Categorias

Relatos Eróticos

Ultimas fotos

Photo
Enviada por narrador

Photo
Enviada por ELCASUAL

Photo
Enviada por rodolfosalinas


 

La hija de mi vecina

ADMIN Relato enviado por : ADMIN el 07/05/2004. Lecturas: 34247

etiquetas relato La hija de mi vecina .
Descargar en pdf Descarga el relato en pdf
Resumen
Tan solo tiene 13 años, pero ya añora un cambio en su vida, mismo que vendrá en la primera noche de sexo de su vida con un hombre que le dobla la edad.


Relato
Lo que sucedió se lo debo todo a una consola de playstation. A mis 26 años era soltero, y vivia solo en mi casa. Estuve viviendo con una zorra por unos años que al final se aburrió de mi y un dia simplemente ya no la encontré en casa. Decidí entonces no volverme a involucrar con ninguna otra puta, y si a caso solo iba a coger con ella en algun motel pero nunca en mi casa. Para matar el aburrimiento decidi comprarme un playstation y una buena cantidad de juegos para distraerme.


Justamente la existencia de esta maquina fue la que llamó la atención de la hija de mi vecina. Mi vecina, Norma, de 37 años, es una mujer hermosa, libertina, de las que llegan a su casa en horas de la madrugada, después de una intensa noche de fiesta, licor y sexo. A pesar de ciertas insinuaciones, nunca me ha atraido, aun cuando se trata de una mujer muy atractiva, hermosa, que gusta vestirse de forma muy provocativa. La verdad es que ese tipo de mujer no me atrae.


Tiene una hija, Greta, que al momento de ocurrir lo que les he de narrar recientemente había cumplido sus 13 primaveras. Es una chica que heredó la hermosura y el buen cuerpo de su madre. De piel blanca, de bella figura que a sus 13 ya le hace competencia a la de su madre. Lindo rostro con cejas y cabellos negros, ojos verde aceituna, una boquita delicada, algo grande. Como todas las chicas de su edad, gusta de vestirse con poca ropa, con unos pantaloncillos tan cortos que en cierta ocasión, estando ella sentada de espaldas a mi, pude ver el comienzo de la raja de su culo.


En varias ocasiones la chica ha estado en mi casa jugando con mi playstation. A veces jugamos juntos, a veces solo llega a verme jugar. Un par de veces se ha quedado en mi casa, mientras la zorra de su madre se queda con algun invitado a pasar la noche en unas cogederas interminables. En ocasiones hasta hemos escuchado sus gemidos en la madrugada cuando el tipo seguramente la esta culeando como se debe.


Una madrugada, estando Greta en mi casa, me quedé cerca de la ventana que da a la calle, escuchando los gemidos de Norma. La imaginaba en la cama, yaciendo sobre su espalda, con las piernas bien abiertas, con su amante bien situado en su sexo, metiendo y sacando la verga de su chocho una y otra vez. Imaginaba sus tetas bamboleandose al ritmo de las cogidas, y el sudor bañando su cuerpo y su rostro, el cual seguro mostraría con gestos propios del momento el placer que le proporcionaba el ser empalada sin piedad por aquel sable de carne.


Sin darme cuenta me saqué la verga y comencé a masturbarme, mientras escuchaba aquella sinfonía de gemidos. Mi respiración se agitaba mientras yo seguia dándome placer, sin apartar de mi mente la imagen de aquella zorra cogiendo como loca. Tenía mis ojos cerrados, y estaba casi llegando a mi punto cuando sentí que no estaba solo en aquella parte de la casa. Volteé rápidamente para ver por un par de segundos a la chica que quién sabe desde hacía cuánto me observaba. Ella dio media vuelta y se fue a mi habitación, dejándome solo nuevamente. Acomodé el sofá y me acosté, pensando en la chica y en lo que podría haber pensado al verme masturbándome.


Al amanecer fui a mi habitación a hablar con Greta. No quería que se armara un escándalo por un descuido de mi parte. Ella ya estaba despierta. Pude notar que sus ropas estaban en un rincón de la habitación. Supuse que ella estaría con su ropa interior al menos. Le dije:


Quiero hablar contigo acerca de lo que me viste haciendo anoche…

No hace falta que hablemos – Me dijo ella. – Se por que te pusiste asi. Ella te gusta, verdad?

No, no es eso – Le dije. – Lo que sucede es que ……me excitó de sobremanera y no quiero que creas que lo hice porque yo tambien quiero acostarme con tu madre.

No te preocupes – me dijo ella – En realidad me gustaría que te acostaras con ella. Hace tiempo que tu mujer te dejó. Has pasado muchos meses solo. No creas que vengo solo para jugar, en realidad lo hago porque te veo muy solo, y se lo que se siente estar asi.


Fue en ese momento que me di cuenta. En verdad aquella chica estaba sola tambien. No tenia padre, su madre trabajaba y puteaba y no le ponia mucha atencion a ella. No tenia hermanos y su abuela se habia ido a otra ciudad a vivir a casa de otra de sus hijas hacia un par de años.


Tú tambien te has sentido sola, verdad?

Mucho – me dijo ella – No sabes cómo añoro los fines de semana cuando tú estás aqui en tu casa, para poder venir y sentir tu compañía, de veras que me siento sola. – Y diciendo esto se incorporó en la cama y me dio un abrazo, mismo que correspondí.


La sábana no alcanzaba a cubrir su espalda por lo que al tomarla en mis brazos pude sentir la denudez de su torso. Supuse entonces que talvez ella solia dormir asi para sentirse mas cómoda.


Cuando nos separamos pude ver lágrimas en su rostro, sus ojos ligeramente enrojecidos. La expresión de su rostro bastaba para conmover a cualquiera, lo cual sumado a su natural y adolescente belleza, bastó para encender repentinamente una llama en mí, misma que procedí a apagar dándole un tierno beso en la boca, el cual ella no rechazó.


Tomé aquellos juveniles labios dentro de mi boca y los lamí y chupé varias veces, mientras ella me abrazaba. Mis manos acariciaban su espalda de arriba hacia abajo, mientras ella solo mantenia sus brazos alrededor mio, con sus ojos cerrados, sintiendo mi forma de besar en su boca.


Finalmente nos separamos. Ella me vio por unos instantes y volvió a abrazarme. Me dijo:


Gracias. Desde hace tiempo he estado con ganas de sentir eso.


Luego se separó de mi y dejó caer la sábana, dejando todo su torso al descubierto. Sus pechos eran pequeños aun, con aureolas y pezones rosados. Su piel impecablemente blanca se veia preciosa, haciendo que el negro de sus cejas y su cabello contrastaran mucho más.


Por unos instantes me quedé viéndola, contemplando su hermosura, pero de pronto me sentí culpable. Aquella era sólo una niña de 13 y no me sentía bien al respecto. Me estaba aprovechando de la fragilidad de sus emociones y la que más iba a perder era ella.


Esto no está bien - le dije. – Mejor te vistes y te vas a casa, no es correcto lo que me ofreces.


Ella bajó la mirada y agachó la cabeza un poco, como avergonzada. Yo salí de la habitación y la dejé vestirse. Minutos después escuché su acostumbrado "Me voy! Hasta luego!", y escuché la puerta principal cerrarse tras su salida.


El resto del fin se semana ella no llegó a mi casa. Tampoco llegó a jugar ninguna de las noches de la semana siguiente. El siguiente fin de semana, por la tarde, ella me llamó. Me dijo que Norma iba a hacer una fiestecita en casa y que yo estaba invitado.


Quiero que vengas y te diviertas un poco, talvez conoces a alguien y sales ganando – Me dijo, marcando las ultimas palabras con una risita cómplice.

Está bien - le dije. - Ahi estaré.


Esa noche hubo licor y musica, risas, bromas y bocadillos. La verdad es que la pasé bien, charlé con una que otra zorrita de las que estaban ahi, aunque no ligué con ninguna al final.


Antes que la velada terminara, decidí retirarme. No mucho después se fueron todos los demás, y nuevamente el silencio reinaba. Estaba en mi habitación cuando sonó el teléfono. Era Greta.


No te molesta si me quedo en tu casa esta noche? – Me dijo – Creo que hay un invitado que se va a quedar y… ya sabes…

No te preocupes, ven para acá. Te estaré esperando en la puerta –le dije.

Ok, no me tardo, solo voy a ……hey!……no!……


De pronto escuché un fuerte ruido. Escuchaba las protestas de Greta un tanto apagadas. Algo malo le estaba pasando. No me quedé a oirlo mucho más. Inmediatamente salí corriendo a su casa.


La puerta todavia estaba abierta, las luces del living encendidas. Fui a su habitación, pero no habia nadie ahi, entonces fui a la de Norma. La puerta estaba cerrada pero sin llave, la abrí.


A pesar de estar apagada la luz, pude ver con claridad que habia una pareja en la cama. El tipo estaba subido sobre Greta y forcejeaba con ella, manoseandola mientras le decía cosas, pero llamándola "Norma".


Inmediatemente me lancé encima de el, tomándolo por los hombros, prácticamente arrancándolo de encima de Greta, y lo lancé al suelo. Greta se levantó de la cama, llorando, muy asustada, colocándose detrás de mi. El tipo aquel se incorporó con dificultad, visiblemente afectado por el licor. Lo reconocí, era uno de los invitados a la fiesta de Norma. Seguramente era el que se iba a quedar esa noche, solo que se habia equivocado al ver a Greta y con la mente nublada por la embriaguez pensó que era Norma.


Para ese entonces Greta habia encendido la luz de la habitación y ahora, sin el estorbo de la oscuridad aquel tipo vio claramente cual habia sido su error. Sin decir ni una palabra, tan solo con un gesto hosco en su cara y una mueca con su mano, se sentó en la cama y se quedó ahi asi, en silencio, sosteniendose la cabeza con las manos.


Saqué a Greta hasta el living, me detuve y miré rápidamente su rostro y su cuerpo, en busca de golpes o heridas.


Estoy bien – me dijo – Viniste a tiempo.

Donde está Norma? – Le pregunté

Creo que fue a comprar cigarrillos. No debe tardar en regresar.

Quieres que la esperemos aqui? - Le dije

No. – Me dijo ella – Quiero que nos vayamos de aqui. Llévame a tu casa, por favor.


Aquello era un ruego. Nuevamente la belleza de su juvenil rostro, junto con la mirada de sus ojos afectados por el llanto, me dejaron completamente desarmado.


Ok, vamos – Le dije


En el camino le dije que Norma debia saber de este incidente, sin embargo ella me dijo que no era la primera vez que algo parecido ocurría, y que a ella parecía no importarle.


Es como si ella quisiera que me pasara also asi – Me dijo – Siempre que se queda con algun invitado en casa deja la puerta de su habitación abierta. En ocasiones me levantaba a cerrar su puerta y pude verla mientras hacía el amor con su amante, siempre gimiendo muy fuerte.


Por lo que Greta me decía, no tenía caso decirle nada a Norma. Ella de todas formas debía de estar igualmente perdida por el licor, y mas bien parecia querer que su hija entrara al mundo en que ella vivía.


Llegamos a mi casa. Entramos a mi habitación, ella todavía estaba nerviosa por lo que había ocurrido.


Por qué no te duchas, o te relajas en la bañera con agua tibia? - Le dije - Sientete en casa, no tengas pena de nada. En el baño hay un cajón con toallas limpias y secas.

Si, creo que si. Gracias. – Me dijo. Y acto seguido me abrazó y me dio un beso en la mejilla.


La dejé sola, salí de la habitación y me fui a dormir al sofá en el living. Me acomodé y después de pensar mucho en lo que habia ocurrido, sin darme cuenta, me dormí.


No se cuanto tiempo habrá transcurrido, para mi fueron horas. Lo cierto es que la suave voz de Greta me despertó. Pude verla de pie frente a mi, con sólo una de mis toallas cubriendo su cuerpo. Su rostro se veia algo triste.


No quiero dormir sola, y tengo miedo, no me he podido dormir. Por favor, duerme conmigo. Si? Por favor…


Luego se hincó, acercando su rostro al mio, tomando mis manos con las suyas, sus ojitos tan bellos reflejaban temor, seguramente seguia nerviosa, unas lágrimas ya se asomaban.


Me levanté y me fui con ella, abrazandola y diciéndole que se calmara, dandole besitos en su cabeza y acariciando sus cabellos. Al entrar a la habitación me abrazó y me pidió que me quedara con ella, que durmiera a su lado, que eso la haría sentir mejor. Nos acostamos sobre las sábanas, yo abrazándola por la espalda, acariciando sus manos y sus brazos. Podía sentir el olor de su cabello, no el de ningún shampú, sino que su olor natural, limpio, suave y al mismo tiempo intenso. Igualmente noté sus hombros, su piel tersa y suave, piel de chica adolescente, de la cual tambien emanaba un olor agradable, propio de ella.


No pude resistirme y le di un ligero beso en su hombro derecho, fue casi un roce de mis labios con su piel, sin embargo lo suficiente para que ella lo notara y se estremeciera, como si repentinamente se hubiera asustado por algo. Inmediatamente noté que su piel se erizó, como cuando hace mucho frío. Quise decir algo pero ella se volteó a mi, hasta quedar cara a cara conmigo, viendo fijamente a mis ojos. Aquellos ojos bellos me miraban, con una mirada no de enojo sino de franqueza, como queriendome decir "si, estoy de acuerdo".


Te gusto? - Me preguntó. – Tu me gustas. – Me dijo, sin darme tiempo a responder. – Desde hace tiempo me vengo fijando en ti. Se que vas a decir que soy muy chica para ti, que 13 años no es edad para que venga a decirte estas cosas, pero creo que te quiero. Me gustas mucho, y me da pena verte asi tan solo.


Se quedó en silencio por unos instantes, los cuales aproveché para decirle


Tu tambien me gustas, pero tengo sentimientos de culpa cuando pienso en ti como en una mujer. No quiero ser el que te arrastre a un mundo de sexo a tan temprana edad…


Desde que tengo memoria - me interrumpió - mi madre nunca ha guardado discreción ni intimidad cuando está con sus amantes. Muchas veces la he sorprendido en la ducha con algun tipo cuando regreso de clases. La he visto cogiendo en varias posiciones y hasta la he visto mamandole la verga a uno que otro tio. Si crees que soy inocente, que no se nada del sexo, despreocupate porque no es asi.


Sin darme lugar a decir nada más, se incorporó en la cama y se quitó la toalla, dejando todo su cuerpo al desnudo, ofreciendolo al deleite de mis ojos. Sus caderas todavia necesitaban ser un poco mas anchas, pero asi como estaban ya definian su cintura, sus pechos pequeños aun pero ya bien formados y firmes me observaban desde lo alto de su torso. El vello púbico ya estaba bastante tupido, cubriendo su sexo con su oscura sombra, tal como el de una mujer hecha y derecha. Esto ya me lo esperaba ya que sus hermosas cejas asi lo delataban. Sus piernas ya estaban definidas, un tanto delgadas pero lindas, justamente como se veian cuando ella lucia aquellos pantaloncillos cortos.


Su carita de angel adolescente me miraba con una expresión de entrega total. Se acercó a mi y me ofreció su boca para darle un beso, mientras mis manos recorrian su cuerpo desnudo. Acariaba sus caderas y sus nalgas, que ya se sentian llenitas y firmes, sus piernas, su espalda. Mi verga ya habia alcanzado su punto de erección total, y ella presionaba su sexo contra mi bulto, dandome a entender que ya se habia percatado de mi pija.


Rapidamente me deshice de mis ropas. Lo primero que Greta hizo fue tomar mi verga erecta con sus manos, rodeandola con sus dedos, contemplandola por primera vez, aunque en realidad sin saber que hacer o por donde seguir. Fue por eso que decidí tomar la iniciativa. Acomodé la toalla por debajo de sus nalgas y la hice yacer sobre su espalda, contemplando todo el esplendor de su anatomia que se ofrecia para mi. Me lancé sobre sus pechos, los cuales chupé y besé con mucha pasión. Ella jadeaba y respiraba agitadamente, con sus manos sobre mi cabeza. Estuve alternando, subiendo a su cuello, luego a su boca, nuevamente a su cuello y luego a sus tetas. Luego fui bajando por su vientre, jugueteé un poco con su ombligo, le di unos cuantos besos a su vientre y a sus ingles, hasta colocarme con la cabeza enmedio de sus piernas, con mi cara justo frente a su tesoro adornado con vellos negros, tan negros como su cabello.


Con mis dedos separé los labios, dejando al descubierto la entrada a su vagina. La entrada a su cuevita de amor estaba justo frente a mi, al alcance de mi boca. No esperé mas y cubrí por completo el sexo de aquella chica. Era la primera vez que probaba el sabor de una conchita de una chava de 13 años, un sabor que me estaba encantando, que me estaba gustando mucho, que me hacia desear quedarme con ella por el resto de mi vida, para poder gozar de adolescente miel sexual durante muchas noches.


Ella arqueaba su espalda y gemia de placer, con sus manos siempre sobre mi cabeza. Sus caderas se levantaban de la cama para presionarse contra mi cara. Sus dedos se crispaban sobre mi cabeza y entre mi cabello mientras sus gemidos iban en aumento. Con mi verga a como estaba no quise esperar ni un segundo más. Me incorporé sobre ella, con la punta de mi pija apuntando hacia la entrada de su adolescente hoyo. Acomodé el glande justamente en la entrada, y comencé a empujar suavemente. Ella sujetaba mis brazos con firmeza, con sus manos ejerciendo bastante presion en mis antebrazos. Ella no me habia dicho nada pero yo sabia que estaba a punto de llevarme su virginidad, misma que en ese instante le impedia a mi glande la entrada plena. Finalmente, con nuestras miradas fijas la una en la del otro, empujé con fuerza, entrando más de la mitad de mi pija en sus entrañas. Ella no gritó como supuse que haría, sino que apretó los dientes mientras gruñía y bufaba, luchando contra el dolor que le causaba la primera penetración de su vida. Finalmente dejó escapar un quejido, seguido de sus jadeos. El color de su rostro se habia tornado muy intenso, producto de la agitación. Besé sus labios y mientras me quedé quieto, dandole tiempo para que se acostumbre al intruso de carne que acababa de romper a la vagina de niña para convertirla en una vagina de mujer. De pronto sentí uno de sus pies sobre mis nalgas, empujándome para que terminara de penetrarla. Le obedecí, dejando entrar lo que aun estaba afuera de su conchita. Esta vez se quejó con fuerza cuando por fin entré, arrugando la cara porque el dolor nuevamente se manifestaba. Una vez más me quedé quieto, en espera de que ella se sintiera un poco mas a gusto.


Finalmente empecé a moverme, cosa que ella no me impidió hacer. No la saqué de su conchita para luego volverla a meter, sino que me movi haciendo fuerza hacia dentro de ella, dando empujones fuertes y algo rápidos. Ella se quejaba cada vez que yo empujaba, gemia fuertemente, casi gritaba. Yo me mantenia bien pegado a ella haciendo presión en su conchita, seguro de que su clitoris estaba recibiendo el masaje tambien. Hubo un par de veces que ella gritó cuando empujé, luego de eso la sentí tensionarse, con gemidos mas rápidos e intensos. Era su primer orgasmo, fruto de su primera cogida. Me moví un poco más rápido para ayudarla a venirse con más gusto. A este punto yo tampoco aguantaba más. El sentir sus fluidos vaginales fluir en su conchita y sumergir mi verga fue lo ultimo que soporté. Me vine bufando como un toro, dejando escapar chorro tras chorro de semen dentro de su vientre, inundándolo, sintiendo como mis jugos se escapaban de su coño mezclados con los suyos, llegando hasta el colchón mismo, hasta que quedé completamente seco.


Nos quedamos asi por un rato, yo dentro de ella, ambos jadeando, recuperándonos de nuestro orgasmo. Era la primera vez que desvirgaba a una chava de 13, y para ella yo era el primero en su vida.


Te quiero - Me dijo

Y yo a ti - Le dije


Por pura suerte, Greta no se embarazó esa noche. Pero esa no fue la única preocupación que la chava tuvo. Norma se emputó como nunca cuando su hija le dijo que se iba a vivir conmigo, pero a los pocos dias se le pasó e hizo las paces con Greta. Al parecer ella, cuando estaba fuera de la influencia del alcohol, si se preocupaba por Greta, sin embargo tuvo que reconocer que ella iba a estar mejor conmigo que a merced de sus ebrios amantes.


Greta y yo ya tenemos tres años de vivir juntos. Planeamos tener hijos cuando ella cumpla 22, mientras tanto queremos disfrutar del sexo a plenitud. Cogemos 4 o 5 noches a la semana. Todavia guardamos como recuerdo la toalla de aquella noche mágica, en la que la sangre de su primera vez la manchó. La tenemos en un cajón junto con la maquina de playstation haciendole compañía.


Norma se mudó a otro vecindario con un tio que le propuso una relación formal. Creo que la edad la hizo entrar en razón. Ahora que se fue, los vecinos ya no escuchan sus gemidos por las noches cuando cogía con sus amantes, ahora escuchan los de Greta, cuando la estoy empalando por el coño o por el culo.




Del autor de "La sobrina de mi esposa" y "Mi cuñadita, mi consuelo".

Otros relatos eroticos Jovenes

relato verdadero de como conoci a una nena de 12 años y en una noche en que su madre la deja sola, ella se convierte en una mujer, y le queda gustando!
Relato erótico enviado por Pezebre el 01 de November de 2005 a las 06:21:07 - Relato porno leído 542446 veces

la cogida con mi hijastra

Categoria: Jovenes
Hola mi esposa y yo llevamos 5 años de casados y tenemos un hijo de 3 años ella tiene una hija de su antiguo matrimonio, de ella es de quien les voy a hablar ,
Todo comenzó un día que mi esposa tuvo que ir a su trabajo y yo tenia descanso
Relato erótico enviado por Anonymous el 02 de July de 2008 a las 16:37:40 - Relato porno leído 190754 veces

venezolana desvirgada

Categoria: Jovenes
Una venezolana virgen de 17 años, que aparentaba ser una niña tranquila, termina siendo una puta desorejada!
Relato erótico enviado por martita el 06 de July de 2004 a las 16:13:47 - Relato porno leído 148252 veces

me folle una quinceaÑera

Categoria: Jovenes
ESTO SUCEDIO EN MI BARRIO DONDE VIVIA DONDE TENIA UNA VECINA DEL FRENTE
Relato erótico enviado por Anonymous el 18 de September de 2007 a las 09:57:14 - Relato porno leído 139723 veces

follando con mi prima

Categoria: Jovenes
follando con mi prima isa
Relato erótico enviado por Anonymous el 27 de October de 2009 a las 10:37:19 - Relato porno leído 108967 veces
Si te ha gustado La hija de mi vecina vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar La hija de mi vecina. ADMIN te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:21) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


Registrate y se el primero en realizar un comentario sobre el relato La hija de mi vecina.
Vota el relato el relato "La hija de mi vecina" o agrégalo a tus favoritos
Votos del Relato

Puntuación Promedio: 4.3333333333333
votos: 3

No puedes votar porque no estás registrado