por su casa, quedando que mañana lo haría, ya que el día de hoy estaba muy ocupado, lo único que me pidió que fuera después de las nueve ya que a esa hora su marido ya estaba trabajando. Al otro día, después de las nueve estaba golpeando la puerta de Bety, la mujer del funebrero, quien me atendió y me hizo pasar, me lleve una grata sorpresa, ya que detrás de la puerta que me había abierto, se encontraba Bety con un camisón, medio transparente que le llegaba hasta las rodillas y se le notaba muy bien que estaba sin bombachas ya que se le veía perfectamente su monte de pelos negros. A parte de Mabel, esta era la cuarta mujer que me solicitaba de mis servicios, parece ser que en los pueblos chicos las buenas noticias y servicios corrían muy deprisa, ante semejante recibimiento deje las herramientas en el piso, la tome en mis brazos apretándola a mí y le di un beso que casi la dejo sin respiración, ya que no se esperaba que el monaguillo la tratara de esa manera.
• Hay mi amor, tenía razón Ivana que eres muy fogoso, me gustan los hombres decididos y calentones como vos, según Ivana la trataste muy dulcemente y que te la cogiste de una manera que jamás había experimentado, me pidió que te llamara para ver que me parecía, ya que según ella, nunca acabo tantas veces como con vos.
• Veo que las mujeres en este pueblo son discretas, pero no debes creer todo lo que dicen por ahí, ya que solo le practico este tipo de tratamiento a mujeres que en realidad lo necesitan, que sus maridos no las atienden como corresponde y lo único que hago es hacerle ver la mujer que hay escondidas en ellas, ellas me pagan por un trabajo de carpintería que necesiten y en lugar de trabajar con madera les serrucho la concha.
• Según Ivana me conto que cumples todas las fantasías que podamos tener, y mi fantasía es cuernearlo a mi marido pero no con cualquiera, sino con una criatura como vos, que sea desprejuiciado, amable, cariñoso y fogoso a la hora de coger.
Ya viendo esto como un negocio, ya que quería tener mis propios ingresos para invertirlos en la casa que me había regalado Sandra, le dije que la tarifa para semejante fantasía serian de 10 dólares por sesión, si ella no llegaba a acabar, no le cobraba nada. A todas las mujeres que había atendido con mí tratamiento especial me pagaban lo que a ellas querían, algunas eran generosas pero otras no, por lo que no me dejaría usar por ciertas clientas, por lo que de antemano les comencé a dar mis tarifas. Se me acerco y volvió a besarme, lo que me confirmaba que estaba conforme con lo que debería abonarme. Me saco los tiradores y me comenzó desabrochándome la camisa caminando hacia atrás por cada botón desabrochado venia un beso llegamos al dormitorio, me termino de sacar la camisa para comenzar a acariciarme la pija sobre el pantalón y empezó a bajármelo para dejarme con los calzones, ya mi pija pujaba salir de su encierro y me saco el calzón para elogiarme la pija, lo único que atino a hacer fue arrodillarse ante el dios pija para adorarla haciéndome una muy buena mamada, cuando pensó que estaba preparada, se recostó abriéndose de piernas, abra pensado que me la cogería de una, pero mi meta era hacerla acabar para poder cobrar, me puse sobre sus piernas y cuando ella pensaba que se venía la penetración, baje mi cabeza hacia su concha para que mi lengua comenzara con su trabajo tratando de dejarle a la concha lo más sensible posible y hacerla acabar bucalmente al menos dos veces, una jugando con sus labios y alrededores y otra buscando hasta encontrar su botoncito que seguramente la haría llegar a un orgasmo. Una vez que conseguí que acabara aullando en mi boca, comencé a penetrarla, ya con la cancha que tenia, no me hacía falta que me la guiara, mi cabeza ya está ingresando en la concha funebrera y en tres estocadas estaba insertada bien profunda y mis huevos chocando contra sus nalgas, me quede quieto mientras que mis manos recorrían acariciando su cara, su cuello hasta que llegaron a las tetas de una treinta añera con un buen cuerpo pellizcándole los pezones consiguiendo sus primeros gemidos, empecé a cabalgarle y me costó hacerla acabar durante la cogida, pero no lo logre no una vez sino varias, ya la pobre de Bety ya no aguantaba más y habían pasado más de veinte minutos por lo que intensifiqué mis movimientos acabándole dentro con chorros de semen que salieron en forma violenta. Nos repusimos y me agradeció lo bien que la había tratado y que esperara que volviera. Le ayude a vestirse, no con el camisón con el que me había recibido, sino que le ayude con su bombacha corsé, enagua y por ultimo su hermoso vestido, como si fuera su marido en forma descarada le metí la mano dentro del escote para acomodarle las tetas en su lugar. Me vestí y me pago, me pregunto si no deseaba contarlo por lo que le conteste que no era necesario y que si alguna vez tenía ganas de disfrutar de lleno y que le hiciera el culo, la tarifa seria de treinta dólares, pero que los abonaría muy contenta y que quedaría satisfecha con el trabajo.
• Precioso, me encantaría, antes de casarme lo hice un par de veces una para evitar el embarazo y por otro lado para llegar virgen al casamiento, mucho no me gusto, con mi marido, jamás lo hice, pero me gustaría probarte, si te comportaste tan bien con mi concha y tienes la misma forma de tratarme el culo, debe ser algo maravilloso, tal vez la segunda vez que nos encontremos lo hagamos.
Me fui rumbo a casa y mi padre feliz de cómo le devolvía las herramientas, si hasta parecía que no las hubiese usado, pero todos los clientes a los que había concurrido estaban muy conformes, pero tenía una duda, ya que el caballo que estaba usando de quien era.
• Perdóname papá que no te lo comentara antes, lo que pasa que cuando me quede cuidando del hijo de Sandra y trabajando para ella ayudándola a pasar un mal momento y embalando colocando todo en la carreta en la que partieron, y antes de irse para reunirse con su padre me pidió que me hiciera cargo de la casa con todo lo que quedaba en ella, y si no volvía, que sería mío.
Ya más tranquilo papá de que su hijo estaba recibiendo mi recompensa por un arduo trabajo cene junto a mis padres y me fui a dormir, ya que debía descansar después de lo de la cogida de Bety, me acorde que no me había fijado lo que me había dado y al verlo me puso muy contento, ya que mis 20 dólares significaba que había quedado satisfecha y seria siendo recomendado para mis changuitas por lo que iban a pasar muchas mujeres del pueblo por mi pija. Al otro día fui a lo de Maura para finalizar mi trabajo que en media hora lo hice, al terminar de elevarle la mesada me quiso pagar con plata, pero le dije que no, a ella nunca le podría cobrar ya que me gustaba mucho como mujer, y al no cobrarle, me tomo de la mano y me llevo al dormitorio, esa mujer era algo especial para mí, no solo me trataba bien sino como que había amor en ella, comenzó a desnudarme mientras yo le ayudaba sacándome los zapatos ya desnudo la iba yo a desnudar a ella pero no quiso, me pidió que me acostara y que ella misma se iba a desnudar, lo hizo tomándose su tiempo, primero desabrocho su vestido y muy despacio como danzando lo dejo ir cayendo, sus tetas fue lo primero que vi, sus pezones ya duritos eran una tentación para mi, junto a la danza que me estaba obsequiando y con movimientos de cadera hizo que su vestido fuera cayendo dejándome verla con la concha peluda y brillosa de sus propios jugos.
Se termino sacando el vestido entre sus pies y se ubico sobre mí, tomo mi pija y se la llevo a su concha, ella era la que marcaba el ritmo de la cogida con sus manos sobre mi pecho y las mías jugando con sus tetas deslizándolas desde la base para terminar pellizcándole sus hermosos y duros pezones y ante cada pellizco sentía escurrir entre mis piernas sus jugos, nunca pude entender la manera en que las mujeres acababan tan solo al recibirla adentro y que a nosotros nos costara mas, no solo acabar sino la de poder volver a hacerlo. Me la apretaba con sus músculos vaginales, gemía, seguía mojándose y encima tenia la lucidez para jugar con los pelos de mi pecho, nunca pensé en que se pudiera hacer tantas cosas a la vez y marcando el ritmo de la cogida, Maura era una experta a la hora de coger, sabía en qué momento detenerse para hacer durar más el momento, le encantaba estar ensartada con una pija y ya no le importaba ni mi edad ni la relación que pudiera tener con su hija, en un momento, se detuvo, me miro y acerco su boca a la mía para besarnos, se saco mi pija de la concha y me descoloco, que pensaría ahora, lo único que me faltaba era un ataque de moralidad y que me dejara como lo venía haciendo su hija, pero no, me equivoque ya que empezó a mamármela, está visto que le había gustado y que lo estaba realmente gozando del momento, detuvo su mamada y puso su culo en posición para combatir y mi ejercito de solo una pija iba a enfrentar una guerra en una caverna no conocida por él, pero antes de entrar, mi lengua empezó a jugar en su agujerito negro y le agrado mucho ya que según ella era la primera lengua que se atrevía a ingresar en su culito, me pedía mas, que la estaba enloqueciendo y hasta me suplico que se la metiera de una vez por toda, que era lo que más deseaba y como venganza de lo que me hacia su hija seguía con mi lengua, hasta que coloque la cabeza entre los cachetes del culo, parecía que estaba pintando, se la acercaba a su agujero, hacia fuerza y al entrar la cabeza se la sacaba para volver a jugar con sus cachetes, me imploraba que se la metiera de una vez y se hizo lo que tanto deseaba, comencé con la cabeza y cuando ella pensaba que se la iba a sacar una estocada para que entrara toda la cabeza adentro, tres estocadas mas y mis huevos chocaban contra sus nalgas, me quede quieto y empecé a pegarle chirlos en los cachetes del culo, cuando vi que le quedaba marcada mis manos, deje de cachetearla no por el dolor que le podría ocasionar sino por las marcas que podría ver su marido, por lo que comencé a hacerle el culo con muy buenos movimientos manteniendo un ritmo constante de entrada y salida, la guacha cuando la tenía toda adentro me la apretaba con el culo frunciéndolo como para exprimirla, solo me quedaba quieto y cuando se relajaba volvía a mi ritmo, cerca de casi una hora de estar cogiéndomela tanto por la concha como habíamos empezado como con el culo que se lo estaba haciendo, apure el ritmo para vaciarme dentro de ella con varios chorros de semen, me le quede dentro hasta que comenzó a salirse por sí sola ya que no tenía ni el tamaño ni la dureza con la que habíamos empezado, nos separamos y ella tomo su bombacha para limpiarme la pija que entre la mierda y el semen era un asco verla, en cambio yo, una vez con mi pija limpia me fui sobre su culo para limpiárselo pero con mi lengua, como me había enseñado y tanto le gustaba a Sandra, ya terminada la sesión de limpieza, nos acostamos ambos y abrazados mirando al techo.
• Sos un amor y afortunada a la mujer que este a tu lado, pero me gustaría que fueras sincero conmigo, que sientes y si ya te cogiste a mi hija.
• Caroline es una maravillosa chica, pero todavía no tiene claro lo que desea, no te voy a mentir, lo intente un par de veces, pero me correspondió poniéndome caliente y me dejaba con la pija dura para salir corriendo.
• Debes entender que todavía es una niña, se que te quiere mucho, te aprecia pero como nunca lo hizo con nadie le da miedo, hasta pienso que nunca se ha pajeado, ya que del tema jamás hablamos, por lo que te pido que en otra ocasión lo tomes como un juego, y una vez que se relaje logres cogértela.
• Es lo que me gusta de vos, sos toda una mujer y sabe gozar del momento que nos toca ir viviendo, deberías hablarle explicándole un poco como viene el tema sexual, de lo mucho que puede no solo gozar ella sino su compañero de turno, ojo, no te lo digo para que me abras el camino y cogérmela, sino lo que me hace a mí se lo hace a otro hombre, es capaz de agarrarla de los cabellos y cogérsela de una, sin importarle si es su primera vez o si le esta ocasionándole algún tipo de daño, pero me gustaría saber más sobre vos, como es tu vida sexual con tu marido, sobre tus fantasías y si te pajeas.
• Sos un amor, siempre preocupándote por lo que le pueda suceder a los demás, quédate tranquilo que lo voy a charlar con ella sin que se dé cuenta que vos me lo pediste, y en cuanto a lo que piensas que si la agarra otro, seguro que la viola, quien le va a tener tanta paciencia como vos, y es por lo que estoy agradecida con vos, con mi marido lo haremos dos o tres veces al mes, pero jamás he gozado como lo hago con vos, y en cuanto a lo de pajearme, te mentiría si te digo que no, y desde que te conocí, empecé haciéndolo fantaseando con vos, y mi fantasía ha sido cumplida con creces, ya que pude y puedo seguir gozando con vos, tal es así que te veo y ya me caliento, no sabes las veces que me tuve que contenerme para no tirarme encima de ti, hasta que por fin no solo te pude ver desnudo, sino gozar junto a vos disfrutando de tu pija.
Me pidió que nos vistiéramos, ella cambiaria la cama abriendo las ventanas para airear el ambiente, una vez que estaba todo en orden, me acompaño hasta la puerta donde tome mis herramientas y se despidió con un beso, al abrir la puerta veo que viene el marido al verme, Mabel le dice que mire el maravilloso trabajo que hice con la mesada de la cocina poniéndola a su altura, pero el problema es que no quería aceptarme que le pagara por la amistad que tiene con nuestra hija.
• Mira mijito, si hay algo en esta vida que debes aprender es que lo que hagas debe ser por algo a cambio, sino nunca vas a progresar en la vida, si no tienes plata no vales nada.
• Estoy totalmente de acuerdo con usted, pero tampoco se debe abusar, mire usted, ayudando a la viuda Sandra con su hijo y realizar trabajos para ella, no cobre un solo peso pero me valió el respeto, confianza y amor de las personas, y como puedo cobrarles a personas a las que quiero tanto como a ustedes, usted un hombre de trabajo, honesto con una hermosa mujer que vive pensando en usted y en una hija que me brindo su amistad recién al conocernos.
• Bueno como gustes, pero te pido que me aceptes esta plata en agradecimiento y no como pago por todo lo que has hecho por mi mujer.
• Lo felicito por la mujer que tiene, es inteligente y vive para usted, aunque al principio su primera impresión hacia mí no fue muy grata que digamos, ya que pensaba que por mi corta edad no estaba a la altura del trabajo que le debía hacer, me dio la oportunidad y ante el esmero que le puse al trabajo ahora está por demás de agradecía y feliz por todo lo que le hice esperando de gozar de su nuevo juguete, le di un beso en la mejilla a Maura y un abrazo a su esposo que no entendió el mensaje que le dejaba a Mabel.
Me fui para casa y al pasar por la funeraria, el funebrero me pidió que fuera a su casa ya que su mujer me necesitaba, iba camino a lo de Mabel, y me encontré con Caroline, empecé a charlar con ella y seguí los consejos de su madre, tenía que cogérmela, pero todo se debía iniciar como un juego, por lo que empezamos a jugar a la mancha venenosa, si la llegaba a tocar debía quedarse inmóvil hasta que dijera una palabra con “A”, logre tocarla primero a ella por lo que se quedo inmóvil, por mi parte para no desencantarla, no debía tocarla ni decir ninguna palabra con “A” por lo que comencé sobre su cara como a acariciarle sin llegar a tocarla y le empecé a hablar.
• Como me pongo de nervioso con tu hermoso cuerpo, es un gusto verte los pezones sobre el vestido tus pechos pidiendo ser expuestos al sol, mis dedos recorriendo tus pezones, tus orejas, tu ombligo y tu hermoso culo, con el beso que te di, me dio sentido a vivir solo por vos.
• Qué lindo hablas estando limitado de no usar una letra como la “A”, te quiero mucho, pero no es que sea una chiquilina, las cosas que jamás hice me producen terror.
Ven, quiero llevarte nuevamente a lo que puede ser nuestra casa el día de mañana, al llegar a la casa de Sandra, le pedí que yo saldría y que ella me esperara denuda en la habitación acostada y con alguna dolencia, yo como medico la revisaría. Espere mientras me desnudaba y golpee la puerta.
• Quién es?
• El doctor.
• Pase por favor.
Al entrar me encontré con Caroline tapada con las sábanas, a un costado estaba su vestido tapando su ropa intima, por lo que estaba desnuda, imitando a su padre comencé tratándola de mijita, que dolencia está teniendo, me hizo saber que tenía un dolor a la altura de su ingle, al hablarme no me quitaba de encima su mirada a mi pija, bueno lo primero que hay que hacer es saber si tiene fiebre, por lo que por favor, abra su brazo, ella lo hizo y puse mi pija en su axila pidiéndole que apretara el brazo para saber si tenía fiebre, lo hizo mientras reía, al rato le hice que abriera el brazo y le coloque la pija entre el cachete y la nariz, señorita, la siente caliente, no solo caliente sino dura y palpitante me contesto, le pedí que abriera la boca y al hacerlo le puse la cabeza dentro de su boquita, por favor señorita, podría pasarla la lengua para realmente saber si está caliente, y de a poco fue tomando confianza y su miedo iba desapareciendo pasándome la lengua por la cabeza que tenia dentro de su boca, me la empezó a chupar como si de un caramelo se tratara hasta que le fue tomando el gusto y fue ella la que me pidió que se la metiera en la concha.
Le dije que en ese lugar se utilizaba otro instrumento, me baje y comencé a practicarle una flor de mamada, estaba muy tensionada y le costó mucho llegar al orgasmo, luego de presionarle varias veces su botoncito llego a acabar y lo hizo con gritos, le ayude a incorporarse y así desnudos como estábamos nos besamos apretando nuestros cuerpos sintiendo en mi boca por primera vez las tetas que alguna vez iban a amamantar a nuestras hijas, me deleite chupándosela y acabar nuestro juego para que no se asustara. Nos vestimos y nos fuimos a nuestras respectivas casas, pero en esta oportunidad ambos calientes, yo con la pija dura y Caroline mojando sus calzones.
Gracias y espero sus comentarios para saber si les gusta.-
Esta historia continuará.

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Comentarios enviados para este relato
vicius (7 de January de 2012 a las 16:40) dice: Que pasa chokolateros sigue con la saga ah tambien hay un vacio entre la siete y la ocho fijate

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:56) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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