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La primer aventura de mi esposa

Relato enviado por : Salvador Palomares el 01/11/2011. Lecturas: 6243

etiquetas relato La primer aventura de mi esposa   Infidelidades .
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Resumen
Después del acuerdo al que llegamos mi esposa y yo para salvar nuestro matrimonio, ella fue a un congreso en donde conocio a un profesor italiano y esto es lo que me platico.


Relato
La primer aventura de mi esposa.

Como ustedes recordaran, mi esposa Elsa y yo llegamos a un acuerdo para salvar nuestro matrimonio. Por ser académicos podíamos asistir a congresos para actualizarnos y presentar nuestros trabajos de investigación, Elsa asistió a uno de ellos con sus compañeras de trabajo, Esther, Azucena y Claudia, Coco no consiguió apoyo financiero para asistir, por lo que andaba muy enojada y para tranquilizarla le di consuelo por 3 días.
Cuando Elsa llego del evento por la mañana, me pidió que la llevara a cenar para platicarme sus logros durante el congreso.
Fuimos a un restaurante muy discreto para poder platicar para que nadie escuchara y no nos
interrumpieran a cada instante, de los logros académicos me los platicaba con mucha emoción; pero notaba que había algo más y que no se sentía con confianza para platicármelo, para darle confianza le recordé de nuestro acuerdo y que si había tenido un encuentro de sexo con alguien más me gustaría escucharlo y esto es lo que me platico.
“Llegamos como a la una de la tarde y nos dirigimos a la mesa de inscripción, ahí estaban 3 hombres, uno de ellos guapísimo que me miraba de manera muy insistente, no te voy a negar que me gusto que me mirara, cuando íbamos para nuestras habitaciones sentía su mirada sobre mis nalgas.
En la noche fuimos al coctel de bienvenida y estaba ahí con sus amigos, Esther noto la forma en que me miraba y me dijo.
- ¿Ya viste Elsa, como te mira ese guapísimo hombre?
- ¿Quien?, pregunte de manera desinteresada
- Aquel que anda de saco beige, me insistió.
Le mostré indiferencia solo para seguir manteniendo mi imagen de mujer seria y decente, pero en la primera oportunidad fui al baño para acomodarme el escote de la blusa y dejar ver algo de mi busto, que no es grande pero no pasa desapercibido. Pase cerca de el, y me saludo con una sonrisa muy coqueta al tiempo que veía mis tetas; tome un cóctel y me dirigí a la terraza con la intención de que me siguiera; conseguí mi objetivo, se acerco a mi y se presento como Guido Antonini, venía de Milán Italia para impartir un curso, el conocía mi trabajo de investigación y le gustaría una colaboración más directa ya que su esposa trabajaba en el mismo campo que yo; esto me intereso mucho debido al valor que representa una colaboración internacional.
- Perfecto, tendremos que calendarizar nuestras actividades para platicar.- Le dije
- ¿Le parece después de mi curso?- Me pregunto.
Lo que asentí afirmativamente.
Al día siguiente coincidimos en el desayuno, para ser sincera me vestí provocativamente, me puse un vestido entallado, cuando lo vi, abrí de más el escote y el lo notó, se acercó a la mesa en la que yo estaba y pidió permiso de sentarse, siguió viendo mis tetas mientras platicaba de que consistía su trabajo, me agradó esa mirada lujuriosa y lo invité a la exposición de mi trabajo, era ese día en la noche, fue la última platica y me toco a las 8:00 p. m., el aceptó ir a ver la exposición de mi trabajo, se despidió y se fue a otra mesa con un grupo de amigos, de repente volteaba a verlo y me miraba, no hay duda que mis tetas y mi culo lo cautivaron. Toda la tarde estuve ansiosa por que llegara la noche y verlo nuevamente, a querer y no, pensaba en cómo sería coger con un italiano ya que tienen fama de ser muy desinhibidos y muy buenos amantes, de tanto pensar en eso me anduve bien mojada del burro esperando la noche, llegó la hora de la plática y no lo ví, volteaba hacía la puerta y nunca llegó, terminó la platica, nada me animaba, ni siquiera las miradas lujuriosas de otros que fueron a ver mi exposición, o más bien fueron a verme a mi, ya que traía el vestido entallado pero yo quería ver a Guido y no llegó, terminé y se fueron todos, yo me quedé apagando la computadora, cuando oí.
- ¡qué platica tan interesante!
Al voltear lo vi en la puerta recargado en el marco y mirándome fijamente, un poco decepcionada le dije que por qué no había llegado a tiempo y me dijo “no lo hubiera soportado, tenerte frente a mi y ver como te contoneas y yo sentado sin poder hacer nada es demasiado, pero me puedes dar la platica en privado”, yo sabía lo que él quería pero a la vez no sabía que responder, para ese entonces el me ayudaba a recoger mis cosas, en una de esas rozó accidentalmente su mano con mis tetas, fue una sensación tan rica que si el me hubiera dicho te voy a coger aquí me hubiera dejado. Me acompañó hasta mi cuarto y al despedirnos, nuevamente esa mirada picara y lujuriosa, no supe como paso solo recuerdo que él entró y cuando menos lo pensé, ya tenía sus manos acariciando mis tetas, y muy hábilmente me desabrochaba el vestido diciendo “este vestido es el culpable, no sabes cómo estuve pensando en ti toda la tarde, pensaba tenerte así como ahora”, yo ya estaba desnuda, su mano ahora me acariciaban mi húmedo y más que eso, mi mojado burro que palpitaba ansioso de verga, y con la otra me agarraba el culo, metiendo su dedo en mi chiquito mientras su boca chupaba, mordía y lamía mis tetas, le pedí que se desnudara, Guuauu!, tremenda verga la del italiano, gorda, grande, cabezona y llena de venas, sus huevos se veían que estaban cargados de leche, me dijo que tenía 4 días sin coger; me hinque para darle una mamada; disfrutaba tener su verga en mi boca, me la metía toda hasta provocarme el asco, lo masturbaba y no quise esperar más, me acosté boca arriba y abrí las piernas para mostrarle mi peludo burro, inmediatamente me metió su tremendo pitote y me cogió y me cogió hasta que ya no podía aguantar, me cambio de posición me puso de a perrito y después de varias embestidas nos venimos los dos al mismo tiempo; cuando estábamos relajados me pregunto:
- ¿Te animas ir a Milán por 10 meses?, solo consigue dinero por que no tengo fondos para ayudarte. – Me pregunto
- Claro que me animo, yo conseguiré el dinero y estaré en Milán a finales de octubre. –Le respondí.
- Los documentos que necesites házmelo saber y te los envió por e-mail.- me dijo
En eso estábamos cuando oímos ruido en la habitación contigua que era la de Esther; nos dirigimos al balcón para asomarnos por la ventana, primero me asome yo y vi a Esther desnuda y que se la estaban cogiendo, me calentó mucho y me lleve a Guido a la cama y empecé a mamarle otra vez su grande verga, pero no hubo respuesta era un hombre de una sola cogida.
Ya no pude disfrutar más de su hermosa verga, pero si planeamos los temas que trabajaríamos.”

Cuando mi vieja termino su relato, yo estaba bien caliente así que pagamos y nos fuimos a la casa a que reviviera esos momentos con mi verga.
Cuando terminamos, la note un poco seria y le pregunte la razón, ella fue directa, “¿Puedo ir a Milán?”, mi respuesta fue muy efusiva, “claro que si, es una excelente oportunidad para que conozcan tu trabajo y por mi no te preocupes yo estaré bien a tu regreso”.

En otra oportunidad les relatare mis experiencias que tuve durante su ausencia así como las de ella que me enviaba por correo electrónico


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:30) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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