La masa de la verga por la velocidad, cuanto mas gruesa mas rápida

Con mi amigo Raúl íbamos a clases de física con un profesor particular por las tardes para superar un examen de fin de año muy difícil. Las clases eran muy interesantes hasta que él nos invitó a darla en la playa enfrente de su casa, en Sant Pol. No teníamos mas que caminar unos 200 metros. Un sábado fuimos y me sorprendió al llegar que había varias parejas desnudas tomando sol en la arena. El profesor apenas instalamos nuestros bolsos y la sombrilla, se quitó el pantalón y quedó también desnudo. Raul me miró como dudando mientras el profesor le decía "Quítate el short de baño que vas a estar mas cómodo, aquí todos están desnudos!", "Tu también Jordi, no lo dudes, y vamos al mar que está para meterse ya!".
Enseguida nos quedamos en pelotas y corrimos hacia el mar. Fue una sensación muy agradable sentir las bolas en el agua sin nada que se interpusiera. Luego de pasar un buen rato nadando y haciendo bromas volvimos a la playa. Tuvimos que caminar unos 50 metros entre las personas que tomaban sol, casi todas desnudas. Habia una familia joven con niños, el padre y la madre, todos desnudos y los padres de ella, con trajes de baño. No pude evitar cierta sensación de pudor al pasar junto a ellos desnudo. Mas allá, tres parejas de novios charlaban y reian, desnudos, dos de los muchachos jugaban a la paleta. Era cómico ver cómo las bolas y la verga saltaban hacia un lado y otro cuando ellos daban raquetazos a la pelota. Del otro lado, un grupo de chavales de unos 20 años jugaban al futbol en pelotas.
La tarde fue pasando muy agradablemente, y tuvimos que soportar la clase de física para no atrasarnos en los temas. La escena era extraña, un profesor en pelotas explicando los ejercicios de física a dos chavales desnudos con nuestros cuadernos apoyados en las rodillas. Al atardecer, la playa se fue quedando desierta. El sol caia entre las rocas que la separan de las vias del tren de cercanías que va y viene de Barcelona-Sants. Terminada la lección, nuestro profesor se tiró en la arena boca abajo. Me llamó la atención su cuerpo bien proporcionado. Tenia unos 30 años, sus gluteos perfectamente redondos, y debajo se le veían las pelotas y la cabeza de la verga. Se dio vuelta hacia arriba y comenzó a contar cuentos pornos. Era rubio y muy peludo, con una polla gruesa circuncidada y un buen par de bolas. El vello muy rubio le cubria todo el pecho y el abdomen hasta la verga, que lograba sobresalir de entre la mata de pelo porque tenia buen tamaño. Nos reimos con ganas. A su lado, Raul estaba tendido boca arriba y uno de sus pies estaba cerca de los piés del profesor. Raul, haciéndome una seña con los ojos, como descuidadamente dejó que los pies de ambos se tocaran. El profesor también dejo su pie junto al de Raul, quien me hizo una seña para que yo me uniera. Me senté en cuclillas mas cerca del profesor mientras leía una revista, con mi verga cerca de su cara. El se quedó mirándomela con ganas hasta que me hizo poner duro. Dejé que la viera bien erguida a no mas de 50 centímetros y el la tomó con una mano y comenzó a hacerme una paja. Lo dejé que me la hiciera y me acerqué mas, hasta que mi verga estuvo cerca de su boca, y comenzó a mamármela con ganas. Ya no quedaba nadie en la playa y una roca nos cubría de las miradas de los mirones que merodean desde el camino varios metros mas arriba buscando parejas follando en la oscuridad para hacerse una paja mirando a los demás follando. Raul se puso a mi lado con su verga totalmente dura y el profesor pasó de mi verga a la suya. Luego de mamársela unos 10 minutos el profesor se puso de rodillas y se agachó hasta que sus manos quedaron apoyadas en la arena, como un perrito. Raúl se colocó detrás y le pasó la verga por el culo peludo. "Si, si, hazlo", dijo él mientras se lubricaba con saliva para facilitar la penetración. De un empuje certero y sin condón, Raúl lo penetró con su glande y comenzó a follarlo. El profesor hacia los movimientos entrantes y salientes para sentir la polla de Raul, hasta que se le corrió en el culo. "Ahora quiero la tuya", me dijo. Me coloqué detrás y lo follé duro unos veinte minutos. "No te corras", me dijo, se levantó y abrió la boca. Le solté cuatro chorros de leche que venia conteniendo hacia mas de quince días porque debido al estudio no había salido con nadie ni me había podido hacer las pajas que acostumbraba hacerme en la ducha casi todas las tardes. El lunes siguiente fuimos a la casa del profesor y nos dio la clase de física como si no hubiera ocurrido nada. Pero quedamos en volver a la playa el próximo domingo, y dijo que iba a invitar a un amigo para ser cuatro y disfrutar mas entre todos. Luego les cuento la follada que nos dimos, aunque hubo un problema con la Guardia Civil que fue primero grave y nos asustamos bastante, pero después fue muy divertido…
Ya lo vereis, ah!, no vayan a la playa sin documentos!.