La hacienda Los Claveles (2)

La hacienda Los Claveles (2)

Al levantarse Manuel al otro día no sabía como abordar el tema de Lola con su madre, tenia miedo que Adela se arrepintiera de lo que habían hecho y no quisiera repetirlo. A la hora de la comida Lola parecía distante, como pensando en algo lejano y algo distraída. De pronto se les quedaba viendo y luego evitaba mirarlos. Al terminar se levanto y se fue a su cuarto.

-¿Qué le pasará a tu hermana?

-Creo que esta confundida

-¿Sabes algo?

-Mira mamá, anoche no quise decírtelo para disfrutar el momento que vivíamos, pero cero que nos vio en la cama.

-¿Estas seguro?

-Cuando terminamos voltee a la puerta y vi que se separaba rápidamente.

-¡Dios mío, que pensara de nosotros!

-Creo que deberías hablar con ella y explicarle.

-¿Y que le digo? ¿Que cometimos incesto?

-Puedes decirle que nos amamos, que estamos decididos a mantener nuestra relación, que somos felices.

Adela se quedo preocupada pensando como hablar con su hija, después de pensarlo varias horas se decidió.

-Lola, ¿puedo hablar contigo?

-Si mamá, dime.

-Se trata de explicarte lo que paso anoche entre tu hermano y yo.

-Mamá. Yo…este…

-Mira hija, yo lleve una vida muy dura con tu padre, siempre despreciada, abandonada, y me refugie en ustedes. Anoche que llego tu hermano….. Broto en mi todo el amor que le tengo, fue inevitable lo que nos paso. Quisiera que tú nos entendieras.

-Mamá, tengo 14 años y desde los diez empecé a tener deseos sexuales. Siempre deseé a mi hermano, pero me decía ¡No! Eso es incesto. Ahora los veo a los dos haciéndolo y pienso que todas mis ideas se derrumban.

-¿Deseas a tu hermano sexualmente?

-Si madre, lo deseo con locura.

Adela se quedo pensando un rato y dedujo que si ella disfrutaba de su hijo ¿Por qué su hija no podía disfrutarlo? Tomo su decisión de inmediato.

-¿Te parece bien que hable con el? ¿Estarías dispuesta a compartirlo conmigo?

-Si madre, seria muy feliz si no me dejan fuera.

Esa misma tarde antes de cenar Adela hablo con Manuel, el cual, después de jurarle amor eterno, pensó para sus adentros: si ya tenía a su madre ¿Por qué no a las dos?

Esa noche cenaron en total armonía, Lola no podía disimular su alegría como niña con zapatos nuevos, para ella era algo desconocido, pero estaba segura que disfrutaría mucho: su hermano era su ídolo, lo quería entrañablemente y daría lo que fuese para verlo feliz, y si aparte ella disfrutaba, pues mejor. Hablaron de cosas sin importancia, para no despertar sospechas entre la servidumbre y al terminar cada quien se retiro a su recamara.

Manuel se desnudó el torso y se quedo a la espera, la cual no duro mucho; quince minutos después entraron su madre y su hermana en su recamara ¡Dios! Que visión, nunca había visto a una mujer desnuda hasta la noche anterior y ahora ahí tenia a su madre en todo su esplendor con una bata trasparente acompañada por su hermanita con un camisón también transparente que dejaba ver su tierno y delicado cuerpo. Si su madre era toda curvas y voluptuosidad, su hermana era toda fragilidad y delicadeza.

Su madre cerró la puerta con seguro y después las dos se acercaron a la cama y se sentaron sobre ella.

-Hijos, quiero que esta noche sea inolvidable para los tres, que disfrutemos como nunca, que sea el inicio de nuestra vida en común. Tal ves esto este mal, pero ya no puedo dar marcha atrás, los amo a los dos como hijos míos que son, y a ti como hombre.

Manuel ya tenía la verga parada y se le notaba, Lola no quitaba la vista de ella y se veía dispuesta a comenzar; los tres se desvistieron, quedaron completamente desnudos, listos para el amor. Manuel abrazo a Lola y la beso en los labios, ella respondió a la caricia mientras su madre empezaba a acariciar el pene de Manuel, haciéndole una puñeta. Manuel empezó a acariciar la raja de Lola la cual ya estaba bastante húmeda, intento introducir el dedo pero se encontró con la barrera del himen, Lola empezó a respirar entrecortado pues la excitación la tenia a punto del orgasmo y no pudo evitar derramarse en la mano de su hermano, este la deposito sobre la cama y empezó a besarle los senos que eran pequeños comparados con los de su madre.

-Hija, creo que llego el momento de que tu hermano te penetre, no sabes como te envidio, ya hubiera querido yo que un joven tan apuesto como tu hermano hubiese roto mi virginidad.

-Si madre, estoy lista.

Manuel abrió las piernas de su hermana e intento penetrarla, pero su falta de experiencia se notó, pues no acertaba al orifico vaginal. Adela tomó el mando de la situación y con sus propias manos guió el pene de su hijo a la vagina de su hija, cuando vio que entró un poco le dijo a su hijo.

-Empuja mi amor, empuja y has gozar a tu hermana como me hiciste gozar a mi.

-Si mamá, estoy entrando. Ya siento como sede el himen ¿te duele hermanita?

-No hermano, no me duele casi nada sigue entrando que quiero sentirte dentro de mi, quiero ser tuya, ¡Dios! Cuanto te amo.

Cuando Manuel sintió que estaba adentro por completo procedió al mete y saca mientras su madre le acariciaba las nalgas y la espalda, la excitación de los dos hermanos subió de tono, hasta que llego el momento del orgasmo; para Lola fue como viajar al cielo, al grado que por un momento perdió el sentido, para Manuel fue maravilloso, aunque trato de no desfogarse mucho pues sabia que tenia que complacer a su madre en un rato mas.

Después de reanimar a Lola

-¿Hija, estas bien?

-Si madre, estoy bien y feliz, nunca creí que se pudiera disfrutar tanto.

-Después les enseñare otras formas de disfrutar que entre los tres tendremos que experimentar, antes que nada debemos prometernos que jamás nos haremos daño ni nos causaremos dolor.

-Por mi prometido.

-Por mi también.

-Bueno hija, ahora me toca a mi disfrutar con tu hermano, voy a hacer algo que he visto en ilustraciones y que varias amigas mías me han contado que lo hacen con sus maridos, dicen que los hombres gozan mucho pero si te sientes incomodo mi amor, dímelo y me detengo.

A continuación Adela procedió a meterse la verga de su hijo en la boca, le faltaba experiencia, pero puso lo mejor de si para hacerlo bien, Manuel estaba asombrado, ya había oído hablar del sexo oral, pero nunca pensó que su madre seria la primera en hacérselo.

-Uff-aff- Este es riquísimo madre, es delicioso, no te detengas, sigue madre, sigue por favor que me haces gozar mucho.

Lógicamente que la caricia y los pocos años hicieron que la verga de Manuel recuperara su dureza, al poco tiempo estuvo listo para un segundo combate.

-Ahora acuéstate mi amor, yo me voy a subir sobre tu verga para que no te canses mucho, ya veras como vamos a gozar.

Adela se subió sobre su hijo y se ensartó en la verga, cuando la tuvo toda adentro empezó a menearse hasta que agarro ritmo, después se recostó sobre el y busco sus labios, dándose un prolongado beso, que al unir sus lenguas los excito mas de lo que estaban, hasta que estallaron en un orgasmo mejor que el de la noche anterior.

-¿Disfrutaste mi amor?

-Fue maravilloso madre, maravilloso.

-Y tu Lolita, ¿viste lo que hice?

-Si madre, lo vi y se me antojo hacerlo yo también.

-Pues si tu hermano te permite……

-Por mi adelante madre, que no se quede con las ganas, aunque no prometo nada.

-Tu solo déjate hacer mi amor.

Lola acerco su cara a la verga de su hermano y procedió a besarla primero y después lamerla, hasta terminar metiéndosela en la boca. Su madre le agarro el tronco del pene haciéndole una puñeta mientras la niña se atracaba de verga, lógicamente que esto hizo que Manuel se excitara de nuevo, levantándosele la verga, aunque ya no con la dureza de las veces anteriores, pero si lo suficiente para que su madre y su hermana disfrutaran de ella; estas al ver como se ponía la cosa redoblaron sus esfuerzos provocando que el joven se viniera de imprevisto.

Los primeros chorros fueron para su hermana que tragó gran parte de su leche, su madre al ver la situación desplazo a la hija y recibió en su boca los últimos chorros de leche. Las dos tragaron y saborearon por primera ves el semen de un hombre y un rato después llegaron a la conclusión de que les había gustado.

-Umm mi amor, vas a tener que darnos una entrega diaria de lechita a tu hermana y a mi, por ahora vamos a descansar, mañana tenemos cosas que hacer.

Esa noche Manuel durmió entre su madre y hermana, los tres desnudos, satisfechos y con muchas ganas de continuar sus juegos. Sabían que habían iniciado algo que seria para toda la vida.

Al otro día se levantaron y cada quien se baño por separado. La costumbre de la época era que se bañaban en grandes tinas de madera donde los sirvientes vertían el agua caliente y la templaban. Desde tiempos de Don Rosendo la costumbre era que solo mujeres hacían este trabajo y cada ves que alguien de los patrones se bañaba, cuatro mujeres se dedicaban a mantenerle el agua caliente. De las que lo hacían, cuando Manuel se bañaba, dos eran hijas de Don Rosendo, por lo tanto medio hermanas de Manuel. Este se desnudaba y se metía en la tina mientras ellas lo frotaban con estropajos de yerbas, lógicamente que también se mojaban, por lo que sus ropas que llevaban eran ligeras, para no maltratar la del diario. A veces estaban casi desnudas, y como eran jóvenes, también eran ardientes, así que se les pasaba la mano y en lugar de tallarle la espalda le acariciaban el pene como no queriendo la cosa.

Durante el baño Manuel estuvo meditando la situación; de pronto se había convertido en el amante de su madre y hermana, es cierto que el no lo busco así, pero tampoco lo evito. A su poca edad el instinto lo había llevado hacia caminos de placer sin medir consecuencias. Lo peor era que no sentía culpas de nada, que lo disfrutaba intensamente y estaba dispuesto a seguir con el juego el tiempo que fuera necesario, así fuera toda la vida.

Después del baño desayuno en familia y empezó a revisar las cuentas de la hacienda. Tenía un administrador general de todos los negocios, que vivía en Guanajuato y en cada negocio un administrador local. El de la hacienda vivía en una ranchería dentro de la misma y cada semana se presentaba a rendir cuentas. Estaba en su labor cuando se presento una de las sirvientas.

-Señorito, lo busca Zenón.

-¿Y quien es Zenón?

-Es una especie de líder o patriarca entre los peones de la hacienda, cada de ves en cuando venia a hablar con su padre, sobre todo cuando se trataba sobre la "pernada"

-Ahh…Esta bien Juanita hazlo pasar a mi despacho.

Zenón era un hombre grande, curtido por el sol y el trabajo de toda la vida, tenia la mirada franca y era claro en sus palabras.

-Amo Manuel, vengo a invitarlo a que recorra nuestros caseríos, que vea usted como vivimos y ver que puede hacer por nosotros.

-Esta bien Zenón, mañana mismo empiezo a recorrer la hacienda. Ya sabes que mínimo son cuatro días los que se necesitan para recorrerla, así que nos iremos con calma, pero lo haremos, te prometo que si esta en mi mano mejorar algo, así lo haremos.

-También esta lo de las niñas, señor.

-¿Qué niñas Zenón?

-Las que están próximas a casarse. Usted sabe que es costumbre y ley que primero tienen que pasar un tiempo con el patrón, antes de matrimoniarse.

-¿Cuántas son?

-Cinco patrón, cinco.

-Pues tráelas hoy en la tarde y tu vienes con ellas.

-¿Las cinco?

-Si Zenón, las cinco.

-Bueno, si usted lo dice, pero me gustaría verlo.

Manuel siguió con sus cuentas, comió en familia y a las cuatro de la tarde llego Zenón con cinco chiquillas entre los catorce y dieciséis años, todas delgaditas y con ojos vivarachos. Las paso a su despacho y después de interrogarlas un rato les soltó la noticia.

-Bueno niñas, a partir de ahora se acaba la costumbre de la "pernada"la que quiera acostarse conmigo será porque ella quiere y no por que la forzen. Quiero que sean felices con el hombre que aman.

Las niñas se quedaron sorprendidas y después de un rato una de ellas tomo la palabra y dijo.

-Amo Manuel, yo quiero que usted sea el primer hombre en mi vida. La costumbre viene de muy lejos, tanto mi abuela como mi madre pasaron por la perneada y ahora que llega usted, la verdad que todas pensamos que teníamos suerte, pues teníamos un amo joven y guapo. El hombre con quien me voy a casar en realidad me compra, con usted seria por amor.

Manuel no supo que decir en un principio, pensó que todas se pondrían felices, pero parecía que no era así.

-Bueno, luego hablaremos de esto, por lo pronto así lo dejamos.

Esa noche, durante la cena Adela les dijo a sus hijos.

-Esta noche los espero en mi recamara.

Después de la sobre mesa se retiraron cada uno a su cuarto y una hora después Manuel, con un batín de seda y Lola con un pequeño camisón se presentaron en la recamara de su madre. Ahí los esperaba esta con una bata y sin nada abajo.

-Ya estaba impaciente, tardaron mucho.

-Tenemos que tomar precauciones madre.

-Bueno, quiero enseñarles algo

Adela busco debajo de la cama y saco una pequeña maleta que tenia candado: con una llave la abrió y saco unos libros y unas revistas para enseñárselos a sus hijos. Los libros eran historias eróticas, por lo general de incestos, las revistas era ilustraciones de dibujos de lo que ahora llamamos pornografía. En ellas se veían parejas teniendo relaciones sexuales y tomando una Adela le dijo a su hijo.

-Mira mi amor, esto es lo que quiero que hagamos.

En la ilustración se veía una pareja teniendo sexo anal, cosa que de inmediato puso a Manuel a mil por hora.

-Algunas amigas me han contado que lo han hecho con sus amantes, pues no se atreven pedírselo a sus maridos, dicen que al principio duele, pero después gozan tanto que a veces lo prefieren a la penetración vaginal. Me han explicado como hacerlo y quiero que tú me lo hagas ¿estas de acuerdo?

-Claro que si mamá, como me voy a negar.

Adela se puso en cuatro patas sobre la cama y le pasó un tarro de crema a su hijo, este le aplico un poco a la entrada del ano y otro poco sobre su verga. Poco a poco empezó a presionar hasta que cedió el esfínter dejando pasar el pene: cuando estuvo totalmente adentro la misma Adela empezó con movimientos rítmicos hasta que sintió la cercanía de un orgasmo.

-¿Te gusta mi amor, disfruta penetrando a tu madre por el culo?

-Si mamita, esto es la locura, aprietas mucho con tu culito y siento delicioso.

Detuvo un poco el ritmo pues quiso alargar el momento pero Manuel ya no pudo contenerse; empezó a acelerar el ritmo hasta que la pasión los desbordo a los dos estallando en un orgasmo intenso que los dejo agotados por el momento. Manuel se derrumbo sobre su madre la cual se sintió la mujer más feliz del mundo.

Lola había sido testigo de toda esta operación, despertando en ella deseos que no sabia que tenia……………..



¿Continua?

pacosuarez