La hacienda de los claveles

La hacienda de "Los Claveles"

México.

1890--- Don Rosendo Ramos e Ibarreche, hombre despótico y prepotente vivía en su hacienda "Los claveles," desde donde gobernaba su imperio económico. Dueño de dos minas de oro y varios negocios más, era amo y señor de vidas y haciendas de sus peones y empleados. Gracias a su amistad con el dictador Porfirio Díaz era intocable para todas las autoridades y nadie se metía con el.

En esa época en México existía el derecho de "pernada" por lo que Don Rosendo hacia uso de el: todas las hijas de sus peones y las mismas mujeres tenían que pasar por su cama, lógicamente que embarazó a muchas y cuando las hijas de estas crecieron, también pasaban por su cama. No le importaba nada, más que su placer, y lo obtenía donde fuera.

Doña Adela Gonzáles de Ramos e Ibarreche era una mujer tierna y delicada que a los 15 años sus padres, que también eran hacendados, se la vendieron prácticamente a Don Rosendo. La casaron contra su voluntad y tuvo su hijo a los 16 años y su hija a los 18. Desde entonces se dedico a ellos sin importarle nada mas, se olvido prácticamente de Don Rosendo, cosa que este aprovecho para seguir su vida de placeres.

Ahora Doña Adela tenia 32 años y Don Rosendo 55 y vivían prácticamente separados, ella en CD de México con sus hijos y el en la hacienda con sus amantes.

Sus hijos se llamaban Manuel y Lola y vivían con su madre en una casona de la avenida Reforma, donde llevaban una vida social activa. El se encontraba ya en la escuela de bachilleres y ella se dedicaba a recibir clases de música, bordado y cultura general como toda señorita "Bien" que se preparaba para el matrimonio. La madre estaba muy unida con los hijos a los que consecuentaba en todo, los había formado con un carácter delicado y sencillo. Los dos jóvenes eran muy unidos y se querían mucho.

De pronto llegaron noticias de la hacienda donde se enteraron que Don Rosendo estaba enfermo. De inmediato Doña Adela, junto con Lola, se transportaron a la hacienda para atender a su esposo: Manuel se quedo en México a terminar su año escolar.

Dos meses después llegó la fatal noticia, Don Rosendo había muerto de un infarto, dejando a Manuel como heredero universal.

Manuel sintió muy poco la muerte de su padre, para el solo había sido un déspota que trataba mal a su madre que tanto veneraba, hasta cierto punto se sintió liberado y aunque lo había nombrado heredero, el sabia que tenia que compartir la herencia con su madre y hermana, cosa que no le pesaba, pues en realidad sentía mucho amor por ambas.

Tres meses después Manuel se traslado a la hacienda, después de un largo viaje en tren de CD de México a Guanajuato y 15 horas en tílburi hasta la hacienda. Al llegar, su madre lo recibió efusivamente, pues cinco meses de separación se le hacían muchos.

Manuel tomo posesión prácticamente de la hacienda, de ahí en adelante todos sabían que había un nuevo amo, y aunque algunos tenían esperanzas de que las cosas cambiaran, la mayoría no esperaba nada.

Manuel noto a su madre muy alegre, mas afectuosa y tierna con el, pensó que talvez también se sentía liberada y era su modo de demostrarlo.

Esa noche, después de cenar, Manuel se dispuso irse a dormir y cuando se hallaba ya en ligero de ropa apareció su madre intempestivamente.

-Mi amor creo que necesitas un masaje, fueron muchas horas de viaje desde México hasta acá y has de estar molido.

Muchas veces su madre lo había masajeado, pero no en bata ligera como ahora, y con las tetas casi de fuera: de inmediato notó que su madre estaba provocándolo, como buscando excitarlo.

-Sigue madre, se siente mucho descanso.

-Estas muy tenso mi amor, tienes el cuello muy duro.

Ella siguió masajeándole el cuello y después paso al pecho y la cintura. De pronto una teta se le salio de la bata y la apoyo sobre la espalda de su hijo: Manuel al sentir la piel de su madre haciendo contacto con su cuerpo sintió una descarga eléctrica, que no paso desapercibida para Doña Adela.

-¿Descansas mi amor?

-Si madre, me hace mucho bien tu masaje.

Adela (así la llamaremos desde ahora) continuo acariciando a su hijo con el pretexto del masaje y sin poder contenerse le acaricio las piernas desde las rodillas hasta las ingles. Manuel tuvo una erección que no pudo disimular y su madre haciendo como que no se daba cuenta puso su mano "ahí".

OOHH. ¿Pero que tenemos aquí? ¿Te excitaste mi amor, esto es por mi masaje?

-Si madre, tu sabes que es por ti

-¿Por mi?

-Si mamá, por ti.

-Pero yo soy tu madre.

-Mira mamá, no nos hagamos tontos: Hace tiempo que tu sabes que me excitas. Desde hace varios años vas en la noche y te acuestas conmigo y me acaricias; tu crees que duermo y a mi me conviene que lo creas, pero muchas veces me has acariciado la verga mientras según tu estoy dormido. En varias ocasiones has logrado que me venga y en algunas alcance a ver como recogías en tus manos mi semen y te lo llevabas a la boca.

-Adela se sintió sorprendida pues era cierto todo lo que su hijo decía, no supo como reaccionar y se quedo callada.

-Madre, no tienes de que preocuparte, esto no ha salido de mi y ahora somos libres para hacer lo que queramos. Estamos muy lejos de la ciudad y nadie sabrá lo que tú y yo hagamos, los peones viven lejos del casco de la hacienda y tendremos toda la privacidad del mundo.

Adela entendió que era su oportunidad y no estaba dispuesta a desaprovecharla, por respuesta procedió a desnudarse completamente y le mostró a su hijo su hermoso cuerpo de 32 años en plenitud: delgada, fina de espaldas y ancha de caderas era como un sueño hecho realidad. Manuel no sabia que decir pues se impresiono por la belleza de su madre, nunca la había visto así, desnuda y dispuesta para el amor. La misma Adela termino de desnudar a su hijo, que a sus 16 años era un joven delgado, fibroso y con un pene normal a sus 1.85 mts de estatura.

-Madre, es la primera ves que voy a hacerlo, se que me faltara experiencia, pero creo que tu me enseñaras todo lo que sabes.

-No te preocupes mi amor, yo te enseñare todo lo que se, y lo que no también, pues tengo muchos deseos inconfesables, y creo que eres la persona indicada para hacerlos realidad.

-Adela comenzó a acariciarle el pene a su hijo que de inmediato reacciono poniéndose en todo su esplendor, lo sopesó y consideró que era mayor que el de su padre, que era el único que ella conocía; se coloco acostada boca arriba sobre la cama y abrió sus piernas enseñándole la raja a su hijo, que de inmediato y con movimientos un poco torpes empezó a acariciarla.

-Si mi amor, así despacito para que mamá disfrute, despacio mi amor, despacio para que lo goce mas.

-¿Te gusta madre, te gusta que te acaricie la raja?

-Nunca había disfrutado tanto mi amor.

Manuel se colocó sobre ella y empezó a meterle la verga, aunque tuvo que ser ayudado por su madre para dar en el blanco. Poco a poco entro y empezaron el baile eterno del amor.

-Hayy madre, esto es la gloria, nunca había estado dentro de nadie y hacerlo contigo es lo mas hermoso que me pudo pasar, te amo madre, te amó y quiero que siempre seas mía.

-Yo también te amo bebé, y seré siempre tuya, aunque te cases y tangas hijos siempre me tendrás para ti, solo para ti.

Después de un buen rato los dos tuvieron un tremendo orgasmo que los dejos desmadejados, agotados y sumamente satisfechos. Para los dos había sido maravilloso iniciar le estadía en la hacienda haciéndose el amor y preparándose para vivir en calma y amándose todo el tiempo posible. En un momento de la pasión Manuel volteo hacia la puerta que estaba entre abierta y alcanzo a ver como se retiraba rápidamente su hermana Lola, no le dijo nada a su madre pues quería prolongar el momento de tanto placer que habían vivido, ya mañana hablarían los tres y aclararían las cosas.

Si les gusta continuo, sino ahí le dejo.

pacosuarez