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LA MUJER DE MI TIO

Relato enviado por : baneful0007 el 01/01/2009. Lecturas: 30296

etiquetas relato LA MUJER DE MI TIO .
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Resumen
La historia que voy a relatarles es real y ocurrió no hace mucho tiempo, cuando recién concluí la universidad. Me llamo Javier y vivo en Colombia, tenía entonces 22 años.

Ya hacían casi 9 años de la muerte de la esposa de mi tío Alfredo, un hermano de mi padre, y desde poco mas de 2 años se entendía con una vecina. Nancy (ese es su nombre) es la madre de 3 chicas muy lindas, la mayor incluso estudio conmigo aunque nunca nos caracterizamos por ser grandes amigos. Desde que Nancy comenzó su relación con mi tío aumento su amistad con el resto de la familia, ya que no era solo una vecina.



Relato
La historia que voy a relatarles es real y ocurrió no hace mucho tiempo, cuando recién concluí la universidad. Me llamo Javier y vivo en Colombia, tenía entonces 22 años.

Ya hacían casi 9 años de la muerte de la esposa de mi tío Alfredo, un hermano de mi padre, y desde poco mas de 2 años se entendía con una vecina. Nancy (ese es su nombre) es la madre de 3 chicas muy lindas, la mayor incluso estudio conmigo aunque nunca nos caracterizamos por ser grandes amigos. Desde que Nancy comenzó su relación con mi tío aumento su amistad con el resto de la familia, ya que no era solo una vecina.

Nancy siempre fue una persona muy agradable, especialmente conmigo, un día hubo un mal entendido a causa de una sobrina suya y a partir de ese momento nuestra comunicación era regular. Pero el tiempo fue cambiando y luego nos llevábamos excelente. Ella era ama de llaves en casa de una importante familia, siempre se vestía muy bien, muy elegante, es una mujer de 1.70, digamos que ahora esta un poco pasada de peso, pero en fin, ya tiene 42 años. Pelo castaño oscuro corto y tez blanca.

Con el tiempo no pude evitar fijarme en detalles que antes no me preocupe en notar, como por ejemplo lo grande y firmes que se veían sus senos, y lo perfecto que era su culo. Los fines de semana la veía arreglando el jardín en casa de mi tío, para esas tareas se ponía unos short de licra muy ajustados que le llegaban un poco mas arriba de sus rodillas, con lo que se podía apreciar lo redondo de su culo y el gran bulto que tenia entre sus piernas. El verla realizando esas labores de jardinería y en esas fachas reunía en mi cabeza, imágenes de aquella mujer en posturas y acciones indecentes que sobrepasaba cualquier película porno, lo que me dejaba con un dolor de huevos impresionante.

Cierto día se descompuso la regadera de mi casa y fui a casa de mi tío a preguntarle si me dejaba bañar allí, y al tocar la puerta me abrió Nancy diciéndome que mi tío no estaba pero que no había ningún problema en que usara el baño. Me di cuenta que ella estaba lavando la ropa porque la bata que llevaba puesta estaba mojada a la altura de su pecho lo que me permitía ver sus hermosos senos sin brassier, ella sin duda noto mi mirada pero no hizo ningún comentario al respecto limitándose a darme paso para que fuera al baño.

Inconcientemente fui descubriendo en Nancy a una mujer que sin ser precisamente bella tenia la capacidad de enloquecer a cualquier hombre con la sensualidad que brotaba de su experiencia. Pocas semanas después llegaron las fiestas navideñas con lo que nos encontrábamos todos reunidos en mi casa disfrutando de unos tragos y un poco de música, y cuando digo que nos encontrábamos todos reunidos me refería a mi novia, mis padres, mi hermano con su novia, mis tíos y por supuesto Nancy. Cuando eran cerca de las 2 de la madrugada ya mis padres se habían retirado a dormir y mis tíos se despedían porque ellos también se iban, y al despedirse de mi Nancy me dio un beso en la mejilla muy cerca de la boca y además me miro de una forma en que jamás lo había hecho, sus ojos reflejaban una pasión que parecía estar encerrada en su cuerpo desde hacia mucho tiempo.

Al final mi hermano su novia se fueron a acostar y yo hice lo mismo con la mía, pero no dejaba de pensar en lo que acababa de suceder; aquel beso y esa mirada me habían dejado muy perturbado.

Así pasaron 2 días en los que me dedique a tratar de averiguar que fue lo que realmente pasó por la mente de esa exquisita mujer la noche de la fiesta. El martes 27 de diciembre fue cuando al fin pude acercarme a ella para conversar en privado; estaba en casa de mi tío y Nancy estaba sola en la cocina y decidí ir a hablar con ella.

- Hola Nancy, ¿Qué haces? – le dije al entrar a la cocina

- Ay!! Me asustaste. – dijo sorprendida – estoy preparando un pollo al horno, como para que chupes los dedos

- Que rico! – le dije – sabes, quería hacerte una pregunta, pero temo que te molestes

La verdad no encontraba las palabras para preguntarle si mis sospechas eran ciertas, si realmente me deseaba así como yo la deseaba a ella, si también pasaba horas enteras fantaseando con largas e intensas sesiones de sexo entre nosotros. Al fin ella me dijo:

- Es curioso que me digas eso porque yo también tengo algo que preguntarte

- ¿Ocurre algo? – le pregunte intrigado

- Lo que pasa en que Mariú – Mariú es mi novia - desde el día de la fiesta esta como molesta conmigo, ¿será que hice algo que la molestara en la fiesta?

Lo cierto es que Mariú no me había comentado nada sobre si estaba molesta por algo, pero decidí tratar de aprovechar esto para mi beneficio.

- Precisamente de eso quería hablarte – le dije poniendo algo de preocupación en mi tono de voz – ¿estabas muy tomada el día de la fiesta? – pregunte

- No, para nada solo me tome 3 o 4 cervezas y eso para mi no es nada – me respondió - ¿Por qué? ¿Hice algo malo?

Esa respuesta me encanto puesto que si no estaba borracha, ese beso y la mirada que me dio, lo hizo con plena conciencia de lo que hacia, así que le dije:

- Lo pasa que mi novia esta algo incomoda por tu comportamiento al despedirte de mí en la fiesta, por…

- ¿Por lo del beso que casi te doy en los labios? – pregunto interrumpiéndome – si es por eso, perdóname, pero no se porque lo hice
- La verdad a mi no me disgusto, y realmente si quería saber porque me besaste en la forma que lo hiciste – dije acercándome a ella

- Eso te suplico que no me lo preguntes… porque no te tengo una respuesta – luego mirando al piso, sumamente nerviosa me dijo – por favor, sal de la cocina antes de que entre Alfredo o Mariú

Salí de la cocina no sin antes decirle que tarde o temprano tendríamos otra conversación y esa vez me lo diría todo. Desde entonces ella evitaba tener cualquier contacto conmigo y yo procuraba que estuviésemos solos el mayor tiempo posible, y en esa situación estuvimos por casi una semana. Al fin llego el año nuevo y en esa ocasión nos reunimos en casa de mi tío, la fiesta resulto muy divertida y todos estuvimos disfrutando de ella hasta el amanecer, pero yo no deje de notar que mi tío y Nancy en mitad de la noche se encerraron en su recamara, no estaba seguro de lo que ocurría pero los imaginaba haciendo el amor y eso me producían unos celos que jamás había sentido por nadie.

El solo imaginar el cuerpo de esa mujer a la que tanto deseaba desnuda, sudada, jadeando, deseosa de que un miembro viril recorra los parajes mas recónditos de su ser, de su vagina con aquellos labios gruesos y carnosos, era para enloquecer.

Poco antes de amanecer mi tío regreso a la fiesta solo, y con una expresión en su rostro que no parecía ser la de un hombre que acababa de disfrutar del sexo con una mujer como Nancy, al contrario su rostro reflejaba disgusto, sin duda estaba molesto aunque ignoraba la razón. Días después del año nuevo, estaba solo en mi casa cuando alcance a oír una fuerte discusión entre mi tío y Nancy, la cosa parecía ser seria y al cabo de un rato vi como mi tío se iba dando un portazo al salir.

Yo me quede en casa sin estar seguro de lo que debía hacer, hubiese querido ir a casa de mi tío donde sabia que ella estaba sola, pero me preocupaba que este regresara. No había encontrado la solución a mi disyuntiva cuando tocaron a la puerta de mi casa y al ver quien era quede agradablemente sorprendido: era Nancy. Me apresure a dejarla entrar y cerrar la puerta, le ofrecí algo de tomar diciéndole que acababa de escuchar lo sucedido y que lo sentía mucho, ella se limito a decirme:

- Gracias, pero se que no es cierto. No es cierto que sientas que tu tío y yo nos separemos, al fin es lo que deseas que pase

- Las cosas no son así – dije algo sorprendido por la forma tan directa en que me había dicho lo que pensaba – no deseo su separación!

- No te fijes, creo que es lo mejor que podría pasar – me dijo mientras derramaba una lagrima

- ¿Por qué dices eso? ¿Qué es lo que ocurre entre ustedes? – pregunte sentándome a su lado en el sofá.

No me respondió, solo me miro a los ojos intensamente revelando un sin numero de emociones que no había descubierto nunca en los ojos de una mujer; termine acariciando su mejilla.

- ¡Bésame, por favor! – me dijo mientras acercaba su rostro al mió. Nuestros labios se tocaron, suavemente al principio, luego muy fuerte; la boca de Nancy era seductora, calida, exigente, y mi lengua se deshacía en esa boca al tiempo en que me preguntaba a mi mismo: “¿Es posible que esto realmente este ocurriendo?”

En mi interior algo me instaba: ¡Detente! ¡Detente! ¡No lo hagas! ¡Es la mujer de tu tío! Pero aunque despreciándome, sabia que no me detendría, y que la vos interior que oía era solo una protesta simbólica.

En el sofá había mucho sitio. Mientras yo apagaba las luces, Nancy se había quitado parte de la ropa; yo le ayude con el resto y quede observando su cuerpo desnudo ante mí, saboreando con anticipación lo que estaba por ocurrir, luego me desvestí rápidamente. Cuando nos buscamos y abrazamos, la sentí ansiosa, excitada y experimentada, así nos quedamos abrazados por un tiempo que me pareció maravillosamente largo, besándonos al compás que marcaban nuestras lenguas. Sus dedos me recorrían con ligereza, hábiles, tratando de causarme placer, y lo lograron. Yo respondí de la misma manera.

Seguí besándola con una pasión que me desbordaba, baje con mi lengua por su cuello mientras mis manos exploraban cada centímetro de su cuerpo. Tome entre mis manos unos de sus grandes y firmes senos acariciándolo pausadamente a la vez que sus pezones respondían a mis caricias tornándose cada ves más duros. Luego con la punta de mi lengua recorría su aureola, tomando luego con mis labios sus ardientes pezones.

Con la misma lentitud, mis manos resbalaron por su vientre hacia la húmeda cavidad que tenia entre sus piernas. Mis dedos con la habilidad de un pianista exploraron entre sus piernas, palpando sus labios vaginales. Al sentir el contacto de mis dedos en su coño instintivamente abrió aun más sus piernas como queriendo decirme “es tuya, has lo que quieras siempre que me hagas chillar de placer”.

Sus jugos fluían de su interior mientras mi lengua comenzaba a juguetear en sus labios vaginales; los lamía, los mordisqueaba con delicadeza, hasta que introduje mi lengua en sus adentros, y con ella acariciaba su endurecido clítoris. Nancy palpitaba de placer al sentir como mis labios devoraban por entero su coño, entonces con suavidad un par de mis dedos la penetraron hurgando las profundidades de su húmeda cueva. Hundí mis dedos hasta el fondo con suavidad sintiendo como aumentaba el calor y el flujo que brotaba de su ser. Comencé a meter y sacar mis dedos de su vagina con tal desenfreno y lujuria que no tardo en correrse en un largo y excitante orgasmo de dulce crema del que no dude en probar su sabor, mientras ella recostada en el sofá gruñía, gemía, apretaba sus senos y arqueaba su espalda como prueba irrefutable de que su orgasmo alcanzaba niveles insospechados


Luego se levanto del sofá solo para que yo tomara su lugar allí recostado, diciéndome aun con voz entre cortada:

- Ahora mi niño, te demostraré que más sabe el diablo por viejo, que por diablo – sin duda se refería a que ahora haría gala de toda su experiencia, a lo que yo, no tenía ninguna intención de oponerme. Me tomo fuertemente la verga entre sus manos y comenzó a acariciármela de arriba abajo, con la suavidad de sus dedos, luego empezó a masturbarme con la misma intensidad que dedique yo a su vagina.

No tardo mostrarme cuan experimentada era su boca, sentía el palpitar de mi verga entre sus labios mientras la succionaba con fuerza, me daba incitantes lengüetazos en el glande y pequeños mordiscos en los huevos, lo hacia con tanta habilidad y pasión que tuve que pedirle que parara o acabaría por correrme. Fue entonces cuando decidí que ya era hora de que sintiera mi verga en su cuerpo, así que la tome de un brazo a la vez que la decía:

- Vamos recuéstate cariño que quiero follar tu coñito – agarre mi verga y la coloque en la entrada de su vagina y sin hacer mucha presión esta se introdujo en su interior con gran facilidad debido a lo lubricada que estaba. Comencé entonces a moverme rítmicamente manteniendo la mirada en el rostro de Nancy; el ímpetu y la fuerza de mis envestidas iban en aumento a la vez que el ardor de su mirada, que parecía decirme "sigue, sigue así, fóllame como nunca lo hizo tu tío". Luego me senté en el sofá y Nancy se sentó sobre mi verga y empezó a cabalgarla mientras yo veía como sus senos subían y bajaban al ritmo de las penetraciones; tome sus senos y los apretaba y estrujaba mientras Nancy aumentaba la velocidad de las envestidas.

Aproveche su orgasmo para cambiar de posición así que la recosté de lado en sofá y me situé detrás de ella levantando un poco su pierna izquierda para poder empalmarla desde allí. En esta posición comencé a follarla su coño desde atrás, y mientras mis huevos chocaban fuertemente con sus nalgas a cada embestida ella se mordía su labio inferior fuertemente y gemía con cada arremetida que le daba.

Al instante me detuvo diciéndome que ya era hora de terminar y de nuevo salto sobre mi verga haciendo muestra de que verdaderamente era una maestra en el arte de las mamadas, recorría cada milímetro de mi pene con su lengua concentrándose en la hendidura central de mi glande, por donde ya comenzaba a emanar un fluido viscoso. Me masturbaba violentamente mientras lamía y mordisqueaba uno de mis huevos y así la descarga no tardo en suceder, y un poderoso chorro de semen cálido termino sobre su rostro y sus cabellos, al momento en que con su hábil lengua limpiaba el esperma que resbalaba de mi glande, y no se detuvo hasta que dejo mi verga completamente limpia.

Quedamos exhaustos, cubiertos de sudor y desnudos sobre el sofá, uno al lado del otro, sin poder movernos, en silencio, concientes de que indudablemente ese había sido un momento inolvidable para los dos. Pero ese no seria el final…

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Comentarios enviados para este relato
checho1982 (9 de November de 2012 a las 18:20) dice: excelente relato viejo

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:57) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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